“Los Seres de Trueno nunca me han mentido, no señor. Una tormenta de mierda. Esto es lo que estoy viendo. Una maldita tormenta de mierda…”.
The Wire, True Detective, Criminal… La serie negra norteamericana se ha reinventado completamente en estas dos últimas décadas y lo ha hecho fuera de sus formatos tradicionales; en dos medios “bastardos” como son la televisión y el cómic.
Esta revolución es, sin embargo, enormemente respetuosa con los grandes clásicos. De Jim Thompson, de Ross Macdonald o de David Goodis toman el sentido crítico con la sociedad actual y un amor desaforado por los perdedores, por los desfavorecidos, por las víctimas. De Dashiell Hammett o Carroll John Daly roban sin complejos las principales características del hard-boiled, pero también de Don Siegel, de Will Eisner, de Martin Scorsese, de Lawrence Block, de Muñoz y Sampayo, de Los Soprano, de los hermanos Coen, de James Ellroy, de Francis Ford Coppola… Renovación y respeto.
Un hombre joven con la cabeza rapada, solitario, arrogante, agresivo y provisto de un nunchaku se enfrenta a un grupo de matones armados en un sucio bar de una remota reserva india llamada Prairie Rose. Estamos en pleno siglo XXI. Es Dashiell Caballo Terco que ha vuelto a casa después de una década fuera y lo hace a lo bestia, golpeando a todo lo que se menea.
Así comienza Scalped; arrollando, sin un respiro, hacia adelante, hacia arriba y sin piedad. Puro hard-boiled; duro y en ebullición. Porque duro y en ebullición fue la traducción, algo simple, que se acuñó en los años setenta del siglo pasado para designar este término anglosajón. Un subgénero de la serie negra que se caracteriza por un desarrollo más o menos lineal de la trama, por una frenética aceleración del ritmo narrativo a medida que va avanzando la historia y por un crescendo en la tensión argumental hasta alcanzar un punto de ebullición donde todo explota, delante de las narices del lector/espectador.
Quentin Tarantino es un maestro del hard-boiled, entre otras cosas; pero también lo es Jason Aaron y R.M. Guéra no le va a la zaga.
Prairie Rose es una reserva india situada en Dakota del Sur y es, en palabras del propio Aaron:
“… donde vino a morir la gran nación Sioux.”
Allí se unen varios intereses cruzados del presente y sobre todo del pasado. El presidente del Consejo de la tribu y jefe de la policía tribal, Lincoln Cuervo Rojo, ha usado todas sus influencias y todos sus recursos para construir un enorme casino, con sala de fiestas incluida, en la reserva india que domina con mano de hierro. El negocio está a punto de inaugurarse y supondrá una revolución en la marginada y depauperada región de Dakota del Sur.
Por su parte, el joven Dashiell Caballo Terco ha vuelto a las tierras de sus padres, un lugar que odia pero del que, parece, no puede huir. La madre de Dashiell, Gina Caballo terco lidera un grupo de indígenas tradicionalistas que no aprueban la apertura del casino y están decididos a boicotear su inauguración y finalmente el agente federal Baylis Earl Nitz quiere resolver, por fin, un crimen cometido hace treinta años en el que están implicados varios de los protagonistas. Para ello el oficial del FBI no dudará en utilizar a quien se le ponga a tiro ni tampoco dudará en usar cualquier método, sea legal o ilegal. Los ingredientes están escogidos, el fuego encendido, la mesa servida… ahora solo falta que todo llegue a su adecuado punto de ebullición.
Estructura de la serie
La serie Scalped está formada por sesenta números regulares de veintidós páginas cada uno, agrupados en varios arcos argumentales de extensión variable. Son:
Territorio Indio (también llamado Nación India)
Hoka Hey
Casino Boogie
Madres muertas
El tocador pisoteado (también llamado Historias de alcoba)
La grava en tus tripas
Triste y solo
El mordisqueo (también llamado Roído)
Una buena acción de un español honrado y católico
No deseado
Has de pecar para salvarte
Preparado para la lucha
El final de la senda
Además de estos arcos principales, la serie incluye varios episodios auto conclusivos pero conectados con la trama principal, donde se profundiza en la personalidad y las motivaciones de algunos personajes principales y otros de secundarios, pero fundamentales. Estos capítulos llevan títulos tan sugerentes como: Soñarse en el mundo real, Caído, Escuchar cómo gira la tierra, Una buena reprimenda, Tradición familiar o La noche que derrotaron al viejo sur. La mayoría están dibujados por artistas invitados como John Paul Leon, Danijel Žeželj, Jason Latour y Davide Furnò.
