#ZNCine – Crítica de Misión Imposible: Nación Secreta

5
900

 

Dirección: Christopher McQuarrie
Guión: Christopher McQuarrie (historia de Christopher McQuarrie y Drew Pearce)
Música: Joe Kraemer
Fotografía: Robert Elswit
Reparto: Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Sean Harris, Alec Baldwin, Jeremy Renner, Simon Pegg, Ving Rhames, Simon McBurney
Duración: 131 minutos
Productora: Paramount Pictures / Skydance Productions
País: Estados Unidos

 
Aviso de Spoilers: La siguiente crítica no contiene spoilers sobre la trama de Misión Imposible: Nación Secreta. Así que esta es vuestra crítica libre de spoilers, si decidís aceptarla. Eso sí, leedla rápido porque se autodestruirá en 3, 2, 1…

Hoy viernes llega a nuestras pantallas la última cinta de la saga de Misión Imposible, inaugurada en 1996 por Brian De Palma y basada en la serie de televisión homónima emitida a finales de los años sesenta. En esta ocasión, la quinta vez que la franquicia llega a la gran pantalla y llevando por sugerente título Misión Imposible: Nación Secreta (Mission Impossible: Rogue Nation), nos encontramos de nuevo al agente Ethan Hunt, interpretado por el impulsor y alma máter de la saga, Tom Cruise, quien tendrá que enfrentarse a la disolución del FMI (Fuerza de Misión Imposible, no confundir con la organización de supervillanos de la economía con las mismas siglas) y a la vez combatir a una nueva y misteriosa organización terrorista conocida como El Sindicato, comandada por el malvado Solomon Lane (Sean Harris) quien pondrá al agente Hunt y su equipo, conformado de nuevo por Benji (Simon Pegg), Brandt (Jeremy Renner) y Luther (Ving Rhames), al límite de sus capacidades. Dirigida esta vez por Christopher McQuarrie (conocido guionista autor entre otras de Sospechosos Habituales o Al Filo del Mañana, y que ya dirigió a Tom Cruise en Jack Reacher), a continuación averiguaremos si la saga da síntomas de agotamiento o por el contrario ha conseguido remontar el vuelo en una época difícil para el blockbuster de acción y repleta de feroz competencia.

Por una vez tratándose de mis críticas y sin que sirva de precedente, voy a ir al grano: Misión Imposible: Nación Secreta es un éxito como película veraniega de acción. Y es un éxito que merece ser aplaudido no tanto por sus propios méritos, que al fin y al cabo no se alejan mucho de lo que ha hecho grande a la saga, sino por la comparación con sus rivales a día de hoy, donde uno suele salir del cine con el regusto agridulce que deja la sensación de no haber disfrutado del todo de la película de turno y donde el “meh” se ha convertido en la crítica más repetida (y resumida) de buena parte de los grandes taquillazos de nuestros tiempos. Llenan salas, sí, pero más por la inercia de la fama que las precede o por machaconas campañas publicitarias. No es el caso de Misión Imposible: Nación Secreta, que te da justo lo que pides a un producto de este tipo: puro entretenimiento, escenas de acción a cual más espectacular, un guion cuidado (milagro), unos personajes interesantes (milagro al cuadrado), y lo mejor, todo ello presentado al espectador sin medias tintas, sin bruscos parones en la acción o innecesarios rodeos para intentar dotar a la película de equipaje que sencillamente no necesita (milagro al cubo). Nación Secreta sabe qué película es desde el minuto uno, así que lo que viene a continuación es un preciso reloj que se mueve con un ritmo endiablado a base de un tour de force tras otro, libre de morralla y consciente en todo momento de la necesidad de ofrecer al espectador un nuevo “más difícil todavía”.

Después de tanto halago, os comento lo que no es Misión Imposible: Nación Secreta. No es sorprendente, ni pretende serlo. Para suplir esa falta de atractivo de cara al espectador, ya que nos va a presentar una trama clásica de espionaje, conspiraciones y traiciones tan típica del género del que es uno de los máximos exponentes, Nación Secreta se nos presenta como un profesional del asunto, el Señor Lobo de las cintas de acción que no se anda con tonterías ni quiere que nos empecemos a chupar las pollas, si se me permite la vulgaridad. Y lo hace invocando al autor de la primera entrega, todo un titán como Brian De Palma que nos regaló una espectacular cinta de espías que, bailando al ritmo de los tiempos más que de los autores, fue derivando en más explosiones que complots, sin contar esa descacharrante y disfrutable por ridícula segunda parte con un John Woo desatado en su colombofilia (estilo Troy McClure, me temo) y un antológico Anthony Hopkins mezclando las Fallas y la Semana Santa en una secuencia para el recuerdo. No, me refiero más bien a una evolución desde el estilo maestro de De Palma a los notables J.J. Abrams y Brad Bird, encargados de la tercera y cuarta parte respectivamente, y que nos regalaron cintas efectivas pero que no contaban con la garra de esta Nación Secreta, que potencia las virtudes de las películas anteriores y, lejos de mostrar fatiga en la aplicación de la misma fórmula, la revitaliza como si la viésemos por primera vez.

