ZN Héroes Capítulo 3: En un principio

Cuando la primera temporada de Héroes se estrenó en las televisiones autonómicas de nuestro país, venía precedida por un perceptible clamor de admiración proveniente de todos aquellos que ya habían tenido la oportunidad de visionarla, bien en su versión original o bien en algún canal de pago. El éxito de la serie parecía asegurado y, al poco tiempo del inicio de su emisión, yo mismo me sorprendía de encontrarme hablando de ella con personas sin ninguna afición previa a los cómics, los superhéroes o – incluso – la ciencia ficción. Al común de la gente le encantaba la serie y en la televisión autonómica catalana hasta llegaron a dedicarle un programa especial al finalizar su primera temporada.

A decir verdad todo aquello no debería haberme sorprendido, a poco que me hubiese fijado en qué el planteamiento argumental de Héroes estaba calculado al milímetro para captar la atención de un amplio sector del público. Atendiendo a sus dos primeros episodios – emitidos como un solo pack en los canales autonómicos – encontramos las claves que garantizaban una acogida sumamente favorable:

– Antes que nada hay que hablar del reparto de la serie, someramente detallado aquí por el compañero Juanjo Palacios. Atractivo, simpatía e “intensidad” son atributos que se reparten de manera homogénea a lo largo de todo el cásting, propiciando la rápida interacción emocional entre el espectador y los protagonistas. Pero, más aún, cada personaje permite que guionistas y directores exploren diversos géneros narrativos con ellos, consiguiendo dotar a la serie de una infinidad de subtramas “para todos los gustos”. Mohinder Suresh y Noah Bennet nos introducen en los relatos conspiratorios. Niki Sanders abarca características propias de la erótica, el terror, el drama familiar a lo Erin Brockovich y la huida constante a lo Thelma y Louise. Claire Bennet nos lleva cíclicamente del gore al cine de universitarios y derivados. Nathan Petrelli protagoniza la parcela correspondiente a la ficción política, con sus dosis de corruptelas, hipocresía y pragmatismo que lo contraponen a su hermano Peter, el referente idealista, “sanitario” y romántico del elenco actoral. Hiro Nakamura supone el toque de ingenuidad y humor mediante el cual reflejar el ideario algo camp del “Héroe”. Sylar y el asesino en serie de tendencias caníbales, Matt Parkman y los conflictos matrimoniales e Isaac Méndez y la drogadicción nos trasladan a otros tantos “contextos narrativos” conocidos y del agrado del público, asegurando – como decíamos antes – que todo el mundo puede encontrar en Héroes algo apto para su paladar. Debemos remarcar también que en cierta medida, todos ellos están hermanados. Se sienten distintos cuando aún no sabemos del todo si lo son. Peter y Hiro creen tener poderes sin que nosotros, los espectadores, tengamos claro si darles crédito. Pero, sea como sea, nos conectan con aquella intimidad más honda nuestra que hace que nos sintamos – todos y cada uno de nosotros – únicos. Y así se nos han ganado el corazón.

– A medida que estos personajes empiezan a interactuar, descubrimos la siente clave de éxito presente en la trama: Todo puede pasar. Percatarnos de que Noah Bennet es el padre de Claire, de que Isaac Méndez ha dibujado las peripecias de Hiro y de que el asesino en serie que persigue el FBI es el paciente 0 de Papa Suresh, pone de manifiesto que la trama está repleta de sorprendentes secretos, que todo es posible y hay que estar atentos a las posibles futuras asociaciones que puedan producirse. De hecho, a medida que avanzan los episodios, dejándonos siempre en vilo, la intuición de que todo es posible no hace más que acrecentarse tras ver morir a personajes que parecían importantes y constatar que otros como Noah Bennet y Nathan Petrelli mantienen en todo momento una ambivalencia moral que les hace imprevisibles.

– Finalmente – y a pesar de que son muchas, sin duda, las cualidades que han convertido a Héroes en una serie de éxito – debemos destacar el hábil uso que sus guionistas han hecho de una herramienta narrativa particular: el flash-forward o salto hacia delante en el tiempo. Isaac Méndez, gracias a su capacidad precognitiva, nos avisa entre delirios, al final del primer episodio, de que debe evitarse la explosión de Nueva York. Al final del segundo episodio es Hiro quien, trasladado al futuro, contempla la explosión y establece unos plazos de tiempo. Estamos a 2 de octubre y el desastre se producirá en 5 semanas, el 8 de noviembre. Eso es lo que haya que evitar. La serie deja claro, pues, ya desde un principio, que su desarrollo argumental tiene como meta el impedir que Nueva York sea arrasada, algo en lo que Sylar está involucrado y sobre lo que iremos sabiendo más cosas en futuros capítulos, en especial en el nuevo viaje al futuro que se producirá a la altura del episodio número 20, Cinco Años Desaparecidos. Los espectadores ya saben qué deben esperar, qué es aquello contra lo que se está luchando y que la trama no se extenderá, agonizante, a lo largo de una interminable ristra de capítulos. La primera temporada de Héroes tiene un final anunciado y nadie puede permanecer indiferente ante él. Así de bien se planteó la primera temporada de la serie. Mañana veremos si el argumento de esa primera temporada supo resolverse igual de bien.

Imágenes extraídas de la excelente Heroes Spain.