Dirección:David Robert Mitchell Guión:David Robert Mitchell Música:Disasterpeace Fotografía:Michael Gioulakis Reparto:Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi, Lili Sepe Duración:100 minutos Productora:Northern Lights Films / Animal Kingdom / Two Flints País:Estados Unidos
Está prohibido practicar el sexo. Esa es una de las normas no escritas a tener en cuenta por cualquier personaje que tenga aspiraciones a sobrevivir a una película de terror adolescente. Nos lo hizo notar en 1996 el guionista Kevin Williamson y el director Wes Craven en Scream, un filme que desataría en los años siguientes una fiebre por las producciones de género protagonizadas por quinceañeros, en general, y por el subgénero slasher, en particular, con fotocopias de la fotocopia: Sé lo que hicisteis en el último verano, Destino final, Leyenda Urbana o The Faculty. Los psicópatas asesinos, fascinados por el ritual del homicidio, por la danza del machete y el cuchillo, se resistían a morir y pasar de moda, aunque estaban lejos de su edad dorada, entre finales de los setenta y mediados de los ochenta, cuando hacía estragos la leyenda de terroríficos iconos del género como Michael Myers, Jason Voorhees o Freddy Krueger. Por su parte, el renacer del cine de terror adolescente en los noventa significó en realidad la muerte del mismo, cayendo envenenado por el abuso de historias prototípicas y su repetición de esquemas, hasta su propia inversión de valores que convertiría «lo inesperado en el nuevo cliché». Pero las normas se mantienen, hoy el sexo sigue siendo una actividad de alto riesgo para cualquier personaje que participe en este tipo de películas. En este sentido, pocas vueltas de tuerca más originales hemos podido ver sobre este concepto que el que hallamos en la presente It Follows del director David Robert Mitchell, una de las más estimulantes e inteligentes propuesta del cine terror independiente estadounidense de las últimas décadas.
Tráiler español de It Follows (Te sigue)
El segundo largometraje de David Robert Mitchell, después de El mito de la adolescencia, comedia dramática con la juventud también como protagonista, ha sido una de las sensaciones del pasado año en los Festivales de Cannes y Sitges, ganándose unánimemente los aplausos y las alabanzas de la crítica especializada. La pesadilla de It Follows comienza cuando Jay, una chica de dieciocho años de una pequeña localidad de Michigan, decide tener sexo con su novio en la parte trasera de su coche. El hecho no tendría que tener mayor trascendencia sino fuese porque inesperadamente su pareja, después de dormirla con cloroformo, la lleva a un descampado para confesarle que solo mantuvo relaciones con ella para ahuyentar una maldición que a su vez le había pasado a él una chica a la que había conocido en un local y con la que se había acostado. Desde ese instante Jay comienza a notar una presencia extraña, alguien o algo que la observa y la persigue a todas las horas del día, asumiendo la imagen de auténticos desconocidos pero también de personas cercanas a su familia y su círculo de amigos. Solo hay dos posibles alternativas: huir o continuar la cadena y pasar la maldición a otra persona. Las reglas están claras, It Follows parte de una idea muy sencilla, incluso puede parecer ridícula contada en una sinopsis, pero la manera de poner en la superficie esa norma no escrita sobre el sexo y las películas de terror acaba traducida en una pequeña genialidad revestida por el buen hacer narrativo y técnico de su creador.
Desde su primera escena el filme de David Robert Mitchell nos atrapa pues consigue imprimir al relato una atmósfera y tensión muy particulares, con un aire clásico a la mencionada edad dorada del slasher, incluso mimetizando las intenciones y el tono de la seminal Halloween de John Carpenter. De alguna manera, It Follows supone toda una regresión a ese cine de terror áspero y asfixiante de antaño, casi dotado de un aura mística, en el cual el apartado técnico era capaz de suplir otras carencias al ponerse servicio del relato y el suspense del mismo. Ese cariño por los detalles, por la sutileza de sus conceptos, unas maneras que el género perdió al transformarse en un mero espectáculo morboso al servicio, no de lo que sus responsables quieran contarnos, sino a la satisfacción de las expectativas libidinosas y sangrientas del espectador. Pero el buen cine de terror no buscar cumplir una cuota, intenta pillarnos desprevenidos, no quiere simplemente asustarnos sino introducirnos el miedo en el cuerpo y obligarnos a reflexionar sobre él. Las buenas películas de terror son esas que se meten en tu cabeza y dejan el espacio suficiente para que tu imaginación haga el resto. Las buenas películas de terror son como It Follows. En ella los personajes no están más desarrollados que en otras producciones del género, pero tampoco, por contra, son pura carnaza, su situación plantea una sugerente y potente carga moral, un dilema vinculado a los miedos de la adolescencia y con un componente perturbadoramente cotidiano.
