“Violada mientras moría. Y todavía no hay ningún arresto. ¿Cómo es posible, jefe Willoughby?”
Quedan escasas semanas para que se celebre la gala de los Oscar y ello implica, inevitablemente, que el grueso de las películas favoritas a hacerse con las estatuillas se estrene en nuestro país tanto en este mes como en el siguiente. Si hace unos pocos días Pedro De Mercader publicaba una excelente reseña sobre Molly’s Game, hoy le toca el turno a
El realizador Martin McDonagh, pese a haber llamado la atención con la descacharrante Escondidos en Brujas, por la que estuvo nominado al Oscar en el apartado de mejor guion original, no se puede decir que se prodigue en exceso en el séptimo arte. De hecho, pese a que su debut como director data del año 2008, Tres anuncios en las afueras tan sólo es su tercera película. Entre medias, Siete Psicópatas, que tenía un reparto de auténtico lujo, ha resultado ser su proyecto menos redondo hasta la fecha. Su corta filmografía (recordemos que en los tres casos los guiones también eran suyos) tiene elementos comunes: humor negrísimo, fuertes dosis de violencia, personajes que rozan el patetismo o la inclusión de enanos, por citar algunos de ellos. McDonagh, de 47 años, es un reputado dramaturgo angloirlandés que ha cosechado, desde mediados de los noventa, un gran éxito en el teatro y que dio el salto al celuloide en el año 2005 con el cortometraje Six Shooter por el que ganó el Oscar.
Sin dejar de lado los grandes festivales, Tres anuncios en las afueras ha cosechado, hasta el momento, un buen puñado de premios. Concretamente 4 Globos de Oro (mejor película drama, mejor guion, mejor actriz principal, mejor actor secundario), mejor guion en el Festival de Venecia o el premio del público a la mejor película del Festival de Toronto. La cinta de McDonagh ha entusiasmado tanto a crítica como espectadores y es una de las claras favoritas a no irse de vacío en la ceremonia más prestigiosa de Hollywood. Pero si por algo destaca el filme, más allá de su sobresaliente libreto y dirección, es por la interpretación de Frances McDormand. La actriz nacida en Chicago, es más conocida, tristemente, por ser la mujer de Joel Coen que por su extraordinaria carrera cinematográfica. Si bien es cierto que ha trabajado en multitud de ocasiones con su marido, llegando a ganar el Oscar a la mejor actriz principal por Fargo en 1996, también tiene un buen número de trabajos ajenos a los hermanos Coen (como la magnífica miniserie de HBO, Olive Kitteridge).
McDormand se mete en la piel de Mildred Hayes, a la que dota de una gran fuerza y humanidad, una madre separada que siete meses después del asesinato de su hija decide tomar cartas en el asunto ante la ineptitud del cuerpo de policía del pueblo. Para ello se hace con tres vallas publicitarias inutilizadas de una carretera, por donde sólo pasan los coches que se han perdido, en las cuales reclamará que se haga justicia encontrando al asesino de Angela (Kathryn Newton). Sin embargo, el revuelo como consecuencia de este acto golpea al pueblo y generará una serie de situaciones que, lejos de solucionar el caso, enfrentará a diversos habitantes del mismo. El personaje de Mildred, como todos los protagonistas de la historia, es tan rico como complejo, merced a un tratamiento en las diferentes personalidades que resulta sobresaliente. Lejos de presentarnos a una madre ideal, en el único -y breve- flashback que le vemos con su hija, observamos como la violencia (verbal) y la falta de respeto es la tónica habitual del hogar y es que, en plena discusión, cuando la joven se marcha, su madre le grita que ojalá le violen por el camino. Mildred, abandonada por su esposo maltratador, convivía con sus dos hijos y con su fuerte carácter. Sarcástica, sagaz, dura, tierna y persistente… McDormand nos regala un auténtico trabajazo y gracias a ello, nos reiremos y lloraremos. Porque no nos engañemos, Tres anuncios en las afueras es, más que un drama, una tragedia disfrazada de comedia acidísima. Buena parte del mérito del guion de McDonagh reside en el fenomenal equilibrio entre el drama más profundo y la comedia más desternillante. Una tarea casi imposible que tiene a McDormand como el factor X que resuelve la ecuación.
