Klezmer 1: La Conquista del Este
Autor: Joann Sfar
Norma 144 pág color 16 €
Klezmer 2: Feliz aniversario, Scylla
Autor: Joann Sfar
Norma 128 pág color 16 €
Descripción editorial Tomo 1 |
Joann Sfar (EL GATO DEL RABINO, LA MAZMORRA) nos presenta, en esta obra, las vidas de un grupo de marginados que viven al ritmo de Klezmer, una música de raíz hebrea que se practica en las celebraciones judías y que está ideada para bailar en grupo. Veremos cómo el Klezmer, al igual que las emociones (ya sea alegría o llanto), es una música que se adapta a sus bailarines, en un fiel reflejo de la vida misma: cambiante, volátil, confusa.
Reseña |
Está bien, me rindo. Sfar lo ha conseguido. A sus pies me prosterno confesándole supremo autor de las veredas del cómic. Reacio como era yo ante su estilo de dibujo, después del desagradable sabor de boca que me dejó su primer Profesor Bell, tras de sus Mazmorras y Gatos, este Klezmer me ha acabado de convencer y bien alto lo digo: Joann Sfar es uno de los más grandes autores de cómic que existen hoy en día.
Jordi Ballera me confesó hace un tiempo que empezó a interesarse por el judaísmo una vez que se percató de que la mayoría de artistas que le gustaban, de las más variadas disciplinas, eran de ascendencia judía. Josep Rom, por su parte, resumía la fascinación que le producía la obra de Christopher Blain, Isaac el Pirata, con una sola frase: “Aquí hay mala vida”.
Traigo las apreciaciones de Ballera y Rom a colación porque me parece que son precisamente estos dos factores los que hacen que Sfar sea tan grande: sus raíces judías y ese vitalismo canalla que parece conocer tan de cerca.
Ciertamente, estas dos características se hallan bien presentes en esta nueva obra de Sfar, bellamente editada por Norma y con esas notas del autor al final de cada cuaderno que se me antojan impagables.
Judaísmo e inmanencia entran en constante diálogo en las vicisitudes de esos vagabundos de la Europa del Este hermanados por la música. Dolor y promesa. Hambre y música. Distancia y sintonía. Melodías que – como la vida – se improvisan a cada paso, haciendo que nos descubramos siempre un tanto abandonados… pero nunca del todo.
Sfar extrae de su judaísmo el pesar y la esperanza y, de su historia, rebeldía y picardía. Y luego, haciéndole único, cogidos de la mano, judaísmo y “mala vida” le convierten en el gran fabulador que es. Sfar es alguien que ha vivido lo suficiente como para tener algo que contar pero, tanto o más importante, es también alguien que ha podido integrar todo eso que vivía en un sistema de pensamiento que se enraíza profundamente en la existencia sin dejar de anhelar la fragancia de lo trascendente.
Todos los tunantes suelen ser grandes cuentistas. También lo son todos los judíos de mente abierta. Sfar es ambas cosas. No es extraño que sus obras sean tan grandes, más aún este Klezmer, pura esencia depurada de Sfar hecho anécdota, discurso y pincelada.
Suscribo lo que dices, Toni.
Me desencantó el Sfar del Pr.Bell, pero he continuado leyéndolo, y cada lectura me ha enganchado más y más. No dejes de leer el Minúsculo Mosquetero, del que acaba de salir el segundo número, una obra que pueda parecer «menor» dado lo prolífico de este autor, pero lo que alberga en su interior engancha … y de qué manera!!!
Un abrazo.
lo bueno siempre se impone!
Pues la verdad es lo próximo con lo que tenía pensado probar de Sfar era eso del Minúsculo Mosquetero (aunque en breve caerán más reseñas de La Mazmorra y Olivas Negras).
Rafa, no he entendido muy bien si me dices que lo que mejora de Sfar en futuras entregas es la serie del Pr. Bell o su trayectoría en general.
Elpablo, eso que dices nos gusta creer. Lo malo es cuando se impone habiendo muerto ya su autor o que si la «imposición exitosa» se demora, el autor se canse de producir obra «para nada».
Toni, me refiero a que con cada lectura que hago de un libro suyo, lo entiendo más, me gusta más y me engancha más … También me pasaba lo mismo que a ti con su estilo gráfico «feista», pero con el tiempo le estoy encontrando que le va como un guante a todo lo que cuenta. En definitiva … aquí me encuentro, Sfaradicto.
Por cierto, de Blain, caerá reseña?
Un abrazo.
Jajaja, no sé, no sé, sois muchos los que me presionáis. Debo confesaros que me compré el primero de Isaac el Pirata animado por mi librero pero me decepcionó. Igual era el momento en el que lo leí. Luego me leí el segundo vía la biblioteca de mi pueblo y ya me gustó un tanto más. Ahora tengo pendiente de hacer lo mismo con el resto de números, cuando tenga un poco de tiempo, y a ver qué os digo 😀
Y sí, coincido en tu experiencia sfariana, a mí me ha pasado igualito igualito que a ti.
¡Al final te he convertido (o al menos te he dado un empujoncito)!
Por lo que respecta a esta serie, decididamente sí. Fue por tu opinió que me animé con ella 😀
Gracias!