ZN Cine – Especial X-Men. La franquicia mutante en la gran pantalla

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En los medios ajenos al cómic la primera aparición de los X-Men, los superhéroes mutantes creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1963, se produciría ya en los primeros años de vida de estos personajes en una cabecera animada como The Marvel Super Heroes. La historia de partida para este debut estaría basada en los sucesos de Fantastic Four #6 (1962) y Fantastic Four Annual #3 (1965). Pero en este primer contacto con la audiencia de la pequeña pantalla, en la que el Profesor X lideraba a unos clásicos Cíclope, Bestia, la Chica Maravilla, Ángel y Hombre de Hielo, los X-Men serían conocidos como los Aliados de la Paz porque la productora Grantray-Lawrence Animation no tenía los derechos sobre Los 4 Fantásticos (en manos de Hanna-Barbera) y, en consecuencia, tampoco sobre esas historias en las que se habían inspirado para el guión del episodio. El resto del siglo XX los X-Men se tendrían que conformar con la televisión para sus esporádicas adaptaciones animadas y sus cameos en series protagonizadas por otros personajes de Marvel Comics destacando entre todas ellas la importancia de la popular X-Men: The Animated Series producida por Marvel Entertainment y emitida por primera vez a finales de los años noventa en el canal FOX Kids.

Teniendo en su cuenta su ausencia del celuloide y sin haber siquiera contado con una adaptación a imagen real en casi cuarenta años nada hacía presagiar que X-Men pudiese llegar a ser esa importante franquicia cinematográfica destinada a convertirse, junto al Spider-man de Sam Raimi, en una de las mejores embajadoras del hoy profuso género superheroico en la gran pantalla. Hasta el siglo XXI los mutantes permanecerían en la pequeña pantalla, protagonizando algunas publicaciones en prosa obra de autores como Len Wein, Marv Wolfman, Christopher Golden, Scott Lobdell o Stan Lee, e incluso saltando a las plataformas de videojuegos mucho antes de su primera encarnación en la gran pantalla (en el año 1989 con The Uncanny X-Men de LJN Toys Ltd. para NES).

No obstante, si hubo muchos tanteos y oportunidades para llevar a estos personajes a las salas de cine previos a la compra de derechos de 20th Century FOX y su exitosa adaptación. Ya a principios de los noventa todo podría haber sido diferente sí las negociaciones entre Stan Lee y Chris Claremont, por un lado, y Carolco Pictures y James Cameron, por el otro, hubiesen llegado a buen puerto y su alianza hubiese logrado llegar a buen puerto. Pero la compañía estadounidense de Mario F. Kassar y Andrew G. Vajna pasaría demasiado rápido de saborear las mieles del éxito con films como Terminator 2, Desafío Total o las primeras entregas de Rambo, a la quiebra técnica en 1995 debido al sucesivo fracaso en taquilla de títulos como La isla de las cabezas cortadas y Showgirls.

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Logo de la saga cinematográfica de los X-Men de 20th Century FOX

El interés de James Cameron por dirigir una posible película de los mutantes no se acabaría por traducir en la gran pantalla y el cineasta, interesado en las posibilidades del género superheroico, lo intentaría también infructuosamente trabajando en el desarrollo de Spider-man de la que también se desvincularía finalmente cediendo el testigo a Sam Raimi. Los derechos de la adaptación revertirían entonces a Marvel Comics y allí permanecerían hasta que 20th Century FOX se interesó por ellos después de que la productora Lauren Shuler Donner -mujer del director y padre del género superheroico cinematográfico Richard Donner– reconociese las virtudes y posibilidades de la historia al visionar la ya comentada adaptación animada de X-Men: The Animated Series para FOX Kids.

En Zona Negativa, aprovechando el estreno de la última entrega de los mutantes de 20th Century FOX en X-Men: Días del Futuro Pasado, hemos decidido realizar una retrospectiva de la franquicia iniciada en el año 2000 por Bryan Singer y cuya vitalidad parece ahora más renovada que nunca después el éxito de esta última y del anterior capítulo de la saga X-Men: Primera Generación filmado por Matthew Vaughn. Por el momento, nuestra intención pasa por centrarnos únicamente en la saga central de X-Men, dejando a un lado los spin-offs protagonizados por el Lobezno encarnado por Hugh Jackman, aprovechando la ocasión hacer un poco de historia y balance y comentar algunas de las referencias y curiosidades de estas producciones. Seas mutante, humano o morlock te invitamos y animamos a acompañarnos en este viaje. Tampoco comentaremos en el presente artículo el devenir del último filme de la franquicia, X-Men Días del Futuro Pasado, por lo que si queréis compartir vuestras impresiones sobre la misma os emplazamos a daros un paseo por la crítica de la película realizada por nuestro compañero Enrique López que podéis encontrar aquí mismo.


Opening de la influyente X-Men: The Animated Series

X-Men (2000) de Bryan Singer – El despertar cinematográfico del Homo superior
«Confía en unos pocos,
teme al resto»

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La compra de los derechos cinematográficos de los X-Men por parte de 20th Century FOX se había aprovechado del mal momento de Marvel Comics, la compañía se encontraba inmersa en una profunda crisis creativa, comercial y empresarial. La alarmante y preocupante caída de ventas de sus cómics hizo comprender a la directiva que el cine era la única salida posible y para ello la venta de sus licencias para cine y televisión eran una necesidad. Pero antes de llevar su versión de estos personajes al gran público en 20th Century FOX, como cuentan Iñigo de Prada y Sara G. Rodríguez en El Viaje del Superhéroe. La historia secreta de Marvel en el cine, «prefirieron ensayar antes la viabilidad del proyecto a una escala menor, abriendo camino con un telefilme que sirviera a su vez de episodio piloto para una posible teleserie». Esto lo veríamos en 1996 en Generación X, propuesta dirigida por Jack Sholder (Solos en la oscuridad, Pesadilla en Elm Street 2) basándose en la creación de Scott Lobdell y Chris Bachallo que había debutado en 1994 en páginas de Uncanny X-Men #318.

La modesta producción de 4 millones de dólares, en la que colaboraría Avi Arad que ya había estado ligado también a X-Men: The Animated Series, dejaría muy patente sus limitaciones pero marcaría el camino a seguir. La propuesta no se convertiría en serie pero en el posterior traspaso mutante la gran pantalla, ya con un grupo de estrellas principales, muchos elementos del telefilme de Generación X serían replicados en la primera película de Bryan Singer. Desde cuestiones principales como el tono de su narrativa a otras más anecdóticas como el castillo Hatley de la Universidad Royal Roads de Vancouver dónde se establecía en Generación X el Instituto Charles Xavier para Jóvenes Talentos y cuya localización repetiría en las sucesivas producciones cinematográficas de X-Men. En Generación X se intuía también un escenario previo al visto en los cómics en el mítico arco argumental de Días del Futuro Pasado concebido a principios de los años ochenta por Chris Claremont y John Byrne en su etapa, con la mención del Acta de Registro Mutante, ya en vigor en el telefilme, y referencias a los campos de concentración en los que son internados los mutantes.

Este relato ya había sido adaptado en X-Men: The Animated Series, dónde Bishop adoptaría el papel de Kitty Pryde en la historia original, y más recientemente en la única temporada de la también serie animada Wolverine and the X-Men en la que la trama acababa desembocando en sucesos inspirados en La Era de Apocalipsis que también parece tendrán su revelancia en futuras entregas de la saga cinematográfica de los X-Men de Bryan Singer. De esta manera, las peores pesadillas de los mutantes habían sido ya anunciadas de forma animada y tiempo antes de hacerse carne y hueso en la gran pantalla. En todo caso, lo importante de estos primeros pasos es que la experiencia con Generación X animó a 20th Century FOX para abordar la ansiada adaptación a la gran pantalla en la que ya había estado trabajando en un primer borrador del guión Andrew Kevin Walker (Seven, Sleepy Hollow) dónde aparecían el Profesor Xavier, Lobezno, Cíclope, Jean Grey, Hombre de Hielo, Bestia y Ángel y una Hermandad de Mutantes con Magneto, Dientes de Sable, Sapo, Juggernaut y La Mole.

