#ZNCine – Crítica de Black Panther, de Ryan Coogler

 

Dirección: Ryan Coogler.
Guión: Joe Robert Cole, Ryan Coogler.
Música: Ludwig Göransson.
Fotografía: Rachel Morrison.
Reparto: Chadwick Boseman, Lupita Nyong’o, Michael B. Jordan, Andy Serkis, Angela Bassett, Forest Whitaker, Danai Gurira, Winston Duke, Daniel Kaluuya, Florence Kasumba, Letitia Wright, Stan Lee, Sterling K. Brown, Martin Freeman, Phylicia Rashad, Sydelle Noel, John Kani.
Duración: 134 minutos.
Productora: Marvel Studios, Walt Disney Pictures.
Nacionalidad: Estados Unidos.

 

El bautismo de Black Panther en la gran pantalla se realizó en Capitán América: Civil War y consiguió tener un gran protagonismo pese a codearse con buena parte de la flor y nata de los superhéroes marvelitas. La estética y habilidades del personaje unido a una enigmática Wakanda entre la niebla que nos regalaron en la escena post-créditos, generaron un hype instantáneo entre el público. En esta entrega que muchos catalogaron como Los Vengadores 2.5, T’Challa sufría la muerte de su padre, el rey de Wakanda, en un atentado y enfundado en el traje de Black Panther, comenzaba una persecución en la cual su objetivo era el Soldado de Invierno, principal sospechoso. Finalmente descubrió que Zemo, intepretado por Daniel Bruhl, había sido el causante del ataque y decidió no culminar su venganza con la muerte de este.

Sin embargo, y aunque Black Panther se puede considerar continuación directa de la película anteriormente comentada, tuvieron que pasar dos largos años para que esta viera la luz. Entre medias nos encontramos con un 2017 en el cual las tres producciones de Marvel estrenadas (Guardianes de la Galaxia 2, Spider-Man: Homecoming y Thor: Ragnarok) tuvieron un tono muy similar, prevaleciendo el humor como elemento principal en cada una de ellas. Muchos se temían que la formula corría el riesgo de agotarse debido a un supuesto acomodamiento de Marvel en sus realizaciones. Personajes unidimensionales o grandes relatos desaprovechados han sido los argumentos utilizados para desacreditar el plan establecido. La taquilla, por supuesto, no daba la razón a tal pesimismo ya que el conjunto de las tres obras recaudó en todo el planeta la friolera de 2.597 millones de dólares aproximadamente.

La expectación por ver Black Panther ha sido tal que ha batido el récord de preventas en una cinta Marvel y la primera conclusión que sacamos nada más termina la película es que la espera ha merecido mucho la pena. Es Black Panther una película que centra nuestras miradas en el corazón del continente africano, tantas veces olvidado. Es Black Panther una cinta compuesta por, casi en su totalidad, interpretes (así como buena parte del equipo) de raza negra, una comunidad a la que muchas veces se ha marginado. La historia, lejos de frivolizar, se atreve a transmitir un mensaje cargado de profundidad como en pocos filmes del UCM hemos podido observar. Al igual que hicieron Moonlight o Detroit, Black Panther se postula como una película necesaria para todo tipo de públicos porque, como se afirma en el epílogo, son más cosas en las que nos parecemos que en las que nos diferenciamos. Tendamos puentes en vez de construir barreras (o muros).

Aunque la primera opción para que se hiciera cargo de la dirección fue la realizadora de Selma, Ava DuVernay, esta declinó la oferta porque no veía posible que el resultado final llevase su sello. Finalmente, el elegido fue Ryan Coogler quien, a pesar de su corta filmografía, había llamado la atención con su último encargo: Creed. La leyenda de Rocky. El joven director californiano (de tan sólo 31 años) realiza un trabajo solvente tanto en las escenas de acción (a destacar las peleas cuerpo a cuerpo y la persecución en Busan) como a la hora de sacar lo mejor de su implicado plantel. El guion escrito por Joe Robert Cole y el propio Coogler, pese a no destacar sobremanera funciona por su ágil narrativa. Tras un breve prólogo en el que se nos explica qué es Wakanda, los motivos de su excepcionalidad y su ocultismo al resto del mundo, cualquier espectador está perfectamente situado para seguir la historia que, por otra parte, podría funcionar perfectamente como autónoma puesto que ningún viejo conocido con poderes hace acto de presencia (salvo en la escena post-créditos).