El número 50 es un especial titulado El arte de arrancar cabelleras, donde participan numerosos artistas invitados. La historia principal la dibujan conjuntamente R.M. Guéra e Igor Kordej y colaboran con ilustraciones a toda página artistas como Jordi Bernet, Steve Dillon, Jill Thompson y Timothy Truman entre otros.
La serie se mueve entre dos grandes planos. La actualidad; donde todo pivota alrededor de la inauguración del gran casino, con la muerte de un personaje principal como efecto perturbador y el pasado, treinta años antes, cuando un pequeño grupo de activistas pro nación india se ven envueltos en el asesinato de dos agentes del FBI.
Aaron se mueve con soltura entre estas dos líneas temporales pero además juega con el tiempo en cada una de ellas, privilegiando algunos sucesos para conseguir un efecto dramático más impactante. Cada capítulo adopta una forma diferente, desde la simple narración lineal, en paralelo, sincopada a base de flash-backs e incluso en espiral.
Aaron teje una tupida red para atraparnos inexorablemente en ella.
El apocalipsis de la nación india
Scalped es puro género negro, pero tiene momentos de western, de crónica de sucesos y de alegato que denuncia las condiciones infrahumanas en las que viven la mayoría de componentes de la etnia india norteamericana. Scalped es ante todo la crónica de un camino de redención.
“¿Tú crees que la gente cambia?”
Esta es la pregunta clave que todos los personajes se hacen al menos una vez en la historia y es la encrucijada que han de resolver durante el duro camino. En esta búsqueda de soluciones los personajes se equivocan, hieren, son heridos y luchan contra un entorno que les aplasta. Unos consiguen cambiar, otros no; algunos mueren, otros sobreviven y sin embargo la historia parece destinada a repetirse. Lo que está claro es que una persona sola difícilmente puede modificar las cosas. Una posible respuesta, que Aaron deja en el aire, es que todo sigue igual, pero es la gente la que consigue cambiar. Existe un camino de redención, pero es individual. Uno sólo se encuentra a sí mismo al final de la senda.
Esta mezcla de El gatopardo y La llave de cristal que nos mantuvo en vilo a los amantes del género negro – y a muchos aficionados a los tebeos en general – durante poco más de cinco años, ha servido también para denunciar las condiciones de vida de los indios norteamericanos.
“¡Debemos de matar al indio de tu interior para salvar al hombre! ¿Cuándo lo vas a entender?”.
El escritor Tony Hillerman creó hace cuarenta años una serie de novelas protagonizadas por los policías de la Nación Navajo Joe Lepahorn y Jim Chee. Jason Aaron da un paso más allá y describe la vida cotidiana en las reservas indias actuales. Prairie Rose es un microcosmos ficticio situado en Dakota del Sur y habitado mayoritariamente por miembros de la tribu Oglala Lakota. La práctica totalidad de sus habitantes malviven en condiciones lamentables. Una minoría de jerarcas políticos indígenas se lucra a base de negocios ilícitos como la droga, lícitos como los casinos y ocultos como la corrupción. El hombre blanco está representado casi exclusivamente por la autoridad federal o regional y sus métodos poco difieren de los usados por los criminales.
“Lo más magnético de Scalped es que tienes una historia de serie negra, de crimen, casi un western, pero donde la palabra clave es pobreza”.
(Entrevista de R. M. Guéra a Zona Negativa por Raúl López y Tristan Cardona)
“Los nativos americanos están abandonados en las reservas para morir (…) Las penurias y miserias que hemos contado en el cómic no son ni un cinco por ciento de lo que realmente pasan los indios. En Scalped estaba dibujando la pobreza”.
