ZN entrevista a Pepo Pérez

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Pepo Pérez, ilustre blogger desde Con C de Arte, guarda muchos otros ámbitos de vinculación a la historieta. Uno de los más importantes es, sin duda, su labor como dibujante de cómics. La reciente publicación de la segunda entrega de su serie El Vecino ha sido motivo más que suficiente como para que nos interesase entrevistarle para vosotros.

Desde aquí, muchas gracias, Pepo.

ZN: Comenzamos con una pregunta tópica a la vez que inevitable, ¿cómo surge la fiebre del cómic en ti?

Pepo: De chaval supongo que como todo el mundo. Lees tebeos, descubres a autores que te impresionan y que te hacen querer dedicarte a esto. En mi caso, determinados autores de superhéroes Marvel, Will Eisner, Carlos Giménez, Frank Miller, Jean-Claude Mézières

De mayor ya no lo tengo tan claro. Dibujar un álbum lleva mucho tiempo, no es la fantasía idealizada que te imaginabas de pequeño, y si no dibujas para el extranjero difícilmente vas a poder vivir de ellos. De modo que tienes que compaginarlo con un trabajo «de verdad», o sea, que tienes que dedicar tu tiempo libre a los tebeos, lo que supone renunciar a otras cosas. ¿Tampoco es que sufra, ¿eh? ja, ja. Eso es lo más raro, que no te cuesta renunciar a otras aficiones en favor de los tebeos. No puedo evitar seguir haciéndolos, y la verdad es que no sé bien por qué. Supongo que es ese impulso inconsciente al que llamamos vocación, a falta de un nombre mejor.

ZN: ¿En tu caso la opción de «no dibujar para el extranjero» es buscada o circunstancial? Es decir, ¿a partir de qué momento decides orientar tu trabajo en una dirección que te permita acceder a unos mercados u otros y en base a qué?

Pepo: A finales de los noventa intenté dibujar para Estados Unidos, que era una opción profesional que, digamos, estaba de moda entonces entre nuestra generación, después de que Carlos Pacheco, Salvador Larroca, Pasqual Ferry, etc. «abrieran la brecha» en la primera mitad de la década. Germán García y Javier Pulido habían entrado hacia el 97-98, y poco después les siguieron Marcos Martín, Kano, etc. Yo lo intenté en dos ocasiones entre 1999 y 2000, la primera vez a través de José Ladronn, al que conocí en el Salón de Coruña de 1998 y que me animó a intentarlo. Le hice caso y le envié muestras para que se las enseñara a su editor en Marvel.

Poco después lo intenté con DC a través de Pulido, que le pasó mis páginas a su editor.

No me salió nada, supongo que yo estaba demasiado verde o que no gustó mi estilo, o ambas cosas. Después de eso, ya no volví a intentarlo. También es que algo más tarde se me pasó «la fiebre» de querer trabajar para EEUU, sobre todo cuando empecé a dibujar El Vecino con guión de Santiago García.

Me di cuenta de que estaba haciendo algo que, mejor o peor, quería hacer realmente, y que esa posibilidad no siempre la iba a tener si hubiera conseguido dibujar para Marvel o DC, donde no te puedes permitir rechazar un encargo aunque no te interese lo más mínimo. A partir de ahí me concentré en El Vecino, que lo publicaría Astiberri, sin preocuparme más de la cuenta sobre a qué mercado iba dirigido o si lograría publicarse fuera de España. El tema Francia no lo he tocado personalmente hasta ahora. Pero Astiberri sí ha movido El Vecino y hay algunas editoriales francesas y americanas interesadas en publicar la serie. Veremos.

ZN: Antes de adentrarnos en El Vecino, ¿podrías concretarnos cuáles son tus diferentes espacios de dedicación por lo que respecta a la historieta?

Pepo: Por un lado, escribo sobre tebeos. Lo hice en las desaparecidas U y Volumen, y lo sigo haciendo en la revista musical Rock de Lux. El director de Rock de Lux, Santi Carrillo, tuvo intuición para adelantarse al fenómeno actual de la presencia del cómic en los medios, porque hace casi diez años apostó por mantener una sección fija de cómic y publicar de vez en cuando entrevistas con autores, en un momento en que prácticamente ninguna publicación generalista lo hacía en este país. También escribo reseñas en El Periódico de Cataluña, me llamaron hace dos años tras leerme en Rock de Lux, últimamente le están dando bastante cancha al tema. Por otro lado, claro, dibujo historietas.

