Dirección: Sam Liu
Guión: James Krieg
Música: Frederik Wiedmann
Reparto: Bruce Greenwood, Jennifer Carpenter, Chris Cox, John DiMaggio, David Forseth, Grey DeLisle, Anthony Head, Bob Joles, Yuri Lowenthal, Lincoln Melcher, Scott Peterson, William Salyers, Tara Strong, Bruce Timm, Kari Wuhrer
Duración: setenta y cuatro minutos
Productora: Warner Brothers Animation
Distribuidora: Twentieth Century Fox Entertainment España
País: Estados Unidos
Uno de los puntos fuertes de las franquicias deceeras es, sin ningún género de dudas, el relativo a la producción de películas de animación. Desde que, en 1992, viera la luz Batman: la serie animada, la presencia de los personajes de DC en los dibujos animados ha sido una agradable constante, que ha permitido a la afición disfrutar de un una versión del universo correspondiente tan respetuosa con el original como enriquecedora del mismo. El trasvase de personajes como Harley Quinn o Renée Montoya desde la televisión a la viñeta es un buen ejemplo de lo mucho y muy bueno que la división animada de Warner ha hecho por una de las propiedades del conglomerado. Gracias a esta buena salud, algunas de la historias más memorables de la dilatada historia de la editorial han podido tener una versión animada, siendo la regla general la exposición de una notable calidad. Por eso, el anuncio de que
La adaptación a la animación del clásico suponía una tarea que no era sencilla. Por un lado, está el nivel del original, pero ya había buenos precedentes de empresas igualmente complicadas -como la llevanza al formato doméstico de El regreso del señor de la noche-; por otro, la singular y difícilmente imitable ambientación lograda por Mignola y Russell. Afortunadamente, el equipo responsable de la película ha salido bien airoso, presentando un producto que tiene como fuente principal el tebeo homónimo, pero pica algunos elementos de su secuela. De nuevo, tenemos el enfrentamiento entre un recién aparecido Batman y el nefando Jack. Para una parte de la población de Gotham, el murciélago es el responsable de los minuciosos asesinatos de mujeres, producidos en el barrio pobre de la ciudad, de modo que el caballero oscuro ha de vérselas con un peligroso adversario y con una fuerza policial ansiosa por echarle el guante. Mientras, en su identidad de Bruce Wayne, intentará insuflar nueva esperanza a su urbe natal, por medio de una fuerte inversión en una feria internacional que permita cambiar la imagen que el resto del país tiene de Gotham.
Esta versión animada tiene el encanto de mantener los aspectos esenciales de la historia original, cambiando lo suficiente para que quienes leímos el tebeo podamos disfrutar de la emoción, la intriga y el dolor de barriga. El equipo responsable de la película incorpora y adapta unos cuantos elementos de la franquicia del murciélago, los cuales permiten variar el relato original y llevarlo sutilmente en una dirección distinta. Así, tenemos a Selina Kyle como antigua domadora de leones y artista de vodevil; Dick Grayson, Jason Todd y Tim Drake aparecen como tres jóvenes golfillos que pertenecen a una banda comandada por una versión local y violenta del Fagin londinense. Harvey Dent es un abogado de la alta sociedad, hedonista y prosaico; Leslie Tompkins es una monja que intenta salvar a toda alma perdida en la ciudad; James Gordon sigue siendo la cara amable y abnegada de la policía local; Harvey Bullock, por su parte, es la faz desagradable; Pamela Isley es una bailarina exótica -evocadora de Margarita Zelle «Mata-Hari»-; Hugo Strange es médico en Arkham y aboga por el novedoso y milagroso procedimiento quirúrgico de la lobotomía. El ojo habituado al universo batmaniano encontrará muchos guiños y / o pequeños detalles a la larguísima historia del personaje y su entorno, lo que demuestra un notable esfuerzo por parte del equipo responsable de la película para con la afición veterana. La franquicia del murciélago es llevada una vez más al final del S. XIX y encajada en la misma, para demostrar que Batman es algo más que su tecnología y sus periféricos. En esa época, la criminalística aún no contaba con los recursos por los que ciertas series televisivas la han hecho célebre, por lo que tendremos en el aún-no-señor de la noche a un detective clásico en toda regla, que ha recibido entrenamiento del más célebre de los investigadores de la época.
El filme se presenta como una película de suspense con muchos elementos de terror. La audiencia acompaña a Bruce Wayne / Batman en sus pesquisas para descubrir la verdadera identidad de Jack el Destripador. Como se ha dicho previamente, estamos ante un hombre que da sus primeros pasos en la senda de la doble identidad y que, pese a sus indudables talentos detectivescos, se las ha de ver con un oponente que parece superarle, tanto física como intelectualmente. El asesino parece ir siempre un par de pasos por delante de Batman. Mientras tanto, a través de Bruce Wayne conocemos a algunos de los ciudadanos eminentes de la ciudad, los cuales se convierten en potenciales sospechosos conforme se desentrañan algunas características del criminal: varón, zurdo, con buena educación y formación en el campo de la cirugía, características todas predicables del Jack real. ¿Se trata de Harvey Dent, que en la continuidad oficial tiene la doble personalidad de Dos Caras? ¿O quizá de Hugo Strange, que en ese mismo universo es otro de los enemigos de Batman? ¿Podría ser Harvey Bullock, que no oculta su desprecio por las prostitutas asesinadas? Intenten descubrir con las pistas que van cayendo al verdadero asesino, mientras asisten a lo que parece ser, a todas luces, un duelo desigual.
En la parte gráfica hay que destacar el buen trabajo que se ha conseguido a la hora de recrear la Gotham de final de siglo, dándole unas evocaciones victorianas. Los personajes se alejan un poco en su aspecto del arquetipo marcado por la serie de los noventa, para asemejarse otro poco a los diseños de Jeff Matsuda para The Batman. En la parte interpretativa hay que tomar en consideración el buen trabajo de interpretación, destacando la presencia de profesionales tan veteranos en el sector como John DiMaggio.
El resultado final es una digna adaptación del clásico que tiene las justas variaciones para que el público veterano que ya leyera el original pueda disfrutar y sorprenderse con la misma. Si ya han leído Luz de gas, podrán buscar, comparar y quedarse con lo mejor; si no la han leído, ya están tardando.
P. S. La edición cuenta con un material adicional tan abundante como interesante, que permite conocer con mayor profundidad tanto la obra original como la versión animada.
P. S. 2. La película está recomendada para personas mayores de doce años, así que resulta un tanto chocante que, en el etiquetado que incluye el precio, se clasifique este filme dentro del género infantil. Bien es cierto que no hay escenas explícitas, pero no es menos cierto que tiene un tono más adulto que lo que es habitual.
Hace unos años compré saldado el cómic (en edición de Zinco) y me encantó.
Habrá que ver qué tal la película.
Pues oye a mi los cambios (sobre todo el del destripador) me gustaron,se que a muchos les repudiara esta visión tan libre de la obra,pero creo que todo lo del final aunque sea algo precipitado es mejor que en el comic.