Los mutantes de Generación X (1996) de Jack Sholder

En este primer acercamiento también aparecían piezas importantes del universo mutante de los cómics como los Centinelas y la Sala de Peligro y personajes como Henry Peter Gyrich y Bolivar Trask. Pero el presupuesto determinado por 2Oth Century FOX, establecido finalmente en 75 millones de dólares, obligaría a replantear lo ambición de dicho guión y resultaría inevitable prescindir de multitud de ideas y personajes que en algún caso serían recuperados en futuras secuelas y spin-offs de la saga. Pronto el guión sería revisado por un numeroso grupo de escritores, muchos de ellos con un escaso bagaje en esos precisos momentos o de cuestionable talento, destacando los nombres de John Logan (Gladiator, El último samurái), David Hayter (El Rey Escorpión), Ed Solomon (Super Mario Bros., Men in Black) y valores emergentes como Joss Whedon (Buffy Cazavampiros, Toy Story) y Christopher McQuarrie (Sospechosos Habituales). Las ideas y las reescrituras iban y venían, añadiendo y descartando elementos, y finalmente el único guionista acreditado sería David Hayter.

En la dirección el primer nombre barajado sería el de Robert Rodríguez pero este acabaría rechazando la oferta cediendo en bandeja la butaca de director a un joven y prometedor Bryan Singer. La primera reacción del cineasta sería también rehusar la oferta al considerar que los cómics eran un tipo de literatura poco inteligente pero su amigo y productor Tom DeSanto (X-Men 2, Transformers) le hizo ver las posibilidades de estos personajes y su cercanía a temas en los que él tenía un especial interés como podrían ser los derechos civiles, la alienación del individuo, la discriminación y los prejuicios sociales. Después de leer los cómics y ver algunos capítulos de X-Men: The Animated Series -demostrándose así de nuevo la importancia de esta serie animada en carrera cinematográfico de los X-MenBryan Singer finalmente se dejó convencer y aceptó el trabajo. Esto también tuvo que ver con el fracaso de su última producción, Verano de Corrupción, un filme estrenado en 1998 en cuyo reparto aparecía el veterano actor británico Ian McKellen y cuya mala respuesta en taquilla le había dejado a su director necesitado de un urgente éxito en su carrera.

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Fotografía de Bryan Singer director de X-Men (2000)

En las últimas reescrituras del guión para X-Men, ya con Bryan Singer al mando, se incidió y matizó a través de la comparativa y el símil histórico. Las posturas encontradas del Profesor X y Magneto se inspiraron en la de dos líderes y figuras clave de la sociedad estadounidense de los años cuarenta y cincuenta como serían el reverendo Martin Luther King y el furibundo orador y activista negro Malcolm X. Este último, acusado a menudo de racismo y violencia, tenía en Eric Leshner su contrapartida mutante y su filosofía queda muy clara en su plan para convertir a los humanos en mutantes, una alegoría a la conversión cristiana del emperador romano Constantino I en el siglo IV d. C. con la que se produjo una clara inversión de valores en la historia y cultura occidental. Por su parte, el Acta de Registro Mutante invocada por el senador Robert Kelly retrotrae la caza de brujas que a partir de 1950 instigaría el también senador Joseph McCarthy en Estados Unidos.

En todo caso, el Acta de Registro Mutante ya apareció por primera vez en los cómics en la etapa de Chris Claremont y John Byrne, más concretamente en Uncanny X-Men #141, Bryan Singer y los responsables de X-Men se limitaron a acercarse más a las fuentes que estos autores ya habían utilizado hacía ya décadas para seguir ahondado en el mensaje relacionado con los prejuicios y la discriminación social. Para conseguir una mayor implicación por parte del espectador se decidió utilizar al personaje de Pícara -interpretado por Anna Paquin– como «los ojos del espectador» debido a que sus poderes hacían mucho más fácil y rápida la identificación con ella por la clara situación de alienación personal en la que estos la sitúan. Esta mutante compartiría el protagonismo de la historia con Lobezno, un rol para el que Bryan Singer tenía en mente a Russell Crowe aunque, por desgracia, su salario lo haría inviable y optaría entonces por Dougray Scott. Pero este también acabaría cayendo del casting por compromisos previos, por lo tanto, y después de rechazar con educación el interés de Keanu Reeves, el elegido finalmente sería un por entonces desconocido Hugh Jackman. En el resto del reparto tendríamos a Patrick Stewart como el Profesor X, al citado Ian McKellen como Magneto, papel para el que había sido tanteado previamente Terence Stamp, Famke Janssen como Jean Grey, James Marsden como Cíclope y en sustitución de James Caviezel, Halle Berry como Tormenta, para la que también se habló de Angela Basset, la actriz y exmodelo Rebecca Romijn como Mística, Ray Park en la piel de Sapo y Tyler Mane como el bestial Dientes de Sable.

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Comparación entre el Lobezno de las viñetas y la caracterizacion de Hugh Jackman en X-Men (2000)

El rodaje tuvo lugar en Toronto y la película vería la luz en el año 2000 suponiendo un punto y aparte en la historia de las adaptaciones de cómic a la gran pantalla y el inicio de una multimillonaria saga cinematográfica. La historia comenzaba con Pícara matando por accidente a su novio y huyendo asustada de su hogar hasta toparse con un huraño Logan en un bar de mala muerte luchando en una jaula para conseguir algunos dólares y poder sustentar así su vida nómada a lo largo del país. El mutante de las garras de adamantium acaba por apiadarse de Pícara y juntos hacen camino en la autocarava del primero hasta que son asaltados por Dientes de Sable y rescatados por Cíclope y Tormenta que los conducen hasta el Instituto Xavier para Jóvenes Talentos. Finalmente, Lobezno y Pícara se aliarán con los X-Men para detener a Magneto y su Hermandad de Mutantes que pretenden forzar la mutación de los principales dirigentes del mundo en una cumbre de Naciones Unidas celebrada en Nueva York. En el punto medio, el senador Robert Kelly, personaje ya aparecido en la clásica etapa de Chris Claremont y John Byrne en 1980 en Uncanny X-Men #135, republicano y anti-mutante y partidario en un primer momento de ejecutar medidas extremas contra la que él considera una especie peligrosa y terroristas por naturaleza. En la versión de Bryan Singer este cambiaría radicalmente su opinión al ser convertido a la fuerza en un mutante por Magneto.

La batalla final entre los X-Men y la Hermandad de Mutantes, para más simbolismo, tendría lugar en la Estatua de la Libertad y el final de la película quedaría muy abierto de cara a una futura continuación. Esta ya había sido planificada en sus pequeños detalles por 20th Century FOX y Bryan Singer y se confirmaría después de ingresar el filme más de 296 millones de dólares en su andadura por las salas de cine de todo el mundo. En el metraje tendrían cameos el guionista David Hayter, el productor Tom DeSanto, el actor George Buza, que había puesto la voz a Bestia en X-Men: The Animated Series, y por supuesto, a Stan Lee siendo este su primera aparición en la gran pantalla desde su paso en 1995 por la gamberrada de Kevin Smith en Mallrats. También tuvimos algún pequeño guiño a otros personajes mutantes en las escenas transcurridas en el Instituto Xavier para Jóvenes Mutantes dónde pudimos ver, en apariencia, a Kitty Pryde, Júbilo y Coloso. En lo estético, el filme de Bryan Singer marcaría tendencia, aunque su mayor aprotación serían sus uniformes de cuero negro después de haber descartado los responsables del filme los más llamativos modelos de los cómics, decisión en la que recibieron el apoyo de Stan Lee y Chris Claremont asegurando este último que «puedes hacer eso en un dibujo pero ponérselo a la gente resulta inquietante».

