ZN Cine – Crítica de Matar al mensajero, de Michael Cuesta

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Dirección: Michael Cuesta
Guión:Peter Landesman, Gary Webb (libro “Dark Alliance”), Nick Schou (libro “Kill the Messenger”)
Música: Nathan Johnson
Fotografía: Sean Bobbitt
Reparto: Jeremy Renner, Rosemarie DeWitt, Ray Liotta, Tim Blake Nelson, Barry Pepper, Oliver Platt, Michael Sheen, Michael K. Williams, Mary Elizabeth Winstead, Andy García, Paz Vega
Duración: 112 minutos
Productora: Bluegrass Films / The Combine
País: Estados Unidos
Valoración:

 

El otoño de este año 2014 que va tocando a su fin ha traído, casi de tapadillo, una de las películas más interesantes del año. Matar al mensajero es el resultado de un proyecto en el que el actor Jeremy Renner se embarcó: contar la historia del periodista Gary Webb y su controvertida investigación con las ramificaciones del caso Irangate (también conocido como Irán-Contra). La primera sorpresa que uno se lleva en esta cinta es encontrar a don Jeremy metido en un fregado que poco tiene que ver con sus habituales intervenciones en cintas pródigas en tiros, explosiones y flechazos.

El filme cuenta, a partir de las historias contadas por y sobre el propio Webb, cómo un periodista de un diario de segunda fila de California se topa con la que sería la historia de su vida: la introducción de estupefacientes en Estados Unidos para financiar a las “contras” centroamericanas que operaban principalmente en la frontera entre Honduras y Nicaragua. La posible implicación de la Agencia Central de Inteligencia (la todopoderosa CIA) y el hecho de que las comunidades destinatarias de las drogas fueran colectividades de las clases más bajas (principalmente afroamericanas) lleva a Webb a embarcarse en una serie de viajes de investigación que le llevarán a Managua y Washington y a la elaboración de un reportaje que caerá como una bomba en el seno de la opinión pública estadounidense. Los principales periódicos del país están estupefactos pues ¿cómo es posible que un reportero desconocido de una cabecera sin sección internacional haya dado la noticia del momento? Webb se convierte en el periodista que hay que seguir y rápidamente adquiere popularidad y reconocimiento, pero ha puesto en marcha una serie de fuerzas que ya no se detendrán y que tienen como objetivo sacarle de la circulación. Ya en los momentos previos a la publicación del artículo el protagonista recibe advertencias nadas sutiles de las consecuencias que podría tener sacar a la luz pública su investigación. Personas que estuvieron en su lugar y cuya vida fue destrozada; representantes del gobierno estadounidense. Fiel a sus convicciones sobre lo que debería ser su profesión, Webb da un paso al frente, dispuesto a asumir las consecuencias de su acción, pero está muy lejos de ser consciente de la que se le viene encima.

La película cuenta un episodio bastante olvidado de la historia reciente de los Estados Unidos; un capítulo de la fase final de la guerra fría en el que la administración Reagan desplegaba una guerra sin cuartel en Centroamérica en general y en Nicaragua en particular, al considerar al gobierno sandinista de dicho país una cabeza de playa soviética en su patio trasero. La oposición del poder legislativo estadounidense a financiar esta conflagración no declarada sería puenteada por medio de la obtención de fondos provenientes de la venta de armas a Irán (régimen proscrito en Washington desde la revolución jomeinista y la crisis de los rehenes) y de la introducción de estupefacientes dentro de la Unión. En el primer caso, nombres como el de Oliver North fueron constantes en los medios de comunicación durante la segunda mitad de la década de los ochenta. En el segundo, la historia sale a la luz diez años después, con el muro caído, el sandinismo fuera del gobierno nicaragüense y las rutas de acceso virtualmente olvidadas. Veinte años después de que Bob Woodward, Carl Berstein, Ben Bradlee y Katharine Graham hicieran historia con la cobertura del caso Watergate, un escándalo de proporciones al menos tan grandes como aquél provoca en el seno del periodismo estadounidense reacciones bien distintas, como se refleja en una escena de la película que atañe al Washington Post (y en la que aparece, tan genial como siempre, el actor Richard Schiff, el inolvidable Toby Ziegler de El ala oeste de la Casa Blanca).

