Siendo sinceros cuando se anunció esta serie no estuvo entre mis objetivos. La propuesta no era del todo apetecible.
Si bien, dado que parece ser que Hickman está planteando una macro historia con implicaciones en diversas series mutantes finalmente opté por adquirir estas grapas.
Puede ser la inicial reticencia, o bien las pocas expectativas que tenía, pero finalmente disfruté más de lo que esperaba. Lo anteriormente dicho tampoco es que sea prueba irrefutable de que estemos ante una buena colección, bien porque se trata de una opinión subjetiva, bien porque de lo que a continuación se detalla podemos llegar a una percepción discordante con esta presentación.
Benjamin Percy hace un buen trabajo al establecer por qué la nueva nación de Krakoa necesita contra de nuevo con un equipo de operaciones encubiertas, es decir con X-Force. Igualmente veremos que frente a la norma de «no matar a ningún humano» se van a hacer concesiones en pro de defender la nación mutante. Resulta chocante, pero en el contexto que se desarrolla esta serie sería imposible sacar el jugo que pretende extraer el guionista.
Sin spoilers, sin dar a conocer la trama, debo decir que sin alardes de grandeza, el argumento que es lineal y simple resulta ciertamente entretenido.
La composición de este nuevo equipo es muy atractiva pero desconcertante. Percy presenta algunos personajes que no hemos visto antes en X-Force. Coloso y la Bestia no son personajes que casen con este tipo de equipos, si bien visto el desarrollo que en los últimos años se ha llevado a cabo con Hank McCoy, tampoco desentona. Coloso que no es amante de la violencia per se, se encuentra desubicado en la serie. Percibo que el guionista no le ha pillado el punto exacto para su inclusión en este grupo. Puede que ambos personajes vayan a resultar interesantes, si bien intuyo en su uso exigencias forzadas por una autoridad superior. Puede que sea una opinión errada, pero ambos no están donde de verdad pueden ser debidamente explorados y desarrollados. Finalmente la formación contempla a Jean Grey. Este aspecto resulta chocante pero el tratamiento que se le está dando en esta nueva etapa es de alguien irreconocible (fría, distante) y casa bien con este grupo. Es más, frente a sus intervenciones ciertamente irrisorias en la Patrulla-X, es aquí donde toma parte con cierto protagonismo. El resto del equipo es muy interesante: Lobezno, Sabia, Tom, Dominó y Quentin Quire. Debemos aclarar al respecto que Tom casi no aparece en este arco introductorio y tampoco en el segundo centrado en Dominó.
Respecto a lo anteriormente expuesto, estoy particularmente interesado en ver hasta dónde la Bestia está dispuesta a llevar las cosas para proteger a su nación mutante. Ya hemos comprobado que en los últimos años no es muy dado a respetar ética y moral con tal de garantizar la supervivencia de los suyos.
Dado el planteamiento del conjunto de series mutantes, lo óptimo sería establecer una lista que sea utilizada cuidadosamente para las necesidades particulares de la misión en cuestión. Quedaría una serie muy interesante en la que fuesen circulando el amplio elenco de personajes mutantes según fuese necesario el uso de su poder.
Por otro lado, dos grandes cuestiones lastran esta serie. En primer lugar la excesiva violencia. Entendamos violencia no como algo que hoy en día sea tabú, sino que lo criticable es un uso excesivo de la misma. Existen viñetas cargadas de escenas sangrientas fuera de lugar. El uso de sangre y vísceras como reclamo es algo que ya lo hemos visto muchos lectores en series noventeras y aquí vemos que es un reclamo.
Otro de los problemas de los que sufre esta colección es que la franquicia mutante se ha dirigido a un callejón sin salida que aboca a una situación difícil. De nuevo, como en anteriores reseñas, me refiero a que la resurrección mutante es un hecho y ha supuesto que sea imposible dar un contenido dramático a situaciones en las cuales sabemos que pase lo que pase el personaje va a ser recuperado. Incluso en los números en los que Coloso se sincera con Dominó, se plantea esta cuestión como un sistema de renovación, un mecanismo elitista que elimina las impurezas resucitando en plenitud. Esto último es ciertamente muy desconcertante.
Joshua Cassara desarrolla la mayor parte del dibujo de estas grapas y hace un trabajo correcto. Le da cierto detalle a las páginas y hay dinamismo en las páginas de acción. Resulta criticable y molesto ese intento de emular a Jerome Opeña. Los colores de Dean White y Rachelle Rosenberg son intensos y vibrantes. El capítulo final del arco inicial está ilustrado por Stephan Segovia, cuyo estilo es un poco más caricaturesco. Respecto a la labor de Óscar Bazaldúa (en concreto los números relativos a la historia de Dominó) son muy flojos en algunas páginas como si el dibujante no llegase a las entregas, un problema que se ha convertido en algo crónico en la actualidad del mundo del comic.
