Yo, yo mismo y yo robot
Planeta Cómic nos ha dado gratas sorpresas apostando por integrales de obras clásicas, y no tan clásicas, del cómic norteamericano este último año. Obras que bien necesitaban una reedición o incluso que se llegaran a completar por fin en nuestro país. Entre estos pedazos de historia del noveno arte que reclamaban un mejor trato estaba Madman, cuyo segundo tomo hemos podido ver en librerías este mismo mes, pero no es el único trabajo de Michael Allred que no había llegado a España, ahí estaba uno mucho más reciente, X-Ray Robot, y ha sido la misma editorial la que lo ha presentado en un tomo autoconclusivo.
La obra publicada originalmente en Dark Horse, la que parece ser la casa actual del fantástico dibujante dado que es la que se encarga de las reediciones de Madman, salía a la venta en 2021 en formato miniserie de cuatro números y es posible que pueda ir adelantando la primera y gran pega de este cómic, que es demasiado corto.
X-Ray Robot trata del Doctor Max Wilding, un científico que recibe la visita de un robot del futuro que dice ser él mismo, pues tiene su mente, y necesita reclutar a su yo pasado, acompañado de sus amigos, para evitar la destrucción del multiverso por parte de una entidad oscura. Una historia que ya en su argumento tiene el sello de Allred, con ese olor a aventura retro-futurista empapada de un aire que parece llevarnos a los años cincuenta. Algo similar a lo que ocurría con Madman, que por cierto hace un pequeño cameo en el último capítulo, y que no deja de ser un nexo de unión entre el dibujo y el guion. Porque Allred en Marvel o DC, con otros guionistas, puede acoplar su estilo a lo que sea, pero en cuanto es él quien tiene el timón siempre hace coincidir sus influencias en un punto que nos lleva a historias pulp de mediados del siglo pasado.
Lo cierto es que el dibujo de Michael Allred es el principal reclamo de este tomo. Poco se puede decir sobre el autor que no se haya dicho ya cada vez que se reseñan obras como la dicha Madman, sus mutantes o la famosa serie de Estela Plateada con Dan Slott, por poner algunos ejemplos. Es simplemente una maravilla a nivel de diseño, solo superada por su capacidad narrativa. Tiene la capacidad de llevarnos a sitios imaginarios que nos recuerdan a muchas cosas, pero al mismo tiempo ser único y distinguible. Además la compañía de Laura Allred al color no hace más que potenciar todos los atributos del autor, son ya muchos años trabajando juntos y la artista ya le había pillado el punto desde el principio. Además aquí usa colores algo más apagados que en Madman, lo que hace que X-Ray Robot tenga un aroma propio, aún encajando a las mil maravillas con la gran obra del autor.
Sí, solo este aspecto del cómic hace que merezca la pena su adquisición, la calidad del dibujo justifica el resto, pero, por desgracia, no es todo lo que se podía esperar de él.
La historia trata buenos temas, poniendo a prueba a diferentes personas al llevarlas a universos alternativos donde se enfrentarán no solo a sus miedos sino también a sus triunfos. Tiene sus homenajes, ahí queda el científico llamado Akira Osamu, y es divertida, pero se queda muy corta. Consta de tan solo cuatro números, teniendo en cuenta que el primero se dedica a una presentación larga y el último a la resolución, apresurada todo sea dicho, dejar tan solo dos para ese cúmulo de temas que quiere tratar es muy poco. Está todo demasiado condensado e incluso da la sensación de que abandona al supuesto protagonista durante demasiado tiempo, así como deja poco espacio al relato del robot.
Rápida y al grano, asegurando un buen entretenimiento, sí, pero a este tipo de obras siempre se le pide un poquito más que X-Ray Robot parece querer dar pero no llega a hacer. Muy buena forma pero poco fondo sería la descripción más acertada. Que no quiere decir ni mucho menos que sea una mala aventura, solo que le falta algo más de gancho.
Otro tema es la edición de Planeta. El papel no está mal, es un aspecto que han mejorado el último año sin cargar demasiado el precio, 16,95 por cuatro números es algo a lo que ya nos hemos acostumbrado, tampoco es que haya otra opción. Ahí que decida cada persona según su interés por Allred, que es mucho por parte del que escribe estas palabras, pero también es cierto que la edición incluye un buen puñado de portadas por dibujantes de primera línea como Chris Samnee, Paul Pope, Christian Ward, Tradd Moore, Gregg Smallwood o David Rubín, que llegan a homenajear discos de bandas que van desde Pink Floyd hasta Tool pasando por Madness. Un extra interesante que se repite varias veces, en su versión 3D y en mini. Con ello se deja claro que la parte gráfica es el principal aliciente. Y seguimos con las desgracias pues la traducción no ayuda nada a meterse en la historia, con alguna que otra frase a la que cuesta encontrarle el sentido. Se sigue notando la falta de un buen corrector, algo que ya hemos reclamado en contadas ocasiones.
Lo mejor
• X-Ray Robot es toda una delicia visual ofrecida por el gran Michael Allred.
• El color de Laura Allred
• Como aventura funciona bien y es entretenida…
Lo peor
• …pero le faltan páginas para desarrollar un poco su fondo. Se queda corta.
Guión - 6
Dibujo - 9
Interés - 7.5
7.5
Una aventura de ciencia-ficción con un toque retro que nos consigue entretener, con el aliciente de tener a uno de los dibujantes más interesantes de los últimos años.
Le tengo muchas ganas, como a todo lo de Allred, pero igual que hice con Madman acabaré por pillar la edición yanki. Así me ahorro las traducciones reguleras de Nacho Bentz.
Y Madman ni tan mal, o por lo menos no pillé nada del otro mundo. Pero esta tiene más de una que chirría.
Este hombre parece que tiene una buena colección de traducciones reguleras, con A Walk Through Hell o Out of the Blue llevándose el premio gordo. Me pregunto por qué prescinden de la figura del corrector de textos, cuando es más que evidente que es necesaria.
A mi lo de las traducciones perroneras me parece un insulto al lector. Si compramos las ediciones españolas de cómics americanos es por la traducción. Si ni siquiera cuidan eso, es como estar riéndose de nosotros.
Pero es una lacra que no desaparece. He leído cómics con laísmos, con faltas de ortografía, con bocadillos cambiados, «false friends»… Da la sensación de que los traduce alguien que sabe un poco de inglés (no un traductor/intérprete con buena formación) y, hala, a publicarlo porque los frikis lo van a comprar igualmente. Ni traductores profesionales ni correctores, ¿pa qué?
P.d. Perdón por haberme puesto tan cascarrabias, pero este es un tema que me toca bastante la moral.
Se atisba un Allred muy currado. Mundoallred al rescate