No hay artificios vacuos y recursos fáciles en It Follows, los personajes tienen alma, independientemente de las interpretaciones, mejores o peores, de su reparto, porque su director sabe lo que quiere de ellos y los maneja con una gran sensibilidad persiguiéndolos en todo momento con el enfoque de cámara adecuado. Mientras tanto, nosotros nos vemos rebuscando en cada fotograma, y más concretamente en los segundos planos, para intentar adivinar de donde vendrá el peligro y la forma que éste tendrá. En este punto resulta clave el uso de una banda sonora que en sí misma supone un viaje en el tiempo, hacía décadas más trasgresoras y atrevidas, pero también la ausencia de la misma, haciendo valer el efecto del silencio de manera muy astuta. No se necesita mucho más para asustarnos, si acaso una mitología con unos principios muy sencillos capaces de mudar, lo que en otras producciones sería un cliché, gastado y recurrente, en el macguffin de la trama, dando una nueva dimensión a lo que estamos viendo en pantalla y a las pautas preestablecidas de los películas de terror adolescente clásicas. En este caso, la amenaza para nuestros jóvenes va más allá de la bastedad del cuchillo y el machete, la muerte no tiene el aspecto de un monstruo parapetado detrás de una máscara y cuyas acciones se pueden explicar por sus traumas y una peculiar educación familiar, resulta más etérea, simbólica y, especialmente, personal, al asumir la carnalidad del pecado, la represión, el rechazo, la indecisión y los complejos de sus protagonistas.
La película manipula a la perfección su cruda lírica, sin necesidad de recurrir a sus más plásticos recursos, como ya ocurría de la adaptación de la novela Déjame Entrar de John Ajvide Lindqvist dirigida por Tomas Alfredson, pero también edifica escenas que serían muy del gusto del enigmático cine de David Lynch y se sirve de un tono y una manera de sublimar las pequeñas ideas referencial a clásicos como la citada Halloween de John Carpenter o La invasión de los Ultracuerpos de Don Siegel. La cámara se sitúa allí donde debe estar en todo momento, David Robert Mitchell demuestra maestría y talento en este aspecto concreto dejando claro que no debe ser un valor menor en el género de terror, como tampoco debería serlo una banda sonora, y en este caso In Follows acierta plenamente al utilizar la música para mantenernos despiertos, nerviosos e intranquilos durante todo el metraje con temas electrónicos que parecen querer perforar nuestro subconsciente. Porque It Follows resulta sórdida pero elegante, íntima pero no gratuita, con un premisa apenas elaborada pero tan primaria y corrosiva como el miedo. Es uno de esos filmes que reivindican el género de terror y nos convencen de que lo importante no son los clichés, ni el buscar despegarnos de ellos o superarlos, sino el afrontarlos de cara para averiguar el porqué de su existencia y lo que buscan decirnos. No es tanto el hallar las respuestas como divagar sobre ellas, un voluntad clara por parte de David Robert Mitchell en su trabajo en It Follows, una historia de la que no podréis escapar una vez la tengáis encima y la veáis venir inexorablemente hacia vosotros.
Dirección: David Robert Mitchell Guión: David Robert Mitchell Música: Disasterpeace Fotografía: Michael Gioulakis Reparto: Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi, Lili Sepe Duración: 100 minutos Productora: Northern Lights Films / Animal Kingdom / Two Flints País: Estados Unidos Está prohibido practicar el sexo. Esa…
#ZNCine – Crítica de It Follows (Te sigue), de David Robert Mitchell
#ZNCine – Crítica de It Follows (Te sigue), de David Robert Mitchell
2015-06-09
Jordi T. Pardo
VALORACIÓN GLOBAL
Dirección - 9
Guion - 8
Reparto - 7
Apartado visual - 7
Banda sonora - 8
78
7.8
La película dirigida por David Robert Mitchell supone un interesante regreso y reinterpretación del slasher clásico de los ochenta, con una premisa sencilla y directa manejada con inteligencia y talento. La atmósfera, su sensibilidad y su apartado técnico hacen de It Follows una propuesta muy sugerente y atractiva, una rara avis en el género de terror moderno.
Magnífica crítica. Totalmente de acuerdo con todo lo que comentas. Los detalles de la banda sonora que la hubiese firmado el mismísimo John Carpenter. Unos planos estudiados al máximo tal y como hacía Kubrick. Un uso de la fotografía y la luz que en nada desmerece a lo que hace Winding-Refn en Drive por ejemplo. Una vuelta de tuerca más a lo ya visto y disfrutado en su día con Ringu en cuanto a maldiciones trasmitidas se refiere.
Solamente una cosita. Ella no pierde la virginidad en esa escena, porque durante la película ya comenta que se había acostado previamente con el vecino 😉
Gracias, Samuel 😉 Muy bien resumidas las virtudes de la película en tu comentario y bien escogidas las comparaciones.
Rectifico el tema de la «virginidad» que me había quedado con la idea de qué la chica no había pasado a la segunda base con su vecino. Gracias por el aviso 😉
Magnífica crítica. Totalmente de acuerdo con todo lo que comentas. Los detalles de la banda sonora que la hubiese firmado el mismísimo John Carpenter. Unos planos estudiados al máximo tal y como hacía Kubrick. Un uso de la fotografía y la luz que en nada desmerece a lo que hace Winding-Refn en Drive por ejemplo. Una vuelta de tuerca más a lo ya visto y disfrutado en su día con Ringu en cuanto a maldiciones trasmitidas se refiere.
Solamente una cosita. Ella no pierde la virginidad en esa escena, porque durante la película ya comenta que se había acostado previamente con el vecino 😉
Gracias, Samuel 😉 Muy bien resumidas las virtudes de la película en tu comentario y bien escogidas las comparaciones.
Rectifico el tema de la «virginidad» que me había quedado con la idea de qué la chica no había pasado a la segunda base con su vecino. Gracias por el aviso 😉
buena película, me gusta toda la ambientación que tiene y sobretodo el suspenso que sabe crear.