#ZNCine – Crítica de El guardián invisible, de Fernando González Molina

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Dirección: Fernando González Molina
Guión: Luiso Berdejo, Dolores Redondo (novella)
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Flavio Martínez Labiano
Reparto: Marta Etura, Elvira Mínguez, Francesc Orella, Itziar Aizpuru, Carlos Librado, Miquel Fernández, Pedro Casablanc, Colin McFarlane, Benn Northover, Paco Tous, Manolo Solo, Ramón Barea, Patricia López, Quique Gago, Mikel Losada, Susi Sánchez, Miguel Herrán, Richard Sahagún, Miren Gaztañaga, Javier Botet
Duración: 129 minutos
Productora: Nostromo Pictures / Atresmedia Cine / ZDF / arte
País: España, Alemania

 

En fechas recientes se ha asomado a la cartelera la adaptación de la primera de las tres novelas escritas por la escritora Dolores Redondo. El guardián invisible constituye la carta de presentación cinematográfica de las aventuras de la inspectora Amaia Salazar, una policía del cuerpo foral que se ha formado profesionalmente en los Estados Unidos que al asumir la investigación de una serie de homicidios, retorna a su pueblo natal.

El guardián invisible es la primera parte de la denominada «trilogía del Baztán» con la que la novelista vasco-gallega se dio a conocer y presentó a la policía elizondesa que las protagoniza. La acción transcurre en el valle navarro homónimo y en las mismas se presenta no solo la historia de los distintos misterios a desentrañar por Salazar, sino también la de aquellos que alberga el pasado de la inspectora. Este relato doble es el que se traslada a la película, donde Amaia intenta desvelar la identidad de la persona autora de los crímenes y la audiencia desentrañar lo que aquella oculta.

La historia se inicia cuando la inspectora Amaia Salazar (Marta Etura) recibe el encargo de su superior en la Policía Foral Navarra de encargarse de las investigaciones relacionadas con la aparición de una adolescente asesinada en el valle del Baztán. El cadáver es encontrado en unas condiciones muy específicas, lo que parece apuntar a un asesinato ritual. El hecho de que la situación se repita poco tiempo después, hará a la investigadora consciente de que está ante un criminal en serie. Un detalle llama la atención: sobre el órgano sexual de cada víctima aparece un chanchigorri, un dulce típico de la región. El hecho de que la familia de Salazar tenga un negocio que incluye la elaboración de estas tortas no solo será la excusa que abra la puerta al pasado privado de Amaia, sino también a un posible vínculo entre ambas historias.

La película es un relato de suspense muy bien ejecutado que sigue los patrones propios del género y juega a su vez con los elementos que aporta la rica tradición de la región en la que se ambienta. El filme, como la novela que adapta, toma múltiples referencias de la mitología vasco-navarra de la comarca, haciendo que junto a la modernidad criminológica y criminalística propia de las investigaciones delictuales encontremos evocaciones de corte mágico o místico. El viaje a la localidad de Elizondo es, en varios sentidos, un retorno al pasado: al de la inspectora, pero también al de lugar donde el tiempo parece haberse detenido varias décadas atrás. La ambientación, donde la presencia constante de la lluvia parece jugar un papel importante, al llevar a la audiencia a un mundo de aspecto feérico donde las seguridades científicas ya no parecen tan firmes y la magia se filtra por las fisuras. No sería desacertado decir que el pueblo navarro y el valle del Baztán son dos protagonistas destacados del filme.

El juego entre presente y pasado tiene otra vertiente a través de los momentos de remembranza que experimenta Amaia a lo largo de la película. El reencuentro con sus orígenes dispara la evocación de escenas de su niñez que permiten comprender mejor sus decisiones y da respuesta a los términos en los que se relaciona con parientes y conocidos. En estas escenas, los tonos tienen una calidez ambarina que, no obstante, contrastan con la dureza de alguna de las revelaciones que se presentan.

El trabajo del reparto es correcto y permite la inmersión total de la audiencia en la trama y sus escenarios. La labor ambientadora está ejecutada de forma impecable, haciendo partícipe muy activa de la misma a la iluminación. Las tramas son bastante sólidas y hay que destacar la construcción del personaje principal, que se descubre ante el público con sus luces y sus sombras, sus virtudes y sus defectos, sus decisiones y sus contradicciones. Deja, al menos, el interés de conocer más de sus pesquisas y de preguntarse si tendremos la suerte de ver adaptaciones de las otras dos novelas.

Hay, no obstante, un par de puntos negativos que deben reseñarse. Por un lado, el hecho de que el mencionado juego presente tecnológico / pasado mágico (donde se exagera la sensación de antigüedad) se filtre en un momento de la investigación y pretenda hacer creer a la audiencia que un lapso de trece años pueda ser, a efectos científicos, como una era geológica. Por otro lado, que en los compases finales del metraje se muestre a las claras un aspecto que funciona mucho mejor como evocación. No hay que dar a la parroquia todo cuanto se pide.

