“Nos parece natural envejecer, pero, en realidad, es un defecto genético” Lena
Tras varias semanas de misterio y especulación, se hizo público que Paramount Pictures y Netflix llegaron a un acuerdo por el cual la película de ciencia-ficción,
La carrera artística de Alex Garland comenzó en el mundo de la literatura. Su primera novela escrita en 1996, La Playa, tuvo una fallida adaptación cinematográfica por medio de su compatriota Danny Boyle cuatro años más tarde. Sin embargo, gracias al director de Trainspotting, llegaron sus primeros acercamientos al celuloide. En el año 2002, Garland firmó su primer guion con 28 días después, una vuelta de tuerca al manido subgénero de los muertos vivientes, mientras que en 2007 escribió el libreto de Sunshine, interesante cinta de ciencia-ficción que, desgraciadamente, se derrumbaba en su último tercio de metraje. Independizado de Boyle, llegaron sus siguientes guiones: la excelente Nunca me abandones y Dredd, necesaria adaptación del cómic creado por John Wagner y Carlos Ezquerra, cuyo primer acercamiento en la década de los noventa había resultado un despropósito. Recientemente, a merced de unas declaraciones realizadas por el actor Karl Urban en el portal JoBlo, nos enteramos de que fue el cineasta londinense el encargado de ponerse detrás de las cámaras en Dredd y no el acreditado Pete Travis (En el punto de mira). No obstante, el aplaudido debut oficial de Garland en la dirección llegó con Ex Machina en el año 2015.
No son pocos los elementos comunes entre Aniquilación y la opera prima de su director. Dos películas de ciencia ficción que, pese a tener temáticas diferentes, nos permiten reflexionar sobre la condición humana. Si en la película interpretada por Alicia Vikander nos adentrábamos en nuestro destino final como creadores de una inteligencia artificial que acabará tomando nuestro testigo en la escala evolutiva, en la obra que hoy nos ocupa, nos encontramos en la antesala de una nueva versión tanto del planeta como de nosotros mismos. Es el tema de la identidad un componente fundamental en la breve filmografía de Garland. ¿Quiénes somos? ¿De qué nos componemos? ¿En qué nos diferenciamos? Preguntas que, pese a no pronunciarse, están presentes en Aniquilación.
Alex Garland se encarga no sólo de la dirección, sino también de la escritura de un guion que adapta la obra homónima de Jeff VanderMeer. La historia está narrada entremezclando tres tramos temporales diferentes en los cuales nos dejan pequeñas pistas visuales de lo que ha sucedido y lo que está por suceder. Tras doce meses en paradero desconocido, el sargento Kane (Oscar Isaac) vuelve con su mujer, Lena (Natalie Portman). Sin embargo, parece no recordar nada de lo ocurrido en la misión a la que había sido destinado y sufre un ataque que le deja al borde de la muerte. Cuando es trasladado junto a Lena a un hospital, son asaltados por un grupo armado de la agencia estatal Southern Reach que los llevarán a un asentamiento cercano de la Zona X. Allí, Lena, bióloga con pasado en el ejército, descubrirá que cada vez que alguien traspasa El Resplandor, una fina capa que avanza lenta pero progresivamente, no retorna (con la excepción de su comatoso marido) y se prestará voluntaria para unirse a una expedición exclusivamente femenina formada por una psicóloga, una física, una geomorfóloga y una paramédica.
