ZN Reseñas: Catwoman, de Ed Brubaker

 

Edición U.S.A.: Catwoman: The Dark End of the Street, Crooked Little Town, Relentless TPBs.
Edición España: junio de 2008; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujos y entintado: Darwyn Cooke y Cameron Stewart.
Formato: tocho de 496 págs.
Precio: 30 €.

 

Descripción de la editorial:

Por fin recopilado en un único volumen todas las historias de Catwoman escritas por Ed Brubaker previas a nuestra colección mensual de 5 tomos. En esta edición integral tiene cabida la historia de complemento que sirvió de prólogo a la serie mensual (con Slam Bradley buscando desesperadamente a Selina Kyle) y después los arcos argumentales dibujados por Darwyn Cooke, Brad Rader, Cameron Stewart y Javier Pulido. Un cómic que ha cosechado éxito de crítica y público allí donde ha visto la luz, con un tratamiento de personajes único, una evolución de los mismos sorprendente y unas tramas envueltas en serie negra que dejan al lector con ganas de seguir leyendo hasta terminar las casi 500 páginas que componen este impresionante volumen.

Planeta se está apuntando a la moda de los llamados tochales, unos voluminosos tomos que recogen etapas o sagas significativas de un tirón, con el medio millar de páginas como una cantidad más o menos estándar.
El primer tochal ha sido el de La Muerte de Superman y el experimento debe de haber salido bien a juzgar por el lanzamiento de otro gran tocho con los cómics de Catwoman escritos por Ed Brubaker. No son todos, porque en realidad se recopilan los números publicados por Norma que son previos a la edición en tomos convencionales de Planeta, pero si es una buena cantidad de lectura de calidad, y si queremos podemos completar la etapa de Bru buscando los otros tomos mencionados.

El relanzamiento de Selina Kyle que plantean Brubaker y el no menos excelso Darwyn Cooke es un éxito creativo a todos los niveles. La serie de la ambigua enemiga de Batman languidecía desde hace mucho tiempo, flotando en una mediocridad que pedía a gritos un cambio de rumbo radical. Dicho y hecho, desde las altas esferas de DC autorizaron el lavado de cara propuesto por el prestigioso guionista de corte noir, un autor al que los años han reconocido su talento con multitud de premios y encargos estrella.
El giro consistía en pegar a Selina a la suciedad de las calles de Gotham, es decir que pasaría de ser una villana con impulsos heroicos a convertirse en una protectora en toda regla que combate no a villanos grandilocuentes y megalómanos sino que le hace frente al crimen desde un escalón más bajo pero igual de peligroso: el tráfico de drogas, los atracos callejeros, la violencia de las mafias, etc.

Al sumergir a Catwoman en un ambiente menos superheroico y más característico de historias policiacas y detectivescas es necesario dejar atrás su look anterior y dotarla de una imagen renovada que al principio chocaba por desligarse tanto del diseño anterior, pero que actualmente casi todo el mundo considera un paso hacia adelante que moderniza al personaje.
Una estética renovada gracias a la habilidad de Darwyn Cooke para darle dinamismo a su narración, no en vano la sensación de encontrarnos ante una película animada de Bruce Timm es constante por la experiencia de Cooke en el campo de la animación audiovisual.

Tras los números dibujados por el creador de New Frontier se abría una senda hacia la decepción porque a ver quién es capaz de suplir su ausencia. Para nuestra sorpresa Cameron Stewart resultó ser un reemplazo ideal que seguía el mismo estilo general de su antecesor, respetando el tono agridulce que se saborea en la serie.
Curiosamente Cooke no estaba de acuerdo inicialmente con el enfoque que le iba a dar Brubaker a Catwoman, pero no tardó en ir cambiando de parecer al comprobar lo acertado de la nueva dirección, en la cual ha sido un factor clave la estupenda caracterización de Selina que mantiene en su personalidad los vestigios de sus tiempos como villana pero sin perder de vista que ahora quiere equilibrar su existencia impartiendo justicia como buenamente puede.
Eso es lo que hace que la protagonista esté a la altura de los profesionales que recargan sus pilas, una carismática personalidad gris en perpetuo equilibrio entre el bien y el mal, sin la sed de sangre de una asesina, pero sin dudar en clavarle sus garras a quien ose ensuciar los barrios que vigila encaramada en los más oscuros rincones de Gotham.

Un saludo a todos.