Relatos solitarios
«Me dijeron que prefieren a artistas que sepan dibujar a chicas vitales y atractivas»
IKEGAMI Ryoichi es uno de los autores más importantes de la historia del cómic japonés, toda una institución que ha estado en activo a lo largo de seis décadas, por lo que h sido testigo directo y partícipe de la evolución del manga moderno a lo largo de los años. Sus trabajos primerizos, surgidos al auspicio de la revolución del gekiga, le valieron para ser considerado una joven promesa y llamar la atención del gran MIZUKI Shigeru, quien lo acogió en su estudio como asistente y del que aprendería valiosas lecciones. Una vez probada su capacidad de trabajo de forma constante y periódica, recibió el encargo de realizar la adaptación al manga de Spiderman, tras lo que comenzaría a dibujar historias guionizadas por otros autores.
Ikegami ha escrito su nombre con letras de oro en la historia del manga gracias a su espectacular trabajo como dibujante en obras como Crying Freeman o Santuario, los dos mangas más importantes sobre la yakuza. Pero a pesar de su importancia en el desarrollo del manga y seguir en activo produciendo obras notables, como Lord o Begin, ambas junto al incombustible Buronson/Shô Fumimura, en los últimos quince años solo ha llegado a nuestras librerías Adam y Eve, publicada en dos volúmenes por ECC Ediciones, una dinámica que por suerte ha decidido romper Satori Ediciones con la publicación de dos antologías de relatos cortos realizados íntegramente por este autor, que ojalá sirvan como preámbulo de la publicación del resto de su producción. Mientras que en OEN encontramos historias publicadas en la mítica revista Garo a finales de los 60, Yuko tiene por finalidad reunir sus trabajos cortos publicados a lo largo de la década de los 90.
Este título se presenta en forma de colección de relatos cortos, de entre 40 y 50 páginas en su mayoría, en los que el autor explora los aspectos más perturbadores de la sociedad japonesa y del ser humano. Los relatos se exponen en riguroso orden inverso de publicación para bucear hacia el origen de su estilo artístico , con la única excepción de la segunda parte de La serpiente, que obviamente va ubicada tras la primera. De esta manera, Ikegami nos invita a realizar un realizar un ejercicio inductivo, en el que a partir del producto final, el más perfeccionado, conozcamos por nosotros mismos los fundamentos de su carrera, prolongándose hasta las páginas de OEN.
Estas historias tienen varios nexos de unión entre sí, destacando en un primer vistazo su impresionante apartado artístico. El dibujo de Ikegami otorga el protagonismo absoluto a las figuras humanas, de gran realismo y belleza, frías miradas y rostros impasibles, que perduran en el tiempo endurecidos por las inclemencias de la vida o acaban desmoronados ante la imposibilidad de aguantar el varapalo. En relatos como Tenshu Monogatari (Dioses de la torre oscura), Tôjûrô no koi (El amor de Tôjûrô) o Jigokuhen (El biombo del infierno) bebe de las fuentes históricas de la pintura japonesa y se retrotrae al preciosismo del ukiyo-e, ubicando las historias en la época feudal de su país, en los que pone de manifiesto esa visión fugaz de nuestro paso por el mundo y otorga el protagonismo a actores, cortesanas y samurais, aspectos propios de este estilo influyente estilo pictórico de gran impacto en el desarrollo histórico del manga.
Desde un punto de vista conceptual, los relatos también guardan relación entre sí, abordando una serie de temáticas a través de ellos. El deseo de lo inalcanzable o prohibido, la entrega a los placeres fugaces, el desarrollo de una creciente y malsana obsesión que impide valorar lo realmente importante, el papel del sexo como motor de las acciones de los personaje, la perversidad innata en el ser humano que aflora y daña al entorno en el que se desenvuelve y la entrada a un nuevo mundo a través de un rito iniciático o un portal desconocido están presentes en las diferentes historias, que a veces dejan la sensación de que podrían haber sido desarrolladas con mayor ambición, planteándolas como un título con entidad propia.
Las mujeres son otra de las constantes que aparecen en los diferentes relatos del volumen, jugando un papel fundamental en la mayoría de las historias. Resulta difícil no conmoverse ante las desgracias que Ikegami les hace padecer, hasta el punto de que se revelan catárticas y las conducen irremediablemente a la pérdida de algunos rasgos de su personalidad y el desarrollo de conductas frívolas, así como detenerse a admirar la fría y etérea belleza con la que el autor las plasma sobre el papel, con afilados rasgos y miradas penetrantes. No obstante, no siempre son retratadas con el esmero y la complejidad que merecen, siendo vistas en ocasiones como un elemento de perdición, que arrastra a los hombres a perder su raciocinio y proceder irreflexivamente dejándose llevar por sus instintos, y quedando relegadas a asumir un papel de mero juguete sexual.
Satori Ediciones continúa construyendo un catálogo manga de incuestionable calidad, que se ve respaldado con el fantástico trabajo realizado en cuanto a la edición de cada título se refiere, poniendo gran cuidado en los pequeños detalles y presentado productos muy atractivos realizados con materiales de gran calidad. La editorial gijonesa publica este título siguiendo los patrones establecidos para todos sus mangas, por lo que nos encontramos ante un volumen en formato A5 (15×21 cm), con una robusta encuadernación rústica, vestido con unas preciosas sobrecubiertas, dignas del estilo artístico del autor, y que incluye un bonito marcapáginas, como acostumbran en cada uno de sus títulos. Los diferentes relatos que integran esta antología presentan una excelente reproducción de los materiales en todas las páginas, pero tienen el inconveniente de no haberse incluido las páginas originales a color, privándonos de disfrutar de las virtudes de este mangaka como colorista.
En este tomo también se incluye como contenido extra una interesante, aunque breve, entrevista al propio Ikegami, en la que reflexiona sobre su carrera, los inconvenientes de dibujar el guion de otro autor o las intenciones que lo movieron a realizar estos relatos y los criterios de ordenación de los mismos. El volumen tiene 448 páginas y cuenta con un precio de 22 euros. A continuación pueden verse varias imágenes de esta fabulosa edición, que una vez más, a pesar de la ausencia de las páginas a color, denota el mimo que los responsables de esta editorial ponen al diseño de sus distintos elementos, haciendo justicia a la obra de uno de las autores más relevantes de la historia del manga.
Lo mejor
• El precioso y sensible dibujo realista que caracteriza a Ikegami.
• El enfoque centrado en el sexo, la perversión, la decadencia, la corrupción moral y la belleza estética partiendo de situaciones ordinarias.
• La edición está cuidada hasta el último detalle, como es habitual en esta editorial.
Lo peor
• El turbio retrato que realiza de algunos personajes femeninos.
• Según avanza la lectura, se aprecia cierta repetición de mecanismos narrativos y giros argumentales.
Guión - 8.2
Dibujo - 9.1
Interés - 8.6
8.6
La lectura de estos relatos, disfrutados como pequeños sorbos de un cuenco de matcha, resulta fascinante. Yuko es una excelente oportunidad para apreciar las cualidades artísticas de su autor y disfrutar de su trabajo en solitario, sin que sea eclipsado por la fama de sus habituales colaboradores.