Una vez dentro de la Zona X, las leyes de la naturaleza tal y como las conocemos variarán de tal forma que llevarán al límite a las protagonistas. Las bellas estampas naturales pre-apocalípticas recuerdan a las de los videojuegos The Last of Us y Enslaved, este último con guion del propio Garland. No son estas las únicas referencias que nos vienen a la cabeza cuando visionamos Aniquilación y obras del género como La Cosa, Esfera, Horizonte final, La Invasión de los ladrones de cuerpos o incluso, la más reciente, La Llegada, se fusionan como las propias especies parecen estar haciéndolo en el amenazante lugar que se ambienta la película. Si en Ex Machina la amenaza para nuestro propio futuro éramos nosotros mismos con nuestras aspiraciones divinas, en Aniquilación el sutil e incomprensible ultimátum parece venir del espacio exterior. Para generar la fantástica atmósfera perturbadora de la película, Garland vuelve a juntar a parte del equipo con el que ya trabajó en su primera película. Geoff Barrow y Ben Salisbury componen una partitura extraña y desasosegante que ayuda a transmitir incomodidad al espectador. Por otra parte, Rob Hardy hace un gran trabajo con la fotografía y la luz en los espacios abiertos que contrasta con el gran número de interiores que tenía Ex Machina. Sin embargo, el CGI utilizado para la gestación de las criaturas en la Zona X estropea un poco el apartado visual y es que, Aniquilación, contó con un presupuesto de 40 millones de dólares. El tema Helplessy Hoping de Crosby, Stills & Nash acompaña a los flashbacks que nos muestra el, no tan idílico, pasado de Lena y Kane. La letra de la canción, casi profética, dice “They are one person. They are two alone. They are three together. They are for each other.”
En el plano interpretativo, destaca por encima del resto la figura de Natalie Portman. La actriz nacida en Jerusalén hace casi 37 primaveras, cuenta ya con seis decenas de películas a sus espaldas. Tras ganar el Oscar en el año 2011 por Cisne Negro, el pasado curso volvió a estar nominada (por tercera vez en su carrera) por Jackie. Portman aporta a su personaje todas las cualidades que se le presuponen. Mujer de ciencia, pero también de acción, Lena es inteligente, intrépida y valiente. Pero, al igual que el resto de los personajes, tiene un aura de tristeza al percibir que, de alguna manera, todo lo que está ocurriendo escapa a su control. El título de la película es Aniquilación y este no es un hecho baladí. Completando el repoker femenino de la misión de exploración hacia lo desconocido, nos encontramos con la veterana Jennifer Jason Leigh como la Doctora Ventress (con un papel que no le permite lucirse como hiciera en Los Odiosos Ocho), Tessa Thompson (gracias a su Valquiria de Thor: Ragnarok es reconocible por todo el mundo, aunque en esta ocasión su rol es bastante diferente) es Josie, Gina Rodríguez (quien durante 4 temporada protagonizó Jane the Virgin) se mete en la piel de Anya y la actriz sueca Tuva Novotny da vida a Sheppard. En el apartado masculino predomina el actor guatemalteco Oscar Isaac, quien repite colaboración con Garland tras Ex Machina. Isaac, pese a tener un rol mucho más secundario esta vez, demuestra versatilidad en un papel con muchas aristas. Benedict Wong (Doctor Extraño) y David Gyasi (Interstellar) redondean el cosmopolita plantel.
Aniquilación es un trasunto de El Corazón de las tinieblas. La novela de Joseph Conrad, en la que se inspiró Francis Ford Coppola para realizar Apocalypse Now, ha influenciado a muchísimas obras tanto en el séptimo como en el noveno arte. Un descenso a los infiernos donde tendremos que librar una lucha, no sólo contra los elementos externos que acechan desde el exterior, sino contra los fantasmas de nuestro pasado a los que les encanta retornar en momentos de máxima ansiedad. La cordura se pone en entredicho cuando dejamos de ser responsables de nuestros actos, cuando el individuo deja de ser único. No obstante, a pesar de la euforia con que la crítica especializada ha recibido a la última película de Alex Garland, debemos dejar bien claro que Aniquilación no es una película para todo tipo de públicos. La disfrutarán los amantes de la ciencia ficción y de los desafíos metafísicos. Sin embargo, su complejidad y el hecho de que se aleje de los convencionalismos que adolece el género en la actualidad, echará para atrás a más de uno. Probablemente, ese temor empujó a Paramount Pictures a prescindir de un estreno global en cines. Aniquilación tiene pequeñas pinceladas de terror que contrasta con la hermosura de sus escenarios. Incluso cuando nos acercamos al final del viaje, una parte trascendental del filme tendrá lugar en un decorado que nos recuerda a las construcciones de H.R. Giger en Alien. En definitiva, pese a beber de las fuentes de otras obras,
“Cuerpos y mentes se irán fragmentando cada vez más hasta que ya no queden fragmentos” Dr. Ventress
Dirección - 8
Guión - 8.2
Reparto - 7
Apartado visual - 7.3
Banda sonora - 7.7
7.6
Aniquilación presenta su candidatura a convertirse en una de las películas más interesantes del género de la ciencia ficción del último lustro. Alex Garland arriesga con una propuesta que, pese a ser bastante original, bebe de las fuentes de otros referentes.
