#ZNCine – Crítica de Furiosa: De la saga Mad Max, de George Miller

 

Dirección: George Miller.
Guion: Nick Lathouris, George Miller.
Música: Junkie XL.
Fotografía: Simon Duggan.
Reparto: Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth, Tom Burke, Angus Sampson, Alyla Browne, Daniel Webber, Nathan Jones, Goran D. Kleut, Lachy Hulme, CJ. Bloomfield, Rahel Romahn, Robert McFarlane, David Collins.
Duración: 148 minutos.
Productora: Warner Bros., Kennedy Miller Mitchell.
Nacionalidad: Australia.

 

«12 campanas pa’l cataclismo
Sube el gasóleo y apenas hay gas
Azufre y plagas, canibalismo
Feliz año nuevo os desea Mad Max» El Reno Renardo

A ella le gusta la gasolina….

En 2015 se estrenaron, en salas de cine españolas, películas como Inside Out, Whiplash, Nightcrawler, Ex Machina, Birdman, Marte, Sicario, The Imitation Game, Star Wars: El despertar de la fuerza, El puente de los espías, It Follows o Misión imposible: Nación secreta. Una gran cosecha que fue eclipsada por un título que sorprendió a propios y extraños. Mad Max: Fury Road dejó con la boca abierta a todos los espectadores que se acercaron a la gran pantalla. En la cuarta entrega de la saga, George Miller provocó un terremoto de carácter cósmico gracias a un derroche audiovisual como nunca antes habíamos, ya no visto, sino sentido. Mad Max: Fury Road cosechó todo tipo de loas y alabanzas por parte de la prensa especializada, sembró una legión de fans a lo largo y ancho del globo, pero no arrasó en taquilla. 379 millones de dólares a nivel mundial no permitieron establecer a la cinta de Miller entre los veinte taquillazos de aquel año. Esto no fue óbice para que se considerase un rotundo éxito y las diez nominaciones a los Oscar resultaron ser las guindas del pastel. Mad: Max: Fury Road termino siendo la única secuela/reboot junto a Toy Story 3 que aspiraba al Oscar en la categoría de mejor película sin que sus predecesoras lo hubiesen conseguido.

36 años antes de Fury Road, George Miller debutó detrás de las cámaras con Mad Max: Salvajes de autopista, una historia de corte postapocalíptico que resultó ser el trampolín para la carrera de Mel Gibson y el inicio de una saga que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos. Representante del nuevo cine australiano, Miller dio el salto a Hollywood para continuar una carrera llena de contrastes dirigiendo cintas de animación como Happy Feet, dramones como El aceite de la vida o cuentos como Tres mil años esperándote. A pesar de su versatilidad, tenemos que volver al citado 2015 para el mayor reconocimiento de su carrera. Miller reseteó su propio universo con una película técnicamente perfecta. Tom Hardy, actor al alza por aquel entonces, fue elegido para heredar el rol de Gibson como Max Rockatansky. A riesgo de que su flamante V8 le quitase protagonismo, fue su compañera Charlize Theron quien acaparó todas las miradas con un personajazo de nuevo cuño como fue el de Furiosa. Violenta, implacable, pero con una dosis de humanidad impropia de un mundo deshumanizado, Furiosa reclamaba una película para lucir en solitario.

Anya Taylor-Joy recoge el testigo de Charlize Theron añadiendo una muesca más a una carrera de lo más interesante. A pesar de no haber cumplido aún los 30 años (tiene 28), esta actriz nacida en Miami despuntó en el debut de Robert Eggers (La bruja, 2015) y desde entonces no ha parado de trabajar tanto en cine (Múltiple, Los nuevos mutantes, Última noche en el Soho o El menú) como en televisión (Gambito de dama). Además de poder expresarse en perfecto español, Taylor-Joy ha prestado su inconfundible voz en producciones como Cristal Oscuro: La era de la resistencia o Super Mario Bros: La película. Tras su breve aparición en Dune 2, que sirve como aperitivo a lo que vendrá más tarde, la actriz de El hombre del norte sigue instalada en el desierto para desempeñar uno de los papeles más físicos de su carrera. Furiosa sigue la estela de grandes iconos femeninos del género de acción como Ellen Ripley o Sarah Connor. Parca en palabras, Furiosa demuestra ser mucho más que una mera superviviente en un escenario desolador.