Lo he hecho desde pequeño, para mí mismo o para fanzines y concursos, pero profesionalmente no empecé a publicar hasta 1999, con un comic-book de 48 páginas que dibujé para Planeta DeAgostini con guión de Juan Carlos Cereza, Orígenes Jaque Mate: Sangre. La idea era hacer superhéroes made in Spain, y procedía de una serie previa del mismo guionista con dibujos de Jesús Merino, que se tituló Jaque Mate. Después de aquello he publicado alguna historieta corta con guión propio, pero la mayoría han sido ya trabajos con guión de Santiago García, tanto en la serie El Vecino como en varias historietas cortas que publicamos en la revista Nosotros Somos Los Muertos.

ZN: ¿Cómo se compagina eso de ejercer de autor y de crítico al mismo tiempo? ¿Resulta difícil, contradictorio o problemático?

Pepo: Bueno, ya hay otros autores que lo hacen desde tiempo atrás, aunque suelen ser guionistas y no dibujantes. De todos modos, al escribir en publicaciones generalistas en realidad es muy raro que hagas una mala crítica, no hay espacio para ello. No tiene sentido desperdiciar el espacio que te dan en un periódico, por ejemplo, para hablar de tebeos que te parecen malos, es absurdo. Mejor hablas de los que te parecen buenos porque se trata de que mostrárselos al lector curioso. Otra cosa es el tema blogs, que para mí es algo como mucho más informal, «subjetivo» y abierto a la polémica, también porque tiene otra dinámica. La gente puede debatir y contraargumentar, es otro rollo. Además, al tratarse ya de un mundillo especializado, la gente que participa digamos que «está en el ajo» y se puede hablar de tebeos con más libertad. Y el espacio es ilimitado, claro, es internet. Ahí sí compagino más lo de ser autor con lo de bocazas, ja, ja.

ZN: ¿Es por esto que, pudiendo dejar ori tu voz en foros tan amplios como Rock de Lux y El Periódico de Catalunya, decides crear Con C de Arte?

Pepo: Es que el blog es otro formato y tiene otro público. Es más rápido y más divertido de hacer. Si te digo la verdad, empecé Con C en agosto de 2005 porque tenía ganas de meter algo de ruido, a ver qué pasaba. Quería hablar sobre cómics de modo un poco irreverente pero sin perder tampoco, al menos eso intentaba, cierto rigor. Y sobre todo, quería hablar del lenguaje del cómic, que de eso siempre se habla menos –el lector suele fijarse en lo gráfico, en el dibujo visible, pero no en otras cosas: planificación, encuadre, diseño de página…. Y procurando poner ejemplos concretos con páginas concretas. En el cómic hay mucho trabajo «invisible», de guión e incluso de dibujo (y está bien que sea invisible cuando uno lee el cómic, porque ese trabajo del autor debe permanecer oculto, no debe distraer de la lectura), pero también es necesario comprender dicho trabajo si quieres analizar cómo está hecho un tebeo, qué lenguaje narrativo maneja, qué tipo de planificaciones usa y por qué razón las usa, etcétera. De todos modos, el blog ha cambiado bastante desde que lo empecé. Al principio era un rollazo, con grandes tochos que escribía en plan seudo ensayístico, aquello lo ves ahora y no hay quien se lo lea. Hasta que no descubrí que el formato blog funciona mejor con textos cortos, con enlaces y muchas imágenes, pasó cierto tiempo. También me gusta liarla un poco, me refiero a polemizar, animar a la gente a debatir, unas veces sobre temas de cómic que aún no están claros, y otras sobre temas «demasiado claros» que se han dado por sentado sin verdadera razón para hacerlo. La gente que empezó a leerlo, la mayoría desconocidos para mí hasta entonces, se enrolló mucho, ya fuese participando en los comentarios, ya enviándome cosas para enlazarlas. Como te digo, creo que un blog sobre tebeos es otro tipo de espacio, va dirigido a un público también especializado, es más informal también, genera una participación, una respuesta inmediata. Es algo muy distinto a escribir en la prensa generalista e incluso en una revista sobre cómics, no tiene nada que ver.

ZN: En tu blog has dado repetidas muestras de interés en lo que concierne a la experimentación formal y a la mecánica propia del lenguaje del cómic. Ese interés experimental no pareció trasladarse luego a la primera entrega de El Vecino. ¿Por qué motivo? ¿Escondiste muy bien sus costuras o el guión que tenías entre manos demandaba un enfoque más convencional?

