Salgo del cine de ver
La propuesta del director bilbaíno es arriesgada, muy arriesgada. Y oigan ustedes, ¿cuántas veces podemos ver apuestas arriesgadas en el cine hoy en día? Pocas, sinceramente. Por eso mismo, aplaudo lo que este cineasta nos trae y nos muestra en la gran pantalla. Si te arriesgas, es muy probable que falles, pero si aciertas, lo haces doblemente. Esta cinta es una película extraña, atípica, en la que uno durante el metraje no sabe muy bien hacia dónde va, pero sí que va a un sitio, en realidad. Berger lo tiene claro, pero no nos lo da mascado, ya que tenemos que esperar a que avance la proyección para que todo vaya encajando y cobrando sentido. También es cierto que la penúltima escena, que es donde se resuelve toda la trama, y queda clara la postura del cineasta, de lo que realmente pretendía contar, es precisamente una escena hiper surrealista. Para más inri, el cartel de la película hace alusión directa a esta escena. ¿Y de qué va
¿Y cómo se come esto el espectador si
A través de un juego de hipnosis su marido queda poseído por un espíritu (Tito) que lo convierte en una versión positiva y atenta del mismo. Entonces, Carmen tiene, en cierto modo, lo que le gustaría tener: un marido decente. Pero claro, no es oro todo lo que reluce, y este espíritu en realidad es un esquizofrénico con un serio complejo de Edipo y, además, asesino. Y aquí creo que se le va la mano un poco a Berger con lo grotesco. Carmen tiene que decidir entre quedarse con su marido cafre y el esquizofrénico amable a punto de estallar. La duda es algo lógico, es algo humano, pero por muy malo que sea su marido (que lo es), dudar entre los dos se me hizo extraño porque el background del espíritu es demasiado fuerte para incluso llegar a dormir con él. Lo que sí es acertado es cómo se resuelve la película. Acertado y coherente.
De este modo, Berger, para mí, hace una mejor labor en la dirección que en el guion, porque creo que donde patina es precisamente en la construcción del personaje del espíritu. No me creo nada el repentino amor de Tito por Carmen. Otro fallo de guion es el arranque de la cinta. ¿Una final de Copa que se juega por el día a la misma hora que una boda? ¿Atasco en Madrid durante una final Real Madrid-Barça? Para un futbolero como yo, uno sabe que esta parte es más inverosímil que la que te invada el cuerpo un espíritu esquizofrénico nivel Norman Bates. En cambio, la puesta en escena, la planificación, me parece de una gran precisión y brillantez. Y la historia en sí me parece muy buena. Hay que destacar también el buen uso de la banda sonora, siendo precisamente el momento que más me ha gustado el baile entre Verdú y de la Torre con la canción Abracadabra de
Con respecto a las actuaciones, destaco a la pareja protagonista. Por un lado, debería de haber un vino que se llamara Maribel Verdú. La intérprete madrileña mejora con los años, tanto como actriz como mujer. Incluso interpretando a una sufrida ama de casa de extrarradio con un punto choni está bellísima. Por otro lado, tenemos el que para mí es, posiblemente, el mejor actor de España en los últimos años. Antonio de la Torre interpreta a tres personajes: Carlos, el marido; Tito, en versión amable; y Tito, en versión descontrolada. Y lo hace con la misma solvencia que nos tiene acostumbrados. De la tranquilidad más absoluta, al arranque de ira más profundo. Grande, boquerón.
Sobre el resto del elenco, vuelvo a mencionar a José Mota, que hace de José Mota, pero no desentona con el conjunto de la película. Y a los catalanes Quim Gutiérrez que es el Tito original, y, sobre todo, Josep María Pou que hace del excéntrico Doctor Fumetti. Como curiosidad, Fumetti es la palabra que se usa en italiano para referirse a los cómics.
En resumen, recomiendo esta película a toda persona que quiera una nueva propuesta. Vayan al cine, despejen la mente y déjense llevar. Y por supuesto, olvídense del tráiler y de toda la errática campaña publicitaria de
Dirección - 8.5
Guion - 6
Reparto - 8
Apartado visual - 8
Banda sonora - 8
7.7
Hipnótica
Pablo Berger nos deja descolocados e hipnotizados con su tercer largometraje, una atípica comedia que en realidad es drama.
Ni borracho me trago esta película. Mala pinta no, lo siguiente.
«Una comedia que en realidad es un drama».
Pues,muchas gracias, Giovanni, si ya tenia alguna duda, me la has despejado.
Pasando.
No hay de qué, frankbanner49. En todo caso, gracias a ti por leer la crítica, aunque he conseguido contigo el efecto contrario.
Un saludo.
No trataba de ser una critica hacia tí, hombre, Giovanni.
En todo caso se agradece tu honestidad como redactor, y que no vendas en la critica lo que si parece que falsea el trailer.
También hay cierta osadia narrativa en la última de Nacho Vigalondo «que parece una cosa, y luego resulta ser otra», y que sinceramente me podía haber ahorrado (pese a reconocerla como una buena cinta).
O sea, que eso, que gracias. Me la ahorro. 😉
Por supuesto que no me lo he tomado como una crítica hacia a mí. Es más, agradezco tus palabras. Lo que quería decir es que si bien recomendaba la película, aunque no es para todo los públicos, contigo, más que hacerte llevar al cine, te he ahuyentado.
La vere, ya que la de Torremolinos 73 me gusto bastante. Tendre que darle una oportunidad a esa de Blancanieves