ZN Cine – Crítica de Boyhood, de Richard Linklater

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Boyhood_Poster

Dirección: Richard Linklater
Guión: Richard Linklater
Música: Varios
Fotografía: Lee Daniel, Shane F. Kelly
Reparto: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Jordan Howard, Lorelei Linklater, Tamara Jolaine, Tyler Strother, Evie Thompson, Tess Allen, Megan Devine, Fernando Lara, Elijah Smith, Steven Chester Prince, Bonnie Cross, Libby Villari, Marco Perella, Jamie Howard, Andrew Villarreal, Shane Graham, Ryan Power, Sharee Fowler
Duración: 166 minutos
Productora: IFC Productions, Detour Filmproduction
País: Estados Unidos

 

Esta semana llega a nuestros cines Boyhood, una de las cintas más esperadas y que más ha dado que hablar en los últimos tiempos. Dirigida por Richard Linklater (conocido sobre todo por la saga Before Sunrise/Sunset/Midnight) y protagonizada por Ethan Hawke, Patricia Arquette y los debutantes Ellar Coltrane y Lorelei Linklater (hija del director), Boyhood nos cuenta la historia de Mason (Coltrane), hijo de padres separados al que acompañamos durante los años cruciales de su infancia, adolescencia y madurez. Pero lo que hace de Boyhood una película única es que se ha rodado con los mismos actores a lo largo de doce años, desde 2002 a 2013, en lo que es un experimento cinematográfico nunca antes visto. En total fueron 39 días de rodaje en los que los actores se reunían para retomar la historia y enfocarla según sus propias experiencias y crecimiento, un estilo de trabajo propio del cine de Linklater y que ya probó en la saga Before, donde los actores (el propio Hawke y Julie Delpy) junto con el director daban forma a los diálogos reescribiéndolos e improvisando continuamente.

De este modo, Boyhood se nos presenta en forma de pequeños retazos de la historia familiar de los protagonistas e iremos siendo empujados hacia delante en la historia por medio de saltos en el tiempo en los que vemos ir creciendo a los actores, siendo el personaje de Mason (Ellar Coltrane) el eje alrededor del cual se tejerá la historia. Es desde su mirada desde la que veremos el paso del tiempo y el cambio de la infancia a la adolescencia en una cinta que ha pretendido reflejar algo tan difícil como el paso de la vida misma y en la que iremos conociendo a los personajes a través de situaciones y, sobre todo, diálogos, el gran punto fuerte de Linklater, quizás el mejor director de actores del cine reciente.

Boyhood ha sido aclamada por la crítica como una de las cintas más originales y brillantes del año, llegando a ser galardonada con el Oso de Plata al Mejor Director en el pasado Festival de Berlín y, más recientemente, con el Gran Premio FIPRESCI (que otorga la Federación de Críticos de Cine) que la reconoce como la mejor película del año y que le será otorgado durante el próximo Festival de San Sebastián. También aparece como serie candidata a los próximos Oscar, a los que ya estuvo nominada el año anterior Before Midnight en la categoría de Mejor Guión Adaptado, sin llegar a llevarse el premio. De todos modos Boyhood es sin duda uno de los acontecimientos cinematográficos del año así que a continuación os traemos la opinión de nuestros redactores Javier Agrafojo y Samuel Secades, que intentarán aclararnos si doce años de espera han merecido la pena.

Aviso de Spoilers: Zona Negativa lleva muchos años con vosotros. En ese tiempo os hemos visto crecer, madurar, vivir… pero también tragaros cantidad de spoilers. Así que tened cuidado, que las siguientes opiniones pueden contener detalles del argumento. Aunque por la naturaleza de la película no hay grandes revelaciones que afecten al desarrollo de la trama, avisados estáis
Están vivos, por Samuel Secades