Como contrapartida del personaje de Mildred nos encontramos al jefe de policía Willoughby, interpretado por un magnífico Woody Harrelson. Lejos de su trabajo como el detective Hart de True Detective, Harrelson nos presenta a un personaje que, pese a empatizar con la señora Hayes, no ve posibilidades de que el caso se resuelva. Por si esto fuera poco, está muy enfermo. Tiene un cáncer terminal que le hace ser más vulnerable pero, precisamente por ello, tratará de sacar lo mejor de la gente que le rodea escribiendo una serie de cartas que son un canto a la esperanza. Siguiendo con el plantel, la última punta del tridente es un desmejorado Sam Rockwell dando vida al agente Dixon. Con unos kilos de más, bastante odio acumulado y una relación más que tóxica con su madre, el personaje de Dixon, que nos puede llegar a resultar repulsivo a lo largo de buena parte del metraje, será la figura que más crezca en el último tercio de película. Rockwell, al igual que McDormand y Harrelson, está impresionante. Una vez más tenemos que ensalzar el trabajo de McDonagh con el dibujo de personajes. Los demonios de todos ellos (el tono gris les sienta como un guante) tomarán el control en alguna ocasión, haciendo que la ira brote en el pueblo de Ebbing. No es extraño ver palizas, gente volando por una ventana o cocteles molotov estrellándose contra la fachada de la comisaría.
Completan el sensacional reparto de Tres anuncios en las afueras los acertadísimos secundarios Peter Dinklage (el Tyrion de Juego de Tronos) como pretendiente de Mildred, Lucas Hedge (a quien descubrimos en Manchester frente al mar) es Robbie, hijo de Mildred, Jon Hawkes (Everest) como su exmarido, Samara Weaving (The Babysitter), Clarke Peters (The Wire), Abbie Cornish (Sucker Punch) y Caleb Landry Jones (Twin Peaks). Nos encontramos con uno de los mejores trabajos en conjunto de los últimos años. McDonagh quería contar una historia rural al estilo de las películas antiguas americanas, tomando como referentes Paris, Texas o Malas Tierras. Sin embargo, para escribir el personaje de Mildred, tuvo que fijarse en el Ethan Edwards, interpretado por John Wayne, de Centauros del desierto ante la ausencia de precedentes femeninos que tuvieran la fuerza y el carácter del personaje al que da vida McDormand. Así pues, el western es otro de los géneros implícitos en la cinta y la música de Carter Burwell, pese a no ser de lo más destacable, encaja con dicha descripción.
No se guarda McDonagh absolutamente nada. La brutalidad en las escenas de violencia son marca de la casa, pero en ningún caso esta es gratuita. El racismo y la homofobia siguen siendo realidades de la América profunda y el cineasta angloirlandés no tiene ningún reparo a la hora de incluirlos en su obra, relacionándolas con la ignorancia y la simpleza. El buen uso del humor negro que desprende el guion nos recuerda, en definitiva, al patetismo que tantas veces nos han mostrado los Coen en todas sus películas pero todo ello teñido de una violencia más propia del cine de Tarantino. Martin McDonagh nos da a entender que, ante la incapacidad de la policía por encontrar al culpable, el pueblo entero prefiere dejar las cosas como están. El hecho de que Mildred se empecine en encontrar al asesino de su hija, violenta a varios de los habitantes de Ebbing (Missouri), como si estos fuesen conscientes de su propia ignorancia y necesiten desfogarse sacando la rabia acumulada que llevan dentro.
Concluyendo,
Dirección - 8.5
Guión - 9.5
Reparto - 10
Apartado visual - 7.5
Banda sonora - 7
8.5
Tres anuncios en las afueras se confirma como una de las más serias candidatas en la próxima gala de los Oscar. McDonagh escribe un guion que no da puntada sin hilo y cuenta con un trío de interpretes que están, simplemente, perfectos.
