En el pasado Cómic Barcelona pude cumplir uno de mis mayores sueños, poder entrevistar a Carlos Pacheco, un autor por el que siento tanta admiración que me daba pánico ponerme delante de él para entrevistarle. Por suerte, por su carácter abierto en cuestión de minutos lo que era una entrevista se convirtió en una charla en la que poco a poco intentamos hablar desde sus inicios hasta sus últimos trabajos.
La entrevista es mayúscula, toda ella mérito de Carlos como veréis y es que es alucinante lo mucho que se puede aprender cuando tienes un maestro de su calibre delante.
Teníamos la entrevista reservada para un momento especial y que mejor que el 20 aniversario de ZN para compartirla con vosotros. Esperamos que la disfrutéis.
A la hora de plantear la entrevista, lo que vamos a hacer es rascar del pasado. Más que preguntarte por trabajo, quiero preguntarte por sensaciones.
Carlos Pacheco: Vale
Mira, yo recuerdo tus primeros trabajos, en aquellas portadas tan chulas para Forum. Quería saber cómo fue tu primer trabajo como ilustrador, cómo surgió la idea, cual fue la sensación de ver tu primer dibujo publicado como profesional… También recuerdo que hiciste algún fanzine, ¿no?
Pacheco: Sí, pero tampoco nada encaminado a trazar un plan maestro. Fue una suma de casualidad. Por ejemplo, el fanzine… Creo que era con Arte 9, que son grandes amigos… Yo ya sacaba una revista de la librería. Y les hice un dibujo… También colaboré con una revista que surgió en el campo de Gibraltar y fue mi primera historia. 4 páginas. Pero yo no tenía la sensación (ya que estamos hablando de sensaciones) de que fuese el inicio de nada. Simplemente era una afición. Yo dibujaba. Y como era mi afición, en vez de hablar quién era más fuerte, si La Cosa o la Masa, pues hacía dibujos. Pero no era un plan maestro encaminado a llegar a ningún lado.
Me marcho a Sevilla el último año de carrera y a través de unos amigos de ahí de Sevilla, unos aficionados… Uno de ellos terminó su carrera y se fue a Barcelona y entró a trabajar de traductor, Antonio Moreno. Y él, pues me robó la papelera. Cogía los dibujos que yo no quería y se los quedaba él. El entró en Forum y se los enseñó a Antonio Martín.
Un día, me traen una carta. Carta física, con su sello del rey y todo este tipo de cosas. Y decía que Antonio Martín quería conocerme. Que había sido un poco… Extrañadísimo.
Total, que cogí mi tren y llegué a Forum, que estaba en Aribau, si no recuerdo mal. Y sale Antonio, yo ahí. Imagínate cómo va a ser Antonio Martín. Todo un misterio ¡Una cosa! Antonio Martín (risas). Y, claro, tienes que recordar que para nosotros Antonio Martín era el Stan Lee español. En aquella época, claro.
Y, total, que me quedo ahí en los sofás del hall de entrada. Una zona de penumbra. Y… ¡Cuántos dibujos míos! Hechos a bolígrafo, todo muy cutre. (pausa) Claro, tú ves el book de cualquier chaval que empieza ahora y tiene el nivel de 10 años de carrera de aquel entonces.
Sale Antonio, me saluda, le enseño mis dibujos… Fuimos a comer. Jordi Soler, Antonio Martín, Antonio Moreno y yo y puso una botella de whiskey en medio, le puso una marca por donde iba (risas). Y al final de la comida dijo: “Jordi, encárgate de que Carlos se vaya con trabajo”. Aquello me dejó sorprendido porque yo no había hecho nada por entrar, por querer hacer algo. Entonces, que el editor de Marvel en España quisiese que mi trabajo se publicase, no solamente palabras bonitas, sino… A mí me dio la sensación de que podía pasar algo.
Pero fue muy fuerte. Hoy en día con un mail. Te haces tus cosas y a saber si te lo leen… No, tú tomaste la decisión de irte desde Sevilla, ¿no?
Pacheco: Sí…
De Sevilla a Barcelona…
Pacheco: Sí, sí sí, claro.
Ni AVE ni hostias. Serían horas…
Pacheco: Sí, bueno… Para mí tenía un sentido de aventura todo esto. Quiero decir, también para mí venirme a Barcelona era… Barcelona era la Meca editorial. Era donde estaban todas para mí. Venir aquí para mí, la sensación era… Dentro del microcosmos patrio, era como venir a Nueva York. Aquí estaba Norma, estaba Toutain, la Cúpula… Todas las editoriales estaban aquí. Si sumamos a todos los autores de la generación Toutain, para mí era un lugar muy mítico. Venir a Barcelona, no era ningún problema, sino todo lo contrario. Una maravilla venir aquí y respirar la ciudad y todo eso. Era maravilloso.
Y si vamos para atrás, ¿De dónde nace tu pasión por el cómic?
Pacheco: Pues ese es el problema. Que no nació. Vino puesta, vino de serie. No fue un extra que me añadieron de forma especial, sino que yo salí de fábrica con la pasión de los cómics. Yo en casa tengo unas cuantas fotos enmarcadas donde, no creo que llegue a los dos años, y ya tengo un cómic en la mano. Pero lo curioso era que en mi casa no había cómics. No es algo que yo dijera “¿Esto qué es? ¡Voy a mirarlo!” No, sino que supongo que a mí alguien me regaló un cómic para entretenerme y tal y a mí aquello me sedujo de una manera absoluta. Y ya te digo, esas fotos por detrás tienen garabatos. El deseo de dibujar y de los cómics me es absolutamente innato. Yo tenía una pasión absoluta por los cómics. De hecho, cuando empieza a publicarse Marvel en España, yo ya tendría unos diez o doce años. Y yo ya era aficionadísimo a los cómics. Yo crecí con Bruguera, crecí con Blueberry, con Michel Tanguy, con Barbarroja, con todo aquello… Tintín era el que menos me gustaba. Tintín no me molaba demasiado. Recuerdo que sí me gustaba Objetivo la Luna. También porque tenía un cierto amor por la ciencia ficción. Pero Tintín me resultaba un tanto distinto a lo que yo buscaba en los cómics. Recuerdo comprar Gaceta Junior, con la primera aventura de Dani Futuro. Carlos Giménez me dejó completamente fuera de juego. ¿Y qué más? Pues no sé… Las Aventuras de las Chicas, de Carrillo. Después me enteré que era su mujer, con aquellas cachas imponentes. Eso era impresionante. ¡Trinca! Leer el primer número de Trinca, con el Manos Kelly. No sé. Yo ya te digo que yo devoraba cualquier tipo de historieta. Cuando llegó Marvel a España, yo ya había hecho los deberes.
Y de esos trabajos para Forum, el salto a Marvel UK, ¿Cómo se produce?
Pacheco: Eso fue muy particular. Yo me fui en el año 88. Yo fui a Marvel y yo trabajaba en la Universidad de Cadiz en aquel entonces. Me surgió una charla en la Universidad de Baltimore, Maryland y aproveché y me pasé por Marvel. Cogí un tren desde Baltimore hasta Nueva York. Tuve una cita con Tom DeFalco, ahí conocí a John Romita…
Uh. Maravilloso.
Pacheco: Sí, para mí eso fue absolutamente maravilloso. Me regaló un original de Spiderman (risas). O sea, ellos tenían una sensación de extrañeza mayor que la que podía tener yo. Porque ellos decían… Recuerdo que entró la mujer de John Romita, Virginia, y le decía: “Estoy aquí con un chico que viene de España”. “¿España? ¿Pero sabe decir algo más que no sea hola y adiós?”. Claro, porque yo creo que la editorial… Otra cosa es el departamento de ventas y todo eso… Pero yo creo que en la editorial no tenían consciencia de todo eso. Tened en cuenta de que hablamos de un tiempo en el que los editores no venían por aquí, a los autores de superhéroes no se les invitaba… Ellos creían que su “negociado” era exclusivamente americano y que de allí no salían. Entonces, se sorprendían… ¿Cómo va a haber un aficionado a los cómics ahí por…
Europa
Pacheco: No, en España, que era todavía más raro. Y el caso es que Tom me tomó los datos. “No te preocupes, que te llamamos. Te vamos a mandar un guion para Marvel Comics Presents”. Que era la revista aquella que publicaba relatos de entre seis y ocho páginas y el caso es que cuando volví a España, me tiraba mirando el buzón todos los días y no llegó nunca ese relato. Y yo ya perdí la posibilidad de soñar con que aquello sucedería. Pero un día me llamaron de Marvel UK y fue por una mezcla de dos factores. Primero, fue por eso: porque le habían pasado los datos míos en una época en la que Marvel necesitaba dibujantes en Inglaterra y, por otro lado, porque ya había un chaval, David Rodríguez, que había trabajado en Forum, o que había vivido en Barcelona, ahora no recuerdo bien… Y el caso es que ya conocía mi trabajo: “ya lo llamo y tal, que lo conozco”. Y había visto mi trabajo en las reediciones de Forum y, total, que me llamó aquí estoy. Aquello fue un… En diciembre y en enero yo ya me encajé en Londres. Me llamaron porque querían conocerme “te pago el viaje y tal”. En enero, justo después de reyes, un ocho de enero, me encajé ahí en Londres y, tío, todo ilusionado “¡Esto va a ser la polla! ¡Esto va a ser increíble!”. Bueno, a mí me sirvió todo aquello, pero la verdad es que para mí fue todo un bluf.
De ahí saltas a DC, Flash. ¿Qué tal fue la experiencia en DC?
