#ZNCine – Crítica de Longlegs, de Oz Perkins

Hoy hablamos de Longlegs, la última película del cineasta Oz Perkins en clave de thriller policíaco protagonizado por Maika Monroe y Nicolas Cage. Hail Satan!

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Dirección: Oz Perkins
Guion: Oz Perkins
Música: Elvis Perkins
Fotografía: Andrés Arochi
Reparto: Maika Monroe, Nicolas Cage, Alicia Witt, Blair Underwood, Dakota Daulby, Vanessa Walsh, Rryla Mcintosh, Michelle Cyr, Anita Wittenberg, Marlea Cleveland, Erin Boyes, Lisa Chandler, Charles Jaman, Lauren Acala
Duración: 101 minutos
Productora: C2 Motion Picture Group, Saturn Films, Neon, Range Media Partners
Nacionalidad: Estados Unidos.

 

Con solo tres películas y un episodio para el fallido remake de The Twilight Zone (Jordan Peele, 2019-2020), el cineasta estadounidense Osgood Perkins, conocido artísticamente como Oz Perkins e hijo del mítico protagonista de Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960), se ha ganado todo un nombre dentro del cine de género internacional. Hace nueve años debutaba con La enviada del mal (Febrary, 2015) una muestra de suspense localizada en parajes helados con una escuela femenina como epicentro y Emma Roberts o Kiernan Shipka como protagonistas. Su tendencia por el esteticismo minucioso y las atmósferas opresivas que ya se vislumbraban en esta ópera primera se consolidaron en su siguiente proyecto, un film para Netflix titulado Soy la bonita criatura que vive en esta casa (2019) cuyo excelente apartado visual fagocitaba una historia de casas encantadas con poco arrojo y resultados insatisfactorios. Con su tercer largometraje, Gretel y Hansel: Un oscuro cuento de hadas (2020), facturó la que hasta ese momento era su obra más compacta y satisfactoria, una revisión del famoso cuento popularizado por los hermanos Grimm con una interesante incursión en ciertos preceptos feministas engalanados por una factura estética impecable y un trasfondo de folk horror que la convirtieron en una de las cintas de género más comentadas y reseñables de aquel infame año pandémico. Ahora, en pleno 2024, e impulsada por una campaña publicitaria tan brillante como imaginativa llega a pantallas cinematográficas su esperado cuarto largometraje, Longlegs, en el que ha contado con la inestimable ayuda de un Nicolas Cage en labores de interpretación y producción.

Protagonizada por Maika Monroe (famosa por esa sobrevalorada obra de culto llamada It Follows) y con Alicia Witt, Blair Underwood, Dakota Daulby o Vanessa Walsh acompañando tanto a ella como al actor de Mandy, Longlegs cuenta la historia de Lee Harker, una agente del FBI novata con algunas particularidades a la hora de realizar su trabajo y a la que se le ha asignado el caso de un asesino en serie apodado Longlegs. Esta es la abreviada sinopsis de la película y es altamente recomendable. para el máximo disfrute de esta, no saber nada más de una historia que ha sido comparada, no gratuitamente, con otros thrillers policíacos icónicos como El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991), Se7en (David Fincher, 1995) o Zodiac (David Fincher, 2007) a los que yo añadiría la primera temporada de True Detective (Nic Pizzolatto, 2014). Porque el mayor fallo con respecto a Longlegs es que ha sido vendida por ciertos sectores del público y la prensa especializada como una película de terror, cuando se adscribe, como ya hemos mencionado, al género detectivesco, aunque sí es cierto que se adentra puntualmente en el terreno del horror.

Desde su potente prólogo la puesta en escena de Oz Perkins se revela como uno de los dos grandes hallazgos de Longlegs. La potencia plástica de sus imágenes, el absoluto control del encuadre y la facturación de una atmósfera tan perversa como desasosegante elevan la propuesta hasta la excelencia sin necesidad de adentrarnos en sus apartados artístico y narrativo, de los que hablaremos más tarde. Cada uno de los fotogramas de Longlegs está minuciosamente diseñado para perturbar al espectador. Lo hace cayendo muy puntualmente en la violencia y eludiendo en todo momento adentrarse en la senda de la explicitud y el gore. Hay una aire malsano e impío en todo lo relacionado con la investigación del caso de Longlegs y la alternancia de dos líneas temporales (la película se está localizada en los años 90, pero se incluyen continuos flashbacks durante los 70) sirven a Perkins para jugar con los formatos cinematográficos, la fotografía e incluso la banda sonora.

Hundiendo sus raíces en la fiebre del satanic panic que asoló Estado Unidos en los años 70 y sobre todo los 80, Perkins despliega todo un abanico de posibilidades audiovisuales conjurando una atmósfera repleta de texturas malsanas y heréticas concomitantes con las de sus anteriores propuestas cinematográficas, pero transitando caminos que la diferencian de aquellas. Como previamente hemos afirmado Longlegs no es una película de terror en el sentido ortodoxo de la palabra, pero sí hay un diseño de pasajes capaces de transmitir una sensación de peligro y amenaza con resultados excelsos. El ya mencionado prólogo en la nieve, el asedio a la casa de Lee, el interrogatorio en la comisaría o la recta final exhalan villanía y morbidez sin dar tregua a un espectador que si acepta entrar en el juego propuesto por Perkins pasará uno de los mejores malos ratos delante de una pantalla de cine en el presente 2024.

