ZN Cine: Saint Seiya. Los Caballeros del Zodíaco: La ardiente batalla de los dioses

 

Dirección: Shigeyasu Yamauchi
Guión: Takao Koyama
Música: Seiji Yokoyama
Animación: S. D.
Reparto: Tôru Furya, Hirotaka Suzuoki, Hideyuki Hori, Ryô Horikawa, Kôichi Hashimoto, Keiko Han, Tesshô Genda, Daisuke Gôri, Iemasa Kayumi, Yû Mizushima, Akira Murayama, Keiichi Nanba, Satoko Yamano
Duración: 46 minutos
Productora: Toei Animation
Distribuidora: Selecta Visión (2013)
País: Japón (1988)
Valoración:

 

El segundo de los OVA protagonizados por los Caballeros del Zodíaco llegó en la primavera de 1988, un año después de la salida de La malvada diosa Eris y unos meses antes del estreno del largometraje La leyenda de los Santos Escarlata. Su valor para la franquicia de Saint Seiya viene dado no tanto por su aportación como por lo que supuso para el desarrollo del anime.

La película narra el enfrentamiento entre Atenea y sus caballeros protectores con el patriarca representante de Odín en la Tierra y sus guerreros divinos. Una solicitud de socorro desde el norte de Europa lleva a Saori a enviar a Hyôga, criado en Siberia, a la región de Asgard. Su desaparición sin rastro llevará a la encarnación de este tiempo de la diosa a visitar junto con los caballeros restantes el norte, donde serán recibidos por Dolbar, el gran maestro y representante de los ases. La actitud, correcta pero sospechosa de este patriarca nórdico, contrasta con la hospitalidad de Frey y Freya, dos nobles que brindan una sincera amistad a los recién llegados de Grecia. Por su parte, los guerreros divinos o dioses guerreros son sutilmente hostiles y se volverán abiertamente violentos tan pronto como los engaños caigan y las hostilidades se desencadenen con el resultado habitual, común a todos los OVAS y largometrajes de la franquicia.

El punto de partida del OVA viene dado por una historia corta publicada en el manga original entre los arcos del Santuario y de Poseidón. Nastassia del país del hielo es una aventura en la que Hyôga del Cisne se convierte en protagonista absoluto y se enfrenta a los guerreros azules de Sinigrado, una hueste de caballeros que aspira a abandonar sus helados páramos siberianos y conquistar regiones más cálidas. La ambientación –del género congelado- y la cercanía del joven caballero con el lugar serán tomadas para crear algo con más empaque. Los azulados oponentes de Hyôga quedarán en el olvido hasta que Shiori Teshirogi les rescate para The lost canvas, pero su lugar en la franquicia será ocupado por una versión nórdica del Santuario.

La ardiente batalla de los dioses amplía una idea planteada en el manga y en el anime, y es el hecho de que Atenea no es la única deidad mitológica que tiene representación terrestre. Poseidón también tiene su guarida y sus adeptos, al igual que Hades. Sin embargo, aquí se juega con una religión tan pródiga en mitos y leyendas como la grecorromana, la nórdica. La idea de un santuario asgardiano con su propio patriarca y su cohorte particular de guerreros armados resultaba muy atractiva y, después de todo, sólo había que hacer con los dioses vikingos lo que Kurumada ya había hecho con los griegos y con la pseudociencia de la astrología. Los experimentos en este OVA servirán para configurar uno de los arcos más populares del anime: la saga de Asgard.

El reino nórdico de este episodio de larga duración difiere sensiblemente del que aparecerá en la serie televisiva. Los diseños de los dioses guerreros asgardianos evocan algunos detalles que luego se encontrarán en los guerreros divinos del anime, pero aquí su aspecto parece incompleto. Da la sensación de que estemos ante una adaptación de poco dinero de las óperas nibelungas de Wagner. Lo que sí quedará inalterado será el diseño de la espectacular y majestuosa estatua de Odín, que se convertirá en el objetivo a alcanzar por parte de los caballeros atenienses. Sólo por esta aportación merece la pena mirar con ojos benevolentes un filme que adolece de los mismos males de su predecesor y su continuador.