Me encantó Ex-Machina así que esta no me la pierdo
Ya nos contarás qué tal. Te recomiendo que, si aún no la has visto, rebajes el hype. Como le he comentado a un compañero, Ex Machina me parece más redonda. No obstante, Aniquilación es una película que hay que ver y, si se tercia, luego debatir 😉
Interesante y atrevida propuesta. Mucho menos redonda que Ex-Machina; pese a su aparente complejidad, en su desarrollo casi parece un episodio de The Outer Limits o una de esas historietas de Cimoc cienciaficcioneras, pero confirma el talento singular del director. A mí me ha recordado a un Altered States en reverso, con interesantes planteamientos aunque menos absorvente.
Coincido plenamente contigo. Revisité Ex Machina antes de ver Aniquilación y, en mi opinión, es una obra con un mejor acabado y más equilibrada en todas sus partes. Más redonda, en definitiva. Seguiremos de cerca la obra de Garland, un autor con mayúsculas. No me canso de recomendar Nunca me abandones (aunque en aquella ocasión su labor fue adaptar el guion de la novela de Kazuo Ishiguro).
En su momento leí la novela, porque la anterior de Jeff VanderMeer, «Veniss Soterrada», tenía entre los personajes a suricatas y a una especie de organismo artificial con una vitrina en el centro dentro de la cual había bonsais con orangutanes diminutos saltando por las ramas, y eso mola. Fue de lo primero del bio-punk, a lo Bacigalupi o «Negro fluorescente».
Así que, cuando salió la trilogía «Southern Reach» leí la primera, pero no seguí con el ciclo porque me pareció bastante más convencional. La adaptación me ha recordado mucho a «Stalker», salvando toidas las distancias. Creo que desde el origen como novela, es una influencia evidente que han incorporado.
Gracias por tu comentario. Puede ser un buen momento para revisitar la obra de Tarkovsky ahora que van a reeditar buena parte de sus clásicos en nuestro país. Eso sí, en DVD.
Gracias por la reseña. La vi anoche y me gustó mucho. Si hay algún lector de Lovecraft en la sala, es una adaptación muy libre de «El color que cayó del cielo».
Annihilation es la nueva película de Alex Garland y una adaptación de una novela de la que ignoro cuan fiel es. Y narra la enésima incursión en una zona contaminada/invadida/alterada por un elemento extraterrestre a la manera de El Color que cayó del cielo o Stalker. El mayor problema de Annihilation es la medianía en la que se desarrolla. No parece querer aterrorizar y en general apenas inquieta. Las alteraciones de la zona afectada van desde leves mutaciones (un cocodrilo con doble hilera de dientes, que aterroriza igual que un cocodrilo regular) hasta un surrealismo suave deudor de los póster Pagsa ochenteros (unos cervatillos gemelos con flores en la cornamenta, por ejemplo). Un par de ideas interesantes, un cadáver deformado a la estética de Junji Ito y unos intestinos que cobran vida son abandonadas apenas se presentan. No ayuda a comprometer emotivamente la excesiva militarización de todos los personajes, probablemente hubiera conmovido más el destino de varios de ellos si hubieran sido gentes comunes, a la manera de los Gardeners de El color que cayo del cielo lovecraftiano. Y, claro, siguen sin ayudar los excesivos agujeros de guion, que incluyen el ingreso a una zona contaminada de la que nadie ha vuelto en ropa de fajina, sin ningún tipo de traje aislante y la idea que a las misiones suicidas, el gobierno de los EEUU envía gente efectivamente suicida, lo que seguramente disminuye las chances de completarlas con éxito. También desarrolla un subtexto de problemas maritales con el que se intenta justificar las acciones de algunos personajes, pero no dejan de ser soluciones bastante pedestres. Sobre el final, con la llegada al punto de impacto, se hace mas interesante, pero nunca despega del todo, como si mas intensidad o horror la hicieran menos seria, menos respetable o intelectual.