#ZNCine – Inferno, de Ron Howard

7
1710

 

Dirección: Ron Howard
Guión: David Koepp, Dan Brown (novela)
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Salvatore Totino
Reparto: Tom Hanks, Felicity Jones, Ben Foster, Irrfan Khan, Omar Sy, Sidse Babett Knudsen, Ana Ularu, Jon Donahue, Cesare Cremonini, Xavier Laurent, Fausto Maria Sciarappa, Juan Ignacio Pita
Duración: 122 minutos
Productora: Imagine Entertainment
País: Estados Unidos

 

El otoño ha traído consigo la tercera adaptación a la gran pantalla de las novelas del escritor estadounidense Dan Brown protagonizadas por el profesor universitario Robert Langdon. Inferno presenta una nueva historia en la que el trasunto más académico de Indiana Jones creado por el famoso autor de relatos aeroportuario-piscineros (o best sellers, que también les dicen) tiene que prestar su ciencia y su sapiencia para el desenmascaramiento de una nueva conspiración.

Las aventuras del profesor Langdon son bien conocidas desde hace varios años por la afición lectora de todo el mundo. Don Dan ha brindado una colección de novelas en las que su protagonista se las ve con un misterio que ha de resolver, dado su talento para el descifrado de enigmas. Mitad rompecabezas, mitad gincana, Brown presenta unos libros en los que don Robert corre de acá para allá mientras debe esquivar los intentos homicidas que le brindan sus oscuros oponentes. La saga se compone de cuatro novelas en las que el profesor especializado en el estudio de la simbología religiosa abandona las aulas de la prestigiosa institución académica de turno para desentrañar uno de esos misterios que, por lo común, están relacionados con algún clásico de las conspiraciones. La publicación en el año 2003 de El Código Da Vinci generó un torrente de polémicas, discusiones y controversias en torno a las afirmaciones vertidas por Brown en su novela. La jerarquía eclesiástica católica no se mostró muy contenta con la imagen que el escritor norteamericano dibujó de la institución; la parroquia magufa salivó ante la perspectiva de que las novelas reflejaran una investigación histórica que validara algunos de los clásicos recurrentes de sus desternillantes panfletos; una parte de los lectores creyó o quiso creer que la ficción tenía una variable porción de verdad, pero al final lo que había y sigue habiendo son unas historias trepidantes, entretenidas y olvidables en las que Brown –que en tiempos quiso pasar por avezado investigador- vuelca mucha ficción y poca Historia.

En el año 2006, las peripecias del académico Langdon dieron el salto a la pantalla grande, tomando el aspecto del actor estadounidense Tom Hanks. Ello supuso un impulso adicional para la popularidad de las novelas y del novelista, así como un poco más de combustible para las discusiones entre defensores y detractores. El resultado fue una cinta plagada de nombres ilustres y especialmente recomendada para quienes disfruten haciendo turismo a través del cine. Un poco bastante parecido a lo que vamos a encontrar en Inferno.

La búsqueda en la que se embarca Langdon en esta ocasión comienza de forma un tanto confusa: don Robert despierta con una fuerte conmoción cerebral y una herida en la cabeza en un hospital de Florencia. Siena Brooks (Felicity Jones), una médica residente, le explica las circunstancias de su llegada al centro sanitaria y le ayuda a escapar cuando es víctima de un intento de asesinato. En el apartamento de su improvisada rescatadora, el profesor descubre el motivo de su presencia en la ciudad italiana. Un excéntrico multimillonario, de nombre Bertrand Zobrist (Ben Foster) ha estado mucho tiempo obsesionado con el infierno descrito por Dante y por la sobrepoblación humana del planeta. Como acto final de su existencia ha decidido desencadenar un virus de reminiscencias dantescas y tributario de la peste negra, con el fin de salvar a la humanidad. Langdon se embarcará en una carrera contrarreloj para detener la tragedia, embarcando en el camino a Brooks y esquivando la persecución de una asesina profesional, de la policía italiana y de la Organización Mundial de la Salud.

La película presenta dos horas de paseo por tres ciudades emblemáticas de la vieja Europa como son Florencia, Venecia y Estambul. Mientras tira del hilo de las pistas, Landgon se convierte en improvisado cicerone para que la audiencia pueda conocer un poco mejor los lugares por los que va desarrollándose la trama. Además, de forma paralela a su misión de desentrañar la trama general que lleva al paradero del virus, don Robert va hallando luz en su confuso cacumen y recuperando los recuerdos perdidos en su conmoción cerebral. Como de costumbre, nada es lo que parece y los enemigos podrían ser amigos… o viceversa. Entre tanto, el reloj corre inexorable hasta la hora fatídica en la que el infierno se desencadene en la Tierra.

Por lo que a la parte del reparto se refiere, hay que destacar su condición internacional, signo y cifra de la saga cinematográfica. Tom Hanks repite como Robert Langdon (quién le recuerda de tantas comedias de los años ochenta y noventa y quién le ve ahora); el estadounidense Ben Foster da su cara al obsesionado Bertrand Zobrist; la británica Felicity Jones (La teoría del todo, Star Wars: Escuadrón Páharo) es la médico que ejerce de escudera del profesor; el francés Omar Sy (Intocable, X-Men: Días del turuta pasado) se pone en la piel de un agente de la OMS; la danesa Sidse Babett Knudsen (Borgen, Westworld) interpreta a Elizabeth Sinskey, alto cargo de la organización mundial sanitaria y antiguo amor de Langdon. Mención especial precisan el hindú Irrfan Khan (que es el imperturbable y lapidario jefe de la organización secreta de turno) y la rumana Ana Ularu (que en su papel de asesina a sueldo hace un digno homenaje al T-1000). Un reparto ciertamente impresionante, para unos personajes que tienen poquito fondo y que deambulan por los bellos escenarios que, insisto, constituyen lo mejor de la película.