El Cine es, posiblemente, la menos abstracta de todas las formas del Arte. Por sus propias cualidades funciona más que ninguna otra como un espejo en el que se refleja el mundo, un espejo a veces deformado cuyo poder se basa en el reflejo que llega al espectador. A veces el reflejo te devuelve risas, terror o lágrimas en un truco de magia que hace que imágenes en movimiento provoquen emociones en quien las vea. Pero cuando los títulos de crédito comienzan a rodar nosotros, espectadores avezados, nos libramos de todo y volvemos a la realidad porque sabemos que al fin y al cabo esas imágenes no eran reales, sólo actores y maquillaje, luces y montaje, sombras chinas que nos hacen creer en algo que no está ahí. El talón de Aquiles del Cine es precisamente ese espacio, la dimensión insalvable que separa a la pantalla del espectador. Woody Allen soñaba en La Rosa Púrpura del Cairo con que sus creaciones salieran de la pantalla e invitasen a un espectador a traspasar la barrera y entrar dentro de la película y de manera opuesta Paul Thomas Anderson nos llevaba por el camino contrario en Boogie Nights hacia los recovecos de la lente y su reflejo inverso al final del camino. La mirada cambia lo que ve y el reflejo deforma lo reflejado, haciéndolo mejor o peor, depende del ojo que lo mire.

La importancia de Boyhood es que dinamita todo esto y lo hace con tal facilidad que incluso parece ridículo o forzado intentar explicarla como película, porque quizás Boyhood sea la primera obra audiovisual que supera el concepto mismo de película. Y es esa manera sencilla, sin aspavientos, lo que te descoloca como espectador, porque no hay nada radical en ella, ni fuegos de artificio, ni grandes escenas, ni emociones desbordadas. No hay comedia ni dramatismo, tan sólo vida, con todos los dramas y comedias crudos que hay en ella. Vida grabada en celuloide. Si yo te preguntara, amigo lector, a qué jugabas de pequeño, cómo fue tu primer beso o cuál fue tu verano favorito de la infancia no habrá fanfarrias en tu respuesta. No sonaba John Williams cuando tropezaste y te caíste, la cámara no recortó tu figura y se elevó aquel día que estabas tan triste y nada enfocaba las cortinas meciéndose con el viento cuando perdiste tu virginidad. Porque la vida no es Cine aunque nos guste jugar a pensar que sí. No hay presentación, nudo ni mucho menos desenlace o moraleja. Los personajes que habitan nuestra vida no son ejemplos de conducta y la mayor parte del tiempo están tan perdidos como equivocados. Por eso es tan difícil encuadrar o definir a Boyhood, porque no tiene que recurrir al Dogma 95 para hacer un cine radical. Al contrario, en Boyhood hay travellings y música pero ni un sólo efectismo. De todos modos, también es posible que mucha gente no entre en la propuesta de Boyhood pero es muy difícil que sus personajes no te digan nada, que no empieces a hilar un enlace entre lo que ocurre en pantalla y tu propia vida. Porque Boyhood no te va a pedir la mano para llevarte de paseo, te va a pedir el corazón, las entrañas, el alma y tus recuerdos para que los pongas ahí, entre tú y la pantalla. Convierte sin darte cuenta la barrera en puente si estás dispuesto a tenderlo.

Ellar Coltrane y su evolución durante Boyhood
Ellar Coltrane y su evolución durante Boyhood

Pero sería injusto achacar los méritos de Boyhood de manera exclusiva a su original planteamiento de utilizar a los mismos actores (sobrenaturales, sobre todo ese prodigio llamado Ellar Coltrane) y al propio paso del tiempo. El mérito de todo esto lo tiene un señor llamado Richard Linklater que, más allá de ser maestro en el arte del diálogo (los que escriben saben que es con diferencia lo más difícil de la profesión), sabe dónde poner la mirada. Boyhood podía haber caído fácilmente en el tremendismo, en creerse sus propias pretensiones y colocarse varios peldaños por encima de ellas (El Árbol de la Vida, siendo yo un gran defensor suyo, podría ser un buen ejemplo); en lugar de eso Linklater utiliza su habilidad para transformar lo cotidiano en extraordinario para poner la cámara justo ahí, en ese punto en el que el director desaparece y se quedan a solas la imagen y el espectador. No tiene como objetivo tocarte la fibra ni provocarte sino poner la película a tu altura y hacer que te mire a los ojos. Que te mire a los ojos, ¿sabes esa sensación?. Que te encuentre. Que te toque. Que te remueva. Joder, no sé si estoy sonando demasiado profundo o demasiado relamido pero he de confesar que Boyhood me hizo llorar, pero no como otras películas en el clímax final ni en una escena emotiva, sino cuando llevaba un rato viéndola, en un momento aparentemente sin importancia (como tantos en la película)

