Volvemos con nuestras impresiones de dos nuevas series, una de ellas de nada más y nada menos que Rick Remender. No decepciona, como era de esperar. A ver si alguna editorial la traduce al español. Por cierto, ¿qué os parece el nuevo título de la sección?
The Devil’s Red Bride #1, de Sebastian Girner y John Bivens
El Japón feudal ha sido escenario de grandes mangas y películas. Ran, Lobo solitario y su cachorro, La Espada del Inmortal, Rurouni Kenshin, etc. Las hazañas de sus héroes, muchas veces samuráis o ronins, consiguen emocionarnos profundamente. Para un publico occidental ese Japón es además un lugar exótico, diferente, fascinante como pocos. Las estructuras sociales de la época, el arte y las guerras, por solo nombrar tres aspectos, tienen muy poco que ver con la era feudal en Occidente. No es sorprendente, pues, que ejerza fascinación en autores como
El primer número de
Veamos el caso de Ronin, la obra de Frank Miller. A Miller le apasionan los samuráis y su código de honor, pero no solo homenajeó a sus relatos de samuráis favoritos, sino que también aportó su propia personalidad como autor, influenciada por Will Eisner, el género negro, la ciencia ficción europea y los superhéroes. El resultado fue todo un clásico del cómic americano, una obra con elementos que no encontramos habitualmente en los mangas de samuráis.
Si bien no espero una obra del calibre de Ronin, o una mezcla de géneros, hubiese agradecido que Girner y Bivens tratasen de dejar su propia impronta, aportar algo nuevo sin por ello dejar de homenajear a sus historias favoritas. Habiendo en el mercado mangas como Lobo solitario y su cachorro, de una altísima calidad y con un retrato de Japón mucho más auténtico (sin ánimo de desmerecer a nadie, creo que es justo decir que los autores japoneses conocen mejor que nadie su cultura), me cuesta recomendar un cómic occidental de samuráis cuya mayor pretensión es rendir tributo a sus referentes.
The Scumbag #1, de Rick Remender y Lewis LaRosa
A
Remender se lo pasa en grande escribiendo a este personaje y sus bajezas. Ni se os ocurra leer este cómic mientras coméis, porque no falta ni un poco de escatología en las esperpénticas situaciones en las que se mete el protagonista. También disfruta el guionista parodiando a los cómics de espionaje que él mismo escribió anteriormente para Marvel. Ese entusiasmo es contagioso, y con que os guste un poco el humor negro del guionista, os gustará este cómic. A mí, que tengo el sentido del humor de un adolescente, me ha encantado el cómic, mucho más que las gamberradas de un autor como Garth Ennis.
En este número Remender cuenta con
Si tuviera que señalar algo malo de este número, eso sería que nos deja con la miel en los labios. Debemos esperar hasta las últimas páginas para ver al protagonista obtener los superpoderes que lo convierten en la última esperanza para el mundo entero, una situación que a buen seguro nos hará reír a los lectores con mucha frecuencia. Ya quisieran muchas series ocasionar un problema así a sus lectores, dejar tan buena impresión que el primer número sepa a tan poco.
En resumen, anotad sin miedo The Scumbag en vuestra lista de compras si os gustan los cómics de Remender u os llama la atención la premisa.