ESTA NO ES OTRA ESTÚPIDA PELÍCULA DE XENOMORFOS
¡Aléjate de ella, puerca!
En el espacio nadie puede oír tus gritos. Corría el año 1979 cuando se estrenó en nuestro país Alien, el octavo pasajero, cinta de terror espacial con tintes lovecraftianos. Dos años después de su debut con Los duelistas, Ridley Scott hizo historia en su segundo largometraje con una auténtica obra maestra. Nombres como los del guionista Dan O’Bannon, el compositor Jerry Goldsmith o el ilustrador suizo H.R. Giger fueron cruciales a la hora de dar forma a la película dirigida por el director británico. La relación entre los siete tripulantes de la nave Nostromo o la señal de una forma de vida procedente de un misterioso planeta componían un primer acto qua hacía las veces de calma antes de la tormenta. La extraordinaria atmósfera conseguida en el interior de una nave alienígena con forma de herradura y unos huevos viscosos con criaturas saltarinas hicieron el resto. Al más puro estilo Diez negritos de Agatha Christie, los miembros de la Nostromo fueron cayendo uno a uno. El xenomorfo, una máquina de matar perfecta, se convirtió en una de las criaturas de pesadilla más reconocidas del mundo del séptimo arte.
El éxito de Alien dio el pistoletazo de salida a una saga que tuvo a su mejor discípula en su primera secuela. James Cameron tomó el testigo del director de Blade Runner en Aliens: El regreso, cinta mucho más orientada a la acción que su predecesora. Aunque tanto Alien 3 como Alien: Resurrección contaron con directores de calidad como fueron David Fincher y Jean-Pierre Jeunet, ambas son entregas que cuentan con una gran cantidad de detractores. Los siguientes pasos que dio el xenomorfo no fueron en solitario. Alien vs. Predator y Aliens vs. Predator 2 prometían más de lo que dieron. De esta guisa, Ridley Scott volvía a la franquicia treinta años después de su nacimiento con la pretenciosa Prometheus. Scott se metió en un jardín al que no benefició en absoluto el cambio de guionistas. Arrolladora visualmente, la historia quedaba lastrada por unas situaciones absurdas pese a lo atractivo de su premisa. Tratando de hacer un giro de 180 grados, quitando a los ingenieros de la ecuación a las primeras de cambio, Scott lo volvió a intentar en Alien: Covenant con idéntico (fallido) resultado.
Cuenta la leyenda que los hermanos gemelos Rómulo y Remo, amamantados y criados por una loba, fueron los fundadores de Roma, siendo Rómulo su primer rey. Más allá de su explicación en la trama, Alien: Romulus parece tener en su título una idea refundacional. Tras varios sinsabores comentados en el párrafo anterior, la nueva franquicia de Disney (una vez que la compañía de Mickey Mouse adquriera la 20th Century Fox) necesitaba urgentemente un cambio de rumbo que le permitiese aclarar su futuro. Sin el octogenario Scott detrás de las cámaras, ejerciendo únicamente como productor, la silla de director estaba destinada a un talento emergente procedente del Río de la Plata. Fede Álvarez es un cineasta uruguayo que llamó la atención de propios y extraños con su debut en el país del Tío Sam. El remake de Evil Dead resultó ser un terrorífico filme que clavó a los espectadores en sus butacas.
Desde entonces, Álvarez ha dado buena muestra de su amor por el género con cintas como No respires o la malrollera serie Calls que se puede ver sentir en Apple TV+. Con semejantes credenciales, este cineasta nacido en Montevideo fue el elegido para reflotar una saga que, encallada, hacía aguas. El trabajo efectuado por Fede Álvarez en Alien: Romulus es para quitarse el sombrero. Realizando continuos homenajes a la franquicia, principalmente a las dos primeras entregas pero también a otras como Alien: Resurrección o Prometheus, Álvarez filma con pulso firme insuflando a la película su propio ADN. Nunca antes una cinta de la franquicia había sido tan brutal y explicita.