Aviso de Spoiler

cuando los niños asisten al pase especial de la película de Harry Potter.

No os sabría decir por qué gaitas se me soltó el lagrimal justo en esa escena, quizás porque ya llevaba un rato identificado con los personajes o quizás porque nunca había visto tan de cerca ni tan verídico algo como la emoción de un crío como el que yo fui una vez. Porque la escena no significaba nada y en una película normal no hubiera pasado ningún corte de montaje en aras de la narrativa; pero en Boyhood sí que significaba algo e hizo algo muy especial conmigo: me hizo sentirme muy grande y muy pequeño a la vez. La película te abofetea constantemente con escenas así y te lleva a lugares donde ya has estado con un efecto como el de repasar un álbum familiar de fotos con la guardia baja.

Patricia Arquette durante una escena de la cinta
Patricia Arquette durante una escena de la cinta

No sé qué importancia tendrá Boyhood vista con perspectiva, ni si ganará Oscars o Globos de Oro. Quizás eso sea lo menos importante. Como casi todo el cine de Linklater, no tiene grandes aspiraciones y eso es lo que la hace especial. Como ese muñeco de la infancia que guardo aunque ya no juegue con él (imagino ahora una burrada de sesión doble con Boyhood y Toy Story 3 para acabar de partirnos en dos); como esa música que no puedo creer que me gustara cuando tenía más pelo pero no puedo dejar de sonreír cuando la escucho; como esa foto de crío en la que me cuesta reconocerme, y sin embargo soy yo. En última instancia pienso en Boyhood e imagino a Linklater, como todo director de Cine, vestido con bata blanca en una película en blanco y negro interpretando al Doctor Frankenstein, con el monstruo hecho de tantas piezas sobre la camilla e invocando a la tormenta para que insufle vida a su criatura. Algunos han conseguido que el monstruo se mueva, incluso que se levante y camine grotescamente. Linklater ha conseguido, más de un siglo después de que los Lumière asustaran a su audiencia con un tren que parecía echárseles encima, inyectarle un alma. Boyhood podría ser, a su manera, la primera película viva de la Historia del Cine. Ahí es nada.

La vida en Norteamérica, por Javier Agrafojo

Promocionada como la película donde los personajes crecen ante nuestros ojos, idea con la que el cine había coqueteado sin atreverse del todo (desde el proyecto truncado de Kubrick hasta El show de Truman, pasando por la saga de Antoine Doinel de Truffaut o el propio Linklater con la parejita Hawke/Delpy), Boyhood llega este mes, por fin, a nuestras pantallas, precedida de la más unánime ovación de la prensa especializada en los últimos años. Los escépticos podrán argüir que la propuesta no es más que un Cuéntame como pasó reconcentrado, y algo de eso hay, para lo bueno y para lo malo. Pero el realizador Richard Linklater, quien ha repartido su carrera entre la vocación indie y el escarceo con la ciencia ficción, es ambicioso y, al tiempo, sutil, en un largometraje que superficialmente podría tomarse por la biografía de Mason (y familia) pero que, como enseguida notamos, aspira a ser el espejo de nuestras vidas (y familias).