Alec Baldwin y Simon Pegg, extraños compañeros de plano
Alec Baldwin y Simon Pegg, extraños compañeros de plano

A todo ello ayuda un reparto más que competente, con el añadido de Alec Baldwin como el director de la CIA Alan Hunley, y la confirmación del talento como secundario robaescenas del gran Simon Pegg, que esta vez tiene un papel mucho más importante que le permite dar rienda suelta a las mejores punch lines de la película. Pero sin duda hablando del reparto el mayor premio de la cinta es la vuelta de tuerca al típico personaje femenino heredado de la saga Bond (florero destinada a practicar el coito con el protagonista de turno, no nos engañemos), esta vez presentándonos no a una mera acompañante de Cruise sino un personaje con mucho más carisma e importancia que muchos de sus compañeros de reparto, la doble agente interpretada por Rebecca Ferguson que supera con nota el cliché de damisela en apuros para convertirse en toda una coprotagonista de acción. Obviamente no llega a ser una Imperator Furiosa, pero es de agradecer que el camino esté abierto para otro tipo de personajes femeninos alejados del retorcido gusto de Hollywood.

Más allá del buen hacer del reparto, Nación Secreta se apoya en una historia más que competente, una dirección sobria y no mareante (gracias Christopher McQuarrie por no destruir edificios sino construir escenas –y aquí me refiero sobre todo a la gran secuencia de la ópera, todo un clásico del cine de espionaje-), y una exquisita fotografía de la mano de Robert Elswit, colaborador habitual de Paul Thomas Anderson, y que le da un empaque sobresaliente a esta Nación Secreta. Una combinación de factores que, cuando son utilizados de forma inteligente (y aquí entra directamente la mano de Cruise, del que hablaremos a continuación) nos da una cinta de la que sales más que satisfecho y con la sensación de haber visto un producto de calidad, incluso dentro de su género.

Rebecca Ferguson y Tom Cruise, codo con codo
Rebecca Ferguson y Tom Cruise, codo con codo

Vale, es el último párrafo y es momento de hablar de la verdadera razón de esta crítica: Thomas Cruise Mapother IV, más conocido como Tom Cruise o “el tipo que se volvió loco hace unos años subiéndose al sofá de Oprah”. Idolatrado o criticado, no se puede negar que Cruise es un animal de la industria. Y es que cuando un actor comienza a tener una carrera más o menos de éxito, debe tomar una decisión fundamental: dejarse llevar por la inercia de su popularidad y seguir ganando dinero (citad vosotros mismos ejemplos, yo propongo para comenzar Harrison Ford, Un Dos Tres, responda otra vez); o forjarse una carrera, tomando el timón y apostando, con lo poco que les suele gustar apostar a las grandes figuras de Hollywood fuera de Las Vegas. Ese es el camino por el que optó Cruise desde sus comienzos, llegando a trabajar con gente, recordemos, como Stanley Kubrick, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Oliver Stone, Michael Mann, Paul Thomas Anderson o Sydney Pollack. Ahí queda eso, y no hay muchos primeras espadas que puedan presumir de la carrera de un hoy por hoy más bien denostado Tom Cruise, que desgraciadamente en los últimos años ha tenido vaivenes que le han alejado del trono de Rey Midas del reparto de una película, si bien no encadenando fracasos aunque sí decepciones. Pero no olvidemos que Cruise es el mayor exponente de la generación de los baby boomers, los reyes del mambo que se resisten a crecer. Cruise es el jefe del cotarro, pero los años no pasan en balde y los primeros planos nos confirman que el tito Tom se nos está haciendo mayor. Otras generaciones tirarían la toalla, se inflarían a botox y se resignarían a pescar papeles autoparódicos, o irían a morir al cementerio de elefantes del cine independiente con la esperanza de una nominación tardía que le quite la espinita con la Academia. Pero Cruise pertenece a la generación del “no me cogeréis con vida”, así que en la primera secuencia de esta Nación Secreta da un golpe en la mesa agarrándose a un avión en pleno vuelo, en una escena que ninguna aseguradora en sus cabales cubriría, para demostrarles a los niñatos del Hollywood de los selfies y las pantallas verdes que aún queda Cruise para rato, en una actitud que me recordó cariñosamente a una de mis historias favoritas del gran Makinavaja de Ivá que podéis leer aquí y aquí, y que viene a decir que sólo hay una manera de que Tom Cruise pase la antorcha: cuando se la quiten de sus manos frías y muertas.

 
Dirección - 7.5
Guion - 7
Reparto - 7.5
Aspecto Visual - 8.5
Banda Sonora - 7

7.5

Misión Imposible: Nación Secreta es una gran cinta de acción que da lo que promete: espectacularidad, tensión y una trama interesante en una entrega que sube el listón de la saga respecto a sus predecesoras.