(Entrevista de R.M. Guéra a RTVE por Jesús Jiménez)
Esta es la realidad que describen Aaron y Guéra, estas son las circunstancias de las que todos los personajes de esta serie quieren escapar. Unos construyendo casinos faraónicos para robarles a los blancos el dinero que los blancos robaron a los indios en el pasado. Otros huyendo hacia una civilización occidental racista que nunca los aceptará como son y algunos volviendo a sus raíces, que se basan en un mundo espiritual y natural que ha sido completamente destruido y que nunca volverá.
This is the end
My only friend,
The end…
Madres muertas e hijos no deseados
Scalped trata también sobre madres e hijos, sobre padres e hijas. Deseados y no deseados. Amados o abandonados.
Tres escenas maravillosas describen con rotundidad esta fijación de los autores por las relaciones paterno-filiales, por la herencia, por lo que quedará de cada uno de nosotros cuando nos muramos. Son además tres momentos únicos, de gran altura argumental y narrativa.
La primera secuencia la encontramos en el número 30 de la colección. Está amaneciendo. La abuela Oso Pobre está sentada en una mecedora en su porche viendo la salida del sol. A sus pies, el agente Franklin Caído sentado en los escalones de la entrada la escucha atentamente. La anciana le explica la leyenda del castor que roe cada día la estaca que sostiene el mundo. Dice la historia que cada vez que la gente enfurece al Gran Abuelo Castor Blanco, este roe más deprisa la vara de madera y un día el animal acabará su tarea y el mundo se desplomará en un apocalipsis sin final.
La abuela le confiesa a Caído que algunas mañanas cuando se despierta en medio del silencio de la mañana, oye al castor, oye el mordisqueo.
A la abuela Agnes Oso Pobre le preocupa el futuro de la humanidad, de su tribu, de los niños que malviven en la reserva. Intenta cuidarlos, los protege, vigila sus pasos… Lo terrible del caso es que la abuela jamás ha podido tener sus propios hijos.
La segunda implica a Dashiell Caballo Terco y su madre, Gina. Está nevando, Dashiell es solo un niño y en la reserva ha habido un tiroteo. Un hombre yace apoyado contra una pared de madera, hay sangre por todas partes. En una preciosa viñeta que ocupa casi toda la página vemos como Gina obliga a su hijo a mirar de frente al cadáver. Una ráfaga de viento helado asciende hasta el horizonte, como si la vida huyera del cuerpo acribillado.
“¡Míralo, Dash! (…) Para que recuerdes esta noche el resto de tu vida… cada vez que pienses en agarrar un arma”.
Pero la terrible lección acaba cayendo en saco roto. Dashiell vive su vida en medio de una desesperada espiral de violencia. Los hijos hemos de aprender de nuestros propios errores…
Y la última escena atañe a Carol Ellroy y a su padre el jefe Cuervo rojo. El cacique indio está buscando a su hija por toda la reserva y su guardaespaldas Shunka le explica que ahora vive con la abuela Oso Pobre que la ha acogido. Están delante de la casa. La nieve golpea el rostro tenso de los dos hombres y el líder de la reserva le pregunta a su cómplice:
“¿Tienes hijos, Shunka?
-No. Le contesta el sicario.
No los tengas”.
Carol escucha la escena. Estaba a punto de salir y ha tenido el tiempo justo de esconderse en el portal. Cuando los dos hombres se marchan, sin llamar a la puerta, la mujer llora desconsoladamente con una mano tapándose la boca, para que no la oigan.
“Nunca tengas hijos.”
Emoción, verdad y fatalidad. Estas son las sensaciones que a uno le invaden cuando se adentra en las páginas de esta serie. Como cuando estás viendo El padrino de Coppola, como cuando estás escuchando un gran disco de Lou Reed, como cuando estás leyendo una novela de Lawrence Block. No tenía este impacto con un cómic norteamericano desde Born Again de Miller y Mazzucchelli, o tal vez desde Batman, año cero de Miller y Mazzucchelli o quizás desde las primeras historias de Sin City o desde el Blanco Humano de Milligan… Fatalidad, verdad y emoción.
