Aunque Zona Negativa es una web que, principalmente, vierte su foco de interés en los cómics, lo que aquí os voy a presentar es, por el contrario, una novela, El tejido de la espada, de José Miguel Pallarés.
Es bien conocido que gran parte de los fans de los cómics iniciaron su afición cuando, accidentalmente, cayó entre sus manos algún tebeo. Aquella chispa de ilusión e imaginación inicial encapsulada en papel pronto se cobraría una nueva víctima en forma de un segundo tebeo, al que, con suerte, seguiría un tercero y, con el tiempo, un décimo. Las viñetas se tornarían imágenes en movimiento, y cada bocadillo voces en sus cabezas. Y de ignorar aquel medio a tornarse un voraz lector apenas dista un paso. Así, pronto aprendería a disfrutar de las emocionantes aventuras de tantos y tantos personajes, a visitar nuevos mundos, a explorar galaxias, a sufrir con las desgracias de sus protagonistas y a imaginar con el alma en vilo lo que le reportará la próxima entrega.
¿Y cuántos lectores de cómics, con el paso de los años y las lecturas, conducen sus ojos hacia los libros? El espectro de posibilidades, que en su momento se creía infinito, se amplía, y ese lector pronto descubre un nuevo foco de placer y emoción: los libros, con sus gruesos lomos; sus páginas impresas sin dibujos; su lenguaje a veces simple, a veces complejo; sus distintos estilos narrativos; sus brazos que te atrapan en su lectura y no te permiten abandonarlo hasta terminar el presente capítulo… o uno más.
El tejido de la espada se inicia con una apresurada partida de caza. Pero no son cazadores quienes la forman, sino soldados, recios y aguerridos, hombres de armas acostumbrados a las duras jornadas sin tregua a caballo en pos de su objetivo que, lejos de ser un rebaño de mansedumbres presas que aguardan la llegada de sus verdugos, se trata de criaturas terribles que llevan consigo una inocente mujer que pronto verá sus últimas horas en vida si no es rescatada. Por eso hay prisa, por eso hay nervios, por eso el día les promete cansancio, pero la noche han de pasarla en vela porque es la oscuridad la amante de la muerte, y cuando no hay luz, los cazadores bien podrían convertirse en presas y los fugitivos erigirse como vencedores de la lucha.
Pero esto apenas es el inicio de la novela. Sirve para presentarnos a algunos de los protagonistas de la misma, pues los hermanos Heredia, que forman parte de la comitiva, arrastran el peso de la historia: Miguel, Germán, Diego y Arnal, pues cada uno de ellos son hijos de Liduvina, bruja cuya hambre de poder apenas rivaliza al de su ambición que, desde su alto puesto como dirigente de una de las dos matrías que se disputan el crudo poder mágico de las tierras de Brumalia, no duda en emplear cualquier medio con el fin de alcanzar sus más que ambiciosos sueños.
Y a ello van los cuatro hermanos, a cazar unos roblones que bien pudieran acabar con ellos en un instante, pero la historia, como dije antes, no trata de luchas contra criaturas creadas a propósito de adornar una novela de fantasía. Sí, los Heredia son caballeros que lucen armaduras, embrazan escudos y conocen el uso de las espadas; y también se encuentra magia, siempre en las manos de las brujas que pagan con días de vida cada conjuro; y no sólo aparecen roblones, sino también dips, licaones, diablecos y lobisones; y habrán escenas de frenética acción, como la reflejada en su visita al pueblo de Villafranca, cuya entrada será plácida, aunque tensa, en tanto que su salida… Sí, sí, todo eso aparece, todo eso se encontrará, pero no es lo importante.
Es una novela de aventuras, pero la esencia de la misma se define no por un espectáculo pintoresco en forma de criaturas míticas y una lucha milenaria entre las fuerzas del Bien y del Mal, sino por algo más cercano: la esencia de la tierra, el poder de la sangre, la familia, la libertad.
Liduvina es un ser temible para todos, especialmente para sus hijos, a los que manipula, moldea, engaña y utiliza para satisfacer sus propósitos. Sus hijos son quienes son o, mejor, quienes pueden intentar ser, porque por culpa de la fúnebre y macilenta sombra bajo la que han crecido, sus deseos se confunden a menudo con los requeridos y exigidos de su madre. Sólo un milagro podría lograr que alguno de ellos se librase de esa atadura que le convierte en un ciego servidor azuzado a cumplir un determinado deber como quien da una orden a un perro amaestrado. Y, en esas condiciones, en un mundo donde cientos de personas viven esclavos sin saberlo, en el que los agravios se pagan con sangre derramada, en el que la fuerza de la espada se debate con el inconmensurable poder de la magia, ¿qué puede esperarse de un hombre que logra salir de la ceguera con la que ha convivido toda su vida hasta el punto de sentir que su pasado no le pertenece ni le es familiar?
La sangre es espesa y clama fidelidad. Aunque tu madre sonría mientras retuerce tu espíritu para llevarte a donde quiera, aunque tus hermanos planeen tu suerte próxima, aunque la boca se llene de saliva ácida por descubrir hasta qué punto lo vivido ha sido falso, la sangre es fuerte. Pese todo, pensará en algún momento el protagonista, aún son familia. Se les odiará, pero tal como debe odiarse a alguien de la familia.