Dividida en cinco actos, Furiosa funciona a modo de precuela de Mad Max: Fury Road. Sin embargo, aunque en apariencia el continente es el mismo, el contenido difiere sobremanera. Si en la cinta protagonizada por Tom Hardy la trama se desarrollaba en apenas tres días y dos noches, Furiosa abarca algo más de tres lustros del personaje que pone nombre al título. Así pues, esta nueva entrega del universo Mad Max arranca con una versión infantil de la protagonista y no será hasta bastante avanzado el metraje que Anya Taylor-Joy entre en liza. De esta manera, seguimos teniendo acción a raudales y las persecuciones a través del páramo lucen tan espectaculares como hace nueve años. Sin embargo, entran en juego más componentes para la construcción del personaje principal por lo que la sensación es de “cierta” (entre muchísimas comillas) pausa y menor desenfreno. Esto no hace que, ni mucho menos, Furiosa no pueda estar a la altura de Mad Max: Fury Road pero es inevitable que, sin el componente sorpresa, el efecto llamada haya sido menor.

Para dar replica a Furiosa, Miller se saca de la chistera a un nuevo villano. Chris Hemsworth, sempiterno Dios del Trueno, cambia Mjölnir por prótesis para meterse en la piel de Dementus. Este señor de la guerra, con ínfulas de emperador romano, acaba luciendo una capa roja de la que Hemsworth (Tyler Rake) parece no poder librarse. Dementus es un ser vil, nihilista y cobarde que se convierte, por deméritos propios, en objeto de venganza de Furiosa. Aunque vuelve el carismático y repugnante Inmortan Joe (en esta ocasión interpretado por Lachy Hulme tras la muerte de Hugh Keays-Byrne), el lore de Mad Max se ve ampliado considerablemente con escenas que tienen lugar tanto en La Ciudadela como en La Ciudad de la Gasolina y El Criadero de Balas. Tom Burke, a quien pudimos ver encarnando a Orson Wells en Mank, da vida a uno de los pocos personajes con cierta luz de la saga. Imperator Jack resulta ser mentor y, posteriormente, motor para una Furiosa tremendamente autosuficiente. Por terminar con el repaso del apartado interpretativo, Elsa Pataky se reserva dos pequeños papeles, aunque uno de ellos es realmente difícil de identificar…

Un casi octogenario George Miller volvió a colaborar con Junkie XL para la banda sonora mientras que tuvo que sustituir al veteranísimo John Seale por Simon Duggan como director de fotografía. Más allá de conocer el pasado de la protagonista (y de su brazo), Furiosa regala un buen número de guiños a todos sus fans. Quizá el espectador más atento pueda descubrir en algún fotograma al célebre Max o a cierto secundario del videojuego Mad Max. Furiosa hará las delicias de tod@s aquell@s que gozaron con Fury Road. Un mundo hostil perfectamente recreado con algunas de las mejores escenas de acción del año solo se ven levemente lastradas por un CGI algo cantarín. Ahora que la Fiesta del Cine asoma la patita, Furiosa se postula como la mejor opción para disfrutar en pantalla grande.

LO MEJOR

+ A sus casi ochenta años, George Miller dirige con pulso firme ampliando el universo Mad Max.

+ En comparación con Fury Road, Furiosa se toma su tiempo para la construcción y desarrollo del personaje principal.

+ Sigue siendo un deleite a nivel visual…

LO PEOR

– A pesar de que el CGI empañe en ocasiones el acabado final en momentos tan tontos como subirse a un caballo.

– El incomprensible batacazo en taquilla que está sufriendo.

– Hubiera estado bien haber tenido más metraje de La Guerra del Desierto.