Pepo: Creo que el primer álbum es bastante experimental en algunos aspectos, aunque quizás más desde el punto de vista del guión de Santiago, en estructura argumental, el final, esas cosas. También en el género, porque no encaja en ninguno. No es superhéroes realmente, pero tampoco es costumbrista de verdad porque hay un elemento fantástico, pero a la vez puede ser ambas cosas… De dibujo estaba aprendiendo cosas que no había hecho antes, algunas bastante básicas, así que tampoco me pude permitir muchas alegrías. Por ejemplo, tuve que descubrir cómo planificar con interés pero sin demasiados alardes las escenas de conversación. Con el color también quise probar algunas cosas, usar colores chillones en combinaciones poco habituales, pero bueno, es un trabajo primerizo en muchos aspectos.

ZN: Me consta que una vez comentaste sentir desagrado por ciertos subrayados formales que usan algunos autores, al utilizar encuadres o angulaciones muy forzados. ¿Haciendo una equivalencia entre el cómic y el cine, te adscribes al movimiento DOGMA de Trier y demás?

Pepo: Pues no, porque son medios distintos y, además, cada vez me gusta menos Von Trier. Dicho esto, me parece muy bien que Trier y sus colegas adopten sus propios dogmas para sus propias obras, esto por otra parte lo hace cualquier creador habitualmente aunque no lo proclame por ahí. Aclaro que no creo que haya dogmas generales para el arte, y por tanto tampoco para el cómic. En el arte no hay reglas salvo las que cada creador se quiera imponer, cosa que es bien distinta. Me refiero al hecho de que tú, cuando abordas un trabajo, debes elegir -de manera personal e intransferible- tus propios “dogmas creativos” para intentar parir una obra lo más coherente posible. No puedes estar cambiando tus reglas de trabajo sobre la marcha, caprichosamente, porque el resultado entonces será un sindiós.

Sobre el ejemplo concreto de las angulaciones forzadas, pues es que depende del tipo de tebeo y del tipo de historia, no sé a qué caso te refieres ni a cuento de qué lo dije. Si estás dibujando un tebeo de superhéroes, o un Spirit, cómo no vas a meter angulaciones y encuadres forzados, si eso mismo contribuye a la gracia que tienen y a hacer de esos tebeos lo que son. Yo mismo he empleado ese tipo de angulaciones forzadas para dibujar muestras de superhéroes o en el tebeo que dibujé para Laberinto. Además, me encantan autores como Gil Kane, el Will Eisner de Spirit, Frank Miller, etc., y todos ellos suelen usar angulaciones o encuadres muy expresivos y exagerados.

Ahora bien, si estás dibujando otro tipo de historia, por ejemplo, costumbrista, creo que entonces el tono narrativo te va a pedir –en principio, porque ya digo que no hay dogmas generales, todo depende de lo que persigas- que no uses angulaciones forzadas y sí un enfoque más neutro en la narración. Como digo, todo depende de la historia y el tratamiento que ésta te pide, tanto para la planificación como para el tipo de grafismo.

ZN: ¿Cómo surge El Vecino y cómo se lo describirías a un posible comprador?

Pepo: Surge de una conversación casual con Santiago. A mí me apetecía hacer algo que combinase costumbrismo y superhéroes, pero no tenía claro el qué. Santiago me contó una idea que tenía desde tiempo atrás, la de un opositor que descubre que su vecino es un superhéroe y se hacen amigos, todo contado en plan comedia de situación. Le dije que escribiera ese guión, que yo quería dibujar esa historia. Al poco la cosa creció y me dijo que había pensado una historia completa para cinco álbumes. Sobre la primera entrega de El Vecino, bueno, podría definirse como una comedia costumbrista con superhéroe. Aunque también es comedia sentimental con algo de realismo mágico, como nos han dicho. No sé, prefiero que cada cual lo entienda y etiquete como quiera. La segunda entrega es parecida y a la vez muy diferente, sobre todo en el tono.

ZN: Las líneas maestras de la primera entrega de El Vecino parecían avanzar a través de un particular universo intermedio que mezclaba el género de superhéroes más clásico con el humor y el costumbrismo español. ¿Por qué elegisteis esta mezcolanza de géneros?

Pepo: No fue premeditado. Tanto Santiago como yo hemos mamado superhéroes desde siempre, hemos leído mogollón de tebeos del género, Santiago más que yo; además él los traduce porque es su trabajo. A los dos nos fascinan los superhéroes, me parece un género crucial en el cómic y de hecho el único que ha inventado el medio. Su iconografía y sus símbolos me parecen de una originalidad y una riqueza inagotables. Jamás he entendido por qué ha sido tan denostado; supongo que por desconocimiento o por snobismo seudo cultural de la gente, o por ambas cosas a la vez. De modo que para nosotros era bastante natural ponernos a hacer tebeos y que surgiera inmediatamente algún elemento superheroico. La mezcla de géneros vino porque a la vez que metíamos superhéroes queríamos hacer algo personal situado en España, no una imitación de los superhéroes americanos, algo que cuando trasladas tal cual a un universo español creo que no funciona porque tenemos los superhéroes demasiado asociados al mundo estadounidense. Por otro lado, como nos interesa el costumbrismo en los tebeos, también nos pareció natural integrarlo con lo del superhéroe. Por supuesto, costumbrismo de aquí, porque es lo que mejor conocemos. Por eso la ciudad de El Vecino, aunque no se diga nunca el nombre, es evidentemente una gran ciudad española, y los personajes lo son también: Javier, José Ramón, Lola, Rosa, etc.

