Septiembre de 1999. Yo tenía 6 años cuando Zona Negativa nació. No era consciente del acontecimiento. Para mí, Zona Negativa siempre ha sido algo que ha formado parte de mi vida desde el principio. No concibo un internet sin Zona Negativa, porque es algo que ha estado desde antes de que fuera consciente. Y, el hecho de que siga estándolo como una especie de Stonehenge de la divulgación comiquera, inamovible a cualquier acontecimiento hace que cuesta imaginarme que algún día desaparezca. Llueve o truene.
Corte a septiembre de 2009: El púber Pedro de 16 años. Ya es lector asiduo de blogs y páginas web. Pero si hay uno que disfruta particularmente es Zona Negativa. Repaso a los crossovers americanos, secciones como V de Vigilantes o WTF!? se convirtieron en una costumbre lectora. Aunque no leyese los cómics que reseñaban, era un deleite dejarme llevar por sus elaborados textos y descubrir cosas con ellos.
Corte a: verano de 2016. 23 años. Yo por aquel entonces estaba pasando un momento de crisis. Si bien ya había dado el salto de dejar ADE para embarcarme académica a lo que realmente quería estudiar: cine, tuve un contratiempo muy gordo ese verano. Por aquel entonces yo estaba desarrollando una labor similar en Making of e-zine, junto a compadres canarios como Carlos J. Eguren o Luis Machín. Este magazine electrónico, se prolongó años. Pero que cerrar e irse por la puerta de atrás. ¿Qué sería de mí? ¿Tendría que volver a mi blog cutrísimo y que me leyeran cuatro? No, no pienso poner el enlace. Afortunadamente, Zona Negativa acudió a mí y me ofreció participar.
Se me pidió un texto de prueba que, aparentemente, entusiasmó en la página. Yo estaba levitando. Entrar a formar parte de una página web con este legado era un gran paso profesional para servidor. Al menos, así lo he concebí. Y vaya si lo fue.
Tras más 200 posts y tres años y casi un mes después, habiendo escrito multitud de reseñas y llevando la sección Servicio Informativo Independiente, puedo decir sin temor a equivocarme que ha valido la pena.
En Zona Negativa he aprendido una serie de valores y lecciones que son trasladables a cualquier labor que vaya a desempeñar. Y que igual si algún medio remunerado lo aplicase, tal vez no se estaría cuestionando tanto el periodismo. Ha habido grandes momentos, amistades forjadas a fuego lento, pero también malos. Sí, los hay. Como en cualquier trabajo. Más si hay colectivo. Hay choques de pareceres, nada poco habitual. Pero, desde mi perspectiva, las experiencias de poder haberme tirado 2 horas hablando con Carlos Pacheco o tres cuartos de hora con el matrimonio Talbot, compensa al resto. De esto siempre se debe aprender algo.
Trabajar en Zona es muy exigente. No siempre se llega. Debes compaginarlo con otras tantas responsabilidades. Sientes cierta presión para estar al nivel de nombres como José Torralba, Alberto Benavente, Pedro Monje, Juan Gómez-Jurado, Raúl Martín, Jordi T. Pardo, Iván Rivas, Mariano Abrach, Raúl López, Sergio Aguirre, Raúl Silvestre, David Fernández, Diego Matos, y tantos otros nombres de autores que admiro profundamente. Es un privilegio poder formar parte de este club e, incluso, poder llamar amigo a alguno de ellos.
Zona Negativa me ha abierto un abanico de posibilidades más grandes de lo que jamás hubiese pensado. He conocido gente maravillosa. Editores, dibujantes, compañeros redactores.
Corte a: septiembre de 2019. Zona Negativa ha cumplido 20 años. Escribo esto con 26 años. Evidentemente no soy el imberbe soplamocos que fui.
20 años después. Aquí sigue Zona Negativa, fresca y exultante como cuando nació. El mercado ha cambiado. El consumo, también. Los medios de producción audiovisual se han democratizado y hay una saturación de voces, podcasts, youtubers. La atención del lector medio ha disminuido. Hay una menor demanda de webs y blogs escritos. Sin embargo, Zona prevalece. Ella y su innegable valor histórico. Eso es algo contra lo que nadie podrá competir. 20 años. Son pocos los medios especializados en cultura que llegan a cumplirlos.
es
Yo he madurado con ellos. He mejorado mucho como escritor en esta web. Han sido mi acompañante en mis años universitarios. Y algunas de las mejores cosas que me han podido pasar a nivel profesional han sido gracias a ellos. Me han abierto puertas y proporcionado más de una oportunidad. Y os puedo asegurar que pienso aprovecharlas.
Así que, si pienso en Zona, se me viene a la cabeza la palabra gratitud. Por todos los años de lectura de calidad que me han proporcionado. Por haberme permitido trabajar en un medio en el que siempre, consciente, o inconscientemente, he querido participar. Por estos años de experiencias imborrables. Y por tantas otras cosas.
La mía es solo una de las historias que ha concentrado este medio. Redactores talentoso desempeñan una incansable labor diaria. Cada uno con sus expectativas y pareceres. Cada uno con un punto de vista irremplazable. Día a día durante 7300 días. Se dice pronto.
Felicidades por estos 20 años llenos de una coherencia. Esto solo es el principio y, citando a Alan Moore, nada termina nunca. Y lo mejor siempre está por llegar.