Dirección: Richard Curtis
Guión: Richard Curtis
Música: Nick Laird-Clowes
Fotografía: John Guleserian
Reparto: Domhnall Gleeson, Rachel McAdams, Bill Nighy, Tom Hollander, Margot Robbie y Rowena Diamond
Duración: 123 minutos
Productora: Universal Pictures, Working Title Films y Translux
País: Gran Bretaña
Calificación:
Sinopsis: A los 21 años Tim Lake (Domhnall Gleeson, visto en Dredd o la saga Harry Potter) descubre que puede viajar en el tiempo. Después de otra fiesta de fin de año fallida, el padre de Tim (Bill Nighy (Love Actually, Zombies Party)) le cuenta que todos los hombres de la familia han tenido desde siempre el don de viajar en el tiempo, sólo hay que ir a un sitio oscuro, los armarios son perfectos, y pensar en el momento de tu vida al que quieres ir.
Tim no puede cambiar la historia, pero sí puede cambiar lo que ocurre y lo que ha ocurrido en su corta existencia. Por lo tanto decide que su mundo será mejor… y que tendrá novia. Tristemente, nada de todo esto es tan fácil como parece.
Tim se traslada desde la costa de Cornualles a Londres, donde vivirá con el peculiar autor teatral Harry (Tom Hollander (In the loop, Hanna, Orgullo y prejuicio)), para trabajar en un bufete de abogados y una noche acaba conociendo a la preciosa e insegura Mary (Rachel McAdams (Sherlock Holmes, Midnight in Paris)). Se enamoran, pero un desafortunado viaje en el tiempo borra el momento en que se conocieron. Así que Tim desesperadamente trata de buscarla en el espacio y en el tiempo, lo cual llevará a que se encuentren una y otra vez, hasta que se pueda dar la cita perfecta.
Según avanza su curiosa vida, Tim descubre que ese don tan especial no puede protegerle de las tristezas ni de los altibajos que afectan a cualquier familia. Incluso viajar en el tiempo tiene limitaciones y puede ser peligroso.
A Richard Curtis habría que tenerle en un pedestal por formar parte de esa gran dupla, junto a Rowan Atkinson, que nos brindó dos obras magnas de la comedia televisiva como son La víbora negra y Mr. Bean (por mucho que repitieran esta última en todas las cadenas autonómicas). Por otro lado tenemos su carrera cinematográfica que ha ahondado principalmente en la comedia, concretamente en la romántica siendo guionista (Cuatro bodas y un funeral o Notting Hill) o guionista y director como en Love Actually y su fracaso comercial Radio encubierta.
El título que toca hoy, Una cuestión de tiempo, hereda y muestra en gran parte de su metraje ese poso sentimental que despierta sonrisas de los anteriores éxitos comerciales de Curtis, sin embargo añade un elemento dramático y hasta cierto punto reflexivo que sin ser para nada negativo, deja un regusto agridulce al que espera una comedia romántica pura y dura. Uno de los aspectos curiosos de la propuesta de Curtis es que estamos ante una cinta de ciencia-ficción, no es un Ender o un Riddick pero no quita que sea del género en el fondo y lo bueno es que no usa el elemento irreal como mera excusa, ya que plantea como buena obra de ciencia-ficción un interesante supuesto (en este caso el trillado viajar en el tiempo) que altera el devenir de la vida del protagonista y le obliga a adoptar cuestionables decisiones.
El viaje temporal refresca el clásico chico conoce a chica y aunque de primeras puede recordar a Atrapado en el tiempo, pronto se va esta idea del espectador y el prueba y error constante del principio se frena a medida que avanza la película y el mensaje va cambiando. Una cuestión de tiempo se podría decir que va madurando así como su protagonista, la comedia y el romanticismo se vuelven un factor predominante en la primera mitad para ir en su segunda parte degenerando en una reflexión de la vida y el tiempo que se nos da.
