Después de cumplir el sueño de publicar en 2016, gracias a Alianza Editorial, una novela como Orígenes Secretos, con la que daba rienda suelta a su cariño por el mundo del cómic de superhéroes, David Galán Galindo ha conseguido llegar más lejos todavía llevando dicho trabajo al medio cinematográfico. RTVE y Netflix han permitido al guionista y director debutar en solitario en el mundo del largometraje con la ópera prima deseada por todo cineasta, contando con un excelente equipo técnico y un reparto con lo más granadao de la cinematografía española en el que encontramos los rostros de Javier Rey, Verónica Echegui, Brays Efe, Antonio Resines, Ernesto Alterio, Carlos Areces, Leonardo Sbaraglia o Álex García entre otros. Escribiendo el guión basado en su propia novela, con la ayuda de un veterano como Fernando Navarro, Galán Galindo se pone detrás de las cámaras con un proyecto que ha levantado tantas expectactivas para aquellos que desean su éxito como recelos en aquellos que no creen que un producto de esta naturaleza pueda ser viable o tomarse en serio a sí mismo en un país como España, tan poco dado a este tipo de films. En la redacción de cine de Zona Negativa nuestros compañeros Sergio Fernández Atienza y Juan Luis Daza pudieron ver hace unos días la película y hoy nos darán en la siguiente entrada su opinión sobre ella. De esta manera habremos cubierto esta semana la novela original, la película basada en la misma y culminaremos el domingo publicando un podcast en el que nuestra pareja de redactores mantuvieron una enriquecedora conversación con el mismo David Galán Galindo y Roger Bellés, director de arte de la cinta, que esperemos disfrutéis junto al resto de contenido relacionado con una obra tan peculiar como Orígenes Secretos.
David Galán cumplió su sueño. Como comentábamos recientemente en la reseña de la novela,
No nos equivoquemos. Orígenes secretos no es una cinta de superhéroes per se. Cierto es que se homenajea de manera constante no sólo a la Golden y la Silver Age, sino al conjunto de la cultura popular, pero no menos cierto es que nos encontramos ante una historia policiaca, con tintes de comedia. Lo primero que tenemos que advertir una vez acabado su visionado, es que la versión que podemos ver en Netflix es totalmente fiel a la novela, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que Galán no sólo dirige la película, sino que también coescribe el guion.
Si ya de por sí la novela era de digestión ligera, la película sigue la misma línea. En ningún momento nos aburriremos a lo largo de la escasa hora y media que pasaremos en nuestros sofás y la trama resulta tremendamente entretenida. Un serial killer cuyos crímenes simulan ser las primeras apariciones de ciertos superhéroes es el sueño húmedo de cualquier amante al noveno arte.
En el reparto destaca Javier Rey dando vida a un Bruce Wayne de Hacendado. Desde luego, en cuanto a porte, el actor gallego no tiene nada que envidiar a Robert Pattinson. Brays Efe nos arranca varias carcajadas con su Jorge Elías, personaje con el conectaremos desde el primer momento habida cuenta de su ADN comiquero. Una de las principales diferencias respecto al libro nos lo encontramos en el personaje interpretado por Verónica Echegui. En la película fusionan a las dos mujeres que mayor peso tienen en la novela (principalmente Patri, pero también Norma) para que haga de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es decir, el personaje de Norma (en la película) hace de jefa de homicidios, pero también es el asunto romántico de Val y a la vez la vemos como una fan empedernida del anime. Demasiadas aristas para un personaje que trata de tocar distintos palos y en alguno de ellos (jefa de homicidios) no resulta muy creíble.
