ZN 1 Millón: Raul G. Peribañez

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Raul G. Peribañez creo que ha sido uno de los colaboradores de la epoca en la que Zona Negativa era «estatica» mas prolíficos, estuvo con nosotros en la epoca en la que ZN tenía un diseño mas sombrio como ya apunta el mismo y también cuando pasamos al diseño azul, por culpa de una serie de malentendidos tuvo que abandonar ZN y emprender otros caminos… hoy en este «aniversario» lo tenemos de vuelta con nosotros recordando viejos tiempos.

«No puedo presumir de haber seguido los primeros pasos de la revista Dolmen cuando aún era un fanzine puro y duro. Tampoco de comprar cualesquiera de las historietas de aquel Cels Piñol que comenzaba a sorprender a propios y extraños. Y es que aunque me encantaba leer aquellas secciones de Forum o Zinco en las que comentaban las últimas novedades en el mundillo de los fanzines, nunca arriesgué un duro de mi bolsillo en todo aquello. Primero de todo por que mi situación económica tampoco daba para más (si ya me costaba seguir mis cómics favoritos, pues imaginad…); segundo que hasta muchos tiempos más recientes no he tenido librerías especializadas a mano, así que la posibilidad de ojearlos (y saber qué tal eran) estaba desechada; y tercero que sólo la idea de que mis padres supieran que me gastaba mis pesetas en «eso» me horrorizaba especialmente.

Pero una cosa no quita a la otra, y lo cierto es que siempre me ha gustado escribir (y dibujar), de ahí que me ofreciera en más de una ocasión a colaborar a diversas revistillas. Supongo que todos os imaginaréis el proceso: leías la sección de correo de algun tebeo, en ella un lector dejaba su dirección y pedía colaboradores para su fanzine, le escribías y… He de decir que Piñol entró en esto de los tebeos a base de cosas como ésta. Personalmente no fui tan insistente, y a las tres o cuatro cartas sin respuesta opté por pasar del tema. Es curioso cómo los «fanzineros» siempre pedían que le dieras una oportunidad a lo suyo aunque luego ellos no se tomaran la molestia de responder a gente que realmente quería echarles una mano.

Por suerte, con el paso del tiempo la tecnología ha avanzado lo suficiente como para que hoy podamos hablar de manera rápida y eficiente. Internet me abrió puertas que antes parecía tener cerradas y, vete a saber cómo, descubrí una página web llamada Zona Negativa. Por aquel entonces el negro era el color básico de esta web, y recuerdo que lucía un bonito dibujo de la Viuda Negra en su home (aunque durante unos días cambió por el de una Harley Queen de Bruce Timm). Me llamó la atención por las numerosas entrevistas a diversos autores (Jan, Carlos Pacheco, etc) o por aquella sección en la que venían decenas y decenas de direcciones de correo electrónico de guionistas y dibujantes. Zona Negativa era una buena web sobre cómic. No se actualizaba muy a menudo, la verdad, pero era de lo mejorcito que se podía encontrar en español. Un día me armé de valor y me puse en contacto con Raúl López, su dueño, y le comenté que me gustaría colaborar escribiendo reseñas. Aquello debió de ser en el año 2000, yo tendría unos diecisiete años, y pensar que podría escribir en aquel lugar me parecía increíble. Supongo que tenía una visión idealizada de Zona Negativa, la visión de una web tan profesional que en la vida me aceptarían. Pero esto es como el niño que se hace mayor y cuando vuelve años después a su colegio de la infancia se da cuenta de aquello no era tan, tan grande como recordaba. Fuera como fuese, en este caso mis textos sí fueron aceptados, y, para disfrute personal, pronto aparecieron mis reseñas sobre los Cuatro Fantásticos de Carlos Pacheco. No voy a decir que fuera un «sueño hecho realidad», pero sí que recuerdo aquellos días con cierto cariño. Es más, Raúl (tocayo mío, para postre) fue la primera persona con la que matuve correspondencia a través de Internet, así que entre que me llevaba bien con él y que Zona Negativa me encantaba, pues digamos que era una situación ideal.

No recuerdo bien cómo fueron las cosas, pero la web pasó por una época de abandono, ¡hasta el punto de que unas reseñas mías de Nuevos X-Men no llegaron a ser publicadas! Pero Zona Negativa volvió con nuevo aspecto, más centrada que nunca en las reseñas. Entró Alberto Morán, se fichó a un par de personas más que colaboraban esporádicamente, yo volví también… Y todo aquello fue un más y más, un sin parar en su crecimiento que llega hasta nuestros días. Por el camino han entrado y salido muchas personas, como yo mismo por ejemplo. Fue por una estúpida discusión a raíz de una reseña de The Ultimates (definitvamente, este tebeo saca lo peor de uno) con Alberto y que continuó con Raúl. Digamos que aquello terminó por marcar mi salida. Aunque no me agradaron algunas cosas que ví, sería exagerado el que esta pequeñez de caso ensuciara la buena imagen que tenía de Zona Negativa, la de una buena página sobre cómic. Y Alberto me invitó un café en San Sebastián, además de perder toda una mañana llevándome por las librerías de cómics de la ciudad (¡mil gracias!)

En fin, supongo que debo de ser los pocos que habrán podido daros una descripción de cómo era Zona Negativa en aquellos primeros tiempos, mucho antes de que fuera lo que es ahora. Como yo a Dolmen o a Cels Piñol, muchas otras personas apenas mostraban atención por una web que podía ser grande y que ha terminado por serlo. Por mi parte ya lo único que puedo hacer es agradecer el que se me diera aquella oportunidad para mostrar mis inquietudes y compartir con otros mi gusto por los tebeos. Hoy puedo hacer Universo DC.Com, o Volatilis, o Action Tales, pero mis primeros pasos están en esta web, y, por supuesto, eso no se olvida ni un millón de visitas después.»

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