Como buena película de Richard Curtis, se le otorga más importancia al trabajo actoral que al propio trabajo de cámara. El protagonista de esta dickensiana (la narración cual David Copperfield y las menciones al propio Dickens que la película hace son abiertas y sin reparos) historia de ciencia-ficción, Domhnall Gleeson, lleva perfectamente el peso constante de la historia y se ajusta perfectamente al típico chico sencillo, tímido, algo torpe y enamoradizo al que el realizador recurre tanto en sus historias. El hijo de Brendan Gleeson canaliza bien los sentimientos tan variados por los que pasa su personaje en todos los años que abarca la historia y en las poco más de dos horas que dura el film.
El resto del reparto se complementa con esa galería de personajes “raros” que tanto agradan a Richard Curtis por la comicidad que ofrecen, como son los de la hermana del protagonista, Kit Kat, su amigo Jay, el tío Desmond o el autodestructivo autor teatral interpretado por Tom Hollander. Siempre está la chica perfecta que interpreta la adorable Rachel McAdams y Bill Nighy mide muy bien su entrañable papel de padre y mentor que es el único que puede entender y aconsejar al protagonista.
Es adecuado volver a repetir que Una cuestión de tiempo es ciencia-ficción, esa ciencia-ficción que otorga a alguien rutinario un poder enorme pero que no hace que su vida deje de ser rutinaria, aquí por pequeñas alteraciones del pasado no se hacen aparecer dictaduras o muere gente. La vida del protagonista no deja de ser como la de los demás, se podría decir que el punto fuerte de la película es esa empatía con la que juega y que realmente cala. Uno no deja de sentirse identificado con los usos que le da el protagonista a su habilidad de viajar en el tiempo tanto en su lado más lúdico como en su lado más profundo.
Richard Curtis por oficio sabe no caer en la sensiblería que ronda este tipo de títulos (como en Más allá del tiempo que protagonizaba la misma Rachel McAdams y que puede de primeras parecer que comparte nexos con Una cuestión de tiempo), hay veces que lo roza con los momentos musicales que siempre introduce el realizador británico, pero calcula bien los límites y al final manda un mensaje bien estructurado, “buenrollista” y agradable que hace pensar en la nostalgia que puede sentir el viajero del tiempo.
richard curtis vuelve.y dicen que en forma.
lo que ya es una buena noticia en si misma.
richard curtis firmo una tripleta magica(love actually,notting hll y cuatro bodas y un funeral);peliculas que se reponen una y otra vez en las televisiones (junto a ese imbatible talisman que representa pretty woman.autentico fenomeno digno de estudio).
y entonces filma radio encubierta,y la racha se corta en seco.la pelicula pincha(muy merecida
mente,añado)y curtis queda relegado a la liga de shamalyan y compañia.hola y adios.fue bueno mientras duro.
pero aqui esta de vuelta,y dicen que con su magia intacta.y yo que me alegro,oye.
ahora a ver si recuperamos al kenneth brannagh
de mucho ruido y pocas nueces y los amigos de peter,que frente a la ñoñeria y boberia del cine yanki actual,el «british»acido e irreverente,nunca esta de mas.
por cierto,nunca estuvo mejor hugh grant que en «un niño grande».
Rachel McAdams, esa musa de los viajeros temporales.
Que la fichen para hacer de Ravonna en Avengers 3.
a mi me interesa mas esta peli que la de Thor, para que veáis como cambian los gustos con los años 🙂
A mi radio Encubierta me parece al nivel de las películas que citas, es cierto que no todos sus guiones son absolutamente infalibles, a mi War Horse (la de Spielbreg) me gustó pero no me mató, ahora bien para mi es un nombre que en una película es casi una garantía de no tirar el dinero y de pasar un buen rato
la tenía en el punto de mira para este fin de semana, lo que no me esperaba era verla comentada en esta web. me alegro.
por todo lo que había oído, y por lo que leo aquí, parece que mr. curtis vuelve en plena forma; lo dicho, mañana cae.
¿Ahora se comentan comedias románticas?
ZN, tu antes molabas.
estan no son las comedias de la bullock,ocioso,je,je….
Hoygan, ¿y Bill Murray qué tal está?
pues nunca mejor que en el dia de la marmota,la verdad….
Eso es que no estás relajado. Te hace falta un momento Santori.
Fui a verla ayer y para mí es su mejor pelí, la película me atrapó de principio a fin. 100% recomendable
Mancantao.