Edición original: Concrete Volume 1: Depths TPB; Dark Horse.
Edición España: junio de 2006; Norma Editorial.
Guión, dibujo y entintado: Paul Chadwick.
Formato: tomo recopilatorio de 208 págs.
Precio: 14 €.
Muy de vez en cuando uno se anima a comprar un cómic a ciegas, guiado únicamente por un sutil pálpito que le hace presagiar que no se arrepentirá de realizar el desembolso previsto. Y son precisamente estas compras las que, de cumplirse el fugaz presentimiento, más se disfrutan. Bien sea por lo inesperado, por lo sorprendente o por el conjunto de eventos azarosos que llevaron a ese tebeo a formar parte de la colección que, orgulloso, luces en la estantería. Durante el pasado Salón del Cómic de Barcelona todas las editoriales nacionales se apresuraron a lanzar una descomunal cantidad de novedades, de forma que, inevitablemente, más de una obra se vio amenazada del riesgo de pasar desapercibida. Finalizada la lectura de Concrete: Las Profundidades, espero y deseo que éste no sea el caso.
Paul Chadwick dio sus primeros pasos como profesional en el mundo del cómic encargándose de la serie protagonizada por Dazzler, mujer-x ocasional. Pero no tardaría demasiado en dejar patente que lo suyo era la narración de historias situadas un paso más allá del género superheróico, de modo que en cuanto tuvo la oportunidad comenzó a desarrollar Concrete, proyecto de índole personal cuyo proceso de gestación transcurrió de forma paralela al nacimiento de la editorial Dark Horse Comics. De este modo, la primera aparición del rocoso personaje se produjo en el Dark Horse Presents nº 1, a la cual le seguiría su propia serie regular desde 1987. Los inicios de la colección fueron de lo más prometedores, y aunque no fue un gran éxito de ventas, la acogida de la crítica especializada fue realmente efusiva, hecho que tuvo su reflejo en la obtención de diversos reconocimientos, entre los que destacan los Premios Eisner a la Mejor Serie Regular y Mejor Serie en Blanco y Negro 1988 y 1989, Mejor Serie Nueva 1988 y Mejor Guionista / Artista 1989.
A partir de ese momento, múltiples números especiales e historias cortas, además de ediciones en color, profundizarían en la vida de Ron Lightow, y desde 1991 comenzaron a sucederse las miniseries Fragile Creatures, Killer Smile, Think Like a Mountain, Strange Armor o The Human Dilemma, en las que, entre otras cosas, se ofrecieron diversas reformulaciones del origen de Concrete. Tras estas miniseries, Chadwick buscó embarcarse en proyectos ajenos a su pétrea creación, limitando su dedicación al entrañable gigante de piedra a la ilustración de pequeñas historias cortas. Durante esta etapa profesional, además de escribir los argumentos de las historias desarrolladas en juegos masivos on-line, e ilustrar cómics de Star Wars, llegó incluso a asumir un papel protagonista en The Matrix Online, web relacionada con la película de culto de los Hermanos Wachowski, guionizando y dibujando varias historias desarrolladas en el archiconocido mundo virtual. Pero no cabe duda de que su nombre quedará eternamente vinculado al de Concrete, creación con la que ha escrito su nombre con letras de oro en la historia del cómic independiente americano. Para conocer más detalles acerca de su bibliografía os recomiendo visitar este enlace.
Como podéis comprobar en este otro enlace, en Estados Unidos Dark Horse ha venido publicando la que bien podría considerarse la edición definitiva de Concrete, recuperada por Norma Editorial en un formato que, si bien algunos lo consideran criticable, para el que escribe estas líneas resulta todo un acierto. Por su presentación, por su contenido, por su manejabilidad, y por el mero hecho de darle una nueva oportunidad a este cómic tras el infructuoso intento de Planeta DeAgostini, que en su día llegó a editar las miniseries Extraña Armadura y Killer Smile. Sin más dilación, pasemos a comentar Concrete: Las Profundidades, primer tomo recopilatorio publicado en el pasado mes de junio.