Pacheco: Pues fue muy particular, porque me llamaron el mismo día o con un día de diferencia. Tanto Marvel como DC. Lo que pasa es que primero me llamó Brian Augustyn y, claro, lógicamente yo… Habíamos estado un mes sin recibir nada. Después del cierre de Marvel UK, sin saber. Con la incertidumbre de saber si íbamos a tener trabajo o no. Entonces a mí me decían, por un lado: “no te preocupes, que en Marvel han preguntado varios editores por ti”. Pero eso tenía que consolidarse en una llamada, ¿no? Yo había dejado mi trabajo, lo había dejado todo. Estaba recién casado, además, y lo había dejado todo sencillamente para poner todos los huevos literales y figurados en la cesta del cómic. Entonces, el mes ese, cerraron en diciembre, y en enero estábamos acojonados con ese tema. Entonces, cuando me llamó Brian para ofrecerme trabajar en Flash, aparte de que por supuesto… ¡Es que era Flash! Era con Mark Waid. Era una cosa muy fuerte, ¿no? Yo no me lo creía. Y Mark me escribió. Tenía muchas ganas de trabajar conmigo y tal. Que conocía mi trabajo…
Para fliparlo.
Pacheco: Me reventó la cabeza aquello, ¿no? Y Mike Wieringo, que era el dibujante titular de la serie, necesitaba unas vacaciones y me contactaron por si yo podía encargarme de un par de números de la serie. Era, sencillamente, una manera de entrar. Después me iban a dar más trabajo y tal. Y encantado. Pero al día siguiente, o al mismo día por la tarde, es que no recuerdo bien ahora mismo, pero vamos, con un lapso de tiempo, básicamente de horas, me llamó Suzanne Gaffney para ofrecerme Bishop y, claro, era la oficina X. ¿Cómo ibas a decir que no? Entonces, dije que sí y, entonces, ya tenía una mínima agenda preparada, que era lo que… Primero Flash, después más Flash, luego Bishop. Y yo ya asumía que con Bishop, yo ya vendría con Marvel y que me iba a quedar. Pero al recibir las primeras páginas del primer número, Brian me dice que quiere ofrecerme tres números más y que quiere darme el número 100, también. Total, que dije que sí. Iba acaparando trabajos. En el sentido de tener una seguridad. Total, que hice los dos números de Flash, me pongo a hacer el número de Bishop, sale el número uno de Bishop a la venta y me llama Suzanne Gaffney un día, desde el despacho de Terry Stewart, el editor, para ofrecerme un contrato en exclusiva para Marvel. Y, bueno, pagaban mucho más…
¿Alguna vez has pensado “¡Hostia! ¿Qué habría sido de mi carrera si hubiera seguido en DC?”?
Pacheco: ¡Claro, claro! Evidentemente. De hecho, acepto el contrato en exclusiva. Lógicamente, me pagan muchísimo más y me daba una seguridad, una estabilidad… Todo eso. Era sí o sí. No había posibilidad de tomar otra decisión. Entonces, voy a Nueva York, hablo con Brian, le digo: “mira, voy a hacerte los dos números de Flash” … Él quería que continuara con la colección de Flash, después de Mike Wieringo y le dije que no podía, que había aceptado, le enseñé lo de Bishop… Recuerdo las palabras de Brian: “espero que ellos sepan la suerte que tienen”. Probablemente, fueron las palabras que más me animaron en toda mi carrera. Salí que no cabía por la puerta (risas). Y tenía el calendario tan apretado que no tuve tiempo de… Oscar Jiménez me ayudó con unas cuantas páginas. Salva hizo medio número de Flash y en el número 100 también colaboramos para poder acortar los plazos.
Y de ahí saltas a Starjammers, a los Cuatro Fantásticos…
Pacheco: Excalibur, también. Me llama Suzanne…
¿Cómo fue para ti colaborar en aquellos proyectos y en especial en Los 4 Fantásticos?
Pacheco: Sí, sí… Ahm. Hago Bishop, Universo X, Starjammers, Excalibur y Cuatro Fantásticos. Ese fue el… Cuando me pidieron cerrar la colección clásica de Cuatro Fantásticos pregunté: “¿Por qué a mí y no a Paul Ryan?”. “Bueno, ya te explicaré y tal”. Al final no me dieron explicaciones y tampoco quise pedirlas. Entendí que, si no me las quisieron dar, no me las iban a dar, así que para qué coño iba a andarme con tonterías. Y, bueno, me hubiese gustado que fuera Paul porque me parecía un tipo fantástico. Tuve ocasión de conocerlo y hemos sido vecinos en convenciones, en el Artist’s Alley en Estados Unidos. Hemos coincidido varias veces. El hombre ya murió. Y era un tipo cojonudo. A mí me habría gustado muchísimo. Era uno de estos trabajadores que parece que no existen, pero son los que mantienen colecciones y personajes años tras años vivos.
Artesanos.
Pacheco: Sí. Y muchas veces para una editorial son mucho más necesarios ese tipo de autores que los grandes autores que todos admiramos.
Y de ahí a X-Men. ¿Tu objetivo era ese?
Pacheco: No, yo no tenía objetivos. Yo ya había superado el límite de mis sueños (risas). Se había quedado atrás ya hace mucho tiempo. Todo aquello ya era gratis. Todo aquello era… No tenía ni idea. Yo fantaseaba con entrar a la editorial. ¿Con hacer cosas? Eso ya era algo que ni se me ocurría. No me atrevía yo siquiera a osar o ensoñar. Los X-Men aquello ya era… Estaba lejísimos. Yo no… Ni se me ocurriría ni pensarlo. De hecho, creo que fue el gran error de mi carrera fue X-Men… Error o, bueno… No sé si calificarlo de error, o precisamente lo contrario. Aprendí mucho sobre la profesión con X-Men. Porque cuando me llama Bob para ofrecerme X-Men pues yo me quede absolutamente fuera de… Hablamos de un tiempo en el que hacer X-Men era entrar en la NBA, ser titular de los Lakers, ¿no?
Era lo que sostenía a Marvel
Pacheco: ¡Claro¡¡Claro! Era la colección que sostenía con Marvel. Entonces, hacer X-Men era… Recuerdo que llamó y estaba solo en casa y me tiré bailando solo toda la tarde o sea que (risas). Puse ahí la música a todo volumen y me puse ahí a bailar el baile de la felicidad. Una cosa brutal, ¿no? Una cosa espectacular. Joder, hacer eso. Y además hasta sacaron un anuncio con mi nombre y tal. Pero aquello me acojonó bastante, ¿eh? Reconozco que yo estaba asustado. Y dado que Madureira era el autor que hacía la otra colección y que era el que… Su estilo, el amerimanga, estaba imponiéndose y tal. Y yo cometí el error de intentar acercarme al amerimanga y no desarrollar mi estilo natural que era el que había en Bishop, en Starjammers, incluso en Cuatro Fantásitos. No, en Los Cuatro Fantásticos también hice un mínimo acercamiento al amerimanga pero ya en X-Men fue consciente y descarado. Y eso fue un error porque me encontré muy incómodo y a mí me sorprende cuando la gente viene y me dice: “Me encantaba tu trabajo en X-Men y tal”. “Me parece muy bien. Me encanta que me digas esto. Pero yo no me sentía cómodo”. Y, bueno, la sensación en X-Men fue extraña porque era el final de un periodo—
Shang Chi, incluido además, ¿no?
Pacheco: Sí, pero eso lo pedí yo.
Ah, vale.
Pacheco: Eso lo pedí yo.
(risas)
Pacheco: Te agradezco la cara de extrañeza, de asco que has puesto (risas)
No, no. Sé que te van los clásicos.
Pacheco: Sí, sí…
¿Pero Shang Chi, tío?
Pacheco: Sí, sí, claro.
A lo loco.
Pacheco: Te cuento porqué…
No habrá personajes que peguen…
Pacheco: Claro, pero esa era la gracia. A mí lo que me gusta del Universo Marvel era la sorpresa de conectar esquinas. A ver, por ejemplo, ¿Por qué los superhéroes tienen sus supervillanos adjudicados? ¿Por qué no un malo puede estar haciendo sus fechorías y viene el superhéroe de otro y “voy a luchar contra ti? “¡Eh, tse, que yo soy el supervillano de fulanito! No jodas, que aquí el convenio lo deja clarito. Tú con los tuyos” (risas). ¿Me entiendes? Entonces, ese no deja de ser uno de esos clichés extraños de los superhéroes que todos damos por válidos.
De hecho, mira lo bien que funciona Doom cuando decidieron enfrentarlo a Los Vengadores.
Pacheco: Claro, entonces, yo he entendido a los superhéroes como un todo. Entonces, yo les pedí… Hacía como veinte años que no se tocaba a Shang Chi en el universo. Y yo lo he visto y dije: “Lo hago, pero con una condición”. “¿Cuál?” “El primer número, tiene que tener a Shang Chi”. “¡Hecho!”
Igual tuvieron que buscar quien era.
Pacheco: No, no. Eran muy frikis ahí en aquel entonces. Scott Lobdell me escribe… Scott es el último friki del mundo. Scott, cuando le dije que iba a hacer La Legión de Superhéroes para DC, se tiró enviándome un dibujo suyo por fax… Todos los días recibía un dibujo suyo. Los conservo y todo. Se lo dije no hace mucho: “Un día iré y publicaré todos los dibujos tuyos de La Legión de Superhéroes”. Todos los días un puto dibujo. Por fax.
¿Sigue haciéndolo?
Pacheco: No, ya no… (risas). Ahora hace guiones de cine. Ese de Feliz Día de Tu Muerte, sí… Y el caso es que, pues bueno, era el final de la etapa de Scott. Se notaba. Scott estaba ya cerrando cabos sueltos. Y era el principio de la Joe Kelly, que la cogió con muchas ganas, pero al final, Joe, también se desentendió. Así que estaba al final de una etapa y al principio de otra y aquello me tenía un poco descolocado, ¿no? No tenía la sensación de que se consolidase nada. Y esa era la sensación que tenía.
Al final de todo, estaba haciendo unos X-Men interinos. No estaba cogiendo el peso de la colección y me encontraba incómodo con el estilo de dibujo, me encontraba un poco incómodo tratando de encontrar la dirección… No veía que llevasen a los personajes a… Los cambios, como añadir a personajes como el calvete de los gusanos. No recuerdo como se llama. Y, en fin, Cecilia Reyes y todo aquello. Y al final pedí dejar la colección.
