ZN Indie: Novedades USA #67

Uno de mis grandes remordimientos como redactor de Zona Negativa es haber recomendado Prodigy en esta sección hace unos años. Como mi compañero Igor explicó en su reseña, la serie nunca supo sacar partido de su premisa. Pero, claro, era un cómic de Mark Millar dibujado por un dibujante superestrella, por lo que vendió muy bien. Una secuela era inevitable, tan inevitable como la inclusión de su primer número en esta sección.

Edison Crane, el protagonista de Prodigy, es un héroe prácticamente invencible. ¿Quién podría ponerlo contra las cuerdas? La respuesta de Millar a esta pregunta no podría ser más obvia: un grupo de supervillanos tan inteligentes y ricos como Edison Crane. Eso sí, el guionista escocés no es ni la mitad de inteligente que sus personajes o no le gusta pensar mucho sus guiones, ya que en este número queda claro que la inteligencia de los villanos supone una artimaña con la que poder inventarse cualquier excusa fácil para hacer perder al protagonista durante el transcurso de la serie. En otras palabras, los villanos son tan inteligentes que pueden predecir cualquier movimiento del protagonista cuando así lo requiere el guion.

No obstante, nadie espera un cómic de Millar que destaque por su inteligencia. La especialidad del guionista son los cómics blockbuster, dosis de adrenalina y diversión con los que pasar un buen rato. El primer volumen de Prodigy era todo lo contrario y este número no me da la suficiente confianza para predecir que el guion estará más trabajado en este aspecto. Todas las series de Millar suelen tener un primer episodio notable y luego se desinflan un poco o mucho al llegar a la recta final. También suelen tener dibujantes y coloristas excelentes, como es el caso aquí. El trabajo de Matteo Buffagni y Laura Martin está muy por encima del de sus predecesores en el primer volumen de la serie, que parecían dibujar y colorear con cierta desgana. Ahora sí tiene la serie ese regusto a aventuras de espías galantes y adinerados que tanto quería Millar para el volumen anterior.

Valoración: Para quienes quieran ver si Millar podrá superar el ya mítico final del primer volumen.

Abrumador y ambicioso como pocos. Esto sería suficientes para describir Starhenge, el debut de Liam Sharp en Image. Se deja la piel de tal forma en este número, como guionista, como ilustrador y como rotulista, que me pregunto seriamente si será capaz de concluir esta epopeya antes de desfallecer. La serie mezcla ciencia-ficción y fantasía, inteligencia artificial asesina y caballeros medievales, viajes en el tiempo y hechiceros, imperios galácticos y mitología. Un constante flujo de ideas y conceptos que podría servir de base para tres o más spin-offs, pero preferiría que no los haya si eso garantiza que Sharp se mostrará tan pletórico hasta el final de la serie. El dibujante se luce con increíbles páginas dobles, diseños elaborados, constantes cambios de estilo… y una historia muy interesante.

Por más que lo intente, no encuentro palabras que puedan transmitir adecuadamente lo impresionado que estoy con el poderío visual de este cómic y la capacidad de su autor para combinar todas sus ideas en algo no solo molón y épico, sino también coherente y legible. Como muchos de sus referentes europeos, Sharp en ocasiones peca de excesivo, demasiada información y espectáculo en una página en detrimento de claridad narrativa; pero ¿cuántas series pueden presumir de dejarse llevar por un enorme talento y el deseo de crear una obra maestra? Series como esta son desgraciadamente infrecuentes, pocos autores tienes el coraje de Sharp, y es nuestro deber leerlas y apreciarlas por sus muchas cualidades.

Valoración: El debut más impresionante de Image este año. Un posible futuro clásico para todo fan de la fantasía y ciencia-ficción.

Black Flamingo, el héroe concebido por Andrew Wheeler y Travis Moore es sexy, seductor y posee el grado justo de cinismo y mordacidad para ser misterioso e interesante. Teniendo un personaje así de molón, capaz de enamorar hasta al hombre más heterosexual del mundo, Sins Of The Black Flamingo aspira a ser de los mejores debuts de Image y en casi todos los aspectos lo logra. El dibujo de Moore es tan glamouroso y seductor como el protagonista de la serie. Por su parte, Wheeler se muestra capaz de darle un trasfondo interesante al protagonista y el submundo en el que opera, construir una historia que nos mantenga interesados e hilar diálogos acertados, en ocasiones sazonados con un refrescante sarcasmo y mala leche.

Tan solo flojea el guion cuando Wheeler parece estar recitando sin sentido crítico alguno ideas postmodernas que probablemente vienen de algún despacho universitario aislado del mundo exterior. Mucho me temo que, en contra de lo que sostienen los académicos estadounidenses e ingleses, la homofobia en América no es propiedad exclusiva de los blancos anglosajones; no hay más que ver los resultados de las últimas elecciones en Florida, donde se ambienta la serie. Sin embargo, que no se me malinterprete, aunque no me terminan de convencer del todo algunas de sus ideas (con otras estoy más de acuerdo), no creo que estas supongan una lacra ni hagan menos divertida la historia de Black Flamingo. Al contrario, siempre es de agradecer que una serie no solo contenga una historia divertida, sino que también se atreva a exponer opiniones controvertidas y desafiantes. Para cómics sin ningún mensaje de fondo y, por eso, sin alma, ya tenemos a Marvel y DC, dos editoriales obsesionadas por no ofender a ningún lector sensible.

Valoración: Excelente debut de una serie cuyo protagonista podría conquistar nuestros corazones y sueños húmedos.