Pero no hay que dejarse engañar. José Miguel Pallarés quiso idear una novela de aventuras y es lo que hizo: pero a su estilo narrativo, lento y florido, pero certero, contando lo que quería y tal como le apetecía, porque no debía ser una historia más, una de elfos, enanos, magos y orcos. Ni él lo pretendía, ni la gran mayoría de lectores pueden desear otra historia fotocopiada de tantas otras ya publicadas. En su novela lo que se respira es un mundo de aprensión, de congoja, de descubrimiento de esos lazos afectivos que te atan con los tuyos quieras o no; de entrever la libertad que acarrea más problemas que mantener la venda en los ojos; de conspiraciones, intrigas, pactos con los enemigos y establecimientos de nuevas prioridades en la vida. Dos poderosas damas, las matriarcas de la Niebla y la del Dolor, parecen bailar en los dos platos de una báscula en precario equilibrio que sólo aguarda un resbalón del contrario para que su lucha encarnizada se decante a su favor, pero, en tanto, ensombrecen con su lucha a millares de personas que malviven en un mundo de violencia y rutina.
Por lo arriba comentado y por todo lo que he obviado señalar para evitar anticipar las sorpresas que encierra la novela, os recomiendo esta novela, El tejido de la espada. Y para tentaros aún más, en breve os ofreceremos una entrevista a su autor, José Miguel Pallarés, que nos comentará algunos aspectos que sólo en contadas ocasiones podemos descubrir, pues siempre es una suerte mayúscula poder entrevistar al autor mientras estamos leyendo su propia obra literaria.
Mm… debo mostrar mi disconformidad absoluta con el planteamiento del artículo. O, más bien, con su justificación. Es decir… por mi parte, no necesito leer una justificación para que se hable de un libro en esta web, como no necesito leerla para que se hable de cine o de videojuegos. Pero menos aún si el argumento es tan pobre como el de «¿Y cuántos lectores de cómics, con el paso de los años y las lecturas, conducen sus ojos hacia los libros?». Que, además, me recuerda al slogan ese de «donde hay un tebeo algún día habrá un libro». Slogan que, como ya dijo Elvira Lindo, no hace sino colocar al cómic un peldaño por debajo de la literatura, como si fuera un arte menor, un paso previo, un medio, y no un fin en sí mismo.
Por lo que a mí respecta, Zona Negativa es una página de temática «friki» (sea eso lo que sea) y, como tal, admite perfectamente un artículo sobre una novela de estas características. No lo empobrezcan pidiendo permiso de ese modo.
No utilizaría la misma dureza que juan-man, pero estoy de acuerdo en que no hace falta excusarse para presentar un libro. ¿Es un producto de entretenimiento cojonudo que no es cómic? Pues me vale.
Y el libro tiene buena pinta. Le echaré un vistazo. Que muchas cosas me he perdido por no saber siquiera que existían.
Aprovechando pues la coyuntura, felicidades a Juan Gómez Jurado.
Yo soy lector habitual de cómics y de libros. Pero una cosa no me llevó a la otra. Es más, mis gustos literarios se apartan totalmente de lo que me gusta en cómic. En cómic me empapo casi todo lo de Marvel. En libro no me gustan las historia fantásticas, como la del libro que reseña, con la excepción de las magistrales El Señor de los Anillos y El Silmarillion. Soy un devorador de novela negra (recomiendo las novelas de Henning Mankell sobre el detectiva Wallender y las dos editadas en España sobre Dexter), la novela histórica (recomiendo las novelas de Simon Scarrow sobre Quinto Licinio Cato), y la ciencia ficción (totalmente recomendable Soy Leyenda).
Como seguidor indiscutible del género de la fantasía en todo tipo de comics, en anime, en cine y por supuesto en novela, es segurisimo que compraré esta de Pallares.
A mi me lo regalaron por mi cumpleaños, lo que no me hizo gracia, porque en mi casa no hay ya espacio, es muy tocho y no lo consideraba un «must have».
No esta mal, pero claro yo odio las, en mi opinion ñoñas, novelas de Margaret Weis y Tracy Hickman, a las que creo que da mil vueltas. Asi que podeis haceros una idea de mis gustos. El mundo que ha creado es muy interesante, y las escenas de accion muy buenas.
Por contra, los momentos «romanticos», creo que requeririan una escritura mas depurarada.
El hecho de prescindir de plomiferos apendices o largas explicaciones, hace que uno pueda no entender muy bien las complejidades politico religiosas de la trama, haciendo que parezca que cuando le conviene al autor aparezca un ritual nuevo, un nuevo bicho, una nueva maldicion, una nueva fuerza en juego…., como conejos del sombrero.
Ademas de que el final parezca que llega cuando llega.
Tras tantas batallas, enfrentamientos y conspiraciones, ¿que es lo que hace que el ultimo parezca el definitivo, que a partir de aqui se acaba todo?
Pero ya digo, de lo mejor que he leido del genero ultimamente.
Pues… habrá que leerlo visto lo visto (en cuanto me termine el segundo de Crepúsculo).
Mistic, no pretendía ser duro… más bien quería ser contundente. Don Carlos Martí, mis disculpas si me pasé de sieso. Pero es que me parece igual de malo que alguien pida disculpas por leer cómics a que las pida por reseñar libros. Repito, mis disculpas, y espero que el autor recoja la parte con intención constructiva de mi comentario, pasando olímpicamente de la «destructiva».
LEITORAAcabei de ler o livro «El Tejido de la Espada», o recebi de presente, adorei, me encantou como dizem os espanhóis .Gostaria de saber do autor José Miguel Pallarés onde e se fez pesquisas sobre o «mundo mágico», pois me pareceumuito entendido, e para quem não conhece o assunto o enrredo remete o leitor para um mundo encantado. Poderia muito bem inspirar um filme. José Miguel Parabéns !!! Como leitora só tenho que agradecer, Obrigada. Sou Brasileira, fiz curso de Espanhol recentemente, e não tive dificuldades em ler seu livro.