Lo sobrenatural, untado profusamente de magia, lo ancestral, lo mitológico, las leyendas, las historias cargadas de mitos y los monstruos que se ocultan en las sombras son una fuente inagotable de inspiración para escritores y artistas. Su versatilidad, flexibilidad y posibilidades expansivas son las características más representativas a la hora de seducir a todo creador.
El Universo DC posee profundas raíces mágicas (aglutinando bajo este paraguas todo tipo de fenómenos paranormales, religiosos, mitos, leyendas…), fruto de las cuales se puso en marcha una nueva andadura de la Liga de la Justicia Oscura, esta vez bajo la eficaz batuta de James Tynion IV, en la que el grupo sufría cambios respecto a su anterior formación. Con Tynion la Liga se ha enfrentado, en su primer tomo recopilatorio, al Hombre del Revés y fruto de dicho enfrentamiento se desencadena un nuevo arco argumental que implica no solo a la serie de la Liga sino también a la de Wonder Woman, afectada por los acontecimientos de forma muy directa.
Uno de los principales peligros de escribir historias relacionados con los sobrenatural, es el de caer en la trampa del deus ex machina como solución fácil a una trama en la que la amenaza que se plantea es equiparable a un evento de extinción masiva universal. Cuando esto sucede el conjunto se debilita, puesto que lo que se plantea no es ni mucho menos lo que se vendía, rompiendo la suspensión de la realidad del lector. Cuando esto ocurre el castillo se desmorona y el todo queda en nada.
En este cruce de series Tynion tropieza en este punto al rellenar páginas y páginas de historia en la que no hace otra cosa que recordar al lector lo grande y devastadora que es la amenaza del Hombre del Revés y la diosa de la magia, Hécate, para acabar por hacer trampa con la que salir fácilmente del entramado planteado. Y en este punto, este cruce de series no funciona nada bien.
La historia, como ya se ha comentado, es machacona con lo que pretende contar, extendiéndose mucho más de lo necesario a fin de poder cubrir un número concreto de páginas. Páginas que no aportan, que no acompaña al lector en ningún momento, provocando un efecto bostezo que se hace repetitivo a lo largo de toda la trama.
Tynion llega a la serie tras su triunfal paso por la colección de Detective Comics. En la serie dedicada a la batfamilia el guionista despliega todo un arsenal de buen hacer en épica, caracterización, diálogos, tensión y aventura, haciendo que su trabajo se haya ya convertido en todo un referente dentro de la mitología de Batman. Sin embargo, Tynion, no es capaz de destacar en este trabajo por nada de lo descrito, haciendo que todo sea torpe y no haya sino pequeños destellos de lucidez que mueren de forma inmediata en una trama en la que no hay tensión alguna. Resulta desconcertante que el escritor se muestre tan bipolar en sus propuestas.
El abanico de personajes con los que puede jugar Tynion es lo suficientemente sólido como para poder desarrollar un buen mini evento contenido. Por un lado, esta Zatanna, cuya carisma y eficacia dentro del equipo no ha dejado de creer y que en manos de Tynion es, sin duda, el núcleo central de la serie. Un acierto, sin duda, es ponerla bajo en el foco de atención para que la historia intente alcanzar valores significativos. Al otro lado de cuadrilátero esta Wonder Woman como el gran peso pesado del grupo. Tynion centra la acción en su persona y aporta el valor que tiene Superman en la Liga. La muestra comprometida, sensible, luchadora, emocionalmente cercana… de forma que sea el catalizador de una trama que se ahoga en boca de la propia Diana al reincidir en diálogos de primer curso de guionista.
Y el trabajo con los demás miembros no es especialmente memorable. Tynion trata a John Constantine como un frasco de esencia de estereotipo, que solo sabe soltar frases manidas, mientras entra en bucle con repetidas fases de autocompasión. Y todo ello al servicio de Zatanna y su lucimiento personal en una maniobra artificial y forzada por parte del guionista de The Woods.
Y del uso de los demás miembros, Man-Bat, Detective Chimp y la Cosa del Pantano, poco se puede decir por el uso superficial que se hace de ellos. Son meras comparsas, herramientas que se usan para mover la trama del punto B al punto C, a fin de que tengan su minuto de gloria en la historia.
Una lástima de principio a fin.
De todo el conjunto se salva el apartado gráfico que cumple con soltura en manos de Jesús Merino, Álvaro Martinez, Emanuela Lupacchino y Fernando Blanco, sobre todo, salvan los trastos con decencia y buen trabajo. El ejercicio de diseño de escenarios, el juego de composición de página y la narrativa es interesante, sin llegar a fascinar, siendo más experimental Álvarez, que se deja llevar más que el resto a la hora de innovar en la puesta en escena.
En definitiva, un tomo que cuelga directamente el primer número de la serie regular de la Liga de la Justicia Oscura, pero que pocas, al menos de momento, consecuencias parece que vaya a tener. Un trabajo anodino, poco trascendental, incluso prescindible, solo apto para completistas y muy amigos del universo mágico de DC.
Decepcionante.
Guion - 5
Dibujo - 8
Interés - 5
6
Un trabajo inecesariariamente alargado, sin épica, sin tensión, con descripciones excesivas que lo conviertene un extenso diario de explicaciones carentes de interés para el lector.