Y de ahí, ¿Te dieron Siempre Vengadores?
Pacheco: Sí, porque surgió… Yo había leído antes de empezar en Marvel, había leído Marvels. Y me dejó flipado. Me dejó absolutamente fuera de juego. Yo recuerdo estar en la playa de Conil leyendo Marvels y me dije: “yo tengo que trabajar con el hijo de puta este de Kurt Busiek”.
Es muy bueno, desde luego.
Pacheco: Eso es lo que yo entiendo por un tebeo Marvel. Para mí, esto es un tebeo. Yo tengo que hacerlo.
Es la tesis doctoral de Marvel.
Pacheco: Claro, claro, claro. Y, total, que le dije a Bob que quería dejar la colección. Que no encontraba cómodo, que quería dejarlo. Y, por otro lado, pues no sé, yo quería hacer… “ya, pero, Carlos, estás en los X-Men…”. “
Tanto tu dibujo como su guion conectan en esencia. Tu dibujo es muy clásico y él es…
Pacheco: Clásico, también, claro. Pero no solo es una cuestión de dibujo. Es una cuestión de sensibilidad.
Sí, filosofía. Lo que entendéis vosotros por cómic.
Pacheco: Claro, claro. Hemos leído la misma literatura, hemos escuchado la misma música, los mismos cómics… Hay una conexión ahí que, por la sensibilidad por la cultura, por los tiempos vividos, que parece mentira que como alguien que vive a tantísimos kilómetros de donde tú has vivido, tengas esa conexión con él y no las tengas con el vecino de al lado. Eso te hace también entender la vida, lo que es la realidad. Que puedas tener una conexión tan absoluta con alguien que vive a tantísimos kilómetros de ti mientras que con la que has crecido viviendo al lado, no tienes ninguna.
Y, bueno, ahí empezó nuestra colaboración. Empezamos a hacer Avengers Forever y hasta ahora.
¿Hubo algún problema con la trama que iba a haber?
Pacheco: Sí, sí…
¿Se parecía en exceso a Mutante X?
Pacheco: No, no se parecía. Si no que Marvel copió la idea para hacerlo en los X-Men. Le idea les gustó tanto, que de hecho… Ya lo teníamos todo para trabajar. Un día estando en Nueva York, nos reunimos Bob Harras, Kurt y yo, estuvimos hablando, y la sorpresa fue que un día me llama Kurt y me dice: “Carlos, tenemos que cortar esto. Marvel me ha dicho que la historia es muy buena y que va a vender más si lo hacen con los X-Men.” “No me lo puedo creer”. “Pues créetelo porque es la decisión que se ha tomado”.
Bueno, pero podemos hacer lo que nos dé la gana. Podemos coger historias en el tiempo y a Los Vengadores que nos apetezca… Fíjate, yo ya tenía diseños de vengadores hechos para World in Chains, que es como se llamaba: Mundo Encadenado, que era un mundo en el que Capitán América se quedó congelado y los nazis ganaron la Segunda Guerra Mundial. Era Tierra X…
El Hombre en el Castillo
Pacheco: Sí, El Hombre en el Castillo. Y, entonces, el Rick Jones de nuestro tiempo llega ahí y ve que esa Tierra X de Freedom Fighters. Ve que los nazis han ganado y que nadie recuerda al Capitán América, que el Capitán América desapareció en la Segunda Guerra Mundial, él sabe que está congelado, entonces, va a buscarlo. Y su misión es descongelarlo para iniciar la lucha. Teníamos diseños y personajes creador. Sí, muy El Hombre en el Castillo, porque, de hecho, los Cuatro Fantásticos eran nazis. El look tanto de Johnny como de Susan, en lugar del 4, tenía la esvástica. Era un traje rojo, blanco y negro. Los diseños eran muy chulos. Y, después, estaba La Resistencia. Clint Barton era el que llevaba la… Rondador Nocturno, Hércules. Los que más nos molaban, eran La Resistencia.
Lo tuvimos que dejar, lo tuvimos que abandonar y nos fuimos con Avengers Forever.
¿Y nunca ha habido alguna oportunidad de recuperar esta idea?
Pacheco: Pues nunca hablamos de esto, por eso. Por la posibilidad de retomarla. Probablemente en algún momento, quizás. No sé… Ya hablamos de ella abiertamente, es lo que estoy haciendo. Tal vez porque seamos conscientes de que ya no va a poder hacerse. Pero, bueno, aunque hablemos de ella, tal vez, en algún momento puede hacerse. Lo que pasa es que tanto Kurt como yo, siempre hemos fantaseado con tantas historias que tenemos historias ahí hecha para poder currar largo y tendido.
¿Consideras Avengers Forever tu gran obra maestra?
Pacheco: (Pausa) No… Yo… Hay un gran problema, desde mi perspectiva, y creo que puede ser extensivo a todos los autores. Una cosa es la percepción que tiene el aficionado de la obra y otra la que tienes tú. Yo siempre he dado mi 100%. Siempre. Otra cosa es que el 100% que puedas dar en algún momento sea el 100% que tú puede dar, todo tu potencial. Porque hay circunstancias que te impiden tener la concentración absoluta, el tiempo, tú físicamente o psicológicamente puedes no estar bien… Pero partiendo de esas condiciones, lo que he dado siempre es el 100% de mi esfuerzo. Por ejemplo, yo soy consciente de que obras o trabajos que no han tenido la repercusión que pueden haber tenido Avengers Forever y que para mí sí que suponen la superación de muchos problemas, haber trabajado muchas horas en él, el poder haber sacado ese trabajo cuando lo más lógico habría sido decir: “Mira, no puedo hacerlo, que se encargue otro…”. Ese tipo de circunstancias hace que le puedas tener un determinado cariño a algunas obras. Y eso es invisible para nadie que no sean tus colaboradores directos, los editores entre ellos.
Lo que sí es cierto es que estoy muy orgulloso. La consideración de obra maestra, personalmente, no lo sé. Pero está entre mis tebeos favoritos. Pero entre mis tebeos favoritos, también están Arrowsmith, Los Cuatro Fantásticos, la JSA, está Superman, el Escuadrón Siniestro, está Bishop… Y, después, pasa que cada momento tiene ese punto. Bishop era lo mejor que yo podía hacer cuando empecé. No podía hacer Bishop como hice Avengers Forever porque no tenía ni el tiempo ni la experiencia. Y sí es cierto que también he hecho trabajos con menos interés que otros. Pero te confirmo que siempre he intentado, incluso en colecciones que no han tenido personajes con los que yo me vincule de una manera emotiva, lo que he hecho es intentar dar con la fórmula para que ese tebeo pudiera interesar al lector que yo fui.
Por ejemplo, a mí Superman, nunca me ha interesado. Cuando el editor me ofreció mi planteamiento era: vale, de acuerdo. Esto es un desafío. Voy a hacer el Superman que a mí me habría gustado leer. El Superman que le hubiese interesado al fan que una vez fui. En lugar de decir, mira, no me interesa el personaje, es igual…
Pero, en cierto sentido, estás como capado. Y, además, la historia al final es de otro.
Pacheco: Sí, pero siempre se encuentra la fórmula. Ten en cuenta que, por ejemplo, cuando hice Superman, le puse una condición. No fue Shang Chi (risas). Si no que fue trabajar con Kurt. De hecho, le hicieron una entrevista en Newsarama: “Bueno, ¿Y cómo te ofrecieron el trabajo?”. “¡Me lo ofreció Carlos Pacheco!”. Lo dijo él. (risas)
Era un coitus interruptus.
Pacheco: ¡Exacto! Me lo ofreció Carlo, porque además es que fue así. Yo llamé a Kurt y le dije: “¿Quieres hacer Superman?”. “Sí, sí, sí…”.
Lo bueno hubiese sido que le hubieses dicho Shang Chi.
Pacheco: También, también. Hombre, Shang Chi, ya me dirás…
¿Y cómo fue la entrada de Roger Stern en ese proyecto?
Pacheco: Pues porque Kurt estaba bastante liado. Cuando Bob le pregunta si tiene tiempo para hacer otra historia de Vengadores, él le dijo que tenía tiempo para desarrollar las historias, pero no para los diálogos. Creo que los diálogos eran de Stern, sí. Me preguntó si me importaba si Roger, que es muy amigo suyo, hiciera los diálogos. (risas) ¡¿Pero cómo me va a importar?! Entiéndeme. Ya te digo, fue todo sobre ruedas con este proyecto. Mucha ilusión. Era trabajar por fin con Los Vengadores en una colección que me motivaba mucho. Poderlo hacer en las condiciones que nos daba la gana y poder tocar no solo los personajes que nos gustaban, si no los que nos gustaban en el momento en el que más nos gustaban.
Solamente hubo una pega al respecto. Era El Hombre Gigante. No me gustaba demasiado el diseño que estaba teniendo en esa época. Pero no porque no me gustase, sino porque era rojo y azul y ya tenía al Capitán América y tenía al Capitán Marvel. Entonces, iba a ser un exceso de rojo y azul. Yo recuerdo que llamé a George, porque yo recuerdo que George me dijo que quería entintar la portada, con lo cual le iba a añadir mucho más. Porque yo conocía a George en Orlando cuando yo estaba haciendo el anual de Escuadrón Siniestro, que lo hicimos para poder dar tiempo a Kurt para poder hacer el guion de Avengers Forever. Y yo, bueno, pues, charlamos en aquel salón de Orlando y nos lo pasamos muy bien. “¡Mi amigo latino!”, decía! Y tú “pues sí, soy latino”. (risas) ¿Qué querías que dijera? “Amigo latino, siéntate aquí, tal”. Y yo dibujando a su lado. Me presentó a John Byrne, a Gil Kane… Nos lo pasamos de puta madre, aquello era… Y entonces llamé a George Pérez (Ojo de Halcón, también tenía el azul y el rojo) y le digo: “mira, ¿te importa que cambie el diseño de El Hombre Gigante?”. Y dice: “no, yo entiendo que quieras dibujar a El Hombre Gigante tal y como te gustaba”. Y yo: “No, no es por eso…” (pausa) era cierto que era por eso (risas). Vamos a dejarlo claro. Me rechinaba mucho El Hombre Gigante con un casco de Hombre Hormiga. Aquello me resultaba un tanto… “Ten en cuenta que tengo tres personajes que van en rojo y azul. Si es que… Déjame cambiar uno. No voy a cambiar al Capitán América, como tú comprenderás…” Y me dijo: “No, no. Cámbialo. No te preocupes, no te preocupes…” Así que le di el traje clásico.
