Your lie in April, de ARAKAWA Naoshi

Las estrellas solo pueden brillar en la oscuridad de la noche

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Edición original: Shigatsu Wa Kimi No Uso (四月は君の嘘) (Kodansha, 2011)
Edición nacional/España: Your lie in April (Milky Way Ediciones, 2015)
Guion: ARAKAWA Naoshi
Dibujo: ARAKAWA Naoshi
Traducción: Salomón Doncel Moriano-Urbano
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 192-224 páginas
Precio: 8,00€

Viaje sin retorno

«Cuando conocí a aquella chica bajo los cerezos en flor, mi destino empezó a cambiar»

No es ningún secreto que el catálogo de Milky Way Ediciones está repleto de mangas de altísima calidad y de que la elección de cualquiera de los títulos que lo integran supone una lectura interesante. Hoy rescatamos una obra cuya publicación tuvo lugar hace ya cinco años sin levantar demasiado ruido, pero que desde que vio la luz se ganó el cariño de los aficionados. Algo habitual en la editorial asturiana es su capacidad para dar a conocer a grandes autores que no habían tenido hueco en nuestro mercado con anterioridad, dándoles la oportunidad de debutar con alguna de sus obras. Este fue el caso de ARAKAWA Naoshi, mangaka cuyo primer (y hasta el momento único) título que pudimos disfrutar fue Your lie in April, una ambiciosa e intimista historia que, como han reconocido los responsables de la editorial, no tuvieron problemas en contratar, ya que fueron los únicos que se interesaron en ella.

Your lie in April (Shigatsu wa Kimi no Uso) fue serializada a partir de 2011 en la revista Gekkan Shōnen Magazine, de la editorial Kodansha, siendo recopilada posteriormente en once tomos. La historia gira en torno a Kōsei Arima, un estudiante de secundaria que tuvo que afrontar el fallecimiento de su madre cuando tenía solo 11 años y era considerado la mayor promesa musical del país, que desde ese momento se sumió en una gris existencia y abandonó la práctica del piano, cuyos sonidos deja de escuchar debido al bloqueo mental que sufre cada vez que lo toca. Sin embargo, su mundo empieza a cambiar cuando conoce a Kaori Miyazono, una joven violinista de explosiva personalidad que irrumpe en su vida para despertarlo de su letargo y devolverle el interés por aquello que más amaba. Gracias a ella, el protagonista inicia un proceso de reconstrucción que exigirá un profundo ejercicio de autoconocimiento y resiliencia, que lo llevará de vuelta a los escenarios y a superar los traumas de su pasado.

El cuarteto de personajes principales queda cerrado con dos amigos de la infancia del protagonista, al que animan y acompañan en todo momento, preocupados por su estado de ánimo. Se trata de Tsubaki Sawabe, la mejor jugadora del equipo de softball y vecina de Arima durante toda su vida, al que protege y cuida desde que eran pequeños, y Ryōta Watari, un joven aparentemente simple y bobalicón, capitán y estrella del equipo de fútbol, pero que siempre se muestra como un fiel amigo y consejero, que además comienza a tener una relación con Miyazono, lo cual lleva a Arima a plantearse la dicotomía de tener que elegir entre amor o amistad.

En el segundo tercio de la obra conocemos a dos jóvenes pianistas que intentan rivalizar con el talento de Arima, aunque para él nunca habían merecido su atención. Ellos son Takeshi Aiza, un joven obsesionado con derrotar al protagonista y cuya carrera musical continuará en en Europa a corto plazo, y Emi Igawa, una chica que quedó prendada de la música cuando asistió a un recital de Arima durante su infancia y que manifiesta su voluble estado de ánimo cuando toca el piano. Otros personajes que tendrán cierta relevancia en la trama serán Hiroko Seto, una de las mejores pianistas de Japón, antigua maestra de Arima y amiga de su madre, Nagi Aizato, una joven y prometedora pianista que desea convertirse en alumna de Seto, o Toshiya Miike, un violinista rival de Aizato que es conmovido por la música de Arima, de quien se convierte en un fiel admirador.

