Superado el primer año de la serie, Bendis encara su siguiente arco, si es que puede denominarse de tal forma, con la firme idea de comenzar a aclarar que ocurre y responder algunas de las preguntas que llevan danzando en la serie desde que esta llego a las tiendas. Son ideas, dudas, cuestiones que necesitan ser ya explicadas, para el buen devenir de una serie que comienza a mostrar signos de fatiga debido a esta narración tan apresurada y, al mismo tiempo, tan descompresiva.
Y aunque se llega a este punto de forma inexorable, lo que ocurre en estos números no acaba de funcionar bien.
Por un lado, tenemos a Bendis poniendo a Conner en una situación especialmente interesante, al llevarlo a Skartaris, que luego no aprovecha a fondo.
Por otro, en estos números el grupo comienza a acumular miembros hasta llegar a un punto en el que el propio guionista pierde el control de la situación, quedando muchos absolutamente tapados por la historia. Están por estar, sin aportar, sin añadir algo que de verdad sirva a la trama a sustentarse.
Y por último es necesario hablar de los tres números de Amatista en una aventura en solitario, escrita por la autora Amy Reeder que enfrenta a Amatista a la casa Ópalo. En esta miniserie, encartada dentro de la serie de Young Justice, la princesa regresa a su Mundo Gema para vivir una aventura al más viejo estilo. Acción juvenil, de espada y brujería, con la que la autora da rienda suelta a todos los clichés básicos de este tipo de historias. Un trabajo simplón, que apenas logra arañar algún momento reseñable, que por desgracia se convierte un lastre para el devenir de la serie regular del grupo de héroes adolescentes.
Dejamos Mundo Gema para hacer foco en los dos puntos comentados en los párrafos anteriores.
El guionista de la Legión tiene entre manos una potente premisa cuando se acuerda de Skartaris (olvidada desde 2009 tras una serie que solo duró 16 números), el mundo en el que Warlord hace frente a infinidad de peligros desde que quedara perdido en este mundo nacido cuando la moda de la espada y la brujería llegó a lo más alto a mediados de los años 70. Fueron 133 números en total para narrar las aventuras de Travis Morgan, de los cuales los primeros 59 fueron dibujados y escritos por Grell, que dejaría la serie definitivamente cuando firmó su último guion en el número 71. Y si no fuera suficiente con tener a este mundo de vuelta, en el número también aparece Mike Grell que es todo un llamamiento a los lectores más veteranos que pueden ver como Bendis mira al pasado con respeto para incluirlo en el presente.
¿Dónde está el problema entonces?
En que para tener una buena historia no solo hay que tener una premisa interesante, cargada de guiños al pasado, sino que hay que saber aprovechar ese potencial para que el conjunto resulte atractivo. Si no lo que se consigue es un pastiche nostálgico, sin apenas relevancia real, que parece más una treta engañosa que apuesta todo a ser un catálogo de héroes perdidos que una trama sólida con la que poder disfrutar del momento. Una oportunidad perdida que se salda con un resultado realmente decepcionante.
La ambición de Bendis en este arco es la de dar respuesta a algunas de las cuestiones que ha ido sembrando desde que el grupo se formara. Se trata de un momento crítico para toda historia y en manos del guionista de Naomi, se torna doblemente crítico, pues lleva muchas entregas tensando la paciencia de los lectores con entregas en las que apenas mueve la trama en alguna dirección.
Las respuestas están, no todas, pero si algunas, como para poder aplacar la curiosidad de los lectores que llevan demasiadas entregas esperando que llegue este momento. Sin embargo, Bendis pierde el control de la situación y añade de forma indiscriminada personajes “teen” de DC con propósito incierto. Da la sensación de que hay más interés por constituir la serie como un núcleo de reunión de los personajes de Wonder Comics y conformar un catálogo de estos de cara al lector.
Una trama con los laboratorios S.T.A R de fondo y una resolución que parece apresurada y más centrada en encontrar la forma de seguir de forma inexorable a una nueva aventura.
En lo gráfico la serie cumple, sin estridencias, sin ser especialmente innovadora, salvo en contadas ocasiones. Timms, el dibujante regular le tiene muy tomado el pulso al grupo y se aprovecha para lograr plasmar bien la dinámica en la que Bendis los tiene enclaustrados. En cuanto a los dibujantes invitados, ambos de nivel más que contrastado, tenemos al mítico Mike Grell (Green Arrow), cuyo palmares e importancia dentro del cómic superheroico, con sólidos trabajos que siguen siendo muy valorados por los lectores, aunque aquí se nota ya el paso del tiempo y su trazo no es tan relevante como en los setenta. AL otro lado del cuadrilátero está Michael Avon Oeming, viejo colaborador de Bendis en la serie Powers, que con característico estilo se hace cargo de momentos claves de la no historia que Bendis narra en Skartaris.
Tras lo expuesto queda claro que poco se puede esperar de esta serie, pero Bendis sin lograr fascinar, si logra que la lectura de esta resulte dinámica, divertida e insultante al mismo tiempo. Una serie que está forzando al máximo la paciencia de los lectores y que depende de lo que ocurra en la trama que se abre al final de esto números con Impulso como protagonista.
Guion - 5
Dibujo - 7
Interés - 5.5
5.8
Desinflándose.
Un trabajo que continua perdiendo aire y que plantea idas interesantes que se quedan en nada. Un catálogo de personajes sin apenas desarrollo que acaban con la paciencia de los lectores.
Skartaris lo lleva olvidada desde 2009. Jugo un papel significativo en «Convergencia», otra cosa es que sea satisfactorio…
Aunque esta serie no es para mi reconozco el potencial de personajes como Jinny Hex o Teen Lantern.
Con respecto al catalogo de personajes… Creo que algo de razon tienes. De la linea de Bendis creo que no se sabe nada post «Future State». A ver en que queda… Por lo visto al menos Russell tenia planes. Saludos!
El primer arco estuvo bastante bien, en la segundad mitad quitando las historias centradas en los nuevos personajes se perdió algo de interés, aún así me gustó ver a Bendis usar a Sideways.
«Sideways, Sideways, hace todo lo que una araña hace.»