«Yo tengo fe porque yo creo en Dios
yo tengo fe será todo mejor
se callará el odio y el dolor
la gente nuevamente hablará de su ilusión.» Palito Ortega
A pesar de que las religiones van perdiendo adeptos en varias regiones de todo el planeta no podemos decir lo mismo de su presencia en las carteleras. Ya sean de un género u otro, recientemente se han estrenado en nuestro país títulos como La monja (7 de septiembre), El reverendo (28 de septiembre) o
Octubre es el mes del terror por excelencia para los amantes del séptimo arte. La resaca del Festival de Sitges coincide con las semanas previas a la noche de Halloween. Por lo tanto, las distribuidoras aprovechan estas fechas para estrenar productos de dicho género en diferentes formatos y daremos buena cuenta de ello en esta sección reseñando los estrenos más destacados. El apóstol, tras participar en concurso en dicho evento catalán, vio la luz directamente en Netflix la semana pasada. Empieza a dejar de ser una novedad que directores de reconocido prestigio, como es el caso de Gareth Evans, gesten sus obras para esta plataforma streaming. El cineasta británico, nacido en 1980, tuvo una inmejorable carta de presentación con Redada asesina (The Raid) a la que convirtió en un clásico de culto instantáneo. Tanto esta como su secuela (The Raid 2) fueron rodadas por Evans en Indonesia y, pese a ser filmes de acción en los que las artes marciales (y sus correspondientes coreografías) son la base principal, otros elementos, que veremos más adelante, vuelven a repetirse en El apóstol. Como curiosidad, hay que decir que Joe Carnahan (Infierno blanco) se encuentra preparando un remake hollywoodiense de la cinta asiática con Frank Grillo como protagonista.
Ambientada en la primera década del siglo pasado, El apóstol nos narra la historia de Thomas Richardson (Stevens), un hombre que tendrá que ir en busca de su hermana (se repite la misma motivación que en The Raid) que ha sido secuestrada por una extraña secta. Refugiados en una isla, la comunidad de Erisden recuerda sobremanera a la que pudimos ver en El Bosque. Sin embargo, si en la cinta de Shyamalan los habitantes del pueblo habían dejado la civilización por distintos crímenes sufridos en el pasado, en El apóstol, los nuevos inquilinos del emplazamiento insular son parias que o bien han tenido algún que otro problema con la justicia, o bien practicaban la mendicidad en el continente. Otra diferencia clave entre ambas obras es el elemento sobrenatural. Al de poco tiempo que Thomas se instale en la isla, nosotros (como espectadores), descubriremos que algo extraño habita en ella. Por el contrario, en la película que interpretaban Joaquin Phoenix y Bryce Dallas Howard, el misterio era el contrario; pensábamos que unas criaturas amenazaban la existencia de nuestros protagonistas, cuando realmente todo era una farsa para controlar el comportamiento de las nuevas generaciones.
El Profeta Malcom (Michael Sheen) es el líder de Erisden. Apoyado por Frank (Paul Giggins) y el violento Quinn (Mark Lewis Jones), construyeron un lugar donde no se pagan impuestos, ni el dinero corrompe a la sociedad. Para ello, las únicas pertenencias que pueden llevar consigo los nuevos colonos son sus ropas y reliquias familiares. Para conseguir tal fin, Malcom y sus acólitos contaban con el poder de una entidad que habitaba en la isla pero cuyo poder parece estar menguando. Como no podía ser de otra forma, esta sociedad utópica que aspira a otorgar a todos sus habitantes una vida sin sufrimiento ni injusticia pronto comenzará a desmoronarse y es que, como comentábamos en la crítica de Matar a Dios (otra obra recién estrenada con componente religioso), el hombre siempre acaba siendo lobo consigo mismo. El apóstol bebe mucho de El Leviatán de Thomas Hobbes, padre del absolutismo. El toque de queda o los férreos castigos en caso de desobedecer las normas están a la orden del día. Aquí nos encontramos más semejanzas con el díptico indonesio de Evans. La violencia es de un nivel bastante alto y el gore hará acto de presencia en momentos puntuales. Si bien es cierto que todo ello está contrarrestado por los bellos paisajes de cuya fotografía se encarga magistralmente Matt Flannery, habitual en la breve filmografía de Evans. Ambos consiguen que, a nivel visual, El apóstol sea una obra sobresaliente y, en este sentido, lamentamos no haber podido ver el filme en pantalla grande. Además, el trabajo en el departamento sonoro (tanto en la composición de la partitura como en el tratamiento del sonido) realizado por Aria Prayogi y Fajar Yuskemal (ambos con experiencia en el periplo indonesio de su director) resulta más que notable y dota a la película de una atmósfera enfermiza. La ambientación es excelente y Evans vuelve a demostrar que está sobrado para ponerse detrás de las cámaras.
