Dirección: Daniel Calpalsoro Guión:Jorge Guerricaechevarría Música: Amy Marie Beauchamp, José Cancela Fotografía: Josu Inchaustegui Reparto: Rodrigo de la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo, Patricia Vico, José Coronado, Joaquín Furriel, Marian Álvarez, Luciano Cáceres, Luis Callejo, Joaquín Climent Duración: 97 minutos Productora: Morena Films / Vaca Films / TeleCinco Cinema / K&S Films / Telefónica Studios País: España / Argentina / Francia
El primer fin de semana del mes de marzo de 2016 ha traído consigo el estreno de la última película dirigida por Daniel Calpalsoro: una cinta de suspense que relata el accidentado atraco a una sucursal bancaria en la ciudad de Valencia. Un grupo de profesionales del crimen se adueña de una oficina en la que se refleja el drama de una España afectada por la crisis económica. Una pareja que se enfrenta a la ejecución hipotecaria; un jubilado que no recibe adelantos hasta que no se ingrese su pensión; una ejecutiva que después de haber sido el fiel martillo pilón de la empresa se descubre en la lista de despidos… todos estos dramas se ven interrumpidos por la irrupción de un puñado de hombres armados comandado por el Uruguayo (Rodrigo de la Serna) y quien parece ser su mano derecha, el Gallego (Luis Tosar). El plan está pensado para entrar y salir con suma rapidez, pero una pertinaz lluvia tuerce las expectativas del equipo y convierte la sede de la entidad financiera en el objeto de un asedio por parte de las fuerzas policiales. Prontamente, lo que parecía ser una operación puramente pecuniaria revela un segundo objetivo, más valioso y consecuentemente más peligroso.
La historia que presenta Calpalsoro trae la firma de Jorge Guerricaechevarría, responsable de cintas tan relevantes como El día de la bestia, La comunidad, Celda 211 o El Niño. Con estos precedentes, el interés estaba asegurado y hay que reconocer que el guionista avilesino ha vuelto a brindar a la parroquia una historia sólida en la que, en la línea de las aventuras del Malamadre, nada es lo que parece en un principio. A ello hay que sumar la notable labor que desarrolla el elenco de intérpretes en cada una de las líneas en las que se desarrolla la acción. El resultado final es una película tan sobria en su ejecución como demoledora en su mensaje.
Lo primero que hay que indicar es que Cien años de perdón empieza, ya desde su propio título indicando cuál es su premisa: no estamos ante un relato de blanco y negro sino de amplia gama de grises, no siendo el más oscuro el que representa a los atracadores. La cinta recoge elementos que provienen de clásicos del género del asalto bancario como Pelham 1. 2. 3 o Plan oculto, pero añadiendo además una serie de elementos que representan de forma muy clara algunas de las tramas políticas que se han desarrollado en España durante los últimos quince años. No es casual, desde luego, la elección de la capital del Turia para ambientar la historia (y menos con la que está cayendo). Menos inintencionada es todavía la evocación de un escándalo parlamentario que sacudió la Comunidad de Madrid en el año 2003 (y hasta aquí debo contar). Expresiones tan habituales en los medios de comunicación como “tirar de la manta” o “salpicar al partido” se convierten en frases de repetición constante en boca de unos personajes que ven en el atraco un peligro aún mayor del que representan las armas y los explosivos. No hay ninguna mención directa pero los nombres y los apellidos aflorarán en la audiencia de forma automática.
En el apartado de interpretación hay que resaltar el buen trabajo que desarrolla, como se ha dicho, el elenco. Rodrigo de la Serna se desempeña muy bien como el Uruguayo, un atracador que puede parecer desquiciado pero que rápidamente demuestra su profesionalidad; Luis Tosar, el Gallego, vuelve a demostrar su solvencia en papeles de duro, aportando un registro distinto del policía quemado de El niño o el encallecido chorizo de Celda 211.Patricia Vico tiene el espacio justo para presentar a Sandra, una ejecutiva bancaria que se asoma al abismo del paro, después de haber ejecutado sin dudas ni escrúpulos las órdenes de la superioridad. José Coronado aporta una vez más la experiencia en el género, interpretando a un alto oficial del CNI. Mención especial merece la interacción entre Joaquín Furriel y Luciano Cáceres (que interpretan a dos miembros de la banda), que aporta los momentos cómicos de la historia y que consigue arrancar tanto sonrisas como puntuales carcajadas.
Cien años de perdón es, hay que repetirlo, una historia donde las líneas entre la ley y el crimen se difuminan. No hay buenos ni malos; solamente personas con sus respectivas historias. Los rehenes pueden encontrar más comprensión en sus captores que en su banco. Los representantes de las fuerzas del orden desconfían entre sí. Los colegas de partido no son amigos ni compañeros, sino circunstanciales compañeros de viaje que bien podrían convertirse en lastre llegado el caso. Los defensores del ordenamiento jurídico están dispuestos a vulnerarlo en nombre de intereses más oscuros. En resumidas cuentas, una de las cintas más interesantes de lo que va de año.
Dirección: Daniel Calpalsoro Guión:Jorge Guerricaechevarría Música: Amy Marie Beauchamp, José Cancela Fotografía: Josu Inchaustegui Reparto: Rodrigo de la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo, Patricia Vico, José Coronado, Joaquín Furriel, Marian Álvarez, Luciano Cáceres, Luis Callejo, Joaquín Climent Duración: 97 minutos Productora: Morena Films / Vaca Films / TeleCinco Cinema…
#ZN Cine – Crítica de Cien años de perdón, de Daniel Calpalsoro
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