Si tuvieses que quedarte con una escena, ¿Cuál sería?
Pacheco: ¿Con una escena?
Sí.
Pacheco: Buf. No lo sé. Vale, sí ya. ¡La tengo! Si puedo escoger más de una. Con la del oeste. Yo soy muy fan del western. Y cuando leí Los Vengadores de Englehart y Pérez, que precisamente, los he escogido para las grandes sagas de recomendados por… Que es una especie de prólogo para esto. Para mí ver los superhéroes en el oeste, fue aquello… Me reventó la cabeza. Y poderlos dibujar aquí, como si estuviese mezclando Blueberry… Era como mezclar todos los mitos de mi infancia. Me lo pasé genial. Y, además, por cierto. Recuerdo que este número lo hicimos en tres semanas. Recuerdo que hubo Canal+ emitió un maratón de Friends en aquella época y que estuve dibujando sin parar viendo Friends. Con un cansancio, apenas sin dormir… Y esta secuencia fue genial.
La secuencia de los marcianos también fue… Me lo pasé genial, también. Con Los Vengadores del futuro. Yo siempre he tenido la idea de crear un grupo de Vengadores sustituyendo… No sustituyendo a Los Vengadores de siempre, pero que pudieran ocupar el mismo nicho que los originales.
El legado…
Pacheco: No, no tanto el legado, porque no son herederos… En defintiva, el Dinamo Carmesí es El Hombre de Hierro, pero en ruso. Tundra ocupa el lugar de Thor, Yocasta por la Visión… Y quería usar a Killraven, evidentemente, por el tema de los marcianos y tal y Mark Waid decidió darle el escudo que ya no llevaba, el escudo invisible que tiene un campo de fuerza…
Y, bueno, todo el parto… La Pantera Negra viaja a… Que lo de las pupilas fue casualidad. Estaba borrando e hice así (hace el gesto de apartar los restos de la goma) y una de los trocitos de le quedó en el ojo y yo digo “¡Hostia puta!”.
¿Y algunas páginas que recuerdes por la dificultad?
Pacheco: (ojeando un ejemplar de Avengers Forever) Yo recuerdo que la secuencia de La Avispa y Genis-Vell haciendo de Lois y Clark me gustan mucho. Aquí también sale Carlitos, Charlie Brown, de Snoopy. Y el circo… Aquí tenía en mente la famosa portada de Cockrum de X-Men en la que los X-Men están presos en el circo aquel…
Arcade.
Pacheco: Eso es. Y 3D Man. Yo conocía a 3D Man de los tebeos americanos que tenía de Marvel Premiere. Nunca habían sido publicados en España y, sin embargo, yo lo conocía porque tuve de estas conectado con el personaje, de conocerlo…
Aquí, Genis, quitándose la ropa era como Superman. ¡Nixon! Dibujar a Nixon antes de ser presidente… Me lo pasé muy bien. Dibujar a Venus y toda la secuencia cuando Venus se… Esto es un homenaje, lo tengo que decir, a Tunet Vila. Supongo que sabréis quien es Tunet Vila. Con los corazoncitos y eso. Le dije al rotulista que le añadiese corazones a Venus mientras hablaba en el fondo. Porque el rotulista suele hacer esas cosas. Le dije al rotulista: “Ponle corazones a Venus, que quedará muy molón”. Así eso era un homenaje a Tunet Vila.
¿Sueles hacer esto de coger un cómic tuyo y sentarte y…
Pacheco: No, no, no.
Y respecto a la dificultad, que me preguntaste sobre la dificultad…
Sí, a nivel gráfico. Eso de que coges una página y te dices. “¡Hostia, eso lo tuve que rehacer…
Pacheco: Aquí la tienes. Rehacerla, no, pero de dificultad toda la del mundo (risas). Estos últimos números en los que tenías que dibujas 400.000 personajes, uno detrás de otro, peleando todos. Muy complicado.
¿Y en este tipo de escenas tan complejas, te daban libertad para hacerlo a tu manera o eran guiones muy “Moore”?
Pacheco: No, que va. Trabajábamos muy al estilo Marvel clásico. “Dibuja los que quieras y como quieras. Simplemente transmite la sensación del caos de una batalla brutal con todos los superhéroes”.
Hay muchos dibujantes que explican que los guionistas no conocen las perspectivas y piden cosas como posturas imposibles.
Pacheco: Eso es muy malo. Pero hay guionistas especializados en meter la pata. Hay guionistas que… Se nota mucho el guionista que viene del mundo del cómic y el guionista que se acerca al mundo del cómic. El guionista que viene de la literatura, que viene de otros medios, y que no entiende el lenguaje del cómic. Entonces, te encuentras con guionistas que muchas veces te piden cosas, incluso, imposibles. Imposibles como meterte tres secuencias en una misma viñeta. No puedes meter plano y contraplano en un mismo sitio, es imposible. No puedes mostrar la cara de un personaje y verlo por detrás. Eso es imposible. Y después, también hay otro fallo muy recurrente y es el de tratar al dibujante como a un lector, no como a un colaborador. Eso es un fallo muy recurrente entre la gente que cono controla el lenguaje porque consideran que te están contando una historia, no que tú vas a dibujarla. Entonces tú eres un colaborador y tú necesitas toda la información posible. A mí no me vale que me sorprendan. Yo no quiero ser sorprendido. Yo estoy trabajando. A quien tenemos que sorprender es al lector. Entonces, no me vale que tú me digas… Te pongo en una situación. A veces trabajamos con tanta premura que recibimos los guiones en lotes de seis páginas. Yo recibo seis páginas, las hago, se entregan, recibo otro lote de otras seis para que tanto el guionista como yo, podamos economizar el tiempo. De tal modo que mientras yo estoy dibujando, el guionista está trabajando en otras seis. Entonces, si yo no recibo toda la información y el guionista pretende sorprenderme, me está jodiendo, porque si yo hago seis páginas de Lobezno peleando contra quien sea y en el segundo batch de páginas me dice: “Y entonces Lobezno, saca la katana que lleva a la espalda…”. Todo a tomar por culo. Hay que volver atrás, rehacer seis páginas, ¿Comprendes? No, tú no me sorprendas. Yo no soy un lector. Dame la información que, como profesional, necesito y dime en la primera viñeta que Lobezno lleva una katana a la espalda y que la utilizará dentro de seis páginas y ahora ponle la katana porque la va a necesitar. Yo no soy un lector, repito. Y esos errores te los encuentras muchísimo. Repito, se nota muchísimo cuando el guionista no viene del mundo del cómic. Y muchas veces llega el momento en que te quejas al editor americano.
“Mira, yo no puedo trabajar. Nos está comiendo el tiempo”. “No, si, tu haz lo que tu veas. Guionista X confía en los dibujantes para que hagan lo que sea”. “Sí, pero no se trata de que confíe en los dibujantes. Se trata de que yo confíe en el guionista, también”.
Quería preguntarte por Arrowsmith. ¿Cómo surge, porque la idea es brutal?
Pacheco: Pues Arrowsmith surge porque yo siempre he sido muy friki de la Primera Guerra Mundial. A mí el periodo de finales del siglo XIX y principios del XX, la Revolución Industrial, es un periodo que yo siempre he considerado a caballo entre dos mundos. También la guerra de Estados Unidos con México, todo ese periodo. El inicio de la Primera Guerra Mundial… Todo ese periodo siempre me ha parecido fascinante y el final del mundo antiguo, llamémoslo así, y el comienzo de una nueva era. Y siempre me había interesado.
Y, entonces, en aquella época, tuvimos la posibilidad de trabajar en una editorial que estaba surgiendo que, bueno… Sacaron algunos cómics. Se llamaba Gorilla Comics, que jugaba un poco con el nombre de guerilla, y nos íbamos a ir… Los guionistas eran Mark Waid, Joe Kelly y Kurt. Los dibujantes éramos Barry Kitson, Mike Wieringo, Andy Kubert, George Pérez… Básicamente, los dibujantes… Los equipos que ya estaban formados: Joe Kelly con sus dibujantes, Mark Waid con sus dibujantes y Kurt Busiek con sus dibujantes. Con Stuart Immonen, que hizo Shockrockets. Total, que nos reunimos para ver como trabajábamos. Yo en un principio, pensé que iba a ser un sello editorial, que iba a ser un imprint, un lugar donde sacar algún tebeo y tal y que no había un compromiso editorial real. Yo, por ejemplo, le decía que tenía que romper mi contrato en exclusiva para irme con Gorilla, cuando los guionistas podían hacer tres tebeos al mes y ellos no tenían que romper ningún contrato. Ciertamente, había alguna injusticia a la hora de… Si no adquiríamos un compromiso al 100% con un proyecto… Yo estaba obligado a hacerlo porque por las velocidades en las que trabajo no son las mismas que las de un guionista. Entonces, yo, decidí no hacer nada con aquello.
Al final, afortunadamente, fue así porque el tipo que puso el dinero, fue retirándolo pronto. Pero, aun con todo, salieron algunos títulos interesantes. Salió Crimson Plague, de Pérez, salió Shockrockets, salió Tellos de Mike Wieringo Y creo que Mike Wieringo y Barry Kitson sacaron algo, pero no recuerdo el qué.