Una vez dispuestos estos elementos sobre el tablero de juego, Arakawa realiza un certero retrato de la adolescencia, una etapa vital caracterizada por la inestabilidad emocional y la consolidación de ciertos aspectos de nuestra personalidad. Los protagonistas se encuentran en el convulso tránsito de secundaria a bachillerato, una época en la que se debe producir una toma de decisiones que pueden marcar el devenir de nuestras vidas y a la que difícilmente llegamos preparados, que puede derivar en episodios de frustración y una sensación de fracaso del que debemos aprender a reponernos. Como algo que aflora en este episodio de nuestras vidas, el autor otorga un papel relevante a las relaciones amorosas que se establecen entre varios de los personajes, las cuales están tratadas con una gran sutileza y una ternura que ablanda cualquier corazón. El amor es planteado como el motor del cambio que inicia el protagonista, cuya catarsis se produce cuando conoce a Miyazono bajo los cerezos, cayendo perdidamente enamorado.

“Tú eres tú mismo. Tu pasado no importa. Tienes que ser tú y nadie más”.

Durante los primeros compases de la obra tendrá especial relevancia la búsqueda de la identidad personal por parte del protagonista. Hasta que es capaz de afirmar rotundamente que el piano es su medio de expresión, Arima se ve inmerso en un proceso de reflexión y autoconocimiento, de reconocimiento de sus virtudes, de los acontecimientos que paralizaron su vida y de los errores que ha cometido desde entonces. En este proceso tendrá un gran peso el lenguaje musical, que el protagonista domina a la perfección y con el que se siente más cómodo a la hora de expresar sus sentimientos y sumergirse en la búsqueda de su verdadera identidad. A través de las notas de piano tocadas por el personaje, el autor realiza una alfabetización de quienes no lo dominan, que va más allá del público que asiste a los recitales durante la historia y llega hasta los lectores los lectores. Dicha labor alfabetizadora se manifiesta explícitamente cada vez que un personaje toca una pieza musical, ya que el autor incluye una ficha con información sobre la misma y su compositor al final de cada capítulo.

En relación a esto, merece una mención destacada el espectacular dibujo de Arakawa y su abrumador dominio del lenguaje gráfico. Aunque en una primera instancia podría pensarse que estamos ante una obra de bonitos diseños, pero con un aire convencional, que no podría considerarse especialmente destacable, desde los primeros compases de la historia el autor hace gala de una extraordinaria sensibilidad para abordar y reflejar en el papel las complejas, profundas y genuinas emociones experimentadas por los personajes.

Otra de las virtudes más destacables en este aspecto la podemos encontrar en la superación de la barrera de la representación del sonido. A pesar de que el lenguaje gráfico en inmensamente rico y está plagado de soluciones creativas para representar los más variados elementos de nuestra vida cotidiana y el mundo que los rodea, plantea limitaciones a la hora de acompañar en nuestra mente las imágenes que observamos con una pieza musical, como ocurre en el cine cuando las imágenes se funden con la banda sonora. Sin embargo, Arakawa consigue transmitir en todo momento las emociones que despierta la música que tocan los protagonistas y, al igual que el público que siente que la estancia se llena de color cuando Arima demuestra su destreza en el piano, los lectores pueden advertir la fuerza de su desbordado torrente artístico inundando las páginas de cada volumen. Además, refleja de maravilla la naturaleza de los sentimientos detrás de cada músico, permitiendo percibir los matices que caracterizan el estilo musical de cada uno de ellos como fruto de su idiosincrasia personal.