De la impregnación universal de la cultura norteamericana dice mucho que se reciba Boyhood como el retrato de un mozalbete cualquiera, como lo fuimos nosotros mismos hace más tiempo del que nos gustaría, en lugar de una variación apócrifa de lo que antaño se denominó «La gran novela americana» y que ahora, con el trasiego de las épocas, cuadraría rebautizar «La mínima novela norteamericana«, por la delectación en los márgenes de la historia en vez de en los sucesos más lustrosos. Si el film llegara de otras latitudes menos frecuentadas por la ficción (Turquía, Chile, Escandinavia, etc.), pronto enarbolaríamos su procedencia, aun cuando fuera para asombrarnos de que los adolescentes son adolescentes en todas partes; pues Boyhood arriba de los Estados Unidos de América, cuya cultura rezumamos incluso sin pretenderlo, nadie levantará la ceja ante idiosincrasias como

Aviso de Spoiler

el previsible padrastro alcohólico y maltratador, el aprendizaje del tiro con escopeta al cumplir los 15 años o las ceremonias de graduación escolar

vistas en cientos de películas y series de tv.


Ethan Hawke y un ya adolescente Ellar Coltrane
Ethan Hawke y un ya adolescente Ellar Coltrane

La asimilación es tan natural, el truco -volveremos a ello más adelante- tan cautivador que la ficción supera con nota un obstáculo colosal: todo lo que cuenta es una colección de tópicos. Evitaré la grosería de enumerarlos, pero están todos, desde el partido de beisbol con el padre, al primer beso en la parte de atrás de la camioneta o el trabajo de verano en un bar para pagar la carrera universitaria. Sin embargo, la cosa funciona por el verismo esencial del envoltorio cinematográfico: la publicitada grabación episódica a lo largo de 12 años, por supuesto, pero también la inspiración de montar el material confiando en la inteligencia del espectador, con elipsis incansables que se descifran por el aspecto físico de los protagonistas o por el remate de una situación previamente anunciada, preservando el impacto prístino de las imágenes. La ambición tras la propuesta ha sido su tabla de salvación y fuente sorprendente de emociones sinceras.

Mencionaba también la sutileza. Con frecuencia el director es tan astuto que planta asociaciones que pensaremos nuestras cuando, en un análisis más atento, se revelarán teledirigidas. Un ejemplo: el Mason niño duerme con un pijama de Spider-Man; en pocos años querrá ser fotógrafo y su indumentaria y aliño remitirán sospechosamente a Peter Parker (sobre todo al encarnado por Andrew Garfield), estableciendo una consistencia psicológica jamás explicitada. El recurso a la «anticipación» es continuo. La hermana de Mason charla con Sheena, el primer amor de Mason, y destaca que la universidad está llena de chicos guapos. Inevitablemente, Sheena conocerá a uno de esos «chicos guapos». Linklater es tan hábil que, en referencias cruzadas, establece hechos en palabras que refuta en imágenes. Por ejemplo: Mason le confiesa a Sheena que se siente a gusto hablando con ella, que siente que le puede contar cualquier cosa; pero en la exposición fotográfica demuestra que la idealiza, que es incapaz de comprender por qué le atrapa su feminidad exultante, eso que los cursis llaman «el eterno femenino«.

Menos evidente que las virtudes glosadas es la falla que atraviesa la narración: la complacencia. En su esfuerzo por acuñar al adolescente prototípico, Linklater lo ha despojado de distintivos esenciales, de cicatrices o máculas. Quiere que el público rellene los huecos, aportando las experiencias que le son propias -y funciona-, pero a costa de sacrificar las señas de identidad que lo harían específico. En definitiva, para facilitar la identificación con el espectador lima las aristas y acaba por abrazar un conservadurismo que oscurece tanto algunos detalles (como la elección de canciones) como aspectos troncales de la narración (validación de estructuras y roles sociales esencialmente patriarcales). Es particularmente desoladora la diferencia de trato entre el padre (Ethan Hawke) y la madre (una espléndida Patricia Arquette). Mientras el padre es presentado como un tipo «enrollado» pese a haber abandonado cualquier obligación para con sus hijos más allá de algunas visitas a lo largo del año, la madre, una luchadora infatigable capaz de sacar adelante un trabajo, una familia, asistir a clases en la universidad, etc. -aparte de las cualidades asociadas en virtud de su sexo (abnegación, empatía, etc.)- la madre, digo, acaba su intervención llorando por una vida «sin propósito» una vez los chavales abandonan el nido. El discurso es aún más atroz si reparamos en que, a juzgar por las referencias temporales barajadas en el film, la mujer apenas supera los 40 años. ¿De veras podemos sostener sin rubor que la vida de una mujer «concluye» a los 40 años, finalizada sus tareas de cría? Con el mismo sutil empeño que en otro contexto habíamos elogiado, el director siembra de tan artera suposición varios pasajes (una clase donde la supervivencia de la especie se relaciona con el amor materno) o insiste en estereotipos deplorables como la dicotomía Monja/Puta en pleno siglo XXI.