Eso en cuanto a savia nueva. En el lado veterano, un contenidísimo Antonio Resines hace las veces de Morgan Freeman en Seven, detective al borde de la jubilación que da mil vueltas al resto del departamento. Con cada aparición de Resines en pantalla, Orígenes secretos gana varios enteros. Cuando Ernesto Alterio da rienda suelta a su vis cómica, como pudimos comprobar en El otro lado de la cama, todos salimos ganando. La peculiar construcción que hace del forense Bruguera es un acierto absoluto. Por otra parte, nos quedamos con muchas ganas de ver más en pantalla a Leonardo Sbaraglia y, sobre todo, Carlos Areces. El actor argentino, por motu proprio, se caracterizó como Alan Moore para meterse en la piel de un huraño y clandestino vendedor de cómics argentino mientras que el miembro de Ojete Calor está tremendamente desaprovechado. En defensa de Galán, diremos que en la obra original no hay más cera que la que arde, el protagonismo recae en otros personajes. Sin embargo, bien hubiese estado ampliar un poco más los roles de Sbaraglia y Areces para elevar las cotas de humor.
La cantidad ingente de referencias a la cultura popular nos sacará más de una sonrisa. El ritmo trepidante de la película y unos diálogos chispeantes son los elementos necesarios para que la adaptación dé lo que se espera de ella. No todo el monte es orégano. Las escenas de acción palidecen en comparación con el resto del metraje y se echa en falta la traca final de la novela con la que se hubiera conseguido un mayor nivel de épica. En una entrevista que podréis escuchar en los próximos días, David nos comentó que quería que Madrid, con su componente grotesco, funcionara a modo de Gotham. Una percepción que sí se tiene en la novela, mostrando los claroscuros de la capital de España, pero que en el acabado final de la película (más allá de la última imagen) no se acaba de explotar.
¿Qué motivaciones tiene el asesino? ¿Cómo se crea el héroe? ¿Hasta qué punto puede afectar al mundo real los códigos de la ficción? Preguntas como estas se planteaban en películas como El Protegido o Kick-Ass. Obras que, como en Orígenes secretos, lo que prima es lo cotidiano. Como hiciera Mark Millar en su conocida franquicia, Galán transforma a ciudadanos anodinos en protagonistas enmascarados de una gran aventura. Por otra parte, la película puede generar cierta controversia dentro del fandom por el dibujo de alguno de sus personajes. Nada más lejos de la realidad, David Galán aspira a convertirse en el Kevin Smith español y se encuentra en las antípodas de aquellas declaraciones de Todd Phillips antes del estreno de Joker cuando ninguneaba el potencial comiquero. David ama los tebeos, las tiendas de cómics y los debates interminables de temática superheroíca. No es sólo que no quiera tirarse piedras sobre su propio tejado, sino que le encantaría convertirse en pionero. Nosotros también cruzamos los dedos para que viejas barreras caigan y dejemos prejuicios caducos de lado. Ojalá, a partir de ahora, los superhéroes también puedan ser españoles, francesas o libanesas. Ojalá, a partir de ahora, puedan llegar a nuestras salas de cine.
En el año 2016 David Galán Galindo publicaba una novela titulada Orígenes Secretos (Alianza Editorial) en la que volcaba toda su pasión por el mundo del cómic, principalmente el superheróico. Curtido como guionista en excelentes programas de humor como Sé Lo Que Hicisteis o En El Aire, en los que en ocasiones trabajaba a contrarreloj, ya en el medio audiovisual llamó la atención con varios cortometrajes amateur que dieron paso a otros ya de un cariz más profesional como Push Up u Hostiable en los que el madrileño ya marcaba las pautas del tipo de humor que se adscribiría a su discurso como guionista y director cinematográfico. Después de formar parte de un par de largometrajes colaborativos como Pixel Theory (2013) o Al Final Todos Mueren (2013) Galán Galindo por fin puede debutar en solitario como realizador, precisamente adaptando su novela Orígenes Secretos con el respaldo de RTVE y la plataforma de streaming Netflix, que se ocupa de estrenarla el día 28 del presente mes de agosto.