A lo largo de toda la obra seremos testigos de la larga sombra que la muerte de la madre de Arima proyecta hasta el momento presente, de las consecuencias que este fatídico incidente tuvo sobre su hijo y de la presencia que aún tiene en la vida de este, hasta el punto de que el autor decide invisibilizar a su padre para enfatizar el aislamiento y la soledad del protagonista. Uno de los aprendizajes más importantes que tendrá que realizar el protagonista es el de afrontar la pérdida de un ser querido, con la que tuvo una relación intensa y desconcertantemente desgastada a causa de las altas exigencias y la severidad por las que se caracterizaban las lecciones de piano impartidas por ella cuando él solo era un pequeño niño de primaria. Además, a partir de cierto momento de la historia, cuando es ya parecía superado, Arima se verá obligado a hacer frente una vez más a los fantasmas de su pasado…

Durante toda la obra está latente un enfoque pedagógico, en el que Arakawa aborda algunas de las constantes del proceso educativo por el que todos pasamos en menor o mayor medida a lo largo de nuestras vidas. El desarrollo de la resiliencia por parte de Arima será uno de los ejes vertebradores de la historia y una de las claves para que esta avance, mostrando pausadamente a los lectores el estado de letargo en el que se encuentra tras el fallecimiento de su madre, la catarsis que se produce a partir de la entrada de Miyazono en su vida y la adquisición de mecanismos que le permiten sobreponerse a los varapalos del destino y salir a flote. Pero en el último tercio de la obra el autor introduce otro elemento relacionado con los procesos educativos de gran importancia, como es la relación entre maestro y alumno, la cual explora en toda su complejidad con aparente y meditada sencillez.

A través de las clases de piano a Aizato, Arima experimenta la intensa relación educativa que surge entre dos personas en un contexto concreto, el permanente intercambio de roles que se produce, el papel de la motivación intrínseca en forma de voluntad por aprender como motor del proceso educativo y la culminación de todo ello en un aprendizaje significativo, fruto de la profunda reflexión y la modificación de los esquemas mentales previos. El autor consigue mostrar a la perfección que los seres humanos crecemos como plantas, que estiran sus ramas hacia la luz de los sueños, en busca de sustancias que les permitan seguir desarrollándose, pero que también hunden sus raíces en los abismos de los miedos, de los que también nos nutrimos y que pueden truncar el aprendizaje, por lo que, como en todos los aspectos de la vida, es necesario mantener un equilibrio que nos permita adquirir una visión holística del mundo que nos rodea y nos impulse a seguir adelante.

También veremos a Arakawa explorar esta perspectiva pedagógica a través de los personajes de Aiza e Igawa, los otros dos jóvenes talentos que pugnan por ser considerados la gran promesa adolescente del piano. El virtuosismo de Arima despierta en ellos la admiración, el deseo de aprender y un rivalidad que en primera instancia se convierte en una malsana obsesión, que les lleva a canalizar sus emociones para superar sus límites y potenciar sus virtudes, pero que también consiguen dejar a un lado cuando perciben la debacle anímica y la necesidad de apoyo de Arima, demostrando estar por encima de los arrebatos y los deseos cuando la situación lo requiere.

La obra de Arakawa supone una agradable, intensa y enriquecedora lectura, que logra conmover con aparente sencillez, pero que esconde multitud de detalles que engrandecen el trabajo de su autor y revelan multitud de planos que se superponen para dotarla de una gran complejidad. La ambiciosa personalidad del autor emana de cada una de las viñetas, reflejando la cuidada y medida planificación previa a su dibujo y la intención de realizar una historia que escape de lo convencional y le permita poner en práctica sus capacidades como dibujante, narrador y argumentista.

