En 2018 Blumhouse Productions, Rough House Pictures y Trancas International Films se asociaron para resucitar a Michael Myers nueve años después de su última aparición en pantalla grande a manos de Rob Zombie con la rupturista e incomprendida Halloween II. Pero en esta ocasión Jason Bloom consiguió con Halloween, que así se tituló el proyecto, algo que a esas alturas parecía imposible, convencer a John Carpenter para que formara parte del equipo creativo de la obra, no habiendo ejercido este rol desde Halloween III: La Estación de la Bruja (Tommy Lee Wallace, 1983), y que Jamie Lee Curtis volviera a interpretar a Laurie Strode, papel al que había dado vida por última vez en la nefasta Halloween: Resurrección (Rick Rosenthal, 2002). Aquella secuela, con apuntes de retrocontinuidad, de la Halloween de 1978 funcionaba de manera harto eficiente gracias a la buena labor de su productor, co escritor y director, David Gordon Green, facturando una entrega ejemplar de la franquicia respetando su esencia y contando con la complicidad de una magnífica Jamie Lee Curtis como avejentada y obsesionada Laurie Strode. Junto a su exitoso estreno internacional la película venía acompañada de una noticia, la de formar parte de una trilogía que se completaría con Halloween Kills y Halloween Ends. Por desgracia la pandemia hizo que el estreno de la primera de estas secuelas se pospusiera un año, de octubre de 2020 al actual de 2021, por lo que el cierre de la trilogía no llegará hasta 2022. Una vez estrenada en nuestras carteleras, habiendo pasado previamente por festivales como Venecia o Sitges, en Zona Negativa ya hemos podido ver Halloween Kills, este nuevo episodio de las correrías homicidas de Michael Myers en Haddonfield, y a continuación ofreceremos nuestra opinión sobre ella.
Halloween Kills cuenta con unos equipos técnico y artístico casi idénticos a los de la anterior entrega de la saga. El único cambio sustancial detrás de las cámaras es el de Jeff Fradley (Vice Principals) por Scott Teems (Rectify) como tercer guionista junto a el mismo David Gordon Green y su habitual colaborador, el actor Danny McBride (Prometheus). El reparto vuelve a contar con Jamie Lee Curtis, Judy Greer, Andi Matichak, Will Patton, Dylan Arnold, Omar J. Dorsey o James Jude Courtney en la piel de Michael Myers, a los que se suman Anthony Michael Hall (Eduardo Manostijeras), Robert Longstreet (Misa de Medianoche) e incluso algunos actores de la película primigenia que vuelven a interpretar sus papeles como Nancy Stephens, Kyle Richards o Charles Cyphers dando vida a Marion, Lindsay y Leigh Brackett respectivamente. De la soberbia banda sonora vuelven a encargarse John Carpenter, su hijo Cody Carpenter y Daniel A. Davies.
Aunque Halloween Kills empieza justo donde acababa Halloween hace tres años, David Gordon Green y sus colaboradores toman la feliz decisión de incluir en el arranque de la película un prólogo que a su vez sirve de epílogo a La Noche de Halloween. Jugando una vez más con la retrocontinuidad y tomando como epicentro argumental una versión rejuvenecida del personaje del agente Hawkins, interpretado en el presente por Will Patton y en el falso 1978 por Thomas Mann, el director de Undertow (2004) o Joe (2013) configura casi un facsímil audiovisual que ensambla fácilmente, salvando las enormes distancias, con el tono y el acabado formal de la obra maestra de John Carpenter incluyendo algunas rimas estilísticas de impecable ejecución, como ese plano de Michael Myers rodeado por la policía y el Dr. Samuel Loomis que emula al protagonizado por la versión infantil del personaje en el film original, creando conexiones muy interesantes entre pasado y presente.
Una vez volvemos al presente, que en el largometraje se desarrolla en 2018, Halloween Kills deriva en una especie de remake brutalizado de ¡Sanguinario! (Halloween II, Rick Rosenthal, 1981) ya que la estructura narrativa y la labor ejercida por los personajes de Michael Myers y Laurie Strode es muy parecida a la de aquella memorable primera secuela. En Halloween Kills David Gordon Green abandona en gran parte la metódica puesta en escena de su anterior trabajo, aquella que emulaba muchos de los parámetros estéticos de John Carpenter una vez la película mutaba al ponerse Michael Myers su famosa máscara por primer vez en 40 años, para entregarse sin miramientos a las señas de identidad del slasher más exploit y primario, aquel que proliferó en los 80 con el subgénero en el máximo apogeo de su popularidad.
