Ha pasado tanto tiempo desde que la vi por primera vez…rubia, cara angelical…encarnaba todo aquello que uno buscaba en una chica. Sabía que no era de carne y hueso, pero me bastaba con verla en las viñetas de mi cómic favorito: Spiderman. Su vida era perfecta: Guapa, popular…hasta que Peter Parker se cruzó en su camino.
¿Por qué no eligió a Flash Thompson como novio? Tuvo que ser a un perdedor, a un marginado. Si, era el mas brillante de los estudiantes del Instituto, pero ¿Qué era aquello contra el mejor jugador de Futbol Americano?; ¿Qué veía ella en aquel esmirriado y enclenque adolescente?
Lo que es seguro es que, a partir de su relación con Parker, su vida empezó a irse al traste. Primero, su padre, el Capitán Stacy, muerto. El estúpido Spiderman se cruzaba en su camino.
Luego ella misma, muerta a manos del mayor enemigo del superhéroe arácnido. Ni siquiera en esa ocasión perdió la mirada inocente, de princesa de cuento esperando a ser rescatada por su príncipe azul.
Todos lloramos su pérdida. Pero teníamos sus recuerdos, en forma de viñetas, donde la veíamos reír, amar, llorar…seguía siendo perfecta.
Hasta que llegó J.M.S.
La inocente Gwen no lo fue tanto…y de pronto entendí que hasta los personajes de cómics pueden tener dos caras.
Ahora, odio a J.M.S., porque ha acabado con el arquetipo de novia perfecta. ¿Cómo puedo volver a leer su muerte sin pensar que no era el ser inocente que parecía?, ¿Cómo no estallar en un odio irracional viendo como Parker creía las mentiras que le contaba?
Y es que, nunca debes fiarte de una rubia. Ahora sé que significa la frase.