La serie cuenta con un elenco espectacular de personajes creíbles, con una personalidad muy marcada y extraordinariamente carismáticos. Los podemos dividir de la siguiente forma:
Son cinco personajes fundamentales:
Dashiell Caballo Terco,
Jefe Lincoln Cuervo Rojo,
Carol Ellroy,
Arthur J. Pendergrass “Catcher” y el
Agente federal Baylis Earl Nitz.
Y cinco personajes muy importantes:
Gina Caballo Terco,
Uday Sartana “Shuka”,
Britt Fillenworth “Diesel”,
Agente Franklin Caído y finalmente
Agnes Oso Pobre.
Si el guion de Scalped es atractivo, profundo y brillante el dibujo de R.M. Guéra no le va a la zaga. Ha sido una gozada ser testigo del crecimiento de este soberbio dibujante que empezó en la serie con fuerza pero de una manera algo irregular, hasta llegar la segunda parte de la saga donde goza de una espléndida y maravillosa madurez.
La principal evolución la ha realizado en su técnica narrativa, ganando en claridad, contundencia y también en elegancia. No se pierde en artificios estériles, y a menudo gratuitos, que pretenden la espectacularidad a toda costa. Guéra busca, y suele encontrar, la esencia del relato.
El trazo es firme y las manchas de negro cada vez más exactas y rotundas. A veces uno cree ver al mejor Jean Giraud en alguna de las páginas, otras a su compatriota Edvin Biuković, de cuando se ocupó de la serie Blanco Humano. R.M. Guéra aúna lo mejor de la tradición realista europea con la norteamericana y nos regala momentos de hermoso clasicismo artístico cargado de la fuerza eléctrica de un rayo; cuando ha caído cerca, demasiado cerca.
Guéra suele construir sus páginas incluyendo una secuencia principal que puntea con viñetas de detalle que describen secuencias secundarias, estas viñetas están distribuidas por la página en tiras de dos o tres cuadros, otras veces en ventanas sueltas. El rasgo más distintivo de Scalped, artísticamente hablando, es la ausencia de bordes en los extremos. El dibujo desborda los límites de la página para extenderse más allá.
Su descripción de los personajes es extraordinaria y domina la anatomía humana con mano maestra. Los primeros planos son esenciales en esta historia y están realizados de una manera sobresaliente. El universo creado por Aaron tiene su mejor guía en el arte de Rajko Milošević Guéra.
Así mismo, cabe señalar la labor de los dibujantes invitados. Cada uno a su manera realiza un trabajo eficaz, sólido y su participación no contrasta demasiado con el nivel expuesto por el dibujante serbio. Una mención especial para el gran Danijel Žeželj que nos entrega un capítulo de una belleza absolutamente sobrecogedora.
El color de Giulia Brusco, Lee Loughridge y Patricia Mulvihill y sobre todo las portadas de Jock (Mark Simpson) complementan a la perfección el producto y le dan un acabado hermoso y profesional.
Un ejemplo de todo esto es la portada del penúltimo número; se trata de una presentación espectacular, impactante y hermosa, es una de las cubiertas más bonitas que he visto en años que nos que recuerda a multitud de momentos fílmicos, como la secuencia inicial de Apocalipis Now!, por ejemplo.
En España esta serie se ha publicado en dos ediciones muy distintas.
En 2008 la editorial Planeta DeAgostini publicó una colección de 10 álbumes de extensión variable – entre 128 a 192 páginas cada uno – y en rustica, donde se recopilaban los 60 números de la saga. El último tomo salió al mercado en noviembre de 2012. La etapa final de esta edición se publicó con el sello de ECC.
En abril de 2016, la editorial ECC presentó su versión de la edición norteamericana de los Scalped Deluxe Edition. Son cinco álbumes en cartoné de una extensión variable entre 256 a 352 páginas que incluyen toda la serie, diversos prólogos escritos por autores como Ed Brubaker, Garth Ennis o Brian K Vaughan, además de cinco portadas especiales realizadas por el propio Guéra y numerosos extras.