Absolution

Edición original: AWA Studios
Guion: Peter Milligan
Dibujo: Mike Deodato Jr.
Color: Lee Loughridge
Rotulación: Steve Wands
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99

Veintiséis años después, Peter Milligan y Mike Deodato Jr. vuelven a colaborar en una serie. Como el dibujante comenta en su carta al lector, curiosamente la premisa es la misma que la de su anterior colaboración: una asesina en busca de redención. Sin embargo, esta vez no tienen que contentar al departamento editorial de Marvel. Absolution es más violenta y oscura que un cómic de superhéroes comercial y no pierde el tiempo con cameos innecesarios de Lobezno. Este primer número va directo a la yugular, reflexionando acerca de la naturaleza de la redención y, como es de esperar de un cómic escrito por Milligan, la identidad mientras la protagonista vacía cargadores y elimina sistemáticamente a sus enemigos. Más o menos la misma formula que la excelente American Ronin o Blanco Humano, pero mucho más blockbuster, con grandes tiroteos y secuencias espectaculares cortesía de un sorprendentemente notable Deodato, más energético y motivado que de costumbre (ya solo le falta poner fin a su obsesión por calcar rostros para remontar artísticamente).

Este viraje hacia lo comercial es premeditado. Los héroes de acción solo saben redimirse matando a mucha gente mala para disfrute del lector de cómics y en Absolution Milligan y Deodato hacen realidad esa idea de redimirse ofreciendo entretenimiento. A diferencia del ronin americano o Christopher Chase, la protagonista de Absolution está forzada a redimirse haciendo streaming de sus intentos de redención. Solo si contenta al público de sus streams, mayoritariamente masculino, con poca experiencia con mujeres y con ganas de ver violencia y drama, será perdonada por la justicia. Obviamente, Milligan y Deodato están reflejando los tiempos modernos que nos ha tocado vivir, en los que Internet ha convertido todo en entretenimiento vacuo; pero también deconstruyendo el concepto de la absolución de nuestros pecados y la forma que suele tomar esta en el cómic de acción.

Está por ver si los autores sabrán llevar a buen puerto esta deconstrucción, pero este número me garantiza que como mínimo nos podrán entretener tanto como la protagonista a su público de varones sin vida social.

Valoración: Para fans de los cómics de acción de Milligan y/o Deodato.

AfterShock Comics

A Calculated Man

Edición original: AfterShock Comics
Guion: Paul Tobin
Dibujo: Alberto Albuquerque
Color: Mark Englert
Rotulación: Taylor Esposito
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $4,99

El mejor matemático del mundo, un hombre excéntrico como pocos, trabajaba para la mafia hasta que se enamoró por primera vez, situación que le animó a pedir una jubilación que le fue denegada. La única forma de dejar atrás su pasado criminal es destruir a sus ahora ex jefes. Esta premisa podría haber conducido a Paul Tobin y Alberto Albuquerque a un callejón sin salida, pues no es tan fácil como parece darle un buen desafío a personajes ultra inteligentes (que se lo digan a Mark Millar). Pero Tobin es un guionista inteligente que entiende que el atractivo de su personaje no es si vencerá a los villanos, sino el cómo. Y si hay mucho humor de por medio, mejor. A Calculated Man es fiel a los clichés de las historias de venganzas en el submundo criminal y de super genios, pero no me di cuenta de ello debido a lo desternillante que es este número de presentación. Unos geniales diálogos y un protagonista divertido; una estructura narrativa eficiente, que depara sorpresas y chistes a un buen ritmo, y un buen dibujo, a medio camino entre la comedia y las historias de criminales, es lo que podemos encontrar aquí, que no es poco.

Valoración: Para todo fan de los cómics de acción y comedia que esté dispuesto a pasar un muy buen rato.

There’s Something Wrong With Patrick Todd

Edición original: AfterShock Comics
Guion: Ed Brisson
Dibujo: Gavin Guidry
Color: Chris O’Halloran
Rotulación: Hassan Otsmane-Elhaou
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $4,99

Ed Brisson es un guionista capaz de lo mejor (Iron Fist y Ghost Rider) y lo peor (X-Force…). Afortunadamente, There’s Something Wrong with Patrick Todd apunta a ser un cómic más que legible. No es la primera vez que el escritor se adentra en el género de los thrillers, pero esta vez no hay anti-héroes apuestos, criminales implacables o escenas de crímenes que dejan los pelos de punta. Los personajes que vemos en There’s Something Wrong With Patrick Todd son gente de clase media-baja en una aburrida ciudad canadiense, es decir, gente normal y corriente, algunos de ellos hasta patéticos y lamentables. Esta falta de glamour engrandece y hace más impactante la historia que Brisson y su colaborador Gavin Guidry nos quieren contar, acerca de un adolescente forzado a usar sus poderes psíquicos mientras evade la atención de las autoridades. En una ambientación como la de esta serie, las motivaciones de un chaval así resultan convincentes y sus poderes, aun siendo relativamente poco espectaculares, generan asombro y un cuantas carcajadas debido a las situaciones realistas pero absurdas que propician. Eso sí, no es solo la ambientación lo que hace de este número un debut convincente. Brisson y Guidri explican lo justo y necesario, saben cómo hacernos empatizar con sus personajes con muy pocas palabras y cuándo es el mejor momento para un poco de humor (geniales las primeras páginas de la serie) o volverse perturbador, como el final del cómic, que promete emociones fuertes en los siguientes números.

Valoración: Para quienes busquen un thriller sencillo y entretenido.