El caso es que Arrowsmith se iba a hacer en ese proyecto. Kurt se vino a casa, a San Roque, y anduvimos en ese tiempo dándole vueltas a la idea. ¿Qué hacemos? ¿Queremos hacer algo bélico? La idea era hacer algo bélico, pero siendo conscientes que el tebeo bélico en Estados Unidos no funciona. Teníamos que meterle elementos de fantasía. Pero es un tebeo bélico, con elementos de fantasía. No es un tebeo de fantasía, con elementos bélicos. Si no, que, si tú quitas el elemento de fantasía a la historia, sigue siendo la que es. Y empezamos a trabajar, hicimos ya los diseños, se iba a hacer con Gorilla. Y al final pues… Eso fue al final de Avengers Forever. Y yo dije al final que no me iba a ir. Marvel también me ofreció Cuatro Fantásticos y al final de todo aquello me fui a DC. Había un… Yo me fui a DC para hacer un… En la revista Wizard habían anunciado que el proyecto de la JLA/JSA se había cancelado porque no encontraban dibujante. Bryan Hitch había decidido no hacerlo. Iba a ser el dibujante y había cancelado su colaboración en el proyecto y entonces Mike Carlin había anunciado que no encontraban el dibujante adecuado para la JLA/JSA y que lo cancelaban. Entonces yo, con más cara que espalda, llamé a Mike Carlin. Le escribí. Ya había mails en aquella época. Y le escribí diciéndole: “¿Te parece que yo podría ser el dibujante adecuado para la JLA/JSA?” Y me contesto: “Ahora mismo reinicio el proyecto”.
Total, que yo, por fin consigo currar. Pero se necesitaba… Bueno, lo estoy contando mal, porque era al revés. Yo me voy de Marvel y Scott Dunbier, el que era editor jefe de Wildstorm, que Wildstorm todavía no pertenecía, por aquel entonces a DC, había sido mi agente de originales y me dijo que cuando dejase Marvel, por lo que fuera, que trabajara para Wildstorm. Entonces yo, cuando dejo Marvel (Estoy ordenando los pensamientos.), mi planteamiento era: si me voy a DC, si vengo de dejar Marvel, la oferta que me va a hacer DC es a la baja porque no hay competencia. No existe posibilidad de negociar porque no hay negocio. Solamente existen esto. Así que debo quedarme un año de freelance. Si estoy trabajando como freelancer como un año, al año puedo volver a ofrecerme a DC, pero con la posibilidad de volver a Marvel, porque ya habrá pasado un año. Con lo cual, podemos negociar al alza.
Digo, entonces, es el momento de retomar Arrowsmith. Llamo a Kurt y le digo: “¿Te parece buen momento para hacer Arrowsmith?”. Y Kurt: “Encantado”. “Scott Dunbier nos ofrece hacerlo en Wildstorm”. Y de puta madre.
En ese momento, DC compra a Wildstorm. Con lo cual, me encuentro con que en verdad estoy trabajando para DC. Pero bueno, no pasa nada. Y Kurt en ese momento estaba con Astro City, muy liado. Estaba arrancándola y me dice: “Carlos, necesito algo de tiempo para poder hacer el guion de Arrowsmith. Scott Dunbier te va a presentar algún proyecto para hacerlo”. Me llama Scott y me dice: “Tengo un guion aquí de Alan Moore. De una novela gráfica que escribió para Jim Lee. Jim Lee ha dibujado dos páginas en dos años. Lo más seguro es que eso no se vaya a hacer nunca. ¿Quieres hacerlo tú?”. “¿Qué quieres que te diga? Ahora mismo”. Y le envió Alan Moore mis tebeos. Y me escribe “Le han encantado”. Y yo me pongo a celebrarlo: “¡Voy a hacer un tebeo con Alan Moore! ¡Puta madre!”. Y en ese momento me escribe Scott Dunbier: “Me ha escrito Jim Lee. Dice que a nadie se le ocurra poner las zarpas en ese guion. (Risas). ¡A tomar por culo, orgasmo! Y en ese momento es cuando leo en el Wizard la noticia de la JLA/JSA. Y como ya se suponía que yo trabajaba para DC, entonces le escribo a Mike. “Mike, ¿te parece que?”. Y Mike: “Sí, sí, sí…” Y como necesitaba algo de tiempo Kurt, antes de hacer Arrowsmith, hice la JLA/JSA. Y, por eso, sale la JLA/JSA sale antes que Arrowsmith. Tanto la JLA/JSA como Arrowsmith son mis dos únicos proyectos que he hecho como freelancer. Cuando DC me ofrece el trabajo en exclusiva… De hecho, con Arrowsmith, el primer número lo sacó como freelancer, pero el segundo ya lo hago con exclusiva para DC.
Y así es como Arrowsmith, cuando dejo una colección, Kurt se viene a San Roque. Nos tiramos ahí una semana y pico comiendo muy bien, pasándolo de puta madre y dándole vueltas a la idea.
¿Podríamos volver atrás, a los Cuatro Fantásticos? También fue acojonante que Rafa pudiese guionizar…
Pacheco: Ahí tampoco pedí a Shang Chi, pero siempre pongo condiciones (risas). Cuando alguien me ofrece algo, siempre pongo una condición. Si te lo ofrecen, es porque quieren… Joder, siempre hay que testear. Siempre hay alguien que “pues, mira, vete al carajo”. Pero es la manera de pillar algo.
Yo hace mucho tiempo leí una historia sobre los Rolling Stones que, si no es cierta, debería serlo que es que su manager siempre pide un número muy concreto de lacasitos, de smarties. Y tienen que estas siempre encima de la mesa. Y cuando llega el manager, los cuenta. ¿Qué es correcto? Pues si es correcto esto, es correcto todo lo demás. (risas) Si son tan gilipollas de cumplir esa cláusula, las otras ni las mira.
Así que siempre hay que presionar. Siempre.
Entonces, los Cuatro Fantásticos. La colaboración con Rafa, viene de antes, viene de Inhumanos. Porque el editor Mark Powers, el editor de X-Men, me sorprendió un día… Yo tenía un cargo en Marvel de asistente de editor que surgió, también en una comida. Estábamos comiendo Howard Mackie, Harras, Macchio… Había alguien más pero no lo recuerdo. Estábamos vacilando de saber. En esos momentos de “yo sé más que tú”. Y yo callado ahí. Y entonces digo: “¿A que vosotros no sabéis cual fue el primer spin off de X-Men?” Se quedaron pensando. “¡Nuevos Mutantes” “¡No!” “¡Magik!” “¡No!” “¡Lobezno!” “¡Que no!” “¡La Bestia!” “¡No! Tampoco”. No se acercaron mucho.
¿Cuál?
Pacheco: Digo: “Ka-zar” “¿Ka-zar? ¿Cómo va a ser Ka-zar el primer spin off?” dice Bob Harras. Fue el primer spin of. La primera vez que sale Ka-zar en el Universo Marvel fue en X-Men. Por lo tanto, claro. Y se quedaron todos así: “¡Coño! ¡Es verdad!”. Desde lo de Shang Chi y todo eso, a Bob le quedó claro que a mí me interesaba el Universo Marvel. Y un día me dijo que si quería trabajar para promover ideas y tal y yo: “Sí, encantado”.
Total, que habíamos hablado en una comida de mi interés por los personajes cósmicos, por los personajes de Kirby, por Star-Lord… Recuerdo en una cena hablándole a Claremont de su Star-Lord. Salva y Pasqual también estaban. Nos veíamos muchísimo. Me habían llevado a un español. Se llamaba Olé Madrid. La tortilla de patatas era el escudo del Capitán América (risas).
¿Con o sin cebolla?
Pacheco: Correcto. No sé yo lo que tendría. No me preguntes. Eso ya es demasiado. Eso es para nota.
Total, el caso es que me llama Mark y me dice: “Carlos, ¿Quieres hacer de Los Inhumanos? Una miniserie.” “¿Cómo, hacerla?” “Sí, sí. Escribirla.” Digo: “Sí, pero, a ver…” Me estaba acojonando, ¿no? Y, bueno, pues dije que sí. Puse una condición. Dije: “Mira, quiero hacerla con un amigo mío. Rafael Marín. Traductor de Orson Scott Card, de ciencia ficción, con lo que se maneja con el inglés”. “Sí, sí. Estupendo”. El dibujante iba a ser Ladrön y nosotros planteamos una historia de ciencia ficción.
Cogimos a Ronan, que era uno de los villanos de los primeros tebeos de Los Cuatro Fantásticos que yo leí y me impresionó el personaje. Muy Kirby. Metimos personajes el “universo” Star-Lord. No a Star-Lord, si no al padre, a Jason… Con lo cual, conectamos a Star-Lord con el Universo Marvel. Hasta entonces, Star-Lord era de una revista en blanco y negro que nada tenía que ver con el Universo Marvel. Metimos a Lilandra, a los Shi’ar… Metimos todo el universo cósmico y después hicimos un tebeo republicano. Hicimos un tebeo republicano porque el final de la historia era que el… A mí siempre me ha llamado la atención la fascinación que siempre han tenido los americanos por la monarquía, siendo ellos una república. Y, bueno, esa idea de un pueblo que tiene que acatar las decisiones de su rey y de su familia real, encima. No solo el rey, si no, encima, toda la familia real. ¿Me entiendes? No, no, vosotros la cupulita esta que de aquí no salís, la luna… De lo que se trataba era de descubrir el porqué de la creación de los inhumanos por los Kree, qué función tenían y entonces acaba con una frase muy Pasionaria, ¿no? “Preferimos morir en las estrellas que vivir de rodillas”. Y se van. Toman la decisión de los Kree y la familia real inhumana se quedó así. Yo creo que los americanos no entendieron un carajo. Hicieron como si no hubiera ocurrido.