Acompañado de su inseparable Rodo Sayagues en la escritura del guion, Fede Álvarez aspiraba a devolver a Alien su versión más terrorífica. Merced a una tensión in crescendo y a escenas sanguinolentas, amén que lo consigue. Sin embargo, no solo del terror vive Alien: Romulus. En buena medida, gracias a los avances tecnológicos, recuperamos la acción de Aliens: El regreso, modernizándola. La gravedad cero permite generar dos de los mejores momentos de la película. También se agradece el esfuerzo por explicar conceptos científicos al espectador medio sin que ello entorpezca el transcurrir de la trama. Alien: Romulus es la mejor película del universo Alien desde el siglo pasado a pesar de que aporte pocas novedades. Si bien el fanservice está ahí, lo cierto es que Fede Álvarez ha conseguido que una franquicia enferma, recupere el color.
La trama arranca en Jackson’s Star, colonia minera propiedad de la infame Weytland Youtani. Como ya es tradición, la corporación acaba siendo la verdadera villana de la historia. Aunque se atisbe cierta insurrección social de fondo, la compañía fundada por Peter Weyland explota (aliena, nunca mejor dicho) a tal nivel que convierte en esclavos a sus empleados. Ante la imposibilidad de liberarse, Rain (protagonista de la historia) decide aceptar el arriesgado plan que le propone la cuadrilla de su ex: alcanzar una nave abandonada de la corporación que ha aparecido en su órbita y escapar en pos de un destino mejor. Las cosas no tardarán en complicarse cuando, al llegar, descubran que la nave no es sino una estación espacial en la que sus miembros se han transformado en xenomorfos con ganas de marcha. Cintas como Horizonte Final o videojuegos como Dead Space, que a su vez ya se nutrieron de esta saga, ejercen como referentes en la claustrofóbica ambientación.
Si algo se puede achacar a esta nueva entrega, es la falta de carisma de sus personajes. Cuando uno recuerda Alien, el octavo pasajero, resulta complicado quedarse con uno de sus protagonistas. Ripley, Dallas, Ash, Kane, Lambert, Brett o Parker tenían una química especial gracias a intérpretes de la talla de Sigourney Weaver, John Hurt o Ian Holm. Aunque es pronto para aventurarlo por su juventud, no parece que la carrera de Archie Renaux, Isabela Merced, Spike Fearn o Aileen Wu se vaya a acercar, siquiera, a los mencionados con anterioridad. Por su parte, Cailee Spaeny, a quien pudimos ver este año en la estupenda Civil War, es quien realmente carga con el peso argumental. Tomando el testigo de Ripley, Spaeny constuye una heroína (Rain) más inocente y terrenal que tendrá que ir aprendiendo a marchas forzadas por su propia supervivencia y la de su hermano, Andy. Este último, interpretado por David Johnson, es un sintético/persona artificial defectuoso cuya mayor virtud es un módulo infinito de chistes malos que haría las delicias de Sergio Fernández Atienza (servidor). Alien baló sorprendido del truco. La relación entre Rain y Andy, así como el contraste entre sintéticos (dejémoslo ahí), acaba siendo lo más interesante de este bloque.
A diferencia de Prometheus, esplendorosa visualmente pero con unos agujeros que ni queso emmental, Alien: Romulus luce espectacular al servicio de su trama. Con un animatrónico que nos reconcilia con la parte más artesanal del cine, Fede Álvarez combina CGI y orfebrería con acierto. Aunque carezca de la frescura de las dos primeras entregas y echemos en falta una atmósfera más genuina, Alien: Romulus consigue encarrilar a una franquicia, hasta ahora, desorientada. A falta de ver que nos ofrece Noah Hawley en la pequeña pantalla, Fede Álvarez ha mostrado el camino a seguir. Solo falta arriesgar un poco más argumentalmente y concebir personajes, secundarios incluidos, que consigan enamorar al personal. Tal vez entonces puedan contar con nuestra total simpatía.
LO MEJOR
+ Reencontrarnos con la versión más terrorífica de Alien. Sin lugar a dudas, Alien: Romulus es la más salvaje de toda la saga.
+ El innegable talento de Fede Álvarez para componer escenas aunando tensión y espectacularidad.
+ La acertada decisión de mantener la estética retro a nivel tecnológico.