Esta serie devolvió al sello Vertigo a lo más alto del cómic mainstream. Llevaba esta división de DC unos años renqueante a causa de fiascos como 100 Balas – una obra inflada y pretenciosa, pero con un dibujo espectacular de Eduardo Risso – o por culpa de casos como Fábulas que empezó con mucha fuerza pero que fue languideciendo con el paso de los arcos argumentales. Por eso la inesperada aparición de Scalped, con su arranque eléctrico, su desarrollo sostenido y con un final tan redondo supuso un fuerte revulsivo y una auténtica conmoción en el estancado mundo del comic comercial.
Como comprenderás, en mi opinión Scalped es una de las obras esenciales de estas dos últimas décadas y por esto te la recomiendo. Si no la has leído aún, no esperes más. Ve a tu librería habitual o a la biblioteca más cercana, coge el primer álbum y adéntrate en el turbio universo de Prairie Rose; Dashiell Caballo Terco, Cuervo Rojo, Carol y Catcher te están esperando.
Si empiezas seguramente llegarás hasta el final de la senda.
“Está abandonando la reserva Prairie Rose”.
Zona Negativa ha cumplido 20 años.
Cuando empecé a consultar las bitácoras de cómic por internet ZN ya estaba allí. Yo era un antiguo lector de las revistas de cómics españolas de la época del boom y llevaba varios años sin sentirme parte de una comunidad donde compartir gustos, inquietudes, deseos. Los salones no conseguían llenar esta necesidad.
Por esto cuando descubrí el universo de los blogs y de las webs de cómics me sumergí por completo. Encontré sitios como Dreamers, ADLO, La carcel de papel, Un tebeo con otro nombre, Comics en extinción, Entrecomics, Tebeosfera, Con C de arte, Comic is art, El lector impaciente, El Blog de Jotace y también en inglés como Diversions of the groovy kind, The bronze age of blogs, The fabuleous fifties, The Golden age y en francés, en italiano… y Zona Negativa ya estaba allí. Y era apasionante, llena de contenidos, con información, reseñas, opinión, comentarios…
Yo también quise aportar mi granito de arena y creé dos blogs; uno de cómics en general y otro especializado en cómics de serie negra y con ellos conocí a muchos aficionados con los que compartir ideas, alegrías, mis listas… Pero esta burbuja también explotó y solo quedaron unos pocos supervivientes. Y ZN seguía aquí.
Por esto, cuando un día vi que Raúl y los suyos buscaban redactores para la sección de Cómic Europeo me decidí a probarlo; para salir de mi zona de confort, para encontrar un entorno donde poder expresar mis experiencias con los tebeos. Y me aceptaron; Raúl me acogió con naturalidad, paciencia y generosidad. No solo descubrí un grupo vivo y lleno de energía, me encontré también con una familia abierta y alegre. Y con un universo de lectores inquietos, informados y apasionados que son el núcleo de este proyecto, su razón de ser, su meta…
Ahora ha llegado este aniversario que es un momento de celebración. Porque Zona Negativa sigue aquí y lo que le queda. Porque lo mejor está por llegar y todos tenemos que seguir estando aquí… Así que háganme caso, por favor, y permanezcan atentos a sus pantallas.
Salut!
De primeras, el dibujo se hace difícil y parece echar para atrás su lectura, pero esa suciedad (bien entendida) de Guéra es el dibujo ideal para una historia que es una lija, áspera como ella sola, y perfectamente recomendable, porque, en contra de la opinión de bastante gente, los finales felices, y las vidas de cuentos de hadas, no suelen ser lo habitual, el las vidas hay más hostias que caricias, digo… Extraordinario el guión de Jason Aaron, deseandito ya que una gran serie sobre ello se ruede, y le intente hacer justicia al peazo cómic…
Depende de la vida de cada uno. Aquí la mayoría de personajes se dan de narices contra sus propios errores, hay mucho karma por el aire. Lo único de Aaron que he leído y me encantó, pero cada vez que hecho un vistazo a Marvel me queda claro que no es un todoterreno.