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Una de las últimas escenas X-Men (2000) de Bryan Singer

De una manera u otra, los X-Men de Bryan Singer consiguieron su propósito, llegar al gran público apostando por un filme lleno de acción pero también con el aliciente de un trama capaz de tocar temas humanos y siempre de actualidad que abrirían los ojos a muchos críticos sobre las posibilidades y la profundidad que podría tener una sencilla y sincera historia de superhéroes. Esta última sería la gran conquista de los X-Men para el siglo XXI, su éxito sería el de un género naciente que en años sucesivos coparía las salas de cine y marcaría tendencia en Hollywood. Para ellos X-Men el viaje apenas había comenzado, uno que estaría lleno de conquistas y victorias aunque también de algunos tropiezos. En la consolidación de la franquicia sería muy importante la suerte de la secuela directa de X-Men, una continuación dirigiría nuevamente por Bryan Singer, ya devoto converso de la mitología mutante, que serviría para seguir demostrando y ampliando la fuerza del Homo superior en las taquillas de todo el mundo. Pero este tema forma parte del próximo capítulo…

Tráiler original de X-Men (2000)

X-Men 2 (2003) de Bryan Singer – Los mutantes golpean de nuevo (y más fuerte)
«¿Has intentado no ser un mutante?»

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Tras el notable éxito de la primera entrega y la explosión del cine superheróico que supuso el Spiderman de Sam Raimi, Bryan Singer decidió tomar las riendas de los mutantes de nuevo con una secuela que, aun a día de hoy, sigue siendo considerada la mejor entrega de la serie y una de las mejores películas del género. X-Men 2 (también llamada X2 o X-Men: United) planteaba al fin los temas que Singer había comenzado a desarrollar en la primera entrega: el problema mutante visto desde la perspectiva política y social en un mundo que cada vez teme más al Homo superior. Con el senador Kelly (Bruce Davison) fuera de juego (había sido suplantado por Mística al final de la anterior película) X-Men 2 nos trae a un nuevo villano, el coronel William Stryker (interpretado por el gran Brian Cox), cuyo odio a los mutantes será el catalizador de la historia al trazar un plan que pretende acabar con todos ellos sirviéndose del Profesor X.

El personaje de William Stryker apenas había tenido relevancia en los cómics de los X-Men. Su primera y única aparición se había producido en plena era Claremont dentro de la mítica novela gráfica Dios Ama, El Hombre Mata (de la que por supuesto ya os hemos hablado en Zona Negativa), y en la que era un telepredicador, fundamentalista religioso que creía tener la misión divina de terminar con los mutantes al considerar que la mutación era una cualidad diabólica que había que erradicar. En la película de Singer, sin embargo, el personaje de Stryker es un coronel obsesionado con el tema mutante desde que su hijo, Jason (Michael Reid MacKay), desarrollara la habilidad de influenciar en las mentes de los demás y provocara a la postre el asesinato de su esposa. Stryker utilizará el poder mutante de su hijo para introducirse en la mente de Charles Xavier que, con la ayuda de una recreación de Cerebro construida por Stryker podría acabar con toda la vida mutante del planeta. De este modo Singer le da la vuelta a la guerra entre los mutantes malvados y la Patrulla X haciendo que sean los propios mutantes, tanto los alumnos de Xavier como la Hermandad de Mutantes Malvados, los que tengan que unir fuerzas frente a un enemigo común. En el apartado cinematográfico William Stryker se ha convertido en un personaje recurrente, llegando a aparecer en X-Men Orígenes: Lobezno o en la propia X-Men: Días del Futuro Pasado.

Brian Cox como William Stryker y su contrapartida en el cómic
Brian Cox como William Stryker y su contrapartida en el cómic

La vuelta de tuerca narrativa en X-Men 2 se da en que Stryker no es un villano que trabaje solo sino que consigue tener el apoyo en su causa contra los mutantes del propio Presidente de los Estados Unidos. La brillante secuencia con la que arranca X-Men 2, presentándonos a uno de los personajes más demandados por los fans, Kurt Wagner (Rondador Nocturno), interpretado por el británico Alan Cumming, narra el intento de asesinato de un Rondador bajo el influjo mental de Stryker al propio Presidente, mediante el uso del teletransporte en la mismísica Casa Blanca en una espectacular escena perfectamente coreografiada y en la que podemos escuchar al fin el mítico “BAMF!” que ha acompañado siempre el teletransporte de Rondador en las viñetas (nada se dice, eso sí, del olor a azufre que acompaña a su poder). El ataque de Rondador no es más que la materialización de la amenaza que expresa el senador Kelly en la primera entrega frente al Senado (con el ejemplo de la niña que podía atravesar paredes y ante la que nadie estaría seguro) y hace que el Gobierno se decida a intervenir la Escuela de Charles Xavier en busca de mutantes peligrosos.

Alan Cumming y el Rondador clásico del cómic
Alan Cumming y el Rondador clásico del cómic

Otro eje fundamental de la trama es el desarrollo de la historia de Lobezno (cómo no, Hugh Jackman), con el que William Stryker tiene un nexo fundamental. A estas alturas de la saga el protagonismo de Lobezno comenzaba a ser evidente, ya que además de ser el favorito de los aficionados había sido el detonante de la historia en la primera parte, con su llegada a la Escuela del Profesor X. El misterio de su origen, que el profesor le había prometido explorar, comienza a ser explicado en esta entrega con la propia presencia de Stryker, que termina revelándose como uno de los responsables del programa Arma X en uno de cuyos experimentos se injertó el adamantium en el cuerpo de Logan. Stryker lleva consigo, de hecho, a otro mutante en el que se ha realizado un experimento parecido con adamantium, Dama Mortal (Lady Deathstrike -interpretada por Kelly Hu-), personaje también heredado de la etapa Claremont, a la que también controla mentalmente y que, desgraciadamente, tiene un papel meramente testimonial, una excusa para una (espectacular, eso sí) pelea con Lobezno. El pasado de Logan va tomando forma durante X-Men 2 mediante pequeños flashbacks de su intervención y su posterior fuga (llegados a este punto sí, todos hubiéramos preferido una versión cinematográfica de Arma X en lugar de los Orígenes que perpetrarían unos años después).

Deathstrike (Kelly Hu) y su aspecto en las viñetas
Deathstrike (Kelly Hu) y su aspecto en las viñetas

Pero no es este el único conflicto abierto de Lobezno: el triángulo amoroso que se insinuaba en la primera X-Men entre Logan, Jean Grey (Famke Janssen) y Cíclope (James Marsden) da un paso más con la captura y manipulación de Scott, que se convierte en peón de Stryker, lo que provoca el acercamiento entre Logan y Jean Grey. Claremont siempre quiso jugar con la relación entre Lobezno y Jean Grey (de hecho siempre estuvo empeñado en romper la relación entre Jean y Scott, lo cual se puso en evidencia con el arco argumental de Madelyne Pryor y su posterior boda con Cíclope). Logan juega una vez más el papel de opuesto de Scott, el lado salvaje hacia el que la parte más incontrolable de Jean Grey se siente atraída. Hablaremos de Jean Grey y su papel fundamental en X-Men 2 un poco más adelante.

Con el éxito de la primera entrega y el aumento de presupuesto, Bryan Singer decidió también ampliar la alineación mutante con nuevos personajes, algunos protagonistas, otros en forma de pequeñas apariciones, que completan un repertorio más amplio de personajes. El principal ejemplo es el de Bobby Drake (Shawn Ashmore), futuro Hombre de Hielo, que pasa de un papel secundario en la primera X-Men a ser parte de la trama en esta segunda parte y convertirse en un habitual en la alineación mutante. Y es que durante la huida tras el ataque a la escuela, Lobezno, Pícara (Anna Paquin) y Pyro (Aaron Stanford, que terminará uniéndose a la causa de Magneto) acompañan a Drake a casa de sus padres en busca de refugio y para contactar con Charles Xavier. Allí, se desarrolla una de las escenas clave de la película, el conflicto con los padres de Bobby que desconocían sus habilidades mutantes, e incluso la traición de su hermano que acabará llamando a la policía. Es aquí donde Singer nos deja claro de qué quiere hablar en el tema mutante y no es más que compararlo al racismo o la homofobia en nuestra sociedad, la persecución del diferente incluso dentro de su propia familia, temas que están presentes en multitud de escenas de la película (el inicio en el museo, la conversación entre Rondador Nocturno y Tormenta o la propia “salida del armario” de Bobby Drake). También tendremos breves apariciones durante la película de personajes tan populares como Coloso, Kitty Pride, Júbilo o el fugaz cameo de Hank McCoy (Bestia) en su forma humana durante una entrevista en televisión.