Los jóvenes protagonistas y su padre
Los jóvenes protagonistas y su padre

Como es moda en Hollywood desde hace años (desde Oliver Stone, por lo menos), la producción recurre a canciones populares para retratar la época, con efectos paradójicos. Eficaz para establecer un marco aproximado (una década, por ejemplo), las variaciones anuales no son tan significativas para sugerir en la memoria un año concreto (suena Lady Gaga. ¿Se trata de 2009, 2010, 2011?). Advirtamos también el entusiasmo del padre por las canciones de The Beatles, si bien lo más probable es que la adolescencia le llegara en la década de 1980.

En sus mejores momentos (y no son pocos) Boyhood es como una caja de resonancia del despertar a la vida, una melodía que enciende recuerdos semiolvidados, un dulce que evoca otros días y las personas con quienes los compartimos. ¿La mejor película del año? Aún es pronto para asumir tal cosa, pero la experiencia merece la pena.

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Lector
12 septiembre, 2014 10:26

sin animo de establecer comparaciones,(que la reseña de Javier es estupenda.vaya eso por delante.),pero una reseña que «nace de las tripas» acaba siempre llamándome algo más la atención,y la de Samuel refleja bastante de eso.asi que,la verdad,me han entrado ganas de verla,y la cosa es que no tenia demasiado interés,porque no encontraba mucho que rascar,en principio,más allá del experimento temporal.

pues,eso,que habrá que echarle un vistazo.

Docz
Docz
Lector
12 septiembre, 2014 10:42

Desde algunas las pelis de los últimos Oscar, esta es la 1ª que me entran ganas de ver, y eso que el director no es santo de mi devoción, en cuanto a lo de la música y Oliver Stone, creo que en realidad la moda viene mas por Scorsese, una de las influencias del propio Stone.
Muy buenas las reseñas, habéis hecho que me entren mas ganas de verla.

Docz
Docz
Lector
12 septiembre, 2014 12:48

En Who’s that knocking at my door? (1967) ya salían canciones de la época, de los The Doors entre otros grupos (Morrison estudio cine en UCLA en la época de Scorsese), y en Malas Calles (1973) hizo lo mismo, de hecho para mi fue uno de los pioneros de los «momentos videoclips», con la famosa escena a cámara lenta con De Niro y Jumping Jack Flash de fondo.
Ya puedo morir en paz, he corregido a Jorgenexo!

Docz
Docz
Lector
12 septiembre, 2014 13:30

No te rebajes pidiendo disculpas, ¡TU ERES JORGENEXO!, tu haces que los demás nos disculpemos ante ti ¡por Crom!
Año de estreno es el mismo, año de rodaje no, Malas calles tardo unos años en estrenarse creo, en cualquier caso, en ambas hace lo que supongo que hace Boyhood, que supongo esta ambientada en la 1ª década de los 2000 y utiliza música contemporánea para ubicar la época, aunque si no ponemos quisquillosos las pelis de Sinatra o Elvis lo hicieron primero, incluso alguna peli de los 30s o 40s que utilizase jazz lo hicieron antes

Docz
Docz
Lector
12 septiembre, 2014 13:32

Por cierto, ¿Who’s that knocking at my door? viene a ser un remake de Los Inútiles de Fellini a lo Scorsese, y es su 1ª peli

Docz
Docz
Lector
12 septiembre, 2014 14:18

Amen!
Precisamente la mayoría de mis gustos musicales vienen de pelis de esa época que vi de adolescente, se me había olvidado Easy Rider, una de mis favoritas por su selección musical

Damián González
Damián González
Lector
12 septiembre, 2014 14:32

Candidata película para ganar a la mejor film en los Oscars?¿ la critica ha sido muy sobresaliente. En metacritic tiene un 100.

