X-Infernus: Prólogo

Guión: C. B. Cebulki.
Dibujo: David Aja.

Esta magnífica historia autoconclusiva nos retrotae al momento en que Piotr Rasputin, el hombre-x blindado que todos conocemos como Coloso, había regresado de una muerte segura –y bastante ridícula/gratuita por obra y gracia del escritor Scott Lobdell– para encontrarse con que su hermana seguía muerta y enterrada. Ante su tumba, recuerda un momento del pasado –relacionado con la Masacre Mutante de los años ochenta, para ser precisos– en el que Illyana, incapaz de aceptar la muerte de los Morlocks, utilizaba sus poderes de viaje en el espacio y el tiempo para intentar cambiar los hechos acaecidos. Finalmente, desistiría de ello lamentándose de su supuesta debilidad para ir a refugiarse a los brazos de su hermano, que prometería no abandonarla nunca. Las circunstancias quisieron que Peter no pudiera cumplir con su promesa.

Guionistas: Craig Kyle y Chris Yost.
Dibujante: Skottie Young.

Una historia de terror ante la chimenea del Instituto Xavier para Jóvenes Talentos se convierte rápidamente en una deblace que termina con parte del alumnado en el mismísimo Limbo, bajo la atenta mirada del demonio Belasco, amo y señor del mismo. Ha sido el maléfico gobernante quién les ha traído con la intención de recuperar a su añorada pupila –y posterior rival–, Illyana. Belasco cree que tras los sucesos del la Dinastía de M, Rasputin ha vuelto a la vida –tenemos que aclarar que durante ese período de tiempo, los poderes de la Bruja Escarlata modificaron la realidad “devolviendo” la vida a algunos personajes muertos y enterrados, como fue el caso de la propia Illyana o del vengador Clint Barton, más conocido como Ojo de Halcón–.

Lo que no veremos en este número:

La historia contenida en el número unitario del Retorno de Magik no es más que el preludio de varios capítulos de la saga relacionada con la mutante rusa que se llevó a cabo en la serie de New X-Men. En bien de los futuros post resumiré lo esencial para que aquellos que no los leísteis podáis entender X-Infernus.

Como casi todo buen marvelita sabe, nadie sale indemne del Limbo y el caso de los jóvenes aprendices de la Patrulla-X no iba a ser diferente. Entre otras muchas cosas –y de verdad que hay unas cuántas que contar, pero no es el momento ni el post adecuado para hacerlo–, una resucitada Illyana que confesaba no tener alma –y quizá por ello aparecía plenamente integrada en su forma de Niña Oscura– se propuso arrancar el espíritu inmaculado de Hada, una de las estudiantes de Xavier, para forjarse una nueva espada alma, el único artefacto capaz de matar a Belasco. Al final, no logró más que obtener una parte del alma de la joven y, en lugar de una espada, lo que consiguió fue una daga.

Kyle y Yost nos explicarán en números posteriores que Belasco recreó a la Niña Oscura después de Dinastía de M, pero no para vengarse de ella, sino porque en realidad la ama. Pero hay demasiado resentimiento en el corazón de Magik como para perdonar al demonio por todos los años que la mantuvo retenida, mancillando para siempre su alma y convirtiéndola finalmente en una versión demoníaca de sí misma y, gracias a la manipulación de Illyana, Hada terminará por clavar en la espalda del regente del Limbo la daga alma creada con una porción de su espíritu. Con la muerte de Belasco, los demonios se arrodillan ante la Niña Oscura reconociéndola como nueva soberana de la dimensión sin tiempo. Pero la llegada de la Patrulla-X y, especialmente, la de Kitty Pryde, su buena amiga del pasado y Coloso, su amante hermano, hacen que la demoníaca Illyana dude un instante. Después, llevada por la ira del recuerdo de lo que fue, saca a los mutantes de su reino y lo sella… ¿para siempre? Su última intención: recuperar su alma perdida. Una maléfica promesa de que Illyana Rasputin había vuelto para quedarse.

Guión: C. B. Cebulki.
Dibujo: David Yardin.

En esta historia, centrada en la perspectiva del paso del tiempo, y manejada magistralmente por Cebulski a modo de flashbacks, Illyana realiza un viaje por su memoria. Sabe que tiene que recuperar su alma, y para ello necesita cinco Piedras de Sangre, pero ello conlleva aparejado robar cinco almas. Ya posee una, cedida por Hada para forjar la Daga Alma que mató a Belasco, pero aún le restan cuatro más por completar. ¿Puede alguien sacrificar cinco almas por recuperar la suya propia? ¿Incluso alguien tan supuestamente malvada como la Niña Oscura? Decidida a encontrar la fuerza en aquellos que más la quisieron en vida, Illyana abandona el Limbo gracias a uno de sus discos teleportadores, pero cuando llega a la Mansión de Xavier se encuentra con un panorama desolador. La mansión ha sido destruida y su hermano y amigos han desaparecido sin dejar rastro. El vacío de esta experiencia y los recuerdos que le traen los escombros de la casa que fuera su hogar lejos del hogar hacen que la Niña Oscura regrese al Limbo con una determinación. No recuperará su alma mediante el amor, sino mediante el sufrimiento. Así se terminan de plantar las semillas –nunca mejor dicho– que darán lugar a X-Infernus.