La primera aparición en cine de Hank McCoy
La primera aparición en cine de Hank McCoy

Por si no fuera poco con todos estos frentes abiertos, Bryan Singer decide asegurar la continuidad de la saga con la trama de Jean Grey y su poder descontrolado, que darán pie a uno de los personajes (y sagas) más queridas por los aficionados: la saga de Fénix Oscura (si queréis saber más sobre ella os recomiendo este excelente artículo publicado, cómo no, en esta vuestra web favorita). Claremont dio un golpe de efecto en el Uncanny X-Men #101 con la transformación de la dulce Jean Grey en la poderosísima Fénix y nada volvería a ser lo mismo para la Patrulla X. Singer supo manejar perfectamente los tiempos con el personaje de Jean Grey para dejarnos tras su aparente muerte con una escena final que dejaba en pañales a Nick Furia o Thanos como finales sorpresa. La cámara sobrevolando la superficie del lago Alkali mientras sobre el agua vemos formarse la silueta del ave fénix sigue siendo uno de los mejores cliffhanger del cine superheróico, aunque siempre quedará la sensación de oportunidad perdida, ya que con la partida de Bryan Singer, que prefirió dirigir Superman Returns y dejó a los mutantes en manos de Brett Ratner, nunca sabremos qué tenía pensado para la tercera entrega.

Jean Grey y su renacimiento
Jean Grey y su renacimiento

De todos modos, X-Men 2 fue un éxito de taquilla (con 214 millones de dólares recaudados sólo en Estados Unidos) y también de crítica. Muchos coincidieron en que llevaba el cine de superhéroes a un nuevo nivel de calidad superando a las demás películas de su género. La verdad es que Bryan Singer consiguió realizar una película madura, todo lo que se espera de una secuela en términos de desarrollo de personajes y aumento de la espectacularidad (basta poner como ejemplo la secuencia de la Casa Blanca o la fuga de Magneto de su prisión de plástico). Pero lo más relevante es que supo hacer interesantes todas las tramas y conflictos abiertos en la cinta, manteniendo un gran equilibrio entre todos los personajes (quizás la parte más difícil de un universo tan amplio como el de los mutantes) y para colmo construyendo de manera brillante las bases de futuras entregas. Todo un juego de malabares en el que Singer consiguió que no se le cayera ni una bola.

Tráiler español de X-Men 2 (2003)

X-Men 3: La decisión final (2006) de Brett Ratner – La guerra de los Hijos del Átomo
«Tienes más poder del que te imaginas, Jean. La cuestión es:
¿controlas tú ese poder o él te controla a ti ?»

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Y con la tercera entrega llegó la polémica. Tras el éxito de X-Men 2 el director Bryan Singer decidió desvincularse de la saga mutante de la 20th Century Fox en favor del relanzamiento del Superman de DC y Warner Bros. con la decepcionante (¿más o menos que El Hombre de Acero de Zack Snyder? se preguntará más de uno) Superman Returns. Tras este inesperado abandono las cabezas pensantes detrás de la franquicia cinematográfica de los X-Men puso la maquinaria en funcionamiento para encontrar un nuevo realizador para agarrar las riendas del proyecto. El elegido fue el mediocre Brett Ratner, famoso por films como la trilogía Hora Punta con Jackie Chan y Chris Tucker, Family Man o El Gran Golpe, pero también cumplidor artesano a la hora de dar continuidad a sagas ya consolidadas en el mundo del séptimo arte como la protagonizada por Hannibal Lecter a la que ofreció sus dudosas dotes como cineasta con aquella bastante digna El Dragón Rojo de 2002 que supuso la precuela (y a su vez remake de la muy recuperable Hunter de Michael Mann, primera adaptación, bastante olvidada hoy, de la novela de de Thomas Harris) de El Silencio de los Corderos y la mejor obra de Brett Ratner junto a la obra que nos ocupa. Pieza que no es del gusto de gran parte del fandom (no tanto de los espectadores neófitos) pero que contiene en su interior algunos de los mejores pasajes de toda la franquicia fílmica protagonizada por los hijos del átomo.

X-Men 3: La Decisión Final adapta dos sagas de las más conocidas dentro de la historia en viñetas de los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby. La primera es posiblemente la más importante jamás ideada (junto a Días del Futuro Pasado) con la Patrulla X como protagonista y la segunda es una de las mas destacadas de la pasada década. La Saga de Fénix Oscura es una etapa ideada por el guionista británico Chris Claremont y el dibujante canadiense John Byrne que narraba cómo Jean Grey por mediación de la influencia física y psicológica (para muchos esta saga es una alegoría de la liberación sexual de la mutante pelirroja) de Sebastian Shaw, miembro del Club Fuego Infernal, liberaba su latente segunda personalidad llamada Fénix con sus inmensos poderes desatados dando inicio a una masacre de proporciones cósmicas en la que se vería implicado hasta el imperio Shiar de la Reina Lilandra. Con El Don, serie de seis números que daba inicio a una nueva colección que recuperaba el antiguo título Astonishing X-Men relataba cómo un niño mutante tenía el poder de «curar» el gen mutante tenemos que hablar de un nombre muy vinculado al Universo Marvel tanto en papel como en imagen real. Joss Whedon -recordad nuestra retrospectiva dedicada a este cineasta aquí mismo– con la ayuda de su admirado John Cassaday (magnífico ilustrador del Planetary de Warren Ellis, uno de los cómics favoritos del creador de Buffy Cazavampiros) dio forma a esta etapa y cuando saltó la noticia de que la misma iba a ser gran parte de la base argumental de la tercera entrega de los X-Men filmicos su nombre sonó con mucha insistencia para llevar el largometraje a imágenes. En un curioso giro de acontencimientos el autor de Firefly y Serenity rechazaría rodar la obra que nos ocupa, pero sin desvincularse del todo de la Casa de las Ideas, ya que años después culminaría como guionista y director la Fase 1 de Marvel Studios con su memorable Los Vengadores.

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Foto de familia del director Brett Ratner con el casting de X-Men 3: La decisión final

Esta tercera entrega de los X-Men empieza a lo grande. Los dos flashbacks que narran por un lado la visita de Magneto y Charles Xavier (caminando y sin silla de ruedas, algo que dará pie a algunos errores de continuidad en la franquicia cuando X-Men: Primera Generación nos descubra que supuestamente el profesor se quedó paraplégico en su juventud) a la casa de una adolescente Jean Grey que empieza a dar muestras de sus enormes poderes mentales y cómo un Warren Worthington III trata de ocultar las alas que delatan su naturaleza mutante que avergüenza a su padre son sólo el arranque para que nos demos de frente con la multireferencial escena del entrenamiento. Esta secuencia es fanservice en vena del seguidor de los cómics ya que en menos de cinco minutos tenemos referencias a Días del Futuro Pasado (el letrero hablando de «un futuro no muy lejano», el ambiente postapocalíptico, la cabeza del centinela) la primera aparición de Kitty Pride (que en los dos anteriores films sólo había tenido breves cameos) la presentación chulesca de Lobezno que confirma una vez más que es el alma de las versiones en imagen real de la Patrulla X, esa Bola Especial que Logan y Coloso llevan a cabo y el descubrimiento de que todo está teniendo lugar en la famosa Sala de Peligro, la misma que no habíamos visto en ninguna de las dos anteriores entregas de X-Men. Hasta aquí más o menos todos los espectadores están satisfechos con lo visto en pantalla, pero cuando la historia comienza coger fuerza y levantar vuelo empiezan los pasajes controvertidos.