Contra todo pronóstico David Galán Galindo consigue atraer para su ópera prima a algunos de los actores españoles, y de habla hispana, más importantes de la actualidad. Javier Rey (Fariña), Brays Efe (Paquita Salas), Verónica Echegui (La Niebla y la Doncella), Antonio Resines (Celda 211), Ernesto Alterio (Perfectos Desconocidos), Carlos Areces (Balada Triste de Trompeta), Leonardo Sbaraglia(Ofrenda a la Tormenta) o Álex García (La Novia) conforman un reparto impresionante que, no lo neguemos, pone las cosas muy fáciles al director y a su co guionista, Fernando Navarro (Verónica). Con una fidelidad casi total a su propia novela, algún que otro detalle conceptual y la unión de dos de los personajes femeninos en uno solo marcan la diferencia en este sentido, Galán Galindo ha rodado una rara avis en una cinematografía como la española en la que el género superheróico no se ha cultivado salvo en contadas excepciones como la entrañable cutre Supersonic Man (Juan Piquer Simon, 1979), muestras más recientes como Superlópez (Javier Ruíz Caldera, 2018) o El Vecino (Miguel Esteban, Rául Navarro, 2019) e incluso rarezas como Diamond Flash (Carlos Vermut, 2013).
Orígenes Secretos mezcla un thriller policial a lo Seven (David Fincher, 1995) con la comedia y el drama, todo aderezado con ingentes cantidades de referencias al mundo del cómic superheróico o al cine que lleva dichas aventuras a la pantalla grande. El resultado es un producto harto competente y carismático en el que también funciona el contexto de encontrarnos ante una historia cuyo desarrollo tiene lugar en una ciudad tan reconocible como Madrid que Galán Galindo convierte en su particular Gotham City en la que un Bruce Wayne (Javier Rey) metido a policía de homicidios colabora con el Comisario Gordon (Antonio Resines) a punto de retirarse, un Robin (Brays Efe) en forma de aficionado al mundo del cómic, Catwoman (Verónica Echegui) como su supervisora, fan del anime o el cosplay e interés amoroso, o el Espantapájaros como un villano que asesina a su víctimas emulando los orígenes de superhéroes clásicos del mundo de las viñetas. No sólo en las aventuras del Caballero Oscuro quedan la referencias, Kick-Ass, Clerks o Watchmen tienen su hueco en los diálogos del guión o la potente dirección de arte cuya responsabilidad recae en Roger Bellés.
Al citar la dirección de arte es de recibo mencionar que no hay nada de amateur o cutre en la construcción de un proyecto como Orígenes Secretos. Galán Galindo y su equipo de colaboradores detrás de las cámaras han hecho todo lo posible porque la obra luzca de manera compacta desde un aspecto técnico. Localizaciones, maquillaje, vestuario, uso del CGI, todo acometido con una profesionalidad encomiable que sólo se ve algo mermada por unas escenas de acción un par de peldaños por debajo en cuanto a ejecución. El realizador ejecuta un trabajo meritorio con la puesta en escena, sin excesos ni florituras innecesarias que nos distraigan de la historia narrada, pero lo suficientemente resolutivo como para que su puesta en escena se antoje competente a distintos niveles ayudado por la fotografía de un veterana como Rita Noriega que ha llegado a trabajar, en este caso como operadora o asistente de cámara, con autores de primer nivel dentro de nuestro cine como Pedro Almodóvar o Carlos Saura.
A los miembros del reparto sólo podemos dedicarle buenas palabras. Javier Rey compone estoicamente un personaje serio cuando se debe a su trabajo y tangencialmente cómico cuando tiene que interactuar con un Brays Efe no sólo con su habitual soltura delante de la cámara, sino revelándose de cara a la obra como una especie de alter ego del mismo director. Antonio Resines se aleja de sus habituales papeles cómicos abordando un rol de tono más dramático, Verónica Echegui destila carisma y personalidad como Norma y Ernesto Alterio acomete uno de esos trabajos algo excesivos e irónicos con los que se siente bastante cómodo en los últimos años. También enriquece la labor actoral de Orígenes Secretos la presencia, muy capitular, de actores brillantes con personajes endemoniadamente divertidos, entre ellos Carlos Areces o un enorme Leonardo Sbaraglia emulando a un Alan Moore porteño. Lástima que la musa del director, Mariam Hernández, sólo tenga un breve cameo, porque es una experta a la hora de verbalizar los diálogos que Galán Galindo le suele escribir a sus personajes. Finalmente Aléx García también se enfunda un papel pequeño, de corte más heróico, que un servidor pensaba iba a ser un homenaje a Jason Todd que finalmente no llega a cristalizar.
