ZN en solidaridad con Len Kaminski: Motorista Fantasma 2099

Olvídate de lo que sabes sobre el Motorista Fantasma...

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El guionista Len Kaminski necesita ayuda:

“Bien. He ido dejando esto demasiado. Al menos ahora puedo contarlo: LA HORRIBLE VERDAD. El año pasado tuve un accidente que me dejó en silla de ruedas – y acabé atrapado en un centro de acogida muy turbio (traducción muy libre de crooked). Eso fue hace 8 meses. En este tiempo, han agotado las coberturas de mi seguro médico y a continuación pasaron a vaciar mi cuenta bancaria y desviar mi pensión de discapacidad a su cuenta. He perdido todo mi dinero, mis ingresos, mi apartamento, todo. Como resultado, no me dejan salir ya que ni tengo un hogar al que volver ni recursos para conseguir uno nuevo. Así, sigo en el vientre de la bestia. Sigo en una silla de ruedas. Asqueado de este horrible lugar. Cumplí 60 aquí dentro. De ninguna manera quiero morir aquí… así que estoy creando una página en GoFundMe. Estará pronto. Consejo, asesoría o cualquier tipo de ayuda es bienvenida”.

Desde Zona Negativa, lanzamos una iniciativa recuperando sus obras más emblemáticas escritas para Marvel. Kaminski escribió para otras editoriales pero hemos decidido centrarnos en su paso por la Casa de las Ideas no solo por el mayor impacto de sus cómics marvelitas sino porque el lector español apenas ha tenido contacto con su obra en DC, Acclaim/Valiant o Chaos! Comics.

Si quieres colaborar en la campaña lanzada por Kaminski, puedes hacerlo a través de este enlace.

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Len Kaminski siempre fue un gran fan del terror. Este interés se puede ver en muchos de sus trabajos. Tenemos su reinterpretación de los mitos de Cthulhu en una historia en tres partes dentro de la colección de los Vengadores (#352-354), un serial del hombre-lobo -Jack Russell- en Marvel Comics Presents (#54-59) donde el héroe conseguía controlar su transformación en licántropo, su intento de escribir a lo Vertigo en Hellstorm o su accidentado paso por la primera serie regular de Morbius, el Vampiro Viviente.

Si bien el género nunca había levantado la cabeza desde su época dorada en los 50 con los cómics de la ECC, para bien o para mal, en los 90 Marvel decidió relanzar a sus personajes “terroríficos” bajo la marca Hijos de la Medianoche; relanzamiento en el que, como hemos dicho, participaba Kaminski. En 1992, otra de las líneas dentro de Marvel en aquella década fue la conocida como Marvel 2099 en la que se revisionaba parte del Universo Marvel 100 años en el futuro. La primera tanda de títulos, comandada por el Spiderman 2099 de Peter David y Rick Leonardi, había funcionado muy bien por lo que desde Marvel se pidió a sus escritores que presentaran ideas para una segunda ola de colecciones. Una de las consecuencias lógicas de esta idea era juntar a uno de los personajes más exitosos de la línea Hijos de la Medianoche con la libertad de recrearlo en 2099.

Por evidente que pudiera parecer, el nacimiento de Ghost Rider 2099 fue no poco accidentado. En primer lugar, la primera remesa de títulos de la línea 2099 habían sido todos editados por Joey Cavalieri PERO con las nuevas series que se pensaban lanzar en 1994, los editores de las colecciones “originales” participarían en el proceso también. Cavalieri animó a Kaminski a que pitcheara alguna idea y el guionista desarrolló el concepto del Motorista Fantasma en 2099. ¿Problema? La editora de la serie del Motorista era Bobbie Chase con quien Kaminski tenía mala relación desde los graves problemas que habían tenido lugar entre el escritor y Ron Wagner en Morbius (editada por Chase). Sin embargo, la idea de Kaminski gustó tanto a Cavalieri y a Marvel que se decidió que la nueva Ghost Rider 2099 fuera coeditada por Chase y Evan Skolnick, amigo del creador de Máquina de Guerra.