LO MEJOR
– Lo poco que se expande la mitología dando la impresión de que argumentalmente no han querido arriesgar lo más mínimo.
– El giro del tercer acto recuerda en exceso a cierta entrega de la franquicia y, visualmente, no acaba de convencer.
– El nulo carisma de los personajes secundarios.
ENLACES DE INTERES
– ZNPodcast #267 – Especial Alien: Viñetas & Fotogramas.
– Reseña de Alien: La historia ilustrada, escrita por Sergio Aguirre.
– Reseña de 100% Marvel HC. Alien 3. Icarus, escrita por Juanjo Carrascón.
– Reseña de Alien versus Depredador: La Saga Original 1, escrita por Juan Luis Daza.
– Reseña de Aliens: Órbita muerta, escrita por Edu Sesé.
– Reseña de Alien 3, el guion no filmado, escrita por Edu Sesé.
– Marvel se hace con los derechos de publicación de Alien y de Predator, publicado por Nacho Teso.
– ZNCine – Tráiler de Alien: Romulus, publicado por Samuel Secades.
– Crítica de Alien: Covenant, de Ridley Scott, escrita por Samuel Secades.
– Mundo Independiente: Aliens/Vampirella #1, escrito por Miguel de Andrés.
– Reseña de Aliens: Salvación, escrita por Javier Agrafojo.
– Reseña de Aliens vs Predator: Especies Letales, escrita por Javier Agrafojo.
– Crítica de Prometheus, escrita por Juan Peña.
– Especial Saga Predator – Películas, cómics y entrevista a Fred Dekker, escrita por Sergio Fernández Atienza y Juan Luis Daza.
Dirección - 8.5
Guión - 7
Reparto - 6
Apartado visual - 8.5
Banda sonora - 7
7.4
Simpática
Gracias al buen hacer de Fede Álvarez, Alien: Romulus recupera lustre para una saga desnortada. Realizando continuos homenajes y siguiendo un esquema similar a la entrega original, Alien: Romulus hará las delicias de todo buen amante de los xenomorfos que se precie
Aunque en líneas generales coincido bastante con la crítica expuesta, sí que hay un punto negativo en esta última entrega que me gustaría resaltar: el abuso del fan service.
Una cosa es homenajear con inteligenia al resto de las entregas («Resurrection» y «Prometheus» incluidas) e introducir referencias que contextualizen esta película en en el conjunto de la franquicia, y otra cosa muy diferente es copiar sin justificación alguna gestos, situaciones y frases de esas mismas entregas, incluido un cameo totalmente innecesario, que «canta» en el aspecto técnico y que resulta incluso «grimoso» por las implicaciones morales que se desprende de él… y que no puedo comentar sin incurrir en spoilers.
Todo ese fan service innecesario le hace un flaco favor a la, por otro lado, muy sólida propuesta de Álvarez, y se ha convertido en un mal endémico del cine de género actual.
Personalmente, la disfruté muchísimo. Me encantó cómo aprovecharon el lado más SyFy de la franquicia (las escenas de gravedad 0, por ejemplo) y sí, el fan service también, lo admito. Por otro lado, coincido con la crítica del tercer acto. Muchas gracias por tan exhaustiva reseña!
En serio? Yo solo podía pensar que la idea principal de la peli era presentar un grupo exasperante y ponerlo a morir. Una suerte de Destino Final Alien. Arrancar la peli ametrallando con chistes de ‘mis tetas’ me pareció una idea brillante en ese sentido. Pero ni para eso sirvió la (breve) experiencia, porque me salí del cine al rato. En fin. Mejor no abundar. Decepción máxima.
La verdad creo que vimos 2 películas diferentes Sergio. Suerte que no fui al cine y.espere a Disney+. Mirá que la de Ambush Bug…digo Lobo…digo Deadpool ya me habiá dejado las pelotas llenas de embole ayer, pero esto…se supera en el ¿arte? del refrito vacío aburrrrrido. Ya creo que le piden a la IA de Mickey «dame una mezcla insipida de todas las Alien que no ofenda a nadie para vender pochoclo una semana» «aqui tiene amo». Sin contar las A vs D, la peor lejos. Me quedo mil con A4 o Covenant.