El filme cuenta con un reparto bastante nutrido de nombres ilustres. Junto al citado Brenner –que, hay que insistir, hace uno de sus mejores papeles- encontramos a Rosemarie DeWitt, Mary Elizabeth Winstead y Oliver Platt. La primera hace el papel de pareja de Webb, en tanto que los segundos son sus jefes en el diario de San José en el que trabaja. A través de ellos se asiste al proceso de ataque al periodista, que ve cómo su estabilidad familiar y su seguridad profesional se tambalean con resultado diverso. Allí donde su entorno personal le apoya sus colegas periodistas le dan la espalda, siendo el personaje de Platt el responsable de escenificar el cambio progresivo que va desde el apoyo sin fisuras hacia otros derroteros. Junto a ellos encontramos a varios veteranos de la interpretación: al citado Schiff hay que añadir a Andy García, Ray Liotta o Paz Vega (por aquello de destacar la participación patria) en papeles puntualmente determinantes para la trama.

En resumidas cuentas, Matar al mensajero es una de esas cintas un tanto incómodas que de vez en cuando se marcan en Estados Unidos cineastas de corte “progre” como Robert Redford y que sacan un incómodo recordatorio de ciertos pasajes que muchos considerarían más adecuado olvidar. Una película con una historia de forma sobria, sin prisa pero sin pausa y con el grato descubrimiento de ver a Jeremy Renner haciendo otras cosas. Por esta historia casi se le puede perdonar lo de Hansel y Gretel.

  Dirección: Michael Cuesta Guión:Peter Landesman, Gary Webb (libro “Dark Alliance”), Nick Schou (libro “Kill the Messenger”) Música: Nathan Johnson Fotografía: Sean Bobbitt Reparto: Jeremy Renner, Rosemarie DeWitt, Ray Liotta, Tim Blake Nelson, Barry Pepper, Oliver Platt, Michael Sheen, Michael K. Williams, Mary Elizabeth Winstead, Andy García, Paz Vega Duración:…

Review Overview

Dirección - 80%
Guión - 85%
Reparto - 89%
Aspecto visual - 87%
Banda sonora - 70%

82%

Valoración Global

"Matar al mensajero es una de esas cintas un tanto incómodas que de vez en cuando se marcan en Estados Unidos cineastas de corte “progre” como Robert Redford y que sacan un incómodo recordatorio de ciertos pasajes que muchos considerarían más adecuado olvidar."

Vosotros puntuáis: 8.6 ( 1 votos)
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Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2014 8:32

No la he visto, pero me interesa bastante y se puedo verla, caerá, la trama -el caso real en el que se inspira- también dio lugar a una novela estupenda, y muy recomendable que leí hace unos años http://www.megustaleer.com/ficha/ERH29532/el-poder-del-perro Creo que la HBO compró hace poco los derechos para adaptarla en una miniserie

La verdad es que resulta bastante monstruoso: al mismo tiempo que el gobierno norteamericano se llenaba la boca con «La guerra contra las drogas» y la DEA y todo ese rollo, la CIA hacía la «guerra sucia» a los movimientos (guerrilleros o políticos) de izquierdas en centroamérica utilizando a los capos del narcotráfico; y a cambio les permitían que sus drogas entraran libremente, en plan puente aéreo, en los propios Estados Unidos; de hecho, se llega a la conclusión de que la explosión del crack en los ghettos de las ciudades norteamericanas de los ochenta fue poco más o menos parte del acuerdo entre los narcos y la administración norteamericana.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
18 noviembre, 2014 18:07

Tiene buena pinta. Aunque casi me echa para atrás ver ahí el nombre de Paz Vega.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2014 19:32

Hombre, Sr Retran, Paz Vega debe ser ultrasecundaria 😉

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
18 noviembre, 2014 20:55

Y, aún así, me molesta, oye. Yo es que, desde que la pava va de megafashion por la vida, le he pillado una tirria que no puedo verla delante.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
23 noviembre, 2014 13:14

Pues he ido a verla ayer. Y está bien. Pero me ha parecido que le falta algo. No estoy completamente seguro de qué. Seguramente le falte tensión, o intensidad, garra… Es que creo que le falta fuerza. Porque mira que lo que cuenta es tremendo, pero la peli no es capaz de sacar todo el jugo a la historia. Y ya digo, me gustó, pero se queda a medio gas. No acaba de enganchar, de impactar.