Pero me resultó fascinante que el primer guionista, Andy Lanning, cuando retoma Los Guardianes de la Galaxia, retoma todos esos conceptos: Star-Lord, Ronan… Y ahora ver a todos esos ver a todos esos personajes en las pelis de Guardianes de la Galaxia y ver que todo nace de esa miniserie de Inhumanos.
¿Se puede decir que es culpa tuya que Star-Lord sea parte de Marvel?
Pacheco: Es culpa mía. Yo continué la broma de Byrne. Yo hice algo que mucha gente quería hacer, que era incluir a Star-Lord en el Universo Marvel. De hecho, en X-Men, en los X-Men de Claremont y Byrne, hay una famosa viñeta donde Byrne dibuja al malo de la historia con los dos gemelos… Aquel rollete medio pederasta que se marcó Claremont ahí, y del tipo aquel con barba con dos niñillos de uñas largas y tal. Y los metió en primer plano en una escena en el planeta Shi’ar. Era como decir: vale, me estás diciendo que esto puede ser una broma, que lo es, pero también me estás dejando claro que tú quieres que Star-Lord pertenezca al Universo Marvel. También es cierto que en el fondo aparece Popeye, pero eso fue una coña de Terry Austin. Yo lo hice en Starjammers. En Starjammers, aparece uno de los gemelos mirando una estatua de los dioses Shi’ar. Era algo que yo quería hacer desde siempre. Y sí, metimos el “universo” Star-Lord en el Universo Marvel.
¿Y qué te quedarías de tu etapa en Los Cuatro Fantásticos?
Pacheco: Yo me quedaría con la saga de la Zona Negativa. A mí me gustó muchísimo hacer esa saga. Antes hablabas de mezclar elementos que, en un principio, no tienen conexión ninguna. El meter a unos peregrinos puritanos holandeses en la Zona Negativa, el encontrarse una nave tipo Mayflower, conectar la zona de los sargazos, el triángulo de las Bermudas, con la Zona Negativa… Hay muchas cosas ahí mezcladas que yo quería hacer desde hace mucho tiempo. Crear un emporio como los Gideon Trust, que están basados en una historia de Los Cuatro Fantásticos de Jack Kirby. Crear un emporio que lo que pretende es expoliar la energía de la Zona Negativa y para ello envía a un grupo de mercenarios con exoesqueletos, que están liderados por un señor que ha sido militar, que es un personaje que ha sido tomado… Bueno, no es que esté tomado. Es que es él. De la saga de Deathlok. Y uno de los que lleva el exoesqueleto es Deathlok, que era ese grupo de mercenarios que son los Village People, donde está hasta el indio (risas). Crear eso. Y que lleguen allí cargándose a las civilizaciones extraterrestres que habitan en la Zona Negativa para capitular la energía, los recursos energéticos de esa zona. Y que al llegar allí se encuentren con un barco que se llama Pandora… Pues a mí esa historia me gustó mucho y creo que a Cameron también. (risas)
Ha quedado claro, ¿no?
Me ha quedado claro. Claro y meridiano. Si nos vamos a 10 años más allá, tenemos Ultimates, Uncanny X-Men, Crisis Final, Agentes de S.H.I.E.L.D., Capitán América, Los Vengadores… Si tuvieras que quedarte con un par de proyectos, ¿Cuáles serían?
Pacheco: Yo me quedaría con El Escuadrón Siniestro. Trabajar con Marc Guggenheim fue un absoluto placer. Me encantó trabajar con él. La relación con él fue increíble. De hecho, hace poco, el hombre me escribió para hacer un proyecto con él para Image y yo trabajaba en exclusiva para Marvel y no podía hacerlo. Y me encantaría volver a trabajar con Marc porque me lo pasé maravillosamente bien. Ha sido… Es alguien que viene del mundo de los cómics. ¿Lo que hablábamos antes? Es alguien que te escribe un guion y te escribe un guion de cómics. No te pierdes. Él sabe lo que está haciendo y te lo está ofreciendo a ti. Él me considera un colaborador. Se nota mucho cuando la gente que viene del mundo del cómic, entiende que el cómic no existe hasta que no es dibujado. Porque es que es así. Un cómic hasta que no es dibujado, no existe. Puede existir una historia previa, pero no es un cómic.
Tú no dibujas una novela.
Pacheco: Claro, eso es.
Un guion siempre es una guía, no es la obra completa.
Pacheco: Sin embargo, existe cierta consciencia, porque se ha promovido desde altas instancias y por el ideario del neofan que existe hoy en día, de que el propietario creador de todo es el guionista. Cosa que, evidentemente, no es cierta.
Es muy triste…
Pacheco: Sí, pero así se hace.
Watchmen de Alan Moore. Punto.
Pacheco: Claro. De hecho, por ejemplo… Yo esto cada vez lo noto más y cada vez. Y la llegada de guionistas que no son guionistas de cómic, potencia todavía más esto. El hecho, además, de que considere la etapa de fulanito, porque hay varios dibujantes. Y se considere que el dueño, el gestor de la historia es exclusivamente el guionista… A mí eso me parece un error porque se crea una visión distorsionada y falsa de lo que es el cómic. Entonces, por ejemplo, para mí, trabajar con Mark era todo lo contrario. En el sentido de que tanto él como yo teníamos claro que éramos dos colaboradores y que íbamos a hacer un tebeo y que nuestro trabajo era construir el tebeo. Y, solamente, esa sensación, te da una tranquilidad absoluta. Los dos sabemos lo que estamos haciendo. Él me ofrecía, pues, desde… Cosas que han hecho pocos guionistas como enviarme las referencias en lugar de decir: “Búscalas en Google”. Yo ya sé que las puedo buscar en Google. De hecho, él me enviaba… Fue muy divertido porque la gente da por hecho que todas las referencias frikis, desde el homenaje a Frank Miller, todo eso, a John Byrne son hechas por mí. Y en absoluto es así. Era él el que me ponías: “aquí vamos a hacer un homenaje al Dark Knight, donde el Halcón Nocturno está pegando a Hyperión como cuando le pega Batman a Superman”. También hay frikadas que son mías. Toda la batcueva de Halcón Nocturno. El nido del Halcón, como se llamaba, todo eso es mío. El meterle el billete dólar en lugar de la moneda. Todo ese tipo de polladas son mías. Y la historia me parece buenísima. Me lo pasé muy bien.
Me cuesta pensar que has hecho etapas que han durado 12 o 24 números seguido. Hoy en día es impensable. ¿Tú te sentirías confortable haciéndolo, con estos tiempos?
Pacheco: Claro, yo…
Quiero decir, que tener garantizado en un cómic una calidad y un autor… Si no ya me lo ahorraré y me espero al tomo.
Pacheco: Claro, ese es… Por ejemplo, aquí estamos, con el Avengers Forever. Creo que solo nos retrasamos con el último número, que tardó un par de meses más en salir, que creo que fue lo mismo que le pasó a Camelot 3000, que el último número tardó más tiempo. Pero es que, si tú tienes que cocinar, las cosas siempre tienes que hacerlas con su tiempo.
Y, después, mira. Se sigue imprimiendo.
Y luego, es que, además, ¿Alguien se acuerda de ese retraso de dos meses, más allá de vosotros?
Pacheco: ¡Claro! Eso es. Básicamente ese es el planteamiento. No hay otro. ¿Quién se acuerda ahora de si el último número de Avengers Forever tardó más o no? ¡Nadie se acuerda! La obra se sigue imprimiendo… Pero los imperativos editoriales, son los que hay. Marvel ahora prefiere trabajar con varios dibujantes y que haya… Por otro lado, se ofrece la idea de que es el guionista el propietario de la colección y bueno, pues…
Te estás cargando luego el recuerdo. Con las prisas, sacas Imperio Secreto y de aquí a cinco años nadie se va a acordar de Imperio Secreto.
Pacheco: Ya, pero bueno. Son sus decisiones. ¿Qué le vamos a hacer?
Has hablado de la relación dibujante guionista. Quiero ir más allá y metamos la figura del entintador. Yo tengo un gran recuerdo de cuando te entintó Cam Smith.
Pacheco: Cam es un tipo fantástico.
Obviamente, Jesús Merino. Ahora con Fonteriz. ¿Qué te ha aportado cada uno de ellos?
Pacheco: Insisto en lo mismo. Hablamos de colaboradores. Un entintador no es alguien que repase de negro las líneas de mi lápiz. Si, básicamente, lo que se hiciese fuese eso, daría igual quien entinta. Todo luciría igual porque sería una únicamente una cuestión de trasvasar de intensidad el lápiz de color. Pasarlo de gris a negro. A mí me gustaba mucho el concepto que se usaba en Marvel al principio. Era “embellecedor”. Es decir, que un entintador es alguien que tiene que añadirle una dimensión que va más allá. Por muchas razones: porque el tiempo está limitado, porque tú no puedes hacerlo todo… Entonces, lo vemos en el tomo de Avengers Forever. Mis lápices son acabados, son bastante cerrados y todo eso. Pero la tinta tiene que conseguir cosas que el lápiz no puede hacer. Esa dimensión extra que añade el blanco y negro absoluto no lo puede añadir el lápiz. Entonces ahí es donde entra la maestría de cada dibujante.