Ghost Rider 2099 se sitúa en una distopía cyberpunk, una megaurbe llamada Transverse City controlada por una corporación llamada D/MONIX. Allí, conocemos a Kenshiro “Zero” Cochrane, un hacker capaz de conectarse a Internet a través de su cerebro que es asesinado mientras su conciencia está navegando por la Red. Esta conciencia/espíritu es traspasada a un cuerpo cibernético merced a la intervención de unos “fantasmas”, inteligencias artificiales que se han desarrollado en los rincones del sistema. Estas IAs convierten a Zero en su agente para provocar una revolución que acabe con el dominio de D/MONIX sobre la población de la ciudad.

Lo primero que llama la atención de la serie es el poco o nulo parecido del personaje con el Motorista Fantasma “original” (ya sea Johnny Blaze o Danny Ketch). Kaminski crea un mundo muy influenciado por la obra de William Gibson y que recuerda enormemente a otras obras de ficción de la misma época (pero posteriores), películas como Johnny Mnemonic o Días Extraños, ambas de 1995. Transverse City es una auténtica ciudad sin ley, un entorno urbano que recuerda a Mad Max, donde gobierna la dictadura del más fuerte. Todo ello es enfatizado por el dibujo de Chris Bachalo y Mark Buckingham, con un trabajo de ambientación fantástico.

Después, sorprendía el alejamiento de Kaminski de los tropos de terror que tan bien conocía (y que sí que utilizaría en los últimos números de la serie, aprovechando los puntos fuertes del dibujante australiano Ashley Wood). Aquí nos encontramos con un cómic de acción trepidante que no rehuye la reflexión filosófica abiertamente libertaria, cuando no directamente anarquista. El protagonista, Zero, es una hoja casi en blanco al inicio de la serie y es el mundo que habita lo que nos atrae como lectores. Kaminski es capaz de crear un entorno coherente con sus propias reglas y enormemente sugerente, huyendo, al menos durante su primer año, de cameos gratuitos. En los francamente buenos prímeros 10-12 números de la serie, Kaminski desarrolla un interesante grupo de secundarios que incluyen a la exnovia de Zero, un aprendiz de sidekick hacker o un villano shakespeariano como Harrison Cochrane, padre de Zero y miembro de D/MONIX, y quien organizó el asesinato de su propio hijo.

En el #14 y a resueltas del cross-over “One Nation Under Doom” en el que la versión 2099 del Doctor Muerte se hacía con el gobierno de los Estados Unidos, el Motorista es convertido en el Marshall de Transverse City. La serie decae un poco, sin llegar a ser una mala copia del Juez Dredd, las referencias y homenajes son más que evidentes y reconocidos por el propio Kaminski. Este “reinicio” coincide con la llegada del nuevo dibujante de la serie: Ashley Wood.

Las ventas comenzaron a flaquear y se comenzaron a introducir elementos del Motorista Fantasma original como en el caso del villano Venganza y guiños cada vez más notorios a otras series de la línea 2099, diluyendo poco a poco la particular idiosincrasia de la colección. Ghost Rider 2099 aguantó hasta el #25 y Kaminski, al menos, pudo cerrar casi todas las tramas abiertas, dejando algún cabo suelto que sería atado por él mismo en el especial de 1998 2099: Destino Manifiesto.

En España, Forum publicó los 12 primeros números, dejando el resto inédito hasta el día de hoy. Aunque la premisa de Doom 2099 siempre me pareció la más potente de la línea, con los años, sigo pensando que, después de Spiderman 2099, esta es la mejor serie de todo aquel experimento editorial. Cómics entretenidos y con una idea muy clara de lo que querían contar, con un apartado gráfico distintivo y que casaba a la perfección con el tono de los guiones. Teniendo en cuenta que es una obra cerrada y que se han reeditado en España cómics de calidad claramente inferior (CAPA Y PUÑAL), a ver si Panini se anima y permite que el lector del siglo XXI redescubra uno de los trabajos más redondos de Len Kaminski.

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Alejandro Ugartondo
Autor
14 junio, 2023 21:03

Para mi éste es el mejor trabajo de Kaminski y coincido en que los primeros 12 números de la serie son de lo mejor del universo 2099. A ver sin con la recuperación inminente de Spiderman 2099 se animan a reeditar esta serie y la de Doom 2099