Como todos sabemos cuando se trasladan personajes del mundo del cómic al del séptimo arte se toman varias licencias con respecto a los hechos narrados en viñetas, pero en X-Men 3: La Decisión Final se tomaron muchas, puede que demasiadas. La etapa El Don de Joss Whedon y John Cassaday aunque importante en la trama se utiliza tangencialmente en el argumento, no así La Saga de Fénix Oscura que es el epicentro de la historia y cuyas infidelidades con respecto a lo que hicieron en 1980 Chris Claremont y John Byrne son más que notables. Entre las ausencias tenemos a Sebastian Shaw, Emma Frost y demás componentes del Club Fuego Infernal (grupo de vital importancia en lo sucedido dentro de aquellos números de Uncanny X-Men que iban desde el 129 al 137 de la colección y que curiosamente sí será utilizado por Matthew Vaughn en X-Men: Primera Generación) Dazzler o Rondador Nocturno que fueron sustituidos por una larga hornada de nuevos personajes (pero viejos conocidos en los tebeos) como Juggernaut, Hombre Múltiple o Callisto, que ciertamente sólo son roles para potenciar las escenas de acción y poco más. Pero lo más grave llega cuando las licencias se las toman a la hora de narrar los hechos que todos conocemos y empezar a eliminar personajes a diestro y siniestro (la muerte de Cíclope pone un indigno final al personaje de Scott Summers que en la trilogia nunca ha parecido el líder táctico de los X-Men que sí en los cómics, algo que curiosamente también le pasa al Capitán América de Chris Evans en Los Vengadores de Joss Whedon aunque la de Xavier, y todo lo acontecido en la casa de Jean, sea uno de los pasajes más potentes de toda la franquicia) y a sustituir roles, como hacer que sea Lobezno (en detrimento del ya mencionado Cíclope) el que se enfrente finalmente a Fénix en la batalla que cierra el largometraje.

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El actor Kelsey Grammer en X-Men 3: La decisión final y su contrapartida peluda de los cómics

Pero también hay muchos aciertos en X-Men 3: La Última Decisión que la convierten en una película meritoria y con muy buenos momentos. En el apartado técnico Brett Ratner está a la altura, consiguiendo los mejores momentos de su carrera como director (tarea no demasiado ardua, para qué negarlo) y escenas de acción que en ocasiones superan incluso a las rodadas por Bryan Singer en la dos primeras entregas. Por otro lado si la puesta en escena del director de Sospechosos Habituales siempre fue fría y muy medida en todos los aspectos la de Rattner aquí es mucho más instintiva y visceral y posiblemente por ello las escenas intensas llegan con mucha más fuerza al espectador transmitiendo impotencia o un considerable malestar cuando Fénix se pone en acción devorando todo lo que encuentra a su paso. La caracterización de personajes como Kitty Pride o Bestia están muy conseguidas y roles clave en la franquicia como Magneto o Xavier afianzan su peso mientras se resta un poco de protagonismo a Lobezno, siguiendo la ley de los cómics que afirma que Logan es un personaje mucho más aprovechable cuando es un secundario de peso en lugar del centro de atención. A ello debemos sumar una última batalla de tintes apocalípticos en la que Famke Janssen da lo mejor de sí misma como antihéroe de la velada (su Fénix es magnífico y en esencia fiel al de los cómics) y podemos ver en acción a personajes que no han sido muy aprovechados a lo largo del metraje como Pyros, Coloso o el Hombre de Hielo que tienen sus breves momentos de gloria.

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X-Men 3: La decisión final adapta de forma libre la mítica saga de Fénix Oscura

X-Men 3: La decisión final es una meritoria cinta de acción, que si bien como obra cinematográfica conjunta no está a la altura de sus predecesoras tampoco desentona en tono dentro de la saga, viéndose como una versión crepuscular y hasta de género de terror de la franquicia mutante. Es un tótum revolútum directo a la yugular, el equivalente en cine a uno de esos cómics comerciales que Jeph Loeb escribe para dibujantes de renombre y que ofrece acción, humor, tensión y ciertamente algún pasaje disparatado. Tras ella llegó (si obviamos el estreno de la inefable X-Men Orígenes: Lobezno) el lavado de cara de la franquicia con el que la 20th Century Fox dejó (momentáneamente) de lado lo acontecido en la trilogía original para narrarnos el nacimiento de la relación entre unos jóvenes Eric Lensher y Charles Xavier y con ello hacernos asistir a la gestación de su rivalidad, el génesis de muchos de los X-Men o sus enemigos y todo esto a manos de un Bryan Singer que volvía a casa como productor y guionista y un Matthew Vaughn que venía de rodar dos films muy vinculados con el mundo del cómic como eran Stardust, inspirado en el trabajo homónimo de Neil Gaiman, y Kick-Ass, que llevaba a imágenes la serie del escocés Mark Millar y el norteamericano John Romita Jr. ¿El resultado de unir a dicha dupla? La respuesta la tenéis unos renglones más abajo.

Tráiler español de X-Men 3: La decisión final

X-Men: Primera Generación (2011) de Matthew Vaughn – Viejos conocidos, caras nuevas
«La paz nunca fue una opción»

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La historia de X-Men: Primera Generación se remonta a 2003 cuando durante en rodaje de X-Men 2 a la ya mencionada productora de la saga Lauren Shuler Donner le empezó a rondar por la cabeza la idea de hacer una película en la que viésemos una versión juvenil de Tormenta, Lobezno, Cíclope y demás familia mutante. Esto se lo comentó al guionista de la segunda entrega Zak Penn y él mismo se puso a desarrollar las bases sobre las que podía girar la precuela. Al final esto se fue diluyendo y parte de esas ideas se dejaron ver al final en X-Men: La decisión final, como ya hemos mencionado, con el flashback en la casa de Jean Grey.

La tercera parte de X-Men establece por su parte un germen que esta vez corresponde más a la parte técnica, ya que ante la falta de Bryan Singer y la premura de la 20th Century FOX por sacar el tercer episodio, se contrató al productor y realizador británico Matthew Vaughn. Este era sobre todo conocido por ser el productor de los primeros films de Guy Ritchie y por haberse estrenado con una película de moderado éxito muy en el estilo de su amigo Ritchie, como era Layer Cake: Crimen organizado (2004). Matthew Vaughn es un gran fan de los cómics y un hombre conocido por la industria hollywoodiense desde hacía tiempo; ya sonó para dirigir el primer proyecto de Thor pero al final se decantó por otro producto Marvel como son los X-Men, por los que él sentía predilección. Su trabajo en X-Men 3 incluyó entre otras cosas el casting, ciertas decisiones de diseño de producción y vestuario y un primer borrador del guión junto a Penn y Simon Kinberg, que se estrenaba en la saga. No obstante el buen trabajo del realizador británico se veía constantemente afectado por las presiones y pegas de la Fox, que no estaba muy segura por su poca experiencia en la dirección, además de instarle a acelerar el proceso para llegar a la fecha de estreno prevista. Ante todo esto Vaughn se marchó y retomó el proyecto de adaptación de la obra de Neil Gaiman Stardust, que estrenaría en 2007. El trabajo que hizo en todo el tiempo que estuvo involucrado en la producción lo aprovechó en parte como se ha dicho Brett Ratner.

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El director inglés Matthew Vaughn

Tras X-Men: La decisión final, el sentido que tomó la franquicia fue el de volver a atrás y mediante spin-offs relatar los orígenes de ciertos personajes. Los primeros que salieron a la palestra fueron Lobezno y Magneto. La popularidad y el presumible éxito del personaje estrella de la franquicia como era Logan provocó que se diera luz verde a su proyecto antes que a cualquier otro. El de Magneto por su parte cayó en manos de Sheldon Turner, que concibió una historia centrada en la estancia del joven Erik Lensherr en Auschwitz, su encuentro con un joven soldado americano que le libera, llamado Charles Xavier, y la búsqueda por parte del primero de sus captores nazis. Una historia muy libre sobre el villano que coge retazos de su trasfondo visto en las películas y los cómics, aunque muy alejada de la obra de 2009 de Greg Park y Carmine Giandomenico X-Men: Magneto Testamento que se centraba en ello específicamente y que Marvel desarrolló para evitar que 20th Century Fox impusiera su propia versión del origen al personaje.