A mí me gusta la sensación de equipo. A mí me gusta tener esa sensación de equipo. Y por eso me gusta colaborar con gente con la que comparto sensibilidad, con la que compartimos una visión parecida y unos gustos parecidos sobre los cómics. Porque eso es sobre lo que vamos a hacer. Eso nos conecta. A mí ese trabajo impersonal de enviarle tu trabajo a alguien que vive en otro sitio, que no conoces. Puede ser un profesional reputadísimo y conocidísimo pero que, en definitiva, lo que hace es recibir tus páginas y pasarle la tinta por encima, ¿no? Por ejemplo, a mí el feedback de poder hacer cosas después de que estén entintadas, a mí eso me parece que le da una dimensión al trabajo que ayuda muchísimo. Que el dibujante pueda ver las páginas entintadas y pueda decir: “no, mira, ¿Por qué no le damos esta sombra por aquí? ¿Por qué no añadimos negro por aquí?”. O, por ejemplo, en Arrowsmith, si te fijas, las primeras páginas tienen un trabajo de tramado en las nubes que era excesivo. Era un exceso de trabajo. Al final, yo mismo, sugerí una técnica que vi en algún manual de dibujo de historieta que era coger trapos, mojarlos en tinta y utilizarlos como un tampón. Al final lo que haces con eso es impresionar la trama de la tela. Tú puede utilizar distintas tramas en función del tramado del tipo de tela. Cuanto más abierta, cuanto más saco, más espaciada es la trama. Cuanto más cerrada, más algodón y menos tramado se ve. Entonces, eso, le añadía a los cielos de la Primera Guerra Mundial, una sensación de suciedad y de caos que quedaba muy bien. Y eso es un tiempo que se ahorra. Y el trabajo queda de puta madre. Pero que intentamos economizar, encontrar recursos. Y eso se añade. Entonces, esa colaboración, ese punto de colaboración, entre entintador y dibujante, lo considero tan necesario como esa colaboración entre guionista y dibujante. Hasta que no está hecho, todo el que trabaja ahí es colaborador en distintos porcentajes, digámoslo así. Pero todo el mundo colabora. No hay… O, por ejemplo, lo que te comentaba antes del rotulista: “añádeme estos corazoncitos”. Todo eso le añade al dibujo.
Muy bien con Fonteriz, ¿no?
Pacheco: Sí, yo con Fonteriz…. Pues somos gente que tiene una edad similar, lo que implica que hemos leído cosas muy parecidas. Que la visión sobre la historieta también sea parecida. El hecho de que recibo las páginas y pueda decirle: “Vamos a quitarle esto. Vamos a ponerle esto”. La comunicación es más fácil, ¿no? Muchas veces es más difícil explicarle a un americano que intente conseguir tal efecto como el que tenía tal dibujante en tal sitio. “¿Quién?” Si tú, conociendo al entintador, y sabiendo el conocimiento que tiene de la historieta. “¿Conoces aquella viñeta de esa historieta que…?” “¡Sí, claro! No me cuentes más que ya sé lo que tengo que hacer”. Todo eso facilita el trabajo.
Queremos saltar ya a la Capitana Marvel. Yo leo el cómic y llego a esa revelación y me explota la cabeza. Y la idea es buena. ¿Cómo vives lo de cambiar sus orígenes?
Pacheco: Lo vivo con la misma sensación con la que vive un dibujante de la Golden Age, que había trabajado con un personaje, tener que trabajar con el mismo nombre del personaje en la Silver Age. Sencillamente, trabajo con un personaje que se llama igual, que el nombre de la persona que está debajo del traje, también es el mismo, pero que es otro tebeo. Entonces, eso a mí me libera. Quiero decir, en lugar de (gruñido) ¡Niño rata! ¡Me matan en el Sekiro! En lugar de cabrearme… ¡No! No tiene sentido. Quiero decir, ha pasado… Del año cuarenta al año sesenta, habían pasado veinte años, ¿Vale? Desde la Golden Age a la Silver Age han pasado menos años que desde el inicio de la Silver Age a hoy. Si en aquel entonces era necesario cambiar a los supehéroes, ¿Por qué no lo es ahora? Con más razón todavía. Ha pasado mucho más tiempo. Entonces, bueno, porque se cambien los superhéroes, a mí no supone nada. Eso es lo que lo… Los míos siguen en mi biblioteca. Eso no me lo va a quitar nadie. ¿Shang Chi? Sigue estando dibujando por Paul Gulacy ahí…
No será por los puñeteros especuladores…
Pacheco: ¿Perdón?
Que yo no lo tengo por culpa de los especuladores. ¡100 pavos por cada tomo!
Pacheco: ¿Va por los 100 ya?
Y por los 200, también. Cabrones. Algún día Clemente me escuchará y los sacará en Marvel Gold. Bueno, en la Capitana, me llamó mucho la atención que os tomaseis la molestia de ese preboceto para mantener esa coherencia, respecto a la colaboración con Sauvage.
Pacheco: Sí, yo a Sauvage le preparaba los bocetos. Hombre, digamos, que a mí me pareció coherente mantener la… O, al menos, yo habría agradecido que en los créditos estuviera puesto. Para eso está Twitter.
Para hacer justicia.
Pacheco:¡Eso es! Porque es un trabajo que está hecho. A ver, le da coherencia al cómic. Mantiene cierta coherencia narrativa. Y le añade, no le quita. Entonces, bueno, también utilizar ese ajuste para ahorrar tiempo utilizando un segundo dibujante utilizando los bocetos… Hubo un problema, también, creo que en el número cuatro, que en el número cuatro fue otra dibujante, una chica italiana porque creo que Margerite no podía por algo, que lo dejaba y volvió en el cinco. Realmente no sé cuáles fueron las razones que hicieron que… Creo que… Sí, creo que era porque se había quedado en estado. Creo que estaba en estado. Algo de eso. Bueno, que salvo en el número cuatro, que, además, en ese sí que yo no hice nada. Eran muchas páginas y, claro, no voy a ponerme a hacer todos los bocetos del último número. ¡Que se lo curre ella! Es una dibujante que le gustará también el trabajar con sus propios dibujos. Siendo tres o cuatro páginas en un tebeo que, básicamente es mío, sí que entiendo la necesidad de la coherencia. En un número donde hago todas las páginas, no ha lugar.
Entonces, lo entendí como algo positivo. Lo entendí como algo que venía muy bien. Le daba esa uniformidad narrativa al tebeo y no había un salto que supusiese una distorsión para el lector.
Te gustan mucho las escenas cotidianas. Los X-Men jugando al béisbol, aquí en la Capitana hay mucho de eso… ¿Las grandes batallas es el peaje que tenemos que pagar los lectores de cómics de superhéroes para que haya escenas de estas?
Pacheco: Esa es la manera en la que yo siempre he entendido al superhéroe. Me refiero: si en un universo de superhéroes, todo es superheroico, nada es extraordinario porque todo es extraordinario. Tú necesitas colocar a los personajes en ese entorno de normalidad para que ellos adquieran esa dimensión de seres fuera de lo común. Si todo está fuera de lo común, no hay nada que esté fuera de lo común.
Eso es un poco lo que define a Marvel, ¿no? Superhéroes con pies de barro frente a los dioses de DC.
Pacheco: Eso es. Entonces el control de las escenas de cotidianeidad a mí me parece una necesidad en el trabajo del dibujante de cómics de superhéroes. De hecho, a mí siempre me han interesado los grupos porque descubrí que una de las claves de Los Vengadores era que… Hay dos tipos de vengadores, los vengadores con colección propia y los vengadores sin colección propia. Y que los verdaderos vengadores son los vengadores sin colección propia porque son aquellos que tú lees en la colección de Vengadores. En el tebeo de Vengadores, tú no puedes leer historias de Steve Rogers porque ya tenían la colección de Steve Rogers. Pero sí leías a Clint Barton. Entonces, esa cotidianeidad en los grupos la tenían muy clara. Tú tenías a esos personajes que tenías que potenciar en esas escenas de cotidianeidad y, por otro lado, lo que tú comentabas. Marvel siempre ha sido eso. ¿Qué es Spiderman si no pura cotidianeidad? Es un cliché. Todo el mundo leía a Spiderman por Peter Parker. Para poder dibujar a Spiderman, tú tenías que saber dibujar institutos y gente de institutos. Tú tenías que ser medio director de Física o Química (risas). ¿Me entiendes? Entonces, eso tenías que aprender a hacerlo.
Eso se perdió mucho con la llegada de una generación que entendía que el superhéroe debía ser solo superhéroe al 100% y no existe ese componente de cotidianeidad. Cuando a mí me parece que es lo que le añade esa dimensión extraordinaria. Poder retomar eso en Capitana Marvel me parecía fantástico. Creo que se nota. Yo hice mucho hincapié en mostrar todo ese mundo real y toda esa cotidianeidad.
Eso lo explicas tú claramente en el tomo. Que para ti eso es el superhéroe.
Pacheco: Claro, claro. Y luego en el periódico de Maine, el periódico de la región sacó un reportaje…
Sí, sí. Lo leí. Lo leí.
Pacheco: ¿Lo leíste, ¿no? Salió un reportaje ahí todo orgulloso del realismo de este cómic. Yo lo que hice fue coger el streetview. Vamos a ver cómo va esto. Si tengo que dibujar este sitio…
Entre la Marvel de tus primeros pasos y la Marvel de ahora, ¿hay mucha diferencia? Porque da la sensación de que ahora está más por el business.
Pacheco: Claro, evidentemente.
¿Qué echas de menos de aquella Marvel?
Pacheco: Echo de menos las cervezas (risas). No, pero te explico, es algo más que un chiste…
El trato más cercano.
Pacheco: Claro. La Marvel que yo conocía era un grupo de gente que se reunía… Muchas veces los tebeos de publicaban casi de forma improvisada. En el buen sentido de la palabra. Improvisación en el sentido de que se confiaba en el talento de la gente. Los proyectos surgían sin necesidad de firmar cuarenta contratos. Hoy día, ya nada…
Y las ataduras…
Pacheco: Claro. Por eso digo que hoy día todo está controlado, medido. Echo de menos, eso. Las cervezas. El charlar de tebeos. “Vamos a hacer esto. ¿Y por qué no hacemos esto? ¿Por qué no metemos a Shang chi…”
¿Dirías que hoy en día es muy difícil sacar un tebeo que no tenga interés cinematográfico o audiovisual?
Pacheco: Yo diría que hoy en día es muy difícil sacar un tebeo.
¿Cuál es tu proyecto soñado que todavía no ha llegado?