Vosotros puntuáis: 8.86 ( 2 votos)
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jose cabrera
jose cabrera
Lector
7 agosto, 2015 18:34

Si bien la película es bastante buena tiene unos detalles que no me agradaron y que a mi parecer hacen que desmerezca, uno es el villano principal que no sobresale y su final bastante pobre y la otra la pongo en spoiler

Aviso de Spoiler

Toda la parte del robo de la información que es un calco de lo ocurrido en la primera película, en el sentido de que usan o engañan a los protagonistas para robar información de una instalación de máxima seguridad.

frankchalmers
frankchalmers
Lector
7 agosto, 2015 19:46

Buena peli, aunque pienso que se desinfla tras el segmento de Marruecos, donde está lo mejor de la peli. Es bonito el homenaje a Charada de la traca final (así como el de otro clásico: El hombre que sabía demasiado, durante la primera hora de peli), pero estoy de acuerdo con jose cabrera que el final deja que desear y es un tanto porque sí.

Aún así, el concepto de la peli mola mucho y la brillantez con que está hecha justifican, de sobra, el precio de la entrada. Es todo un espectáculo y se pasa volando.

frankbanner49
frankbanner49
Lector
10 agosto, 2015 22:05

estupenda reseña,samuél¡¡.muy buena,de verdad
la he visto hace un rato,y tengo la sensación de haber visto la mejor entrega de la saga.vigorosa y adrenalínitica,y elevando el nivel de la franquicia en terminos de calidad.el guión es bueno,el montaje,superlativo(la escena en la opera es magistral,cuando ethan se enfrenta a dos francotiradores,un objetivo,y una sola decisión que poder tomar) la claustrofóbica escena acuatica en marruecos,o la escena con los coches,y las motos.
el reparto es realmente acertado,con un villano que parece salido de la pelicula CHACAL,una dama de armas tomar,con un físico que parece salido de una pèlicula de bergman,y las habilidades de una natasha romanova 2.0.,y un simon pegg,que se apodera de parte de la función,sin despeinarse.

hay,sin embargo,una sensación casi en el último tercio,de que conviven dos «misiones imposibles»,dos films distintos, en la misma pelicula.esa primera parte,con ethan y el personaje de pegg,abonados casi en exclusiva,y con un ritmazo del copón,y ese tercio final del que hablo,en el que se reune el equipo al completo para desbaratar los planes de solomón,en el que parece que el film baja el pistón,y se relaja.

con todo,ya digo,un espectaculo de primerisimo nivel.esta pelicula es la antitesís de todo lo que no funciona en la de los 4 fantasticos.y se lo pone complicadete a la proxima entrega bond,lo prometo.

vayan al cine,sin asomo de duda,que disfrutaran de un gran espèctaculo.de un blockbuster que merecidamente se ha ganado ganarle la partida a la taquilla con un producto honesto y 100×100 disfrutable.

Igverni
Lector
14 agosto, 2015 14:06

Muy buena tu crítica Samuel!!

Estoy muy muy de acuerdo. La película me dió lo que esperaba, y pasé un buen rato.

Varios comentarios que me vienen a la cabeza.

Tom Cruise es cierto que se le empieza a ver un poco mayor, pero obviamente sabe salir perfecto en pantalla. Hay que reconocerle que siempre ha tenido las ideas muy claras sobre como entretener, y aquí lo consigue. Así que mientras siga a este nivel, desde luego me apunto a Jack Reacher 2 o M:I 6, que se acaban de confirmar esta semana.

Me da pena el Jeremy Renner, porque aqui (o en AoU) aparece como es, un buen actor y secundario, sin el carisma suficiente de aguantar él solo una película, como ya se vió en la 4ª de Bourne.

No diría que es la mejor de las 5 principalmente por el final. Aunque está bien el que se cierre el círculo, se ha desinflado respecto a los grandes momentos de la película que son la escena en la Opera de Viena y la subaquatica en Marruecos. Y el villano, al que no le dan oportunidad de mostrar ningún carisma, principalmente porque estas pelis siempre fueron de ver como Cruise hace las cosas, nunca de crear entidad en el antagonista.

Lo que sí tengo claro es qué peli es la peor de las 5: Sin duda, la 3ª de Abrams. Comentando en el cine, no me acordaba de nada de esa peli, solo que salía la mujer de Hunt. Pero ninguna escena memorable. Al final me hicieron memoria… Phillip S. Hoffman, una escena en un puente con un helicóptero… En resumen, una peli muy muy gris que podría haber sido un episodio de Alias, y no de los mejores.

Vale que los gazapos de la 2ª peli son lamentables y tarda 1 hora en coger marcha, pero la última media hora es antológica y de las que aún se recuerdan.

Saludos!!