Resulta tremendamente complicado escribir un post cuando el que lo precede es tan inspirado, emotivo y acertado. Tan especial. Toni siempre pone el listón muy alto, pero en esta ocasión, la altura es inalcanzable. Así que sólo queda agradecerle el haber compartido sus pensamientos con todos nosotros, e intentar cumplir con mi parte. Empecemos…
Sábado por la mañana. Como de costumbre, aquí tenéis mi artículo semanal en Zona Negativa, pero en esta ocasión no escribiré acerca del último cómic que me ha encandilado, el arco argumental de turno, o la enésima saga de tintes épicos. En su lugar, y sin que sirva de precedente, cambiaré de tema.
Como todos sabréis, estamos de fiesta en Zona Negativa. Por 1.000.000 de razones. 🙂 Poco le queda de vida a esta semana repleta de festejos y celebraciones varias, y la gran mayoría de miembros del Equipo ZN ha dado su visión acerca de este señalado acontecimiento. Es mi turno.
Echando la vista atrás más años de los que me gustaría admitir, recuerdo el día en el que, siendo un imberbe chavalín, entré en un pequeño kiosco dispuesto a hacerme con algún tebeo de Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, o 13 Rúe del Percebe. En ese momento, accionado por la firme y decidida mano del Destino (o del Azar), me topé con un ejemplar de la etapa de Factor-X obra de Louise y Walter Simonson, más en concreto, el nº 9 de la colección. En las páginas del tebeo en cuestión, el lector asistía atónito a la “crucifixión” del Ángel en los túneles Morlocks a manos de los Merodeadores.
Quizás semejante aluvión de imágenes impactantes accionó un resorte oculto en mi joven e impresionable mente, ya que a partir de entonces comenzó una idílica relación entre el que escribe estas líneas, y los cómics, tebeos, historietas o bandas deseñadas. El término es indiferente. A Factor-X le seguirían Los Nuevos Titanes de Marv Wolfman y George Pérez, La Patrulla-X de Chris Claremont, John Byrne, Paul Smith y compañía, Los 4 Fantásticos de Byrne, o el Daredevil de Frank Miller. Oro puro. Y la afición no paraba de crecer.
Hasta el día de hoy. Movido por esta pasión, unida a la proliferación de weblogs centrados en el mundo del cómic, y espoleado por la admiración hacia webs que visitaba con una frecuencia enfermiza (especialmente, La Cárcel de Papel y, lo creáis o no, Zona Negativa) el 21 de marzo de 2005 decidí crear mi propia bitácora: Aquí huele a Azufre….
Lo cierto es que a Raúl López, nuestro sufrido webmaster, debió de gustarle mi trabajo (sin lugar a dudas, cuando visitó mi web padecía un estado de enajenación transitoria), pues a finales del mes de junio de 2005 me ofreció colaborar con Zona Negativa. No negaré que el ofrecimiento me hizo ilusión. Muchísima ilusión. Pero por aquel entonces (y aún ahora) apenas disponía de tiempo libre por estar preparando oposiciones, y el puesto ofrecido requería postear a un ritmo regular durante la semana.
Haciendo de tripas corazón, le hice ver que muy a mi pesar no podía asumir esa tarea, pero para mi sorpresa insistió, ofreciéndome escribir reseñas cuando mi escasa disponibilidad de tiempo libre me lo permitiera. Sin compromisos.
Evidentemente, Raúl advirtió en los mails que intercambiamos por aquellas fechas que me moría de ganas de participar en el proyecto. Y en un alarde de generosidad que le agradeceré eternamente, creó las condiciones propicias para que así fuera. Porque ésta es una de sus grandes virtudes: coordinar a un equipo de 9 personas no resulta sencillo, pero él logra que todos y cada uno de nosotros nos sintamos útiles, partícipes, valorados y aceptados. En Familia.
Ésta es tu casa, Raúl, pero desde el primer día has sido el anfitrión perfecto. Gracias.
Al poco tiempo de mi ingreso en ZN, comencé a intercambiar correos electrónicos con Toni Boix. Si durante estos 8 meses he escrito algún artículo que merezca la pena, el mérito ese suyo. Maestro indiscutible en el arte de la palabra escrita, e infatigable mentor, siempre se ha mostrado dispuesto a obsequiar a quien lo pida con el consejo oportuno en el momento exacto. Gracias, Mr. Boix.
Del resto del Equipo ZN…¿qué puedo decir? ¿interminables charlas vía Messenger? ¿oportunos consejos y recomendaciones? ¿compañerismo incondicional? ¿colaboraciones puntuales en mi blog personal? Todo eso y mucho más es lo que me han ofrecido Alberto, Sergio, Pablo y Juanjo, sin olvidarme de Jordi y Juan, con quienes he tenido un trato menos habitual, pero igualmente gratificante, así como de los ahora ausentes Juan Carlos, Luis y Alberto. Gracias a todos. 😉
Y hasta aquí ha llegado este artículo, que más bien parece un discurso, repleto de agradecimientos y buenas palabras hacia mis compañeros. Pero es que así me siento: agradecido a todos y cada uno de los miembros de la Familia Negativa, a los que más que compañeros, considero amigos. Espero seguir aprendiendo de vosotros. Durante muchos años.
Por supuesto, dentro de este peculiar núcleo familiar os incluyo a vosotros. Los lectores. Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que nos lo pasamos de muerte lanzando Palabras al Aire desde este pequeño rincón de la blogosfera. Espero que vosotros también leyéndonos. Porque con vuestras visitas y comentarios insufláis a esta web el aire necesario para que permanezca activa y con vida por mucho tiempo. ¡¡1.000.000 de Gracias!!.
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)