Antoine
Antoine
Lector
12 septiembre, 2014 15:08

Yo ya dije en el artículo mensual de estrenos de cine que era la peli que más ganas tenía que ver. Linklater es un tipo inquieto que suele hacer cosas interesantes, y si además sale Patricia Arquette, que es una mis actrices favoritas pues mejor que mejor.

Hablando sobre la música en las pelis, recomiendo de nuevo Movida del 76, una de sus primeras pelis que hizo. Una especie de American grafitti, pero ambientada en los 70, con una magnífica banda sonora con un montón de clásicos de la época (empieza con sweet emotions de Aerosmith)

yupyop
yupyop
Lector
15 septiembre, 2014 5:55

Un pequeño apunte: Stand by me de ben e king, no BB king. Respecto al uso de la música para contextualizar la época ahí está el Blow Up de Antonioni (1966) o su Zabriskie Point (1970). Yo también recomiendo Movida del 76 y, por supuesto, Boyhood. Excelentes críticas y excelente el foro que tienen montado en estos comentarios.

yupyop
yupyop
Lector
15 septiembre, 2014 13:01

Coño jorgenexo… Mete el video coñón, mételo… Y este para el cumple de Ed Piskor: https://www.youtube.com/watch?v=WaUdbBY2ZC0

Javié
Javié
Lector
17 septiembre, 2014 16:51

Para mi «Paint it black» siempre será la BSO de la guerra de Vietnam, aun a día de hoy no soy capaz de separar ambos conceptos.

Mr. X
Mr. X
Lector
17 septiembre, 2014 18:48

Hombre, Javié, dichosos los ojos y las raíces.

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Lector
18 septiembre, 2014 12:30

vista anoche.

es buena,pero le sobra metraje,y ni de coña es una pelicula de oscar(aunque seguramente terminará de alguna forma en dichos premios.o al menos,promocionados en los globos de oro).

tampoco tengo claro las virtudes actorales de ellar coltrane,más allá de esta peli.en esencia,pinta bien,pero hay que verle en otras pelis,en otros registros.estaremos atentos a la evolución del chaval.cosa distinta,la evolución de la hermana de mason(¿por que nadie la menciona?)que empieza siendo una cria adorable,y acabó siendo absolutamente repelente,recordandome demasiado a la violett de LOS INCREIBLES.

hacer incapié en el imán que representa la madre de mason a la hora de atraer capullos.tuve que refrenarme un montón para no darle un puñetazo a la pantalla del ordenador en la escena en que el cabronazo del profesor maltratador tira un vaso con violencia a la mesa.menuda escena.te enciende la sangre.el segundo,el marine,tambien tiene lo suyo,pero linklater prefiere no llevarle hasta el extremo,y simplemente lo perfila,para dejar a nuestra imaginación lo que ocurre con él.al final,es el padre biológico quien acaba cayendote mejor con diferencia.estupendo ethan hawke.

aquí ya entro en una opinión muy personal:la chica con la que se tenia que haber quedado mason era su compañera en el restaurante.nada como trabajar un montón de horas bajo presión para conocer a una persona tal como es de verdad.y sé de lo que hablo.en una relación que empieza, siempre hay imposturas,y poco o nada de verdad sobre quien eres realmente.te esfuerzas por agradar a esa chica,y no te muestras realmente tal como en verdad eres.esa fase ocurre mucho despues.que mason,en semejante ambiente(hablo de la chica del restaurante,la que dijo de broma que tendria que hacerle una mamada) se sintiese tan comodo,a pesar del jefe tan capullo al que tenia que rendir cuentas….

mal,mason,mal.oportunidad perdida.

