Ansiábamos poner ya nuestras manos sobre esta tercera y penúltima entrega de Zero. Cualquiera que esté familiarizado con las reseñas de quien escribe estas líneas conoce mi entusiasmo por el trabajo de
Recordemos la premisa: a través de diversos momentos temporales, desde los años noventa hasta décadas futuras de este siglo, vamos siendo testigos de la vida de
Inmerso en un sórdido mundo en el que se mezclan lo más sucio del espionaje, la política internacional y los últimos avances de la ciencia aplicados a todo ello, Edward consiguió en el anterior volumen abandonar esa vida y comenzar oculto una nueva vida en Islandia. Pero la felicidad que allí ha encontrado es efímera. Otros operativos de la Agencia le han encontrado y le están observando. Edward lo sabe, no en vano es uno de los mejores. Y los hechos que se pondrán en marcha le llevaran a entrar en contacto con sus antiguos patrones y tal vez a acabar por fin con ese programa que adiestra niños para transformarles en monstruosas máquinas de matar casi carentes de sentimientos. Pero, claro, las cosas no van a ser sencillas, y ni mucho menos agradables.
Zero no ha escatimado nunca en mostrar violencia muy gráfica y espectacular, maravillosamente bien plasmada en viñetas, pero sin frivolizar con ella de forma romántica. No, aquí las peleas son sucias, agónicas, desagradables y dolorosas, por bien coreografiadas que estén. Tampoco se corta Kot en abrir el tomo con una escena de sexo muy explícito, pero igualmente alejado de ensoñaciones adolescentes softcore, y que se siente también muy real. En sus obras también solemos encontrar referencias culturales interesantes poco habituales en le cómic estadounidense, desde
El apartado gráfico corre a cuenta, como decíamos y es costumbre en la serie, de diversos y sólidos artistas de estilos no convencionales. Este acercamiento encaja perfectamente con esa humanidad descarnada y sin ingenuidades que Zero pretende (y consigue) transmitir. Y es que, a pesar de lo frío y terrible, el trabajo de Kot no es nihilista y ofrece un hálito de esperanza para la existencia, por mucho que no se olvide de recalcar lo horrenda que ésta puede llegar a ser, mostrando una visión honesta y no edulcorada de la misma. Quizás, volviendo a los dibujantes, quepa recalcar el trabajo de
Si algo queremos achacarle a este volumen por sacarle algún defecto, tal vez pudiésemos hablar del abandono ya total de la estructura en episodios autoconclusivos en distintos momentos de la vida de Edward que caracterizaron el primer tomo. Y que su lectura resulta muy rápida, quizás por lo prolongado de las escenas de acción. A cambio obtenemos quedar más centrados en una trama concreta, así como un cómic de ritmo trepidante, por lo que de nuevo queda en el terreno de los gustos el veredicto. El mío no puede ser más favorable. Y aunque se empiezan a vislumbrar esos elementos que parece que por salirse en una medida por la tangente han decepcionado a quienes ya han finalizado la lectura de la serie en su edición original, de momento este tomo se ciñe a las expectativas que teníamos del mismo, altísimas por otro lado. Muchas ganas hay ya de que aparezca pronto la última entrega en castellano y poder emitir un juicio sobre ese misterioso ejercicio metatextual que parece que empaña el final de la obra. Y es que, así expresado, y dadas las filias personales que a uno le aquejan, de entrada ese supuesto punto negro suena más bien a que va ser otro elemento que contribuya a poner a Zero en un pedestal. Habrá que leer.
Aparte de todos los méritos que Sergio ha mencionado, este tomo contiene una (dos, en realidad) de las peleas cuerpo a cuerpo más salvajes que he visto nunca en un tebeo, ¡madre mía lo que se hacen! Lo que no sé es si esa línea argumental sobre lo que ocurre en el futuro va a quedar bien arreglada. Veremos.
Pues efectivamente, lo he comentado de forma muy general, como hablando de la maestría plasmando una violencia sucia en la obra en global, pero no he recalcado de forma especial esto que dices: en éste cómic hay dos luchas mano a mano realmente crudas y espectaculares, que le dejan a uno atónito. Como pocas que hayamos visto antes, vaya.
Un saludo y gracias por comentar.
Bueno, me has convencido para seguir con él. Parece que evoluciona bien.
Me da miedo el cambio de rumbo que empieza a tomar.
Hola Sergio, a mí también me está cautivando este «Zero». Qué otras obras puedes recomendar de Alex Kot, que estén publicadas en España? mil gracias
Pues casi todo lo de este autor ha visto la luz en castellano a manos de ECC ediciones: Aparte de éste Zero, tenemos su Niños Salvajes, El Cambio (ambos tomos unitarios) y su brevísima etapa del Escuadrón Suicida de DC (creo que aquí se publicaron en el tomo 3 de la serie regular) que de lo poco que he leído, me parece lo mejor del grupo tras el relanzamiento New 52. Y de las mejores cosas del mismo en general, diría.
Yo diría que por lo demás solo quedan los números que firmó en Vengadores Secretos (publicados por Panini en las entregas 39 a 54, aunque ojo, no participa en todas ellas), porque no tengo noticia que su Iron Patriot haya sido traducido ya…y personalmente y con todo el dolor de mi corazón, tampoco acabo de recomendar su Soldado de Invierno, que me parece su trabajo mas flojo. Tal vez deba darle una nueva oportunidad a esta última, pero los primeros números no respondieron a las expectativas que tenía y dejé de seguirla.
Un saludo.