La acogida de X-Men Orígenes: Lobezno provocó que el proyecto en solitario de Magneto escrito por Turner se archivara, aunque posteriormente el escritor tuvo que ser reconocido como autor de la historia de Primera Generación por el arbitraje que él pidió al Gremio de escritores de América, aunque en el fondo no se acabará rescatando nada de su libreto. Antes las dudas sobre el rumbo que debía tomar la saga, Shuler Donner junto a Simon Kinberg desempolvó la idea de volver a los orígenes, muy alentados por la jugada rejuvenecedora que había logrado exitosamente Paramount Pictures con Star Trek de J.J. Abrams en 2009. Kinberg propuso adaptar el cómic de Jeff Parker y Roger Cruz X-Men: Primera clase, una traslación de la cual sólo quedaría el título (en inglés) y alguna que otra idea sobre volver a las bases del supergrupo aunque de facto nada se vería reflejado en pantalla.

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La tridimensional Emma Frost de January Jones y su homóloga de papel

Bryan Singer retornó cual hijo pródigo al proceso creativo de esta futura entrega; en principio iba a dirigirla pero sus obligaciones contractuales con Warner Bros. se lo impidieron. Sin embargo su labor en la futura Primera generación quedó patente en la historia, ya que asentó los principios básicos sobre los que debía encarrilarse la historia como son la relación Erik-Charles y su engarce en la Crisis de los misiles de Cuba de 1962. Así se desechó todo intento de crear un producto más juvenil a lo Crepúsculo, siendo más fieles al tono general de la saga y respetando (con alguna que otra duda) el canon propio de las películas.

Como director, Shuler Donner, Kinberg y Singer, que jugó también el papel de productor, eligieron esta vez sí a Matthew Vaughn, en parte por las buenas sensaciones que dejó su trabajo en X-Men 3 y la interesante labor que estaba haciendo, ya que había estrenado Kick-Ass (2010). Nada más acabar esta cinta Vaughn se mete de lleno a rematar el guión junto a su colaboradora habitual Jane Goldman, puliendo las tramas secundarias (eliminaron el triángulo amoroso con Moira McTaggert por ejemplo) y perfilando aún más la necesaria unión de Charles Xavier y Erik Lensherr, ganando este último más puntos por ser su venganza uno de los motores dramáticos más potentes de la historia.

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La venganza de Lensherr: Sangre y honor ¿Qué prefiere perder antes?

El interés extra que tenía el argumento para Matthew Vaughn era su ambientación en los 60. Como gran admirador de las películas de James Bond, lo que hace es dotar a todo el conjunto de ese aire pop más aventurero que de cine de espías/thriller político integrándola en la acción superheroica. Magneto se vuelve un sucedáneo de Sean Connery en algunos momentos, incluso estéticamente, y Sebastian Shaw con su Club Fuego infernal parece sacado de la organización secreta terrorista SPECTRA de Ian Fleming con un submarino decorado con un estilo muy personal y poco funcional tan de la saga británica.

Sobre el reparto, Vaughn tenía muy claro que quería al escocés James McAvoy (Profesor X) y a Michael Fassbender (Magneto). Este último junto a Jennifer Lawrence (Mística) fueron ese tipo de apuestas, cuando aún estaban en alza estos actores, que con el tiempo su éxito profesional ha hecho ganar mayor caché a la película. La veteranía se encuentra sobre todo en los secundarios y la encabeza Kevin Bacon como el villano Sebastian Shaw sin muchos histrionismos y poco carisma, retratado como un proto-Magneto. Los jóvenes intérpretes acaban cayendo en la constante de la franquicia de rellenar el amplio listado de nuevas caras/mutantes con poco protagonismo o ninguno y un efecto visual muy variable, llamando algo más la atención Nicolas Hoult como Hank McCoy/Bestia.

En la alineación, los productores tenían claro que no había que tirar de Cíclope y compañía sino renovar el plantel con invenciones propias o con miembros más clásicos (Banshee, Bestia o Kaos) dentro de la genealogía mutante, aunque Scott Summers, Jean Grey, Bobby Drake o Warren Worthington III siempre han estado desde su primera etapa en papel con Stan Lee, Roy Thomas o Arnold Drake.

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El Banshee de los cómics y la versión encarnada por Caleb Landry Jones en X-Men: Primera Generación (2011)

Renovar manteniendo los puntos fuertes de la franquicia y en definitiva desatascando una progresión argumental cada vez más decadente, es lo que logra con mucha efectividad X-Men: Primera Generación. Lo bien que se desenvuelve Matthew Vaughn con la cámara resalta los valores de producción, aporta frescura y sobre todo potencia un ritmo muy fluido (a pesar de ciertas tramas paralelas) salpicado de muchos momentos de acción y cambios de ubicación constantes, más que nunca en la saga. El Magneto y Profesor X mostrados convencieron tanto en su unión como en su desunión explicando de manera bastante asumible la creación de los dos grupos mutantes y su actitud hacia el Homo sapiens, clave en la franquicia. El concepto de prueba o testeo que podría tener esta película respecto a un nuevo aire dentro de la historia mutante y sobre todo respecto a un nuevo plantel de actores, se vio ampliamente respaldado y el relevo ya estaba listo para darse. Pero aún habría que cohesionar la saga, llena de contradicciones a lo largo de sus cuatro películas, y para ello Bryan Singer volvería al sillón de director en X-Men: Días del Futuro Pasado, aunque esa es otra historia demasiado reciente y que guardamos para más adelante.

Tráiler español de X-Men: Primera Generación

Epílogo mutante – Spin-offs, crossovers y secuelas. El presente y futuro de los X-Men
«[…] Porque hoy se commemora el ascenso final
de la raza del Homo superior»

En este artículo nos hemos deja conscientemente algunos temas y cuestiones en el tintero ligadas a la franquicia de los X-Men e importantes para analizar el conjunto de la misma. Nos referimos, principalmente, a las relacionadas con los spin-offs y películas protagonizadas por Lobezno pero para abordar estas producciones con justicia preferimos esperar a otro momento más propicio. No obstante, no podemos cerrar este artículo sin hablar del presente y el futuro de la franquicia mutante en la gran pantalla y, en este último punto, el famoso mutante de garras de adamantium interpretado por el australiano Hugh Jackman seguirá teniendo un papel muy destacado. De igual manera que en los cómics de Marvel Comics, Lobezno se ha convertido en el personaje más apreciado por el gran público y esto lo ha llevado a protagonizar hasta la fecha dos películas propias.

La primera sería, como ya hemos comentado, X-Men Orígenes: Lobezno, y presentaba influencias y tramas inspiradas en algunas de sus mejores historias como Lobezno: Origen de Paul Jenkins y Andy Kubert o Lobezno: Arma-X de Barry Windsor-Smith. El filme dirigido por Gavin Hood se estrenaría en 2009 y con un presupuesto de 150 millones de dólares consiguiría embolsarse más de 373 millones en las taquillas de todo el mundo. La intención de 20th Century FOX era ampliar su universo mutante y buscar nuevos caminos a las licencias de los personajes de Marvel Comics, sobre todo después del amargo éxito que supuso X-Men 3: La decisión final de Brett Ratner que pese a llevar al público a las salas de cine demostraba cierto estancamiento. El filme sería vapuleado y despreciado por la crítica y X-Men Orígenes: Lobezno siguió el mismo tortuoso y difícil camino.