Un afán por el homicidio indiscriminado que arranca con la memorable y controvertida matanza de los bomberos y posteriormente rige el devenir de acontecimientos de una secuela cuya única misión es masacrar a cuantos más habitantes de Haddonfield sea posible y mediante métodos cada vez más crueles para regocijo del espectador casual y sobre todo del fan sin ambages del subgénero slasher. De hecho en cuanto a truculencia Halloween Kills es tan explícita como las dos entregas rodadas por Rob Zombie en 2007 y 2009 respectivamente, que no es decir poco. Esta visceralidad perpetrada por el imponente Michael Myers de James Jude Courtney encuentra su reflejo en la turba enfervorecida, capitaneada por un Tommy Doyle de mediana edad interpretado por Anthony Michael Hall, formada por ciudadanos decididos a acabar con Myers mientras espetan soflamas con ecos trumpianos como si de una premonición del infame asalto al Capitolio del pasado mes de enero se tratara.
Halloween Kills acierta al mostrar a esa milicia cegada por el odio y la venganza como una fuerza descerebrada capaz de cometer actos tan inhumanos como el mismo Michael Myers, porque es un recurso narrativo que permite a David Gordon Green y sus guionistas cierta manga ancha a la hora de caer en el tópico de estereotipar a los personajes que ejercerán como carne de cañón del protagonista, ya que la intención última es retratar a los lugareños como estúpidos entregados a la violencia sin medida frente a una criatura sobrehumana cuya naturaleza legendaria se enfatiza más que en ninguna otra secuela, volviendo así a los orígenes de la franquicia. El problema es que esos comportamientos temerarios y poco inteligentes también son llevados a cabo por personajes que en la anterior entrega habían demostrado tener los pies en la tierra, siendo mostrados aquí de manera totalmente descaracterizada, como sucede con la Allyson de una insoportable Andi Matichack.
Porque es ineludible que más allá de su interesante trasfondo, aunque ciertamente abordado con una contrastada tosquedad, el trabajo de guion de David Gordon Green y su equipo deja que desear. Ya hemos mencionado cómo usa el cineasta los lugares comunes del subgénero en su propio beneficio, pero es inexcusable que los personajes estén pobremente perfilados, las situaciones inverosímiles se sucedan en sesión continua, los diálogos sonrojantes campen a sus anchas por las calles de Haddonfield y todo el fino hilo argumental gire en torneo a un Michael Myers convertido en un ángel del infierno que no deja títere con cabeza. Como ya hemos afirmado esta última es una característica indivisible a los slashers más underground que forjaron la leyenda del subgénero, pero en pleno 2021 y con una maquinaria tan grande detrás del proyecto es lógico que el fan habitual espere una historia un poco más elaborada que no sólo nos ofrezca como único aliciente el, por otra parte siempre agradecido, asesinato en masa.
Haloween Kills culmina dejando el terreno preparado para el clímax final que supondré Halloween Ends y en el que asistiremos al enfrentamiento final entre Michael Myers y una Laurie Strode que durante esta segunda parte se encuentra en un discreto segundo plano, siendo una pieza indispensable del entramado del relato, pero sin consumar el cara a cara con su némesis con la intención de que el reencuentro entre ambos que, si nada lo impide, podremos ver el mes de octubre de 2022 se convierta en todo un acontecimiento. Por ahora Halloween Ends se encuentra en preproducción, pero la buena noticia de la impresionante taquilla internacional de esta Halloween Kills servirá de acicate para que Jason Blum, John Carpenter y compañía se pongan manos a la obra lo antes posible. Celebrar Halloween viendo este desprejuiciado festival de hemoglobina, pólvora, humor negro y bilis es el plan perfecto para desconectar y pasar la noche de difuntos junto a uno de los iconos más grandes del terror contemporáneo.
Dirección - 8
Guión - 5.5
Reparto - 7
Apartado visual - 8
Banda sonora - 8
7.3
Revisión de Halloween II (1981) regada en las emulsiones sanguinolentas de Rob Zombie que sacrifica la lógica argumental para poner su mirada en los Estados Unidos post Trump con trazo grueso, mucha bilis y no poca eficiencia.