ZN Cine – Crítica de Las Brujas de Zugarramurdi de Álex de la Iglesia

 

Dirección: Álex de la Iglesia
Guión: Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría
Música: Joan Valent
Fotografía: Kiko de la Rica
Reparto: Hugo Silva, Mario Casas, Jaime Ordoñez, Carmen Maura, Terele Pávez, Carolina Bang, Santiago Segura, Carlos Areces, Pepón Nieto, Secun de la Rosa
Duración: 112 minutos
Productora: Enrique Cerezo y Universal Pictures
País: España
Calificación:

 

Sinopsis: Un grupo de hombres desesperados deciden atracar una tienda de «Compro oro». Desgraciadamente, JOSE, el protagonista, tiene que llevarse a su hijo Sergio, de ocho años, al atraco. Es martes, y como divorciado, martes y fines de semana alternativos los pasa sí o sí con su hijo. ANTONIO, otro de los atracadores, pierde el coche porque su mujer se lo ha llevado para hacer la compra. Tienen el botín, una bolsa con 25.000 anillos de oro, pero no tienen un pobre vehículo con
el que escapar.

Mientras, los atracadores entran en los bosques impenetrables de la Euzkadi profunda, tierra de akelarres y sorgiñas. Los 25.000 anillos son una auténtica maldición: terminan cayendo en las garras de una horda de mujeres enloquecidas que se alimentan de carne humana. Un justo castigo a sus fracasos con el sexo opuesto. Si querías taza, toma taza y media. Las brujas encerradas en la misteriosa mansión de Zugarramurdi querrán apoderarse de los anillos a toda costa, y de paso, arrancarles el alma a nuestros protagonistas. Los pobres, en el fondo, lo único que buscaban era un poco de paz.

Álex de la Iglesia vuelve y el que suscribe tenía cierto recelo tras sus dos últimos trabajos La chispa de la vida y Balada triste de trompeta. Estos títulos a mi juicio se vuelven fallidos por la ausencia de una figura clave en la carrera del director bilbaíno, el guionista Jorge Guerricaechevarría. La dupla de uno con su gran manejo de la cámara y el otro con su galería de personajes únicos retorna a lo grande en Las Brujas de Zugarramurdi.

No es el mejor trabajo de esta pareja, imposible olvidar El día de la bestia, Acción mutante o La comunidad, pero sí abordan un trabajo con un enfoque de comedia total y absoluta olvidándose por completo de la trama principal, si es que la hubiere. El concepto coral de la película es innegable, aquí lo que importan son los personajes y su definición con cuatro frases, algunas de las cuales son para enmarcar como la de Terele Pávez: A mí las brujas no me dan miedo, a mí lo que me dan miedo son los hijos de puta.

Los derroteros de la historia pasan por buenos momentos de acción salteados con breves pinceladas de crítica soterrada o no a la situación político-social actual, críticas más acertadas que en La chispa de la vida que pecaba de aleccionadora incluso en este aspecto. En el fondo Las brujas de Zugarramurdi destila una “simpática” misoginia y no deja de ser una comedia, muy particular, sobre la guerra de sexos y la vida en pareja. Qué sucede cuando la mujer tiene el poder absoluto (en esto los títulos de crédito son muy ilustrativos) y las consecuencias de un feminismo llevado a alocadas consecuencias forman un pilar fundamental de un argumento cuyo afán por reflejar un matriarcado sectario a lo The Wicker Man acaba convirtiéndose en un tren de la bruja / Scooby-Doo muy de Álex de la Iglesia con toques que recuerdan mucho a Sam Raimi.

Al final lo menos importante es el aspecto fantástico de la trama, el aura satánica de las brujas queda casi escondido y el gran espectáculo de luces y color de la parte final, que es donde lo mágico cobra protagonismo, es lo más flojo de la cinta. Ahí está el problema del ritmo que hace que Álex de la Iglesia nos vaya llevando un poco sin rumbo, aunque es lo de menos por el gran trabajo actoral. La comedia negra y desenfadada va dando paso a un más que previsible y calculado desenlace en el que la fuerza y aparición de ciertos personajes carismáticos se ve mermada.

Sin duda, uno de los grandes puntos a favor de la película es el reparto, prácticamente a nadie se le puede poner un pero. Hugo Silva y Mario Casas se esfuerzan mucho y bien en hacer una pareja divertida, a pesar de que realmente ellos no son los grandes protagonistas ya que la historia reparte mucho juego entre el resto de intérpretes. Ese aspecto tan coral y “berlanguiano” que Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría dan a sus trabajos funciona a la perfección con una galería de actores que están en su salsa y disfrutan con sus pintorescos personajes. Dejando a las protagonistas como Carmen Maura, Terele Pávez o Carolina Bang, nos encontramos por ejemplo con un gran Enrique Villén o con Carlos Areces y Santiago Segura que como salidos de un sketch de los Monty Python bordan a la perfección a las típicas amigas solteronas del norte Miren y Conchi.

El único punto en el que la película cojea dentro del reparto quizá sea con los personajes de los policías interpretados por Pepón Nieto y Secun de la Rosa, que aunque el guión trata de darles tiempo para calar, acaban por naufragar un poco cayendo en el tópico. Una pena sobre todo por Secun de la Rosa que en este tipo comedia suele hacer muy buen trabajo como ya se vio en Lobos de Arga.

Al final Las Brujas de Zugarramurdi debe verse, como el propio director bilbaíno dice, como un divertimento, una comedia de acción en la cual nos debemos dejar llevar por el exceso y el gamberrismo. Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría saben que buscan eso y eso mismo es lo que ofrecen haciéndolo con maestría porque ya es un campo en el que han trabajado mucho y han sacado muy buenos resultados. Por otra parte debemos disfrutar de películas como estas, donde hay un gran presupuesto que luce y la realización es acorde, porque la alarmante situación del cine español no augura que podamos disfrutar de tantas historias a este nivel de producción.