Dicho lo anterior, hay que concluir que estamos ante una película sólida, entretenida y recomendable para toda persona aficionada al suspense, tanto en literatura como en cine.

  Dirección: Fernando González Molina Guión: Luiso Berdejo, Dolores Redondo (novella) Música: Fernando Velázquez Fotografía: Flavio Martínez Labiano Reparto: Marta Etura, Elvira Mínguez, Francesc Orella, Itziar Aizpuru, Carlos Librado, Miquel Fernández, Pedro Casablanc, Colin McFarlane, Benn Northover, Paco Tous, Manolo Solo, Ramón Barea, Patricia López, Quique Gago, Mikel Losada, Susi…
Dirección - 8
Guión - 8
Reparto - 7.5
Apartado visual - 8.8
Banda sonora - 7.9

8

Vosotros puntuáis: 6.5 ( 44 votos)
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Miki
Miki
13 marzo, 2017 9:18

Interesante, la novela me pareció una mierda así que no pensaba pasar por caja con esta peli pero ahora no sé muy bien qué pensar.

Laura
Laura
En respuesta a  Miki
13 marzo, 2017 15:34

Hombre, tanto como una mierda…. te podrá gustar o no como escribe y como describe la autora, pero decir eso me parece fuerte y de mala educación. Hay que tener más respeto por el trabajo de los demás. Al fin y al cabo, lo que se elige, todo en nuestras vidas, cine, teatro o lectura etc, para entretenimiento, es muy personal, a todos no nos gustan las mismas cosas y por eso no las tachamos con ese calificativo tan descalificativo.

Miki
Miki
En respuesta a  Laura
13 marzo, 2017 22:12

Tienes razón en tus apreciaciones sobre que lo que digo es fuerte y de mala educación, más que nada porque quiero que lo sea y ser despreciativo con semejante cosa que pasa por ser una novela, lamento no haber hecho incapié en el primer comentario respecto de:
-El vocabulario básico, casi infantil, de la autora, que parece no tener más allá de las dos mil palabras básicas que se dice se usan para entender un idioma.
– Que el folclore se use como si fuera cartón piedra.
– Que no sepa crear tensión.
– La manía de soltarnos datos porque sí (ya si nos metemos con la ropa de los protagonistas y su cansina descripción es un no parar)
– El contínuo cambio de registros que no me hace creerme los diálogos.
– Que el pueblo (o lo que sea Elizondo) parezca por tramos reducirse a una familia.
– Lo bonito que queda diferenciar a la mujer fuerte de sus compañeros y entorno mediante el recurso de las toallitas desmaquillantes, así se aúnan gustos y a lo mejor hasta a alguien le da por comprar algo de Maeva.
– Ese maravilloso final.
Por falta de tiempo lo reduje a «mierda» (aunque debí decir «mierda cara») porque lo que hizo la autora no llega a trabajo sino a chapuza, pero despreciar así el trabajo de toda la campaña de marketing que han hecho desde Planeta es imperdonable. Entre ésto y lo que publican en Alfaguara la novela negra (aunque están más cerca de los thrillers que de otra cosa) estará de moda pero es de lo que menos se lee.
Si quieres novela negra ahí anda la editorial Sajalín, si quieres thriller bestsellero acaban de publicar Efecto dominó en Grijalbo y si prefieres novelas que aúnen una trama criminal o thriller escritas por mujeres en EsPop publicaron a Christa Faust, Vickie Hendricks o Meggan Abbott, todos ellos ejemplos de un hacer varios pisos superior a El guardián invisible y varios edificios más abajo en cuanto a ventas.
Por eso (y porque me fastidia comprar saldos a precio de oro) califico al thriller éste que basa la película como, siempre en mi opinión, una mierda que compendia el problema del bestseller moderno. Podrá gustar más o menos según sea el humor de la persona (a mí nada), pero ya que me he rascado el bolsillo creo que tengo el derecho de emitir una opinión sobre el producto de entretenimiento igual que los demás pueden emitir la suya sobre dicha no-vela sin que por eso yo me ofenda ni por el tono ni por lo que dicha calificación deje entrever que me parecen los gustos de mis congéneres, sobre todo porque tampoco tengo interés en que los demás la compartan ni, ya puestos, en usar el cajetín de comentarios para enseñar urbanidad y buenas maneras.

Querubo
Querubo
Lector
13 marzo, 2017 9:44

A mi la trama de la novela también me dejó bastante frío, así que también pasaré de ir al cine a verla, aunque es cierto que que la ambientación de la misma se prestaba para una puesta en escena más que digna por el escenario donde se desarrolla.