En el apartado interpretativo, destacaremos dos nombres por encima del resto: Dan Stevens y Michael Sheen. El actor nacido en Croydon llamó a la puerta en Downtown Abbey, sorprendió a propios y extraños con The Guest y, finalmente, se consagró con Legión. Su particular construcción del David Haller en el universo mutante resulta embriagadora por lo extremo de su interpretación. Poderoso y delirante, este personaje guardará ciertas semejanzas con el Thomas Robinson de El apóstol. De nuevo tenemos a un Stevens en la piel de un protagonista atormentado por un doloroso pasado y, al igual que pasa en la serie creada por Noah Hawley, pondrá en duda su fe, e incluso, flirtearán con su rol de deidad. Por otra parte, Sheen (49 años) es un solido actor secundario con experiencia en superproducciones como las sagas Crepúsculo o Underworld, aunque sus mejores trabajos llegaron con los biopics The Queen y El desafío: Frost contra Nixon. En esta ocasión, Sheen interpreta, a buen nivel, al que probablemente sea el personaje más interesante de la película. Aunque, como comentaremos dentro de poco, el desarrollo de personajes no sea uno de los puntos fuertes de El apóstol. Acompañando a los dos cabezas de cartel, el resto del elenco lo forman rostros menos conocidos pero que están a buen nivel. Paul Higgins (Utopia) y Mark Lewis Jones (Star Wars: Los últimos Jedi) dan vida a los lugartenientes de Malcom, mientras que, Lucy Boynton (Asesinato en el Orient Express), Bill Milner (el pequeño Magneto en X-Men: Primera generación) y la actriz noruega Kristine Froseth se encargan de interpretar a los jóvenes, e inocentes, personajes.
Si hasta ahora todo estaban siendo alabanzas en esta reseña, llega el momento de torcer el gesto con el guion. La redacción del libreto corre por cuenta del mismo Evans y queda bastante claro que el cineasta galés es mejor director que escritor. Prácticamente toda la primera parte de la historia funciona correctamente. Evans planta las piezas sobre el tablero enganchándonos desde el primer momento. Los misterios de la isla, como si de Perdidos se tratase, no hacen sino aumentar nuestro interés y suspense. Sin embargo, ciertos personajes arquetípicos y subtramas que gozan de más protagonismo del necesario, acabarán generando un último tercio de metraje un tanto insatisfactorio. A pesar de dejarnos pequeñas píldoras sobre el pasado de Thomas (en una escena que recuerda vagamente al Silencio de Martin Scorsese) y Malcom, nos quedamos con ganas de una mayor profundidad en dichas etapas. Aunque por momentos la historia coquetea con el horror, la sensación de inquietud es menor de lo que la trama requiere e, incluso, me atrevería a afirmar que la compleja personalidad de Thomas hace que resulte difícil empatizar con él. Da la sensación de que, con unos personajes un poco mejor tratados, el resultado final habría sido bastante más satisfactorio. Sin destripar en exceso la película, el componente sobrenatural será el que más controversia generará. Explicaciones vagas sobre la génesis de la deidad y un personaje que parece sacado del videojuego Silent Hill, no serán suficiente para unos y aumentará el misterio para otros.
En resumen,
Dirección - 7
Guión - 5.5
Reparto - 6.6
Apartado visual - 8.5
Banda sonora - 7
6.9
Escrita y dirigida por Gareth Evans, El apóstol es una cinta técnicamente impecable que está destinada a convertirse en una obra de culto pese a su irregular guion.
No se porque pensaba que era una serie y no una película. Tengo gansa de verla.