El resultado final es una cinta que prodiga un entretenido periplo turístico por monumentos y ciudades emblemáticos de la Baja Edad Media. Esta es su mejor virtud y hará las delicias de quienes gustan de conocer algo más y mejor los bienes inmuebles de interés cultural. La trama no es más que una excusa para ello y mejor así, porque una vez más, un concepto interesante (y un espinoso debate en la actualidad) se transforma en manos de Brown (y de Howard, su profeta) en una carrera desenfrenada en la que la emoción oculta inconsistencias de todo tipo. Por poner un ejemplo bastante evidente, resulta sorprendente que un experto en Dante como Langdon que, además, parece saber dónde se halla cada pasaje oculto de cada palacio medieval por donde pasa, no sepa hablar italiano. Hay un par de giros destinados a sorprender a la audiencia que, además, ayudan a deshacer la sensación de deus ex machina que aparece desde los primeros fotogramas. Por otra parte, están las consabidas instituciones oficiales y las entidades ocultas en las sombras que compiten entre sí y, eventualmente, son aliadas circunstanciales; todo ello debe complementarse con los oportunos cambios de bando. Si alguien quiere ver por aquí un debate sobre el problema de la súper-población, debe tomarlo como un incentivo para buscar información en lugares más adecuados; si alguien quiere algo más profundo que un entretenido y trepidante paseo por el legado de los días de gloria de la República de Venecia, de los albores del Renacimiento y del ocaso de Bizancio, es mejor que busque en otra parte. Italia y Turquía bien pueden darse por satisfechas de la promoción turística que se les hace, aunque no es menos cierto que en el primer caso sus instituciones públicas no salen muy bien paradas. En su intención por presentar a Langdon como un protagonista todoterreno, sus oponentes han de ser puestos a un nivel más bajo y eso, claro está, se nota de forma descarada en algunas escenas ciertamente risibles.

  Dirección: Ron Howard Guión: David Koepp, Dan Brown (novela) Música: Hans Zimmer Fotografía: Salvatore Totino Reparto: Tom Hanks, Felicity Jones, Ben Foster, Irrfan Khan, Omar Sy, Sidse Babett Knudsen, Ana Ularu, Jon Donahue, Cesare Cremonini, Xavier Laurent, Fausto Maria Sciarappa, Juan Ignacio Pita Duración: 122 minutos Productora: Imagine Entertainment…
Dirección - 6.5
Reparto - 7.7
Guión - 5.9
Banda sonora - 7.8
Apartado visual - 8.2

7.2

Vosotros puntuáis: 3.24 ( 3 votos)
Subscribe
Notifícame
7 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
BibliotecaZuras
Lector
17 octubre, 2016 10:55

Luis Javier gracias por la reseña, solo una cosa, el texto predictivo te ha jugado una mala pasada XD .

«el francés Omar Sy (Intocable, X-Men: Días del turuta pasado) se pone en la piel de un agente de la OMS»

se te coló en el titulo un turuta en lugar de futuro XD

frankbanner49
frankbanner49
Lector
17 octubre, 2016 12:22

no,esta bien escrito.
turuta.
lo que viene a ser un futuro locuelo,vamos. 🙂

y ,sobre esto, la primera tenia sentido por el impacto mundial del libro.y el resultado fue más que cuestionable . la segunda prácticamente pasó si pena ,ni gloria,y ni de coña esperaba que se lanzasen a por una tercera.

ron howard construye,poquito a poco,una carrera cada vez más mediocre (y no es que fuese un cineasta,precisamente,de la ostia).

elmato22
elmato22
Lector
En respuesta a  frankbanner49
17 octubre, 2016 12:53

Para mi la segunda cumple como pelicula de entretenimientos, la primera es mediocre y no se, pero Ron Howard venia de clavar Rush que es una de las mejores peliculas de carrera que se vio en el cine.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
17 octubre, 2016 16:06

Pues a mí me ha gustado bastante, con sus limitaciones, pero resulta un thriller bien llevado y el final es cardiaco, yo estaba atacado, y eso hacía mucho que no lo conseguía una película.

Por cierto, ¿»Star Wars: Escuadrón Páharo»?

BibliotecaZuras
En respuesta a  ultron_ilimitado
17 octubre, 2016 19:40

lol esa se me había pasado y me parece mejor que lade X-Men:Dias del turuta pasado hahahahaha que no X-men: Dias del turista pesado hahahahahaha

Martin
Martin
Lector
17 octubre, 2016 18:08

Quiero ir YA a ver «Días del taruta pasado»!!!!! ¿Sale Logan?

Gusgus
Gusgus
Lector
19 octubre, 2016 5:15

Vi El Código Da Vinci y sigo esperando que alguien me devuelva el tiempo perdido, leí la novela y tanta alaraca por nada. La segunda la pase de largo incluso en las soporificas tardes de domingo en que no hay nada. Esta me suena a esas películas que te preguntas ¿cómo es posible que alguien perdiera el tiempo y el dinero haciéndola? NI ganas de verla. ¿Y los libros? bien gracias. Si alguien me los regala pasaran derechito al fuego del asado dominguero.