Una gran mayoría de aficionados lamentarían el retrato que se haría en esta película de personajes como Deadpool, Gambito o Dientes de Sable y también cuestionarían la interpretación que se haría de los comentados cómics originales en los que se basaba la trama. Esto haría a la compañía replantearse la trayectoria de su franquicia, cancelando sus planes para X-Men Orígenes: Magneto, o más bien reinterpretándola como hemos avanzado anteriormente, acabando por ser la base para X-Men: Primera Generación del director y productor británico Matthew Vaughn. Lo mismo pasaría con la iniciada saga de Lobezno, la dirección pasaría a manos de James Mangold -en sustitución de una más ambiciosa apuesta incial por el cineasta Darren Aronofsky que no acabaría cuajando- en su secuela conocida en España como Lobezno Inmortal. La historia de esta entrega narraría acontecimientos posteriores a X-Men: La Decisión Final y tomaría ideas y personajes de las aventuras de Lobezno en Japón que conoceríamos en 1982 en la serie limitada de cuatro números Lobezno Honor en la que unirían esfuerzos Chris Claremont y Frank Miller. La historia ya clásica sería nuevamente reinterpretada por los guionistas Mark Bomback y Scott Frank al ya clásico estilo de 20th Century FOX, se estrenaría el pasado 2013 y el resultado en taquilla sería contundente, triplicando fácilmente su presupuesto y animando a la compañía estadounidense a anunciar casi inmediatamente una futura continuación en la que a priori repitiría James Mangold dirigiendo a Hugh Jackman y en cuyo guión ya estaría trabajando el guionista y productor David James Kelly.

Este éxito sumado al más contundente y presente de X-Men: Días del Futuro Pasado, filme que marca el exitoso regreso de Bryan Singer a la saga mutante con un primer fin de semana en la que su película lograría recaudar más de 90 millones de dólares en la taquilla. Esto más que nada deja entrever el vasto universo de posibilidades sobre la que aún se puede mover la franquicia como demuestra el mismo anuncio de su director del título del siguiente paso en el camino de los mutantes en la gran pantalla: X-Men: Apocalipsis. Esta nueva secuela se basaría en los acontecimientos de La Era de Apocalipsis, estaría ambientada en los años ochenta y podría recuperar personajes de las dos realidades temporales de X-Men: Días del Futuro Pasado.

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Se acerca Apocalipsis...

A todo esto habría que sumar la cacareada película de Deadpool protagonizada por Ryan Reynolds a la que 20th Century FOX no se acaba de lanzar a dar luz verde -apara alivio de algunos aficionados- y la sí confirmada adaptación de X-Force en cuyo guión trabaja Jeff Wadlow y en la que según Rob Liefeld aparecerían Cable y el mismo Deadpool. Para 20th Century FOX ha llegado el momento de arriesgar, las posibilidades de sus personajes y el universo que ha ido desarrollado durante catorce años en sus films han llegado a la madurez y se encuentran en su mejor momento para dar frutos. Esto la hace además la más firme candidata a plantar cara a la aparente hegemonía de Marvel Studios en lo que se refiere a adaptaciones superheroicas a la gran pantalla debido no sólo a sus triunfos si al hecho de haber sido capaz de definir -para bien y mal- su propio sello de fábrica.

Y todo esto sin contar con el posible papel que pueda jugar el reboot de Los 4 Fantásticos de Josh Trank en el planning de la empresa porque aunque, en un principio, se ha descartado el posible crossover con la saga mutante lo cierto es que se está trabajando para dotar a estos personajes de un tono muy cercano al de las producciones de los X-Men y 20th Century FOX es plenamente consciente -más a tenor de lo realizado por sus rivales- de qué este puede ser un importante as bajo la manga. Sea como sea, los mutantes siguen muy vivos en la gran pantalla, su última batalla en X-Men: Días del Futuro Pasado ha servido para cohesionar sus aventuras, para corregir errores y para darles un nuevo empuje de cara a una nueva era de anhelados éxitos. ¡Larga vida al Homo superior!

Para mí la mejor entrega de la saga mutante es...

  • X-Men 2 (2003) de Bryan Singer (35%, 260 Votes)
  • X-Men: Días del Futuro Pasado (2014) de Bryan Singer (33%, 248 Votes)
  • X-Men: Primer Generación (2011) de Matthew Vaughn (25%, 191 Votes)
  • X-Men (2000) de Bryan Singer (4%, 28 Votes)
  • Ninguna (2%, 15 Votes)
  • X-Men 3 (2006) de Brett Ratner (1%, 10 Votes)

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Bajavoz
Bajavoz
Lector
8 junio, 2014 20:25

¡Menudo articulazo! Debo decir que me he saltado todo lo referente a la primera película, pero ya lo leeré, ya.

Yo, sin duda, me quedo con First Class. Aún sin haber visto la reciente DoFP me da que Primera Clase va a seguir siendo mi favorita. Tanto en ritmo, como en fotografía, química entre los dos actores protagonistas y sus capacidades interpretativas.

Pikodoro
Pikodoro
Lector
8 junio, 2014 20:39

Policía lingüística: «hubo» muchos tanteos…en presente seguro que nunca dirías «hayn muchos tanteos», ¿a que no?

quijotex
Lector
8 junio, 2014 21:47

Policía lingüística científica: no es homo superior sino Homo superior. Homo siempre en mayúscula, ya sea el sapiens, superior o neanderthalensis.

Por el resto genial artículo. Vaya currada que os estáis pegando últimamente

ross andru
ross andru
Lector
8 junio, 2014 22:35

Enhorabuena por el artículo, os coordináis muy bien. Mis favoritas son X-men 2, Días del futuro pasado y Primera generación. La única que me decepcionó fue X-men 3 la decisión final.

Dynamo
Dynamo
Lector
8 junio, 2014 23:45

Las películas de x-men en general las he disfrutado, sobretodo la primera generación, pero las libertades en lo referente a los personajes me dejan un poco frío. Con la muerte de cíclope me bajaron de la saga. Excelente artículo, y no pasa nada por no alargaría en hablar demasiado de las películas de Lobezno, por mi parte hasta lo agradezco. La aparición de atronador Nocturno por su parte me pareció extraordinaria aunque posteriormente no se le fuera demasiada relevancia. Aun no he visto Días del futuro pasado, y espero que me guste pero me da miedo lo que me encuentre.

Dynamo
Dynamo
Lector
8 junio, 2014 23:47

Atronador = Rondador, problemas del corrector, sorry

Antoine
Antoine
Lector
9 junio, 2014 10:20

Excelente artículo, solo disiento en calificar como meritoria X Men 3, peli que me parece un auténtico «coitus interruptus» a una saga que hasta ese momento, iba viento en popa.
Mi ranking quedaría tal que así:

2. Primwra generación

Antoine
Antoine
Lector
9 junio, 2014 10:22

Upss, le di al botón antes de tiempo:

1.X2
2. Primera generación
3. Dias de futuro pasado
4. X Men
5. X Men 3

Mr. X
Mr. X
Lector
9 junio, 2014 10:44

«1.X2
2. Primera generación
3. Dias de futuro pasado
4. X Men
5. X Men 3»

Secundo.

Lemmytico
Lemmytico
Lector
9 junio, 2014 11:06

En primer lugar, gracias por el artículo. En segundo, creí que era el único al que X-Men 3 no le disgustaba pese a sus innegables defectos.

En lo que no estoy de acuerdo es con lo del Capi en los Vengadores. Es verdad que no se le ve como el pegamento del equipo, el líder espiritual por así decirlo. Pero en la batalla de NY sí se le ve como el líder táctico al que todos siguen (con esa mítica escena en la que Tony le cede el mando y asigna funciones a cada vengador).

Wertham
Wertham
Lector
9 junio, 2014 11:18

Estoy pegándole un repasillo a la saga y quería comentar una chorrada:

El propio Singer considera error (y lo es) que Xavier en X-Men 1 diga que conoció a Magneto a los 17 años. La frase es «Cuando era pequeño, descubrí que tenía el poder de controlar las mentes de la gente, hacerles pensar o hacer lo que yo quería. A los diecisiete años conocí a un joven llamado Eric Lensherr.»