«Antes de sacar el bisturí y empezar a diseccionar la cinta, el redactor que firma estas palabras quiere manifestar que, si los proyectos de este año se acercan al nivel de Tres anuncios en las afueras, nos encontraremos ante un curso muy, pero que muy, fructífero.»
Ojalá. El año pasado fué soporifero.
He visto Dunkerque, I, Tonya, Lady Bird, Disaster Artist, The shape of water, y claro, Tres anuncios.
Ví un trozo de CALL ME BY YOUR NAME pero aunque se aprecia una buena película, reconozco que desconecté y no acabé viendola.
De estas ya vistas me quedo con Disaster Artist y Tres Anuncios.
Y me faltan por ver Molly´s game, Los archivos del pentagono, En la hora más oscura, The greatest showman, loving vincent..y no sé si Mother entrará en la terna…
Estas se suponen que son oscarizables. Desconozco los tapados.
Pero, sí, parece que algo más entretenida va a ser esta futura edición.
Sobre la susodicha, oye, que me ha encantado. Un reparto estupendo, un buen guión que va de menos a más, y con un final que me dejó un poco confuso
por lo de su final abierto
y con una actríz que,de momento,dudo que tenga rival a la hora de recoger la estatuilla ( y eso que la Robbie se marca un buen papel, lo mismo que la chica de la peli de Del toro. Lo de saorsie no lo veo para tanto, y supongo que Meryl Streep estará por allí, yo-que-se.).
Pero es que Mc Dormand se marca una interpretación muy buena.
la mirada de contención que muestra por ejemplo cuando su ex-marido maltratador le dice con toda su jeta que es el responsable de quemar los carteles, la conversación con el sheriff y su reacción cuando le esputa sangre en la cara, esa forma de tragarse el dolor mientras embiste como un miura a todo el que se cruce en su camino por descubrir quien acaba con la vida de su hija…
Veremos,que aún queda mucho.
La escena de la conversación en comisaría entre McDormand y Harrelson es brutal. Ver en un momento como se quita la coraza la buena de Mildred no tiene precio.
Leí -en una revista de estas gratís que tienen en los cines- que Frances Mc Dormand se había fijado, por una parte en John Wayne, y por otra en Pam Grier, en sus famosos films setenteros de Blaxplotation.
Lista e intuitiva la Mc Dormand.
Gracias por la crítica!!
Lo cierto es que a pesar de unas estupendas interpretaciones, me ha decepcionado bastante. La película empieza bastante bien, pero a partir del giro, para mi se va a la porra
Tras la muerte de Woody Harrelson…
¿Sam Rockwell intenta matar a un tío y no es detenido? No es que le despidan, es que deben detenerle. A partir de ahí, no me creo nada de lo que veo. Por no hablar que un borracho en el umbral de la subnormalidad tenga una epifanía tras leer la carta y se convierta en un ángel.
O que McDormand se convierte en una experta en lucha de guerrilla urbana, lo siento, no me lo creo…
Otra cosa negativa son los horrorosos intentos de humor que no pegan con nada, no funcionan y rompen completamente con el tono dramático de la historia.
Empezando por la escena en que el maltratador del marido intenta a agredir de nuevo a McDormand, su hijo le pone un cuchillo en el cuello y ¿llega la novia haciéndose pis? AMOSHOMBRE
Viendo la unanimidad de la crítica con esta película, a partir de ahora, queda prohibido que nadie critique a Marvel porque alterne humor y drama. De hecho, creo que las pelis Marvel lo consiguen mucho mejor que esta obra pseudo-seria o pseudo-inteligente…
Me parece increíble que tanta gente diga que ésta en la mejor película del año, al mismo tiempo que opinen que un peliculón como Blade Runner 2049 es «innecesaria». Flipo mucho, la verdad. Supongo que el problema soy yo, claro…
«La actriz nacida en Chicago, es más conocida, tristemente, por ser la mujer de Joel Coen que por su extraordinaria carrera cinematográfica.» ¿Es en serio o solo para llenar espacio. O parecer interesante?