ZN: Considerando lo dicho y que en esta segunda entrega, mucho más oscura, apenas hay escenas superheroicas, ¿puede suponerse que propuestas como las de Marín, Pacheco, Fontériz y Merino, de superhéroes serios y a la española, no os parecen un producto creativamente viable?

Pepo: A mí personalmente no me interesa hacerlo así, pero claro, cada uno es como es y hace las cosas como más le gusta hacerlas, y si además tienes un público al que le interesa lo que haces, pues todo perfecto.

ZN: El cambio de tono de la primera entrega, más humorística, a la segunda, poderosamente sombría, es muy acusado. ¿Ya lo teníais previsto así desde un principio?

Pepo: Sí, claro. Ya lo hablamos mientras hacíamos el primero. Santiago tenía pensado para el segundo álbum una historia de tono más dramático y sentimental, y a mí también me apetecía cambiar de registro respecto al primero. La idea también era no repetir la jugada del primero, cambiar.

ZN: ¿Pretendéis hacer un cierto repaso a las distintas edades del género superheroico con cada entrega?

Pepo: No hay guiños ni repaso a las edades de los superhéroes. De hecho, procuramos evitar guiños concretos y usar en cambio elementos superheroicos muy genéricos, que puedan ser comprendidos por cualquier persona que viva en el mundo actual aunque no sea alguien aficionado a los tebeos ni conozca gran cosa de los superhéroes. Creo que hoy día cualquiera está familiarizado con el traje de superhéroe, con los superpoderes, con la identidad secreta que hay que proteger y con el supervillano que hace de archienemigo del héroe. Eso es todo lo que necesitas saber para leer El Vecino.

ZN: Ese cambio de tono ha ido acompañado de una variación en el registro gráfico. El trazo caricaturesco de la primera entrega ha cedido terreno ante un grafismo más sucio y frágil. ¿Ese cambio de registro ha sido buscado o ha venido más bien solo? ¿Si Dupuy y Berberian eran tu referente para la primera entrega, a qué autores has tenido en mente en este segundo episodio?

Pepo: Dupuy y Berberian fueron un referente para algunas cosas en el acabado del dibujo. Pero la planificación y los encuadres no tenían nada que ver con Dupuy y Berberian, sino precisamente con las escenas de calle que dibujaban autores de superhéroes; por ejemplo, Gil Kane, Ross Andru o John Romita en Amazing Spider-Man. Quise mezclar intencionadamente las dos tradiciones, la del tebeo europeo de línea clara y la del tebeo americano de superhéroes, porque me gustan mucho las dos. Sobre el segundo Vecino, como te decía antes, las historias se imponen sobre el tipo de dibujo, sobre el grafismo y el tipo de planificación. Cada historia requiere un tratamiento gráfico y narrativo distinto, no creo en el estilo invariable para el dibujo de cómic, el dibujante de tebeos debe procurar adaptarse a lo que está narrando. Si la historia del segundo álbum de El Vecino era más dramática y, como tú decías, sombría, me parecía lógico que el grafismo fuera acorde con eso. Para el segundo Vecino me he fijado en algunos recursos gráficos de dibujantes que saben conseguir texturas y ambientes muy logrados cuando los necesitan: Joann Sfar, Christophe Blain o John Romita Jr., por ejemplo. Luego están mis referentes de toda la vida, los que determinan mi dibujo base, el que apenas puedo cambiar aunque quiera: Will Eisner, Carlos Giménez, Frank Miller, Jean-Claude Mézières. Con ellos me crié como lector y ellos son mis principales maestros.

ZN: ¿Por qué motivo los infiernos a los que desciende vuestro héroe son tan socialmente relevantes?

Pepo: Pues por lo del costumbrismo, por nada más. Tampoco hay una intención de que los “temas sociales” sean ahora los protagonistas, la historia en realidad no va de eso. Ahora bien, como El Vecino es una historia, pues eso mismo,“vecinal”, urbana, donde los protagonistas son los habitantes de tu barrio o ciudad, parecía lógico que ese descenso a los infiernos fuera precisamente al nivel más bajo de esa vecindad urbana. De todos modos, me gustaría pensar que esos “aspectos sociales” admiten varias lecturas, a gusto del consumidor.