Lo curioso es que, mientras que en la versión original dice «when I was seventeen» sin dejar lugar a dudas de que se refiere a su edad, en la doblada se puede interpretar como «diecisiete años después», que es aproximadamente el tiempo que pasa entre que Charles conoce a Mística en 1944 y a Eric en 1962, evitando el fallo de continuidad xD

Juan Luis Daza
Autor
9 junio, 2014 11:20

«En primer lugar, gracias por el artículo.»

De nada, de parte de mis compañeros y la mía.

«En segundo, creí que era el único al que X-Men 3 no le disgustaba pese a sus innegables defectos.»

Ya somos dos, yo he sido el suicida que ha tratado de defenderla como buenamente ha podido.

«En lo que no estoy de acuerdo es con lo del Capi en los Vengadores. Es verdad que no se le ve como el pegamento del equipo, el líder espiritual por así decirlo. Pero en la batalla de NY sí se le ve como el líder táctico al que todos siguen (con esa mítica escena en la que Tony le cede el mando y asigna funciones a cada vengador).»

Es cierto, pero sólo en esa escena lo vemos como el líder que es en las viñetas y queda genial en pantalla (adoro ese «And Hulk… smash» seguido de la sonrisa del gigante esmeralda) pero sabe a poco y no oculta que el Rogers de Evans es un secundario y el Tony Stark de Downey Jr el núcleo central, de la misma manera que el Lobezno de Jackman lo es de la saga que nos ocupa.

frankbanner71
frankbanner71
Lector
9 junio, 2014 11:30

aquí otro al que X-3 le pareció una pelicula que iba al grano,sin florituras,ni momentos pomposos de autor autoencumbrado,y que,además no daba margén al aburrimientouna peli con un ritmo más acusado que las anteriores..si en lugar de firmarla el menda que la firmó,la hubiese firmado otro,no tendria tanto desprestigio.estoy seguro,vamos.

y mí peli favorita es la mathew vaughn.hace poco la han echado por la tele,e igualmente la he disfrutado,oye.

Javier Agrafojo
9 junio, 2014 11:33

Gran repaso, chicos!

A falta de ver la última, considero ‘First Class’ la mejor de todas con muchísima diferencia. La trilogía original me parece flojilla, aunque entretenida, con algún momento destacable. Las de Lobezno en solitario, de juzgado de guardia. En realidad, la de Vaughn es la única que me hace interesarme por los personajes cinematográficos, con independencia de su genealogía tebeil.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
9 junio, 2014 12:30

Mi listado, a falta de ver la última sería:

1. X-Men 2
2. X-Men
3. X-Men: Primera Generación
4. X-Men 3

Primera Generación me pareció una buena película, por supuesto bastante por encima de la 3 y no tan lejos de X-Men 1, pero tampoco comprendo esa elevación a los altares. Sobre la 3 diré que es cierto que tiene algunas escenas de acción muy espectaculares, posiblemente de las más espectaculares de la saga, pero siempre tuve la sensación de que en esa película la historia estaba al servicio de la acción y no al revés, como sí me parecía que ocurría en X2. Tiene una serie de fallos imperdonables, como la excesiva inclusión de personajes, la ligereza con que son tratados muchos de ellos o el retrato cobardón y mezquino que hacen de Magneto.

Sobre el planteamiento de partida de la franquicia ya hemos discutido largo y tendido por estos foros en cuanto a que se echa de menos una estética un poco más superheroica. Incluso yo, que disfruté como un enano de las primeras, todavía estoy esperando que algún día nos muestren versiones cinematográficas más próximas a los uniformes que llevan en los comics (que ya hemos visto en producciones amateur que se pueden hacer sin quedar ridículas), pero era el signo de los tiempos y creo que supieron ver con acierto que el gran público no hubiera aceptado así de primeras una estética totalmente superheroica.

Hoy en día, tras Spiderman y los Vengadores quizá la cosa haya cambiado y la gente esté dispuesta a ver tíos disfrazados de colorines.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
9 junio, 2014 13:10

Pues estoy contigo, Ultrón, a mi Primera Generación me gustó, me pareció buena peli, pero tampoco veo que sea para tanto. Algo así me ha pasado con Días del Futuro Pasado, que está bastante bien (empieza muy bien), pero que tampoco llega a lo esperado. Muy maja cuando meten algo de caña, algo pesada cuando se pasan el rato correteando de un lado a otro como pollos sin cabeza y dándole al pico sin parar.

Por cierto, al hilo de X-Men 3, a mi no me parece mala: me parece infumable, absurda y pésima. Mi ránking:

1. X-Men 2
2. X-Men
3a. Días del Futuro Pasado
3b.Primera Generación.
99.X-Men 3

Antoine
Antoine
Lector
9 junio, 2014 13:27

Hombre, Primera generación además de sus virtudes, que las tiene y muchas, revitalizó una franquicia que muchos ya considerabamos muerta tras los cagarros de X men 3 y Lobezno Orígenes.

La 3 tiene sus virtudes, tiene algunas escenas de acción de la mejores de la franquicia; la escena del combate mental entre Xavier y Fenix; Kitty perseguida por Juggernaut, además la mejor traslación de los poderes de Tormenta de toda la saga.
Lo demás mierda, para mi gusto. La muerte de Cíclope, directamente inenarrable.

Pikodoro
Pikodoro
Lector
9 junio, 2014 13:52

X2
First Class
X-Men
Dias del futuro Pasado
X3

Pikodoro
Pikodoro
Lector
9 junio, 2014 13:56

Conste que X-Men la pongo tercera porque su última hora ha envejecido mal. Personalmente, pondría sus primeros 40 minutos en el número 1.

Nacho Teso
Autor
12 junio, 2014 15:58

1 – X-Men: Primera Generación
2 – X-Men 2
3 – X-Men
4 – X-Men: Días del Futuro Pasado
5 – X-Men: La Decisión Final

Creo que este sería mi orden.

Ocioso
Ocioso
Lector
12 junio, 2014 16:31

Este sería el mío.

5 – X-Men: Primera Generación
5 – X-Men 2
5 – X-Men
5 – X-Men: Días del Futuro Pasado
5 – X-Men: La Decisión Final

Reverend Dust
Lector
12 junio, 2014 16:40

6 – X-Men 3: La decisión final
5 – X-Men: Días del futuro pasado
4 – X-Men
3 – X-Men: Primera generación.
2 – X-Men 2
1 – http://www.youtube.com/watch?v=ybU2BeA_NkU

Belanner
Belanner
Lector
15 junio, 2014 12:18

Ayer vi por fin «X-Men dias de futuro pasado» y aunque está muy bien no me parece la mejor. Tiene algunos bajones y no tiene el nivel de First Class, pero el argumento es bueno y da gusto ver a todo el elenco de todas las peliculas de XMen.

Lo bueno:
Mercurio.
Ver a casi todos los XMEn de todas las pelis.
Crea una gran coherencia y unidad con el resto de pelis (dentro de lo que se puede, que XMen 1&2, Wolverine y First Class tienen bastantes contradicciones en hechos importantes entre ellas).
Bolivar «Tyrion setentero» Trusk.

Lo malo:
Como en las pelis de Singer, casi todo el protagonismo se lo lleva Lobezno (esta vez compartido con el Xavier «Disco Stu»setentero).
Tiene bajones de ritmo.
Es demasiado larga.
No es como First Class. Parece que Singer haya cogido por la cara a la franquicia aprovechando el éxito y buen hacer de Vaughn en First Class. Estoy seguro que si esta peli la hubiera dirigido este último, el resultado habría sido mucho mejor.

En conclusión, me parece buena, pero no la mejor.

Belanner
Belanner
Lector
15 junio, 2014 16:48

Puestos a hacer rankings, yo las pondria en este orden:

1- X-Men: Primera Generación
2- X-Men 2
3- X-Men: Dias de Futuro Pasado
4- X-Men 3
5- X-Men 1
6- Lobezno Inmortal
7- X-Men Orígenes: Lobezno