SINOPSIS: ”Ron Lightow, escritor encargado de redactar los inspirados discursos de un senador, adquiere un nuevo cuerpo en circunstancias extraordinarias. De la noche a la mañana se ha convertido en un ser recubierto de piedra: fuerte, duro y casi indestructible, aunque incapaz de sentir un abrazo o una caricia. Aprovechando sus recién descubiertas cualidades, Lightow busca la aceptación del gran público bajo el nombre de Concrete, quien no tardará en convertirse en un auténtico ídolo de masas, popularidad que aprovechará para embarcarse en las más dispares aventuras.”
Saltan a la vista las similitudes físicas existentes entre este personaje y Ben Grimm, integrante de los míticos 4 Fantásticos más conocido como La Cosa (o, puestos a buscar similitudes, con el Hulk más racional). Pero son más las diferencias: aún compartiendo un trasfondo basado en el análisis metafórico (y literal) del aislamiento y la soledad humana, sus orígenes, motivaciones y personalidades son radicalmente diferentes, hasta el punto de mostrarse prácticamente antitéticos. La “adorable cosa de ojos azules” descarga su frustración en cada pelea, y aún refugiándose ocasionalmente en su sentido del humor, y en las continuas puyas lanzadas a La Antorcha Humana, a menudo cede ante su impotencia, recordando una y otra vez su desgracia, la desdicha por haber padecido los efectos de los rayos cósmicos y la imposibilidad de revertir a su forma humana con la regularidad deseada. En el caso de Concrete, el modo de abordar un problema similar es radicalmente opuesto. Como nos es revelado en este tomo, Ron Lightow no fue precisamente un chico atlético ni popular. Ni en su infancia, ni en su adolescencia, ni en su madurez. Admirador confeso de grandes aventureros, ve su transformación como un a oportunidad de emular a sus grandes ídolos, aprovechando las evidentes ventajas que ofrece su nuevo cuerpo para embarcarse en grandes expediciones, aventuras y retos, de modo que suple la autocompasión por el afán de superación. Pero como contrapartida, Lightow paga un precio enorme: la imposibilidad de sentir el más mínimo roce, de relacionarse con normalidad con los que antaño fueron sus iguales, o de comprobar si el interés que por él siente Maureen (investigadora y supervisora de su estado biológico) trasciende la mera curiosidad científica.
Valiéndose de la presencia de Larry, escritor con un porvenir en la profesión ciertamente dudoso, Chadwick invita al lector a vivir de primera mano su experiencia al ser contratado como ayudante de Concrete, acompañándole en el descubrimiento del verdadero origen y demás secretos e intimidades de su rocoso jefe. Todo ello a través de pequeñas historias prácticamente autoconclusivas que de forma casi inevitable propician una reacción en lector, arrancándole sonrisas agridulces y compasivas, pero siempre haciendo gala de una sensibilidad digna de elogio y evitando caer en la sensiblería barata e injustificada. Pero además de constatar sus virtudes como narrador, Chadwick (autor completo de la obra) se revela como un gran ilustrador, elegante, puntilloso, y acertadísimo en la siempre ardua tarea de reflejar los sentimientos de los protagonistas.
En definitiva, una lectura extraña, atípica, y a medio camino entre diversos géneros, ya que si bien parte de una premisa digna de cualquier cómic superheróico, o incluso del cine de serie B, en su disección de los más variados temas termina por encontrar mejor acomodo en el slice of life. Pero en definitiva, y dejando a un lado la superflua necesidad de buscarle acomodo dentro de un género u otro, estamos ante una lectura tan recomendable como gratificante.
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)
SIP. Una agradable lectura. 😉
Vaya David con tu artículo has conseguido que me interese en un comic que tenía casi descartado…
Gajes del oficio, Raul! 😉 es lo que tiene gestionar una web sobre comics!y es que est es un vicio muy caro!
Un saludo desde el aeroperto de Madrid! 😉
¿Alguien sabe si este tomo, repite material aparecido en el primer tomo del personaje, que sacó Norma?
¿O es material totalmente inédito en España?
Graaaan lectura, concrete es realmente un gran cómics, un imperdible sin duda