Your lie in April está recopilada en su totalidad en once volúmenes, los cuales fueron publicados entre marzo de 2015 y enero de 2016, siguiendo el estándar de tamaño B5 (115×170 mm) con encuadernación rústica y sobrecubiertas, con un bonito diseño de portadas y un papel de buena calidad, por lo que no se producen transparencias. Como siempre, la labor editorial de Milky Way Ediciones es encomiable y está a la altura de la calidad de la obra. Además, en noviembre de 2017 publicaron también en el mismo formato Your lie in April: Coda, el último regalo de Arakawa a sus lectores, en forma de una simpática antología de historias cortas en las que vemos un episodio del pasado de los personajes o qué será de ellos en el futuro, que deja una agradable sensación y nos hace cerrar la lectura con una sonrisa.

ANÁLISIS DEL ANIME

Normalmente, cuando se hace una adaptación animada de un manga, y además se hace de una forma fiel y casi literal, existe poca motivación para acercarse a ella. En el caso de Your Lie in April, pese a las similitudes, se hace casi imprescindible ver el anime para poder entender uno de los aprendizajes y valores más importantes de la obra: la música. A través de ella, los artistas intentan expresar sus emociones y sentimientos, y pretenden, utilizando ese abstracto y bello lenguaje, llegar a nosotros de alguna forma. Y, seamos honestos, pese al original ejercicio que supone, no es lo mismo leer la música que escucharla. Así pues, Your Lie in April, es una experiencia muy recomendable para todo aquel que haya disfrutado del manga original, e incluso para todos aquellos que no conozcan nada de la obra.

Emitida desde octubre de 2014 a marzo de 2015, finalizó un poco antes de la publicación del último tomo del manga. La adaptación corrió a cargo del estudio A-1 Pictures, conocido por realizar animes como Fairy Tail, Sword Art Online, Darling in the Franxxx o Los siete pecados capitales. Y hay que decir que hacen un trabajo espectacular, con una cuidada animación realizada casi íntegramente en 2D, salvo en los planos cortos de los pianistas cuando tocan las teclas, en el que utilizan técnicas 3D, destacando especialmente el buen trabajo del diseño de los personajes, lo más cercano posible al estilo de Arakawa, y que consigue captar la gestualidad de los protagonistas, algo imprescindible en una historia intensamente emocional como esta.

Es difícil quedarse con una sola escena de la serie, porque hay muchas inolvidables. Pero si tuviera que elegir una, hay un momento en el que Kousei está aprendiendo a tocar Penas de Amor, de Kreisler, y le pregunta a su madre que por qué tiene que tocar esta canción habiendo otras mucho más bonitas, y su madre le dice que es necesario para que se acostumbre a la tristeza. Y de esto va Your Lie in April, de aprender a sentir, de saber gestionar la tristeza, la ira, el amor, y otras tantas emociones y sentimientos intensos que a lo largo de nuestra vida todos tenemos que manejar, y que nos ayudan a crecer como personas.

En el caso de Kousei, la vida le ha obligado a aprender estas lecciones demasiado pronto. Primero, con una traumática infancia en la que sufrió abusos físicos y psicológicos por parte de su madre, que además le enseñó una música monocromática y cuadrática, que le convirtió en una marioneta de la partitura sin alma. Después, con el fallecimiento de su propia madre, que vino acompañado de su abandono de la música, y, por último, con todo el tour de force emocional que vive durante la historia principal, en la que tiene que aprender a amar y a recuperar lo que más ama: la música. Y todo eso con solo quince años, por lo que sí, Kousei se ve forzado a madurar antes de tiempo.

Todo esto se ve muy bien reflejado a través del gran valor añadido de la adaptación animada, la música, que sirve de catalizador principal del torrente de emociones que los personajes desprenden en todo momento. Porque sí, es una serie intensa, que te deja exhausto tras cada capítulo, pese a que, en realidad, el ritmo es calmado y lento. Los momentos más brillantes son los conciertos de piano, y especialmente de Kousei, Aiza y Emi. Como si de un spokon se tratase, el tiempo se detiene mientras interpretan una partitura, y les acompañamos en un viaje hacia su mundo interior, en el que nos narran, con todo lujo de detalles, cómo se sienten en cada momento y qué pretenden transmitir con su música, a través de piezas clásicas de Chopin, principalmente.