Si debemos recomendar esta colección es porque junto con La Patrulla-X parece ser lectura esencial para seguir el hilo Dawn of X. Por lo demás resulta una colección bastante entretenida pero podría ser prescindible si no fuese por lo anteriormente expuesto.
Entretenido, sin más
Guión - 6
Dibujo - 6
Interés - 6
6
Una serie de comics con acción, lineales y simplemente entretenidos.
Si bien creo que los mejores arcos de esta colección son los siguientes, es válido cuestionar algunos puntos.
He visto algunas críticas parecidas pero para mi gusto no creo que sea obligatorio que los personajes tengan un pasado con X-Force, la verdad.
El tema de la resurrección es precisamente al revés en mi concepto. No veo que aquí la intención sea darle ese dramatismo de antes, por lo demás algo mentiroso si somos realistas como analistas, sino todo lo contrario.
La conversación entre Domino y Coloso la he interpretado de otra manera, pero tal vez sería un spoiler explicarlo con demasiado detalle.
La violencia no me molesta ni me atrea, así que en este aspecto soy neutral.
En cuanto al tema de la «resurrección»… Sigo diciendo que tal y como se ha planteado no es tal. Es clonación. Con todo lo que eso conlleva.
Por lo demás, bastante de acuerdo contigo en tu valoración, una serie bastante entretenida pero que sobretodo gana interés al ser importante para seguir la serie principal de Hickman.
En principio lo es (clonación), pero falta por ver que aborden el tema claramente. Espero que lo hagan en algún momento y no hagan como con la Viuda negra que claramente es otro clon y han pasado de puntillas sobre el tema.
Podrían tirar por la solución Bendis como en Ultimate Spiderman que cuando clonaron a Gwen simplemente dijo que era la verdadera Gwen y punto, y se quedaron tan anchos.
La verdad es que no sé cómo esto no les supone mayor crisis existencial viendo cómo lo pasó Spiderman con todo el asunto de sus clones, cuando le engañaron y le hicieron creer que él era el clon.
Pero se me acaba de ocurrir algo según escribía todo esto, ¿y si al principio de todo ya eran clones? Me refiero incluso al empezar HoX/PoX. ¿Y si los verdaderos personajes están por ahí en alguna parte en animación suspendida?
En el número de HoX/PoX donde explican cómo funciona la resurrección me llamó la atención que en una viñeta decían que estaban metiendo «el animus» del fallecido en el nuevo cuerpo, y fue algo que me pareció hecho expresamente para poder decir «que sí, que es el original, que le han transferido su conciencia; no es una copia de nada». Aunque hay también un número de una se las series (creo que «X-Men») donde Rondador se hace así mismo unas cuantas preguntas incómodas acerca de las implicaciones que tiene el proceso resucitador.
Cabe decir que, existiendo la posibilidad de crear múltiples cuerpos de un personaje, sería perfectamente posible tener el cuerpo y conciencia original ocultos en alguna cápsula protectora en las entrañas de Krakoa, y que los cuerpos creados por «los Cinco» en realidad estuvieran siendo controlados a distancia por la conciencia de los encapsulados, con Cerebro haciendo de red wifi de conciencias mutantes o algo así. Vamos, como si fueran cuerpos sin mente poseídos por la conciencia del original, que cuando muere el cuerpo anfitrión vuelve al cuerpo original oculto en algún sitio de Krakoa. Así no habría problemas de conciencias duplicadas, y conociendo a Hickman, no descarto que dentro de dos o tres años se revele que el procedimiento resucitador tiene algún tipo de trampa o que hay algunas diferencias entre la explicación oficial y la explicación verdadera de su funcionamiento.
Este primer arco quizá empieza mejor de lo que acaba (en parte también por el dibujo), pero sigue teniendo buenos mimbres, y el comienzo del nuevo arco está muy bien con esa splash page para jugar a ¿dónde está Wally?
Sobre el tema del uso excesivo de violencia que pueda o no llegar a molestar, yo diría que no es tanto un tema de violencia, sino de gore. Podemos tener un tebeo en el que Bala de Cañón se pase 20 páginas pegándose contra Gladiator y técnicamente estamos teniendo un tebeo con un 80% de violencia en su contenido, pero es violencia «limpia». En cambio, un tebeo donde solo haya 4 páginas de violencia, pero las viñetas de esas páginas estén repletas de sangre e higadillos, puede resultar excesivo.
No me extrañaría que esta predilección por el gore sea algo hecho expresamente para reflejar cómo cambia la mentalidad de los individuos al saber que tienen la resurrección garantizada, ya que van a empezar a correr más riesgos que antes. ¿Para qué voy a esquivar esa bala si puedo encajarla y antes de fallecer tendré tiempo de abrirle las tripas a mi contrincante? A mí me van a resucitar y a él no. Quizás ese gore está también para indicarnos que las consecuencias de esta conducta son todo menos bonitas, y hacernos sentir incómodos ante esta forma de comportarse de personajes que conocemos.
O igual simplemente es gore por gore.