yo es que, en la supuesta transgresión de la pelicula, no he visto sino conservadurismo a raudales.quiero decir que,en efecto,linklater efectua una critica a ese sector texano de paletos sin fín de cierta zona geográfica de los estados unidos…..pero sin cargar las tintas en demasia,como procurando que no se le note que se les está criticando.que despues de todo,la pelicula tiene que tener su recorrido en taquilla,y el llamado «cinturón de la iglesia» no es un pastel a despreciar.

hablo,claro,de la escena en que regalan a mason una biblia y un arma.o lo de los carteles apoyando a obama.

y lo que más me saca de quicio de estos americanos que retratan el cine reciente como el de esta pelicula que dirige linklater, es la de vueltas que le dan a todo.son tan cansinos,le sacas de su «zona de confort»,y se vuelven locos.teorizan y teorizan,buscan respuestas a todo.tanto lo divino,como lo humano.

y esas pausas entre frase y frase.esos gestos tan impostados,tan poco naturales.

¿que le pasa a esta gente?.

claro,luego llegan a españa,y flipan con la forma en que encaramos la vida.y como nos subimos los grandes problemas a la chepa,y y tiramos para adelante,a pesar de todo.sin tantas pajas mentales,ni rollos macabeos.

un poco como la forma de pensar del padre de mason.

TheCrai1702
TheCrai1702
Lector
23 septiembre, 2014 5:18
Antoine
Antoine
Lector
9 noviembre, 2014 21:40

Por fin he podido verla.

Dicen que llevar el hype muy alto es perjudicial para valorar algo correctamente.

Yo lo llevaba muy alto con Boyhood.

Pues me había quedado corto, me ha encantado. De largo, la mejor peli que he visto este año.

Mr. X
Mr. X
Lector
12 noviembre, 2014 10:00

Vista.

Coincido con Mr Antoine. De las que he visto de este año, sin duda, la mejor.

(Aunque por tocar los cojones un poco, diré que mis dos pelis favoritas del año pasado, La gran belleza y Sólo Dios perdona me gustaron más)

Ocioso
Ocioso
Lector
14 diciembre, 2014 1:57

Recién vista. Una maravilla de película que no me voy a poder quitar de la cabeza en muchos días, seguro. De las que dejan poso.

PD: Quiero….que digo quiero…¡Necesito el Black álbum!

frankbanner49
frankbanner49
Lector
14 diciembre, 2014 10:59

si.es sin duda una buena peli.

¿soy el único al que la hermana del crio le empieza a caer muy bien cuando empieza la peli,y termina resultandole algo pelin repelente ya en la edad adulta?.

la idea del disco tuneado de los beatles que cuenta el padre del chaval(el personaje que realmente te cae mejor de toda la peli,porque representa a un tipo realmente libre)ya la ha copiado mí grupo favorito,GENESIS,sacando un disco con temas del grupo,y temas de todos sus integrantes en solitario.

hay que ser rápido.

como los de coca-cola.por que el último anuncio con el niño este que dice a la madre que no le gusta la coca-cola, huele a BOYHOOD por los cuatro costados.

eso sí,me parece a mí,que en el asunto de los oscars le puede a pasar lo que a LA GRAN ESTAFA AMERICANA,el año pasado.que todo el mundo decia que se iba a arrasar,y casi por poco no se va de vacio.

Antoine
Antoine
Lector
14 diciembre, 2014 14:36

Ocioso: «PD: Quiero….que digo quiero…¡Necesito el Black álbum!»

Yo estoy escuchándolo ahora mismo en Spotify.

frankbanner49: «eso sí,me parece a mí,que en el asunto de los oscars le puede a pasar lo que a LA GRAN ESTAFA AMERICANA,el año pasado.que todo el mundo decia que se iba a arrasar,y casi por poco no se va de vacio.»

Puede ser, pero la diferencia es que Boyhood es mucho mejor peli que La gran estafa americana.