Pacheco: Pues no tengo ni idea ahora mismo. Supongo que tengo tantos que ahora mismo me pilla un poco en bragas. Hay cosas que me gustaría hacer. Hay muchas cosas que me gustaría hacer. La Legión de Superhéroes es un tebeo… Lo que pasa es que La Legión de Superhéroes que yo quiero hacer, no se podría hacer nunca. Lo tengo asumido y lo doy por hecho. ¿Por qué? A mí lo que me atraía de La Legión de Superhéroes, lo que me atraía eran las posibilidades que ofrecían. Primero, el rollete cerdete de Mike Grell con los diseños. Había un componente ahí de sexualidad inherente en La Legión. Por una razón muy simple: porque vivían mil años en el futuro. Entonces, los códigos morales y éticos no podían ser los mismos. Aunque era un tebeo de DC de la época, pero tu veías ahí una cosilla, había ahí una sustancia. Te la imaginabas más que la veías, evidentemente, pero se traducía en las páginas.
Entonces, el tebeo que a mí me gustaría hacer sería un tebeo en el que el origen del superhéroe esté en explorar esos códigos. Más que explorar los universos extraterrestres y las razas y todos eso, que es una chorrada… Lo que me gustaría explorar es: ¿Cómo se comporta un grupo de adolescentes dentro de mil años, de distintas razas, de distintos códigos éticos, etc.? ¡Eso sería lo que me gustaría contar! Y sé que eso no va a ser posible. Con lo cual, bueno, sigo con mi Legión de Superhéroes, que la tengo bien ordenadita en la biblioteca de Lucien. Cuando quiero releerla, voy y le pido permiso a Morfeo y a Lucien (risas), la cojo y me la leo en mi mente y ahí está publicada.
¿Y hacer una historia que evoque eso, sin que sea necesariamente La Legión de Superhéroes?
Pacheco: Entonces, no tiene gracia. Mira, ese es otro planteamiento que también me interesa. Hoy día hay dos tipos de guionistas que trabajan en esto de los superhéroes. Los guionistas con una idea que la aplican en la colección que le asignan y los guionistas que escuchan a los personajes para que estos sean los que les cuenten las ideas. Entonces, hay veces, en las que tú lees historias en las que te das cuenta de que los personajes pasaban por ahí, de que la historia es otra. La historia, lo que se está contando, es una historia que ese guionista en cuestión (puede ser una historia maravillosa, fantástica. Nadie lo discute). Pero los personajes que se colocan ahí son un florero para…
Un medio para contar su historia.
Pacheco: Eso es. Y luego hay otros guionistas que cuentan la historia de esos personajes… Aquellas bromas que se hacían en los años setenta con los autores hablando con los personajes para que estos le contaran lo que pasaba.
Entonces, a mí con el tipo de historias con el que me gusta trabajar es precisamente con ese. Me gusta escuchar a los personajes y que sean esos personajes los que me cuenten sus historias. Si esas ideas me las aporta a mí La Legión de Superhéroes, llevármelas a otro lado no tiene sentido. Yo prefiero hacer otras historias como Arrowsmith, que el universo de Arrowsmith solo existe en Arrowsmith que tener una idea para La Legión de Superhéroes, pero como no lo puedo hacer en La Legión de Superhéroes, la voy a hacer en otro lado. No, porque esa idea surge exclusivamente para La Legión de Superhéroes.
Otro tipo de historia que me gustaría hacer, y eso sí que pertenece al universo de fantasía absoluto, sería La Última Historia de Blueberry. ¿Lo que hablábamos antes del fin del siglo? Finales del XIX, principios del XX. Ese Blueberry en un mundo Red Dead Redemption, pero un poco más adelante. Donde él ve los coches, donde él ve cómo va cambiando todo, y ve como su civilización se ha acabado. A mí me gustaría mucho poder contarlo. ¿Qué sería del teniente Blueberry viejo? ¡Old Man Blueberry!
¿Y de próximos proyectos en los que estés trabajando ahora? Sabemos que estás con la secuela de Arrowsmith.
Pacheco: Sí, estoy de lleno con Arrowsmith y una infinidad de portadas para Marvel que me están ralentizando más de lo que yo hubiese querido. De Arrowsmith, estoy acabando el primer número de la segunda etapa. Pero sí, tenemos… Kurt y yo hemos estado hablando mucho para hacer algo para Marvel después de Arrowsmith.
No has pasado mucho por Spiderman, ¿no?
Pacheco: No, no he pasado nada.
¿No te llama?
Pacheco: No me… Me ofrecieron trabajar con él.
Digo, como has trabajado con todos los grandes.
Pacheco: Sí, me ofrecieron trabajar con él. Pero no es un personaje… Le tengo tanto respeto al personaje y le tengo tanto cariño que yo creo que desde el principio alguien tuvo claro que lo mío son los grupos y sí, he tocado Green Lantern, he tocado Superman, he tocado Capitana Marvel… He tocado colecciones con un personaje. Pero donde yo me encuentro en mi salsa es con los grupos. Y donde a mí me encantaría volver en un futuro sería con Los Cuatro Fantásticos.
¡Como pero ya!
Pacheco: Me gustaría volver a tocar al gilipollas de Johnny Storm, a la adorable cosa, a la ama de casa que es… A Merche. Sí y a Antonio Alcantara, que son Reed Richards y Susan. Y Miguelón es La Cosa, fíjate…
Molaría porque Dan Slott es un…
Pacheco: Sí, sí. Es un frikazo.
Esto en unos meses se soluciona. Porque con tanto cambio…
Pacheco: Lo que pasa es que, imagino, que cuando termine con Arrowsmith habrá pasado tanto tiempo que Dan ya se habrá hartado de Los Cuatro Fantásticos. Y quizá sea el momento adecuado para que Kurt haga algo con Los Cuatro Fantásticos…
¡Hostia! También compraría. Necesita volver a Marvel. No sé en qué, pero…
(Carlos hace ruidos con los labios, dando a entender que es más que probable)
Uau. ¿Qué os hizo volver a Arrowsmith después de tanto tiempo?
Pacheco: Pues que teníamos la idea de volver a Arrowsmith desde que acabamos. Lo único que ha pasado es que no encontrábamos el momento adecuado. Entre la enfermedad de Kurt, los contratos… Siempre cuando uno podía, el otro estaba liado. Y viceversa. Por una razón u otra, lo fuimos posponiendo, posponiendo, posponiendo hasta que hemos encontrado el momento adecuado.
Todo surgió en México de hecho, con Humberto Ramos de por medio, y nos reunimos C.B., Rickey Purdin y yo estábamos ahí, en México. Bueno, y también Sheldon Cooper. También ha tenido mucha culpa. “¡Oye, Carlos! ¡Qué verde lo de Sheldon, ¿no?!” “Sí, no te puedes imaginar la que ha liado”. “¿Os estáis planteando, imagino, retomar?” “Sí, claro que nos lo estamos planteando”. Y ellos mismos, los de Marvel, nos dijeron: “¿Y si lo publicáramos nosotros?” “Bueno, déjame que se lo consulte a Kurt. Por mí, encantado”.
Total, que se lo comenté a Kurt y, bueno, vamos a escuchar a ver lo que nos ofrecen. La idea era sacarlo en el sello MAX, pero la oferta que teníamos con Image era muchísimo mejor. Y ya teníamos la cosa medio apalabrada con ellos. Lo han entendido, me han dado la libertad que necesito para desarrollarlo…
De hecho, he firmado el contrato de vuelta. Cuando termine Arrowsmith, vuelvo con Marvel. Eso está ya firmado. Y muy bien con ellos. O sea que sin problemas. Encantado con Marvel. Tanto con C.B., como con Rickey, como con Nick Lowe, como con Tom Brevoort. Con todo el mundo, con toda la gente que está trabajando en Marvel. Estoy encantadísimo.
Estoy tan bien como he podido estas en cualquier otro momento de mi carrera. Y creo que va a ser difícil que me mueva de Marvel. Así que La Legión de Superhéroes tendrá que esperar. ¿Qué le vamos a hacer? Llegará antes, probablemente, Los Cuatro Fantásticos (risas).
Bueno, oye, ¡Pues muchas gracias!
Pacheco: De nada, hombre.
Espectacular. Todo, la entrevista, Carlos y su sinceridad. Gracias chicos, le he disfrutado muchísimo.
¡Qué grande ha sido este tío siempre! Me compré el Siempre Vengadores a ciegas porque lo dibujaba él y me encantó… Y la portada del X-Men 75 (creo) me quedaba embobado mirándola. ¡Un grande!
Un grande Carlos! Tuve la suerte de conocerle en la presentación en Madrid de «Flamenco y Cómic», un tío majísimo y encima me firmó el poster de los X-Men que tengo colgado de la pared de mi cuarto.
Y enorme entrevista! Ojalá todos los autores tuvieran tiempo suficiente para responder a tantas cosas!
Grande Carlos y grande el equipo de ZN por esa exclusiva de los 4F con equipo Busiek-Pacheco, ojalá se confirme…
Tengo gran cariño al autor a parte de por su trabajo, que me encanta, por lo comprometido
y participativo que ha sido siempre con todo tipo de convenciones y exposiciones aquí en España.
Mis primeros cómics firmados fueron el 1 de siempre vengadores y el 1 de sus 4 Fantásticos de fórum, los cuales guardo como oro en paño.
Muchas gracias por esta interesantísima entrevista!
Genial la entrevista.
Me acuerdo de cuando le lancé de lejos en el salón del cómic de Barcelona un American Soldier porque ya habían cortado la cola y cuando lo vio flipó en colores y me lo firmó sin dudarlo.
Un grande este tío y un artistazo como la copa de un pino.
Tuve la suerte de conocerlo en la NYCC del año pasado y es una persona encantadora. Para mí siempre será el mejor dibujante de comics nacional. Nunca olvidaré como flipaba con sus X-Men y con los 4 Fantásticos. Un gran artista, una gran persona, y un gran trabajo de los 3.
Qué grande, y no se corta un pelo al contar entresijos de la industria.
Voy a echarle un ojo al Arrowsmith Behind Enemy Lines ná más que por eso.