No vamos a decir que Orígenes Secretos es una obra trascendente o de valores cinematográficos excelsos, porque no lo es y tampoco es su intención serlo. Pero ojalá sea un éxito y sirva de ejemplo para que en España perdamos esos complejos, ahderidos tanto a los profesionales del medio como a los espectadores, con respecto a que en este país no podemos hacer cine sobre superhéroes, porque aunque el debut de David Galán Galindo no es extrictamente un proyecto de esta naturaleza, ya que como hemos mencionado se hibrida con otros géneros, sí transmite verdadero cariño por este tipo de celuloide y sobre todo por los cómics. A partir de hoy podéis verla en Netflix porque ya ha sido subida al cátalogo de la plataforma de streaming y juzgar por vosotros mismos, pero nuestro deseo es que consiga muchas reproducciones y alabanzas por parte de crítica y público. No sólo porque podría dar pie a una más que probable secuela, sino también a que más cineastas de nuestra industria se animen a romper barreras en lo referido a un cine de género que lógicamente no va a conseguir en España el alcance y el descomunal triunfo de los blockbusters estadounidenses de Marvel Studios, DC Entertainment y derivados, pero que sí podría configurar una parcela en nuestra cinematografía con personalidad propia y aficionados que demanden este tipo de producciones.
Sergio Fernández Atienza - 6.5
Juan Luis Daza Martínez - 7.5
7
La redacción de cine en Zona Negativa ha disfrutado notablemente con Orígenes Secretos, una mezcolanza de géneros y tonos con un guión muy divertido, basado en la novela homínima escrita por el mismo director, repleto de referencias al mundo del cómic y un reparto magnífico. Esperamos con ganas una posible secuela.
He visto la película y, salvo los guiños comiqueros, que pueden resultar más o menos simpáticos, no me ha gustado nada. Las interpretaciones de los actores me han parecido muy malas.
Puf, me ha parecido malísma…
No sé si es culpa del guion o de la edición, pero las relaciones entre personajes se establecen a un ritmo de velocidad de la luz: tan pronto se odian como son un grupito la mar de unido. El personaje de Verónica Echegui no aporta nada. Los diálogos son de vergüenza ajena. La dirección tampoco ayuda, ese enfrentamiento al final es totalmente sonrojante. Brays Efe demuestra que solo hace bien el papel de Paquita Salas.
Y toda la trama y su resolución son patéticas. De lo peor que he visto este 2020.
Vi la película anoche y me pareció un desastre. No me parece que se encuentre cómoda funcionando como comedia-parodia a lo kick ass, ni como thriller de acción más convencional como Seven. El tratamiento del mundo freak es antíguo. Estamos en 2020 donde las películas más vistas son de superhéroes y todo el mundo «normal» adora rollos como Big bang theory: Esto no son los 90, la cultura geek está totalmente integrada y aceptada en el mainstream: El momento en el que se revela que los frikis de la tienda de cómics son gente con vidas profesionales exitosas a mi me dio hasta un pelín de vergüenza ajena. Hay actuaciones muy muy flojas entre las cuales destaca la de Alterio… bufff, terrible… otros personajes están mal construidos o aportan muy poco: El de Verónica Echegui no va a ninguna parte y el de Resines es un boceto deslavazado… Las escenas de acción son muy muy malas. Hasta el tema de Kase-o y elphomega es poco inspirado y genérico…
… y cuenta con escena post-créditos, ojo.
Pude verla ayer, interesenta apuesta, me gustó.
Tal vez para hacerla un poco mejor le hubiera dado una vuelta de tuerca al final, pero así y todo esta buena.
Buenas! Efectivamente no podían sacar cómics ni de Marvel ni de DC. Si puedes, te recomiendo que escuches la entrevista que hicimos al director para el podcast. Nos contó cómo hicieron para sortear este tema. Un saludo!