Mr. X
Mr. X
Lector
14 diciembre, 2014 15:28

¿Sr Antoine, usted que es bastante cinéfilo ha visto Frank, la de Fassbender? es que la vi anoche y me encantó.
Junto con Boyhood y El gran hotel Budapest y Nightcrawler, lo que más me ha gustado este año.

https://www.youtube.com/watch?v=PWkMrzdAWgY

Ocioso
Ocioso
Lector
14 diciembre, 2014 15:40

Antoine: Yo estoy escuchándolo ahora mismo en Spotify.

No se me ocurrió que el señor Enlazaluego hubiera elaborado un tracklist de verdad. Pues me lo voy a bajar para el coche.

Antoine
Antoine
Lector
14 diciembre, 2014 16:05

Mr. X: «¿Sr Antoine, usted que es bastante cinéfilo ha visto Frank, la de Fassbender? es que la vi anoche y me encantó.»

Parece el tipo de marcianada que suele encantarme, pero no la encuentro por los internetes. De verla en el cine en Murcia, ni hablamos.

Mr. X
Mr. X
Lector
14 diciembre, 2014 16:33

En cine ni en Murcia ni en ninguna parte, sólo se estrenó online. Y se puede encontrar (no le pongo el enlace porque sé que no se puede aquí, pero busque, que vale la pena). Y extiendo la recomendación a toda la peña, coñe, que es que me encantó.

frankbanner49
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Lector
14 diciembre, 2014 21:51

te digo lo mismo que antoine,x.hay un montón de material al que ya no tengo acceso con tanta facilidad como antes.por que a esta peli la tenia ganas.lo mismo que le tengo ganas a la última de bill murray.a ver si esta la «cazo».

y si te digo que el cine más cercano que tengo son los cines pixel en coin(malaga) echale un vistazo a la cartelera,y dime si no es para echarse a llorar.

si es que ni «delinquir» le dejan ya a uno,demonios.entre esto y la ley mordaza. 🙂

PODEMOS al poder ¡ya¡ que estos seguro que nos dejan manga ancha.

p.d: oye,que es bromita,y tal,¿eh? 😉

(o no).

Mr. X
Mr. X
Lector
14 diciembre, 2014 22:12

Je, Sr Banner, yo sólo digo que a mí me ha parecido una de las pelis más curiosas, extrañas y molonas que he visto en los últimos tiempos, y de hecho creo que cuando salga en dvd me la pillaré.

Y me parece una chungada que con la cantidad de basura que se estrena, esa peli, que me parece que objetivamente vale la pena, haya sido ignorada por las distribuidoras.
Y por lo que he visto está disponible en videoclubs en línea legales como este http://peliculasdecineonline.com/peliculas/frank
Y si quieres tirar por otros medios no tan lícitos… bueno, tampoco es difícil de localizar, en serio.

Antoine
Antoine
Lector
15 diciembre, 2014 0:13

Yo, al final, la he localizado esta tarde.

Excelente recomendación Mister. La peli es una deliciosa marcianada y la escena final es antológica.

Búsquenla porque merece la pena.

Ocioso
Ocioso
Lector
15 diciembre, 2014 0:24

Me alegro de que hayan dejado el título en inglés. La traducción literal «Infancia» no significa nada.
Esto también vale para otros títulos casi imposibles de traducir al castellano como Exodus o Interstellar.

Ocioso
Ocioso
Lector
15 diciembre, 2014 1:13

¿Boyhood y Gran Hotel Budapest son oscarizables? Jo, mucho han cambiado los Oscar desde que dejé de verlos.

Mr. X
Mr. X
Lector
15 diciembre, 2014 7:34

«Antoine
15 diciembre, 2014 de 0:13
Yo, al final, la he localizado esta tarde.

Excelente recomendación Mister. La peli es una deliciosa marcianada y la escena final es antológica.

Búsquenla porque merece la pena.»

Sabía que le iba a molar 😉

«¿Boyhood y Gran Hotel Budapest son oscarizables? Jo, mucho han cambiado los Oscar desde que dejé de verlos.»

Bah, seguro que al final lo peta el musical o la superproducción de todos los años de la que nadie se acuerda pasado un lustro.