Pero, si hay algo absolutamente destacable de este anime, es la banda sonora original, en la que predominan las melodías el piano, algunas de ellas con ligeros arreglos electrónicos, cuyos estribillos se repiten durante los 22 episodios como un trágico jingle que despierta la más profunda tristeza en cuanto escuchas la primera nota, como si de un perverso juego conductista se tratase. Y, pese a ello, como toda la música de piano, es hermosa hasta decir basta, hasta no poder soportarlo, y que sirve para embellecer hasta los momentos más cotidianos, esas conversaciones triviales en situaciones normales que los personajes ensalzan como los momentos más felices e infravalorados que existen, con largos monólogos interiores narrados de una forma excesivamente literaria, casi pomposa, que no empaña ni un ápice la intensidad emocional que pretenden y consiguen transmitir exitosamente.

Los personajes se preguntan todo el tiempo si han llegado a alguien con su música, que siempre tiene una intención de transmitir lo que sienten y piensan, y hay que decir que esa máxima se convierte, como buenos músicos que son, en una obsesión que consigue traspasar la pantalla. Porque esta serie llega a lo más profundo de ti y te deja una muesca que no podrás olvidar jamás. Gracias a Kaori , a Kousei, a su historia de amor, y gracias a la música.

Lo mejor

• El carrusel de emociones que propone cada volumen.
• La medida planificación y la evolución constante de la obra.
• La prodigiosa narrativa gráfica de Arakawa.

Lo peor

• No poder volver a experimentar la sensación de leerla por primera vez.

Edición original: Shigatsu Wa Kimi No Uso (四月は君の嘘) (Kodansha, 2011) Edición nacional/España: Your lie in April (Milky Way Ediciones, 2015) Guion: ARAKAWA Naoshi Dibujo: ARAKAWA Naoshi Traducción: Salomón Doncel Moriano-Urbano Formato: Rústica con sobrecubiertas. 192-224 páginas Precio: 8,00€ Viaje sin retorno "Cuando conocí a aquella chica bajo los cerezos en…
Guión - 9.5
Dibujo - 9.2
Interés - 9.2

9.3

Your lie in April es una obra que abruma por el derroche de virtudes del que hace gala su autor, que realiza un emotivo y complejo retrato de la adolescencia, dota a la obra de múltiples capas de complejidad que la enriquecen hasta límites inimaginables y enamora gracias a un impecable ejercicio gráfico.

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Fer García
Abandoné la Logia Negra y llegué a la ciudad de Málaga en 1984. Mis primeras lecturas fueron los clásicos francobelgas y los cómics de un ratón y unos patos que, años más tarde, gobernarían un vasto imperio. Devoré tiras de prensa, hasta que un niño con cola de mono apareció en mi televisor buscando unas bolas mágicas y el manga me atrapó. Pasé años en blanco y negro, pero los superhéroes llenaron mi vida de mallas y capas de colores. Sobreviví a la Era Hiboria en compañía de un bárbaro y su espada salvaje. A finales de los 90 sentí vértigo, el arenero me llevó al mundo de los sueños y caí en los oscuros abismos del underground. Viajé en el tiempo a través de la banda de Moebius, desde el salvaje Oeste al Largo Mañana. Un mago de Northampton me contó grandes historias y su hijo calvo me dio setas alucinógenas. En Italia probé el fumetto y un marinero maltés me llevó hasta la Pampa argentina, donde tuve mi último recreo antes de conocer al hombre eterno. He estado en Camelot en los días del Rey Arturo, en el planeta Mongo y en las letras del Oceáno Atlántico. En mis aventuras siempre estuve acompañado por un asombroso grupo de profesionales españoles. Los escritos del maestro Eisner me revelaron los secretos de un nuevo lenguaje y ahora solo veo el mundo en viñetas... Cómic camina conmigo.
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