A parte de la labor detrás de las cámaras de Oz Perkins, impulsada por la brillante fotografía de Andrés Arochi y la música de su hermano Elvis Perkins aka Zilgi, el otro pilar maestro sobre el que se sustenta Longlegs es su labor actoral, concretamente la de sus dos intérpretes protagonistas. Maika Monroe compone un personaje nada sencillo, una Clairce Starling con lo que pareciera ser Síndrome de Asperger concienzuda y meticulosa en lo profesional, pero asocial y abstraída en lo personal. La actriz de El extraño (The Watcher, Chloe Okuno, 2022) brilla en los pasajes en los que debe interactuar con el personaje al que da vida Nicolas Cage sin necesidad de abusar de diálogos innecesarios, ya que son sus miradas y los silencios que definen su personalidad las mejores armas para regalarnos un sobresaliente tour de force interpretativo como el que ofrece con su partenaire en pantalla. Fragilidad y determinación férrea conviviendo en una sola criatura que funciona en el papel, pero a la que Monroe lleva a cotas de talento descomunales.

Quince minutos en pantalla, eso más o menos es el metraje del que dispone Nicolas Cage para dar vida a Longlegs en la película homónima. Pero esto no es del todo así, ya que el rol al que da vida el actor de Color Out of Space (Richard Stanley, 2019) o El insoportable peso de un talento descomunal (Tom Gormican, 2022) torna en ubicuo y su magnética presencia sobrevuela todo el metraje. Como si un híbrido entre el Bufallo Bill de El silencio de los corderos y Charles Manson se tratara Cage compone uno de esos asesinos en serie que con el tiempo pasarán a ser de culto. Esa predisposición al exceso y el over the top propia del actor está aquí medida al milímetro para que el sobrino de Francios Ford Coppola componga una de las mejores interpretaciones de su carrera, potenciada esta por el maquillaje, el vestuario y la sabia decisión de Perkins a la hora de mostrar poco a poco su peculiar fisionomía a lo largo y ancho del metraje. El de Nicolas Cage aquí es uno de los mejores papeles del año y que ejerza como productor del proyecto tiene mucho sentido.

Pero no todo son parabienes con respecto a Longlegs, ya que es el apartado de la escritura que define la recta final de sus 101 minutos el que hace perder algunos puntos al conjunto de la obra. Aunque no llegando a los niveles de delectación de su apartado técnico, el guion de Oz Perkins discurre con firmeza a lo largo de una hora de metraje, colocando pistas para que el espectador avezado pueda desentrañar el misterio con respecto al asesino en serie, su origen y su paradero, así como manteniendo un ritmo dinámico pese a la naturaleza atípica y poco comercial de su propuesta. El problema es que cuando el film encarrila su último acto y se adentra en el terreno de lo sobrenatural la solidez narrativa del proyecto se debilita y no por cómo el cineasta y guionista deja algunas teorías sin explicación, que está en su derecho, sino porque se percibe cierto caos en el trayecto que nos lleva a, eso sí, una conclusión que, para el que suscribe, se antoja harto satisfactoria.

Pese a que le han colgado la cada más vez devaluada etiqueta de «mejor película de terror del año» ni pertenece a ese género, como ya hemos apuntado, ni lo sería en caso afirmativo porque ese título lo sigue teniendo, y dudo que se lo arrebaten antes de acabar la temporada, La primera profecía (The First Omen, Arkasha Stevenson, 2024). Su no pertenencia al terror no elude la realidad y es que la de Oz Perkins efectivamente es una de las propuestas cinematográficas más estimulantes del 2024. Lo próximo del hijo de Anthony Perkins detrás de las cámaras es una adaptación del relato corto The Monkey, escrito por Stephen King en 1980 dentro de la antología Skeleton Crew y producido por James Wan de la que ya se puede ver un primer teaser y que llegará a cines el 21 de febrero de 2025.

  Dirección: Oz Perkins Guion: Oz Perkins Música: Elvis Perkins Fotografía: Andrés Arochi Reparto: Maika Monroe, Nicolas Cage, Alicia Witt, Blair Underwood, Dakota Daulby, Vanessa Walsh, Rryla Mcintosh, Michelle Cyr, Anita Wittenberg, Marlea Cleveland, Erin Boyes, Lisa Chandler, Charles Jaman, Lauren Acala Duración: 101 minutos Productora: C2 Motion Picture Group,…
Dirección - 9
Guión - 7.5
Reparto - 9
Apartado visual - 9
Banda sonora - 8.5

8.6

Hail Satan!

La puesta en escena excelsa a manos de Oz Perkins y la enorme labor interpretativa de una genial Maika Monroe y un descomunal Nicolas Cage convierten Longlegs en una de las propuestas cinematográficas más perversas y estimulantes del 2024, pese a una recta final con algunas flaquezas narrativas.

Vosotros puntuáis: 9.8 ( 1 votos)
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