ZN: Para la segunda entrega de El Vecino, junto con ese superhéroe que quiere darle la espalda a su destino, tocáis todo tipo de temas. Cada uno de los personajes que lo acompañan en el mundo subterráneo pertenecen a un colectivo u otro de marginados: inmigrantes, alcohólicos, prostitutas, oligofrénicos… También los personajes “normales” tienen sus buenas dosis de desazón y están bella y melancólicamente reflejadas sus relaciones de pareja. Junto con esto, a la par que tu grafismo se ha ido tornando más personal y expresivo, la narrativa visual se hace más rica que en la primera entrega. ¿Este segundo guión ha sido más agradecido de dibujar que el primero?

Pepo: Sí, sí, mucho más agradecido. Había más personajes y más cambios de decorado, algunos realmente interesantes de dibujar. También es que éste me ha costado menos trabajo de dibujar que el primero, con el que sufrí bastante. Supongo que lo que pude aprender entonces que me ha servido ahora. Y siempre procuras mejorar en todo, en dibujo y en narrativa.

ZN: ¿Qué nos espera en próximas entregas?

Pepo: Pues es que no lo sé ni yo mismo. Santiago no me cuenta las historias, me las da escritas en el guión y es entonces cuando la comentamos. Hasta que no me pase el guión del tercer álbum, yo tampoco lo sabré. Sí sé a grandes rasgos el tono y el estilo narrativo porque lo hemos hablado, también sé el tipo de dibujo que le pega a esta historia. Pero más allá de eso sé poco más hasta que lea el guión y lo dibuje. Cuando dibujas, todo cambia, todo empieza a cobrar su sentido. De todos modos, mientras hacemos el tercer álbum procuraremos ir sacando historias cortas autoconclusivas de El Vecino, como la que ha salido en el último número de NSLM y la que acabamos de entregar para el número 3 de la revista El Manglar.

ZN: Aunque El Vecino sea algo que tú quieres hacer, como has mencionado varias veces en distintos foros, ¿Hasta qué punto crees que te va a permitir dar salida a tus inquietudes autorales? ¿Con posterioridad a El Vecino, tienes en mente otras obras que te permitan ir en otras direcciones como autor?

Pepo: Sí me gustaría hacer algo en solitario, de hecho tengo empezada una cosa que me gustaría acabar porque la tengo bastante pensada. Pero no sé cuándo lo haré, la verdad, porque no hay tiempo para todo, y dibujar El Vecino es mi prioridad ahora mismo.

Página web de El Vecino

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sputnik
sputnik
Lector
16 mayo, 2007 15:08

Mola. La verdad es que el primer número me lo compré porque me sobraba dinero en el salón del cómic de A Coruña, y me gustó aún a pesar de que el «humor barrio-costumbrista» típico español no me acaba de ir del todo. Aún así fui a por la segunda parte y está muy bien.
En cuanto al dibujo, pues tengo también una sensación más satisfacotria respecto al primer número, aunque no sabría decir si es porque la trama me gustó más, si porque el color lucía mejor (eso seguro) o si efectivamente el dibujo mejoró según mis canones.

David
16 mayo, 2007 15:16

Enhorabuena a Pepo, tanto por su blog, como por El Vecino: ojalá esté al frente de ambos durante mucho tiempo!

Un saludo!

Juanjo Palacios
16 mayo, 2007 15:19

La verdad es que El Vecino es una obra que me ha llamado la atención pero no he tenido la oportunidade de leer, espero poder remediarlo en algún momento.

Jose R, Mier
16 mayo, 2007 15:59

¿superheroes a la española? mmmmmmmmmmmm, suena muy muy interesante……este cae fijo!, ademas , el autor ya es una garantia. Vamos p’alla!

Víctor Aguilera
16 mayo, 2007 17:22

Ni te imaginas las ganas que le tengo a El Vecino. Estéticamente me llama mucho la atención, espero poder hincarle el diente en breve.

Y enhorabuena por tu blog, Pepo.

P.D.: Esto de traer gente de la competencia..y que encima sea buena…a quién se le ha ocurrido?? PARKER!! TE QUIERO EN MI OFICINA PARA AYER!!!

mr zaxxx
17 mayo, 2007 0:18

Pues nada, me habeis engañado. A ver si busco algo del Vecino y me lo leo.

JotaceDT
18 mayo, 2007 13:37

Mmmmm… qué imagen tan… sugerente…