Si por algo destaca Black Panther es por su poderoso aspecto visual. Rachel Morrison, que se encuentra actualmente nominada al Oscar por su trabajo en la cinta de Netflix, Mudbound, muestra su buen hacer como directora de fotografía mostrándonos las bellas estampas africanas con una gran luminosidad. Cabe resaltar igualmente tanto la viveza de los colores del vestuario como el diseño de estos, obra de Ruth Carter. Tradición y modernidad se dan de la mano tanto en los ritos que vemos en pantalla como en la banda sonora compuesta por Ludwig Göransson, merced a los elementos tribales que introduce el músico sueco. Por otra parte, el rapero Kendrick Lamar deja su sello con All the Stars, tema principal de la película. Los efectos especiales de Industrial Light & Magic son marca de la casa y están, una vez más, soberbios.

Uno de los elementos más recurrentes en Black Panther es la comunión con nuestras raíces y es que, desde bien temprano en el metraje, descubriremos que un hecho acontecido en Oakland en 1992 tendrá graves repercusiones en la situación del Wakanda actual. La película nos plantea un dilema: Si una sociedad avanzada tecnológicamente que ha visto como su continente era saqueado hasta la extenuación por el hombre blanco debe de seguir oculta entre las sombras o por el contrario debe de salir de su ostracismo y ayudar a los oprimidos del resto del mundo compartiendo su actual poder. Es cierto que gracias al vibranium han conseguido construir una civilización tan avanzada, pero no es menos cierto que esto ha sido posible gracias al fiel cumplimiento de sus normas y valores. Valores que en occidente hace mucho que dejaron de existir.

Chadwick Boseman vuelve a repetir en el papel de T’Challa/Black Panther mientras que, en el resto del reparto, mayoritariamente de raza negra, destacan Michael B. Jordan (actor fetiche de Coogler) como Killmonger y mayor amenaza de T’Challa, Lupita Nyong’o en el papel de Nakia, una espectacular Danai Gurira (aquí parece divertirse más que en The Walking Dead) dando vida a la General Okoye, el nominado al Oscar por Déjame Salir, Daniel Kaluuya en el rol de W’Kabi, Laetitia Wright es Shuri -hermana de T’Challa- y los veteranos Angela Bassett (Ramonda) y Forest Whitaker (Zuri). Como contrapunto caucásico nos topamos con un Andy Serkis que se mete en la piel de un caricaturesco Ulysses Klaue y que desaparece del metraje bastante antes de lo que podíamos esperar y un Martin Freeman que retoma su rol de Everett K. Ross y que, al contrario que Serkis, su personaje tiene más peso de lo que en un principio pueda parecer. Recomendamos ver la película en versión original ya que la voz elegida para doblar a Boseman (Miguel Angel Garzón) no encaja con el personaje y los acentos de los habitantes de Wakanda brillan por su ausencia.

La trama, una vez que T’Challa ha sido nombrado rey sucediendo a su difunto padre, se desarrollará principalmente en territorio africano, aunque tendremos una incursión en Corea del Sur que dará pie a una espectacular persecución en la que Black Panther, Okoye y Nakia intentarán atrapar a Klaue, quien casi tres décadas atrás robó una buena cantidad de vibranium en Wakanda. Sin embargo, el antagonismo de la historia recae sobre los hombros de Killmonger que, con su llegada, desestabilizará por completo el orden impuesto en el reino de T’Challa. La batalla final, contará con combates aéreos y terrestres (con algún invitado que recuerda a los Olifantes de El Señor de los Anillos), todos ellos con armas de vibranium que garantizarán espectáculo y diversión por partes iguales.

En conclusión, de las 18 producciones de Marvel como Estudio, Black Panther no entra en el podium de las mejores películas, pero si podemos afirmar que tiene personalidad propia y que funciona tanto en el cómputo general del universo compartido como historia autoconclusiva. Con sus fallos, que los tiene, Black Panther promete convertirse en un pelotazo en taquilla (sobre todo en Estados Unidos) y puede que, también, en un punto de inflexión a la hora de concebir héroes e historias de todo tipo y condición, como ya hiciera en su momento Wonder Woman. Por cierto, como en la cinta de la princesa de Temiscira, en Black Panther nos presentan a unas mujeres de armas tomar, con un gran protagonismo y excelentes guerreras. Definitivamente las cosas están cambiando, y no podemos estar más contentos por ello.