El origen de Wonder Woman
Kelly Sue DeConnick y Phil Jimenez son dos de los creadores más reconocidos de cómic norteamericano del siglo XXI, siendo el segundo además uno de los autores principales de las últimas décadas para la Amazona. Una unión creativa en la editorial DC requería de una historia y un personaje a la altura, en un contexto favorable para explotar las virtudes de cada uno.
Black Label ha tenido un desarrollo errático, desde luego, con poca voluntad por parte de la editorial para captar talento y salirse de la tónica general de la continuidad. Todavía en un proceso muy embrionario y sin la personalidad necesaria o el peso de la historia para ofrecer propuestas novedosas como fue su hermana mayor, Vertigo, el sello necesitaba confiar en el potencial de lo que vive fuera de la comodidad de las ventas de Batman.
En otras palabras, Black Label necesitaba a Wonder Woman.
El origen del cómic es sencillo. Hera se cansa de los dioses hombres y reclama a Zeus un nuevo mundo para ella y sus compañeras, lejos de la corrupción a la que se veían sometidas. Asistimos, con ello, a una nueva era, de explosión de vida y que llevará, a través de los tiempos, al reinado de una joven Hipolita y lo que todos conocemos.
Desde el dibujo de Phil Jimenez, este primer número resulta una experiencia abrumadora, impactante. Difícilmente asimilable a la lectura habitual de obras de DC Comics, por su fuerza y gusto por los detalles. A diferencia de otros cómics de contenido enciclopédico, se esfuerza por ir más allá y construir una narración poderosa y solvente, acorde a la magnitud del nombre de su protagonista.
Tenemos variedad en los diseños de página, desterrando las fórmulas habituales y jugando con el lenguaje en la construcción de escenas, disponiendo de personajes y objetos como viñetas completas y demostrando un tremendo potencial en su carácter.
Lejos de permanecer estático, una vez finalizada la grandeza del primer escenario y un contexto sagrado, también culmina con originalidad la segunda mitad de la obra, en la que vemos a Hipólita y su hija. Kelly Sue DeConnick acerca el espíritu del cómic a lo bíblico, asimilando la vida de sus protagonistas a la de Moisés, pero siempre con una nota muy personal, libérrima, que define su personalidad como creadora.
En lo que respecta a los personajes, su autora se esfuerza por distinguir este primer número de otros tebeos de características semejantes. El problema de transportar la historia a un ambiente tan elevado, de consecuencias no asimilables para ningún mortal, es que se igualan a los protagonistas por abajo, en habla y gestos, lo cual lleva a que la propia temática falle y no se explote con suficiencia.
No obstante, en esta ocasión, vemos un esfuerzo consciente por distinguirse de estas. Hay un trabajo sincero en el desarrollo de los personajes y la personalidad que guarda cada intervención. DeConnick no trabaja a partir de largos parlamentos, que terminan en los mismos lugares comunes siempre, sino que hace que cada línea de diálogo cuente, practicando una reducción que funciona y convence.
A su vez, resulta coherente la distancia que presenta Zeus en cuanto a modo de comunicarse con Hera. A diferencia de esta, sí tiene expresiones vulgares, fruto de su tiempo con los mortales y su gusto por todo aquello que corrompe y es corrompido. Hay un línea que los separa, además de por sus acciones, en sus intervenciones.
El dibujo de Phil Jimenez, por su parte, también sirve con maestría a esta dirección en cuanto al diseño de los personajes y el modo en el que dispone de los mismos en viñeta. No solo son dioses porque hablen y se relacionen como tal, sino que tienen la apariencia celestial necesaria. Desde la primera página a la última, se tiene muy presente que no son personas cualquiera, con problemas y visiones de la gente común.
El color de Romulo Fajardo Jr., Arif Prianto y Hi-Fi es el elemento definitorio de la experiencia, con un entendimiento profundo de la tradición entre superhéroes y dioses. A menudo, los segundos son mostrados con grises, casi entre sombras, como un modo de distinguirlos de los primeros y del resto de humanos.
En esta ocasión, lejos de quedarse en la superficie, dan acomodo a una corriente de colores, vivos y alegres, casi en movimiento, que terminan por construir los temas principales y las distintas voces y personajes. No son seres oscuros, que malvivan en su condición, sino que son personalidades alegres desde el diseño del color, independientemente de cómo sus acciones afectan al mundo de los que viven y mueren.
Si se puede sacar algo en negativo, es lo que respecta al precio de la edición, como ya sucediera con obras como Tres Jokers. ECC Ediciones ha hecho un gran trabajo con la grapa del nuevo sello, a modo de ejemplo Rorschach o Strange Adventures, muy por debajo del precio de la americana. No obstante, han optado por la tapa dura individual para cada Libro en aquellas historias divididas de ese modo.
Al ser una política repetida, no cabe duda de que es una iniciativa que funciona a nivel ventas, pero sabiendo que se termina recopilando de esta manera en obra completa y al ver elevado el precio de cada Libro publicado de forma independiente, esto supone un cargo que dificulta la entrada a otro tipo de lector, que ve reducidas sus posibilidades en el mercado a la hora de acceder a obras.
A pesar de ello y en conclusión, tenemos un trabajo sobresaliente. Uno de los mejores ejemplos de lo que Black Label puede ofrecer y que tiene a dos autores en estado de gracia, capaces de hacer pasar por sencillos aspectos de su trabajo en realidad complejos y difíciles de trasladar a las viñetas.
Lo mejor
• El dibujo y color es magistral. El mejor trabajo de la carrera de Phil Jimenez.
• El modo que tiene DeConnick de depurar el lenguaje de los dioses, introduciendo diferencias en habla y comportamiento.
• Tiene un sentido total de la épica y aventura.
Lo peor
• No contar con Phil Jimenez para los siguientes libros.
SOBRESALIENTE
Guion - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 9
9.2
Una obra extraordinaria, a la altura del personaje y carrera de sus autores. Sabe culminar un trabajo rico en matices y referencias, abriendo un camino interesante para los próximos libros.
Un festival de comic.
Realmente el listón queda muy alto para Gene Ha en el segundo número, buen dibujante pero no sé si podrá mantener la espectacularidad (ahí veo más fuerte a Nicola Scott para el tercero y cierre).
Me lo pillaré cuando salga el integral a ser posible, con estos precios…
Este primer número me pareció algo flojo en historia y el dibujo aunque espectacular estaba sobrecargado. Lo bueno es que el segundo sube enteros y De Connick avanza muy bien la historia y Gene Ha no se queda atrás narrando. Toca esperar el último número a ver si cierra bien.