PD: Que estan deshabilitados los comentarios en las novedades de ECC para no reirnos de los miserables que son poniendo formato jibarizado a «Los Picapiedra»?xD
No hombre, será para que no les lluevan tollinas por reeditar la Broma Asesina…
Como comentaba en el artículo, son varios los productos del género que se estrenan en estas fechas. Aún no he tenido tiempo para ponerme con la serie La maldición de Hill House (que ya te adelanto que se reseñará en esta sección en las próximas fechas), pero mis compañeros hablan maravillas de ella. Si tienes Netflix, te animo a que te pongas con ella 😉
Tuve ocasión de verla en Sitges en pantalla grande y con buen sonido y te confirmo que la fotografía y el sonido/banda sonora brillan en ese formato.
Coincido contigo en casi todas las apreciaciones de la película. Destacaría en lo positivo el trabajo de Sheen, que me pareció estupendo, y en lo negativo destacaría el ritmo del último tercio que rompe la tensión del relato y genera parte de la insatisfacción que comentas.
También mencionaría los apuntes gores o de violencia extrema que asoman en algunos momentos del relato que pueden llegar a ser incómodos para algunos espectadores no acostumbrados a imágenes tan explícitas.
Como curiosidad mencionar que ese mismo día tuve ocasión de ver The night comes for us, una cinta indonesia de artes marciales también producida por Netflix y que es heredera directa de The Raid. Muy recomendable para los que disfrutaron de esta última.
No sabes la envidia (por partida doble) que me das por haber podido ver la película en pantalla grande y, ni más ni menos, en Sitges. Uno de mis mayores deseos es acudir un año al festival, espero que en 2019 podamos compartir experiencia. Abrazote!!
Probablemente muchas de las mejores películas de terror/fantástico del último par de años sean del subgénero folklórico. A este pertenecen The VVitch, November, The Ritual, Errementari, y etcs. También pertenece Apostle, reciente producción de Netflix, dirigida por el talento marcial Gareth Evans, director de las ambas virtuosas The Raid.
Apostle es, hasta cierto punto, una versión pasada de vueltas de El Hombre de Mimbre original (no la atrocidad con Nicholas Cage) bastante menos sutil. —SPOILER— El argumento básico, una isla con una población pagana a donde llega un extranjero, se trastocará en el momento en que se compruebe que el elemento sobrenatural es real. Y aquí es donde hace agua la película. Una vez develado esto no es probable que el espectador quiera seguir viendo solo las atrocidades de los aldeanos idólatras, que no varían mucho de las atrocidades de los aldeanos idólatras estandars de otros films. Al director no parece interesarle demasiado el misterio preternatural, que queda en un tercer plano, casi un McGuffin, estirando el metraje cansinamente sobre el accionar la población pagana. Algunas escenas claves mal resultas no ayudan al resultado final.
Apostle termina siendo una película fallida, hermosamente fotografiada, con un gran arte y diseño, pero que no termina de cerrar y desperdicia posibilidades temáticas interesantísimas.
en verdad…mediocre y muy predecible, el personaje principal ok esta perturbado por lo que sufrió pero en verdad hasta el mas idiota de todos se daría cuenta que algo va mal(llega tarde, mira desconfiado, etc…no actúa bien en simular ser otro tipo), los escenarios parecen robados de Resident Evil 4, unas actrices que actúan de personas de la primera década del siglo pasado,pero están muy cuidadas y excelentemente maquilladas(que conste que hay varias pelis que erran eso…La bruja le pasa lo mismo),trasfondo robado algo de Shyamalan pero para peor nada realista(aunque te lavaran el cerebro algo queda creo!).
En síntesis muy mediocre y final con una vueltita de turca que yo la veía venir(el gore no me importa he visto cada cosa!!!! en la vida real…trabaje en una funeraria así que…).
Je, de acuerdo con el punto del protagonista, mi comentario original incluía «El protagonista no termina de encajar en el papel que le toca jugar, teniendo constantemente una mirada desafiante e inquisidora que no se condice para con alguien que quiere pasar desapercibido entre pobladores hostiles». Lo saque porque es un punto quizás discutible (a algunos le pareció maravillosa su actuación) y no ando con ganas de discutir…