#ZNCine – Crítica de It, de Andrés Muschietti

Crítica de It, la adaptación de Stephen King a cargo de Andrés Muschietti.

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Dirección:Andrés Muschietti.
Guión: Cary Fukunaga, Chase Palmer, Gary Dauberman (basados en una novela de Stephen King).
Música: Benjamin Wallfisch.
Fotografía: Chung-hoon Chung.
Reparto: Jaeden Lieberher, Jeremy Ray Taylor, Sophia Lillis, Finn Wolfhard, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer, Wyatt Oleff, Bill Skarsgård, Nicholas Hamilton, Jake Sim, Logan Thompson, Owen Teague, Jackson Robert Scott, Stephen Bogaert, Stuart Hughes.
Duración: 135 minutos.
Productora: New Line Cinema, Katzsmith Productions, Lin Pictures, RatPac-Dune Entertainment, Vertigo Entertainment.
Nacionalidad: Estados Unidos.

 

A la hora de afrontar una obra inadaptable como es It es inevitable plantearse principalmente: ¿Qué enfoque se pretende dar? ¿Con qué capas nos quedamos de una obra tan multifacética como es la creación de Stephen King? ¿Cómo se traduce una novela con tintes metafísicos de 1500 páginas al cine de entretenimiento para un público masivo? ¿Cómo se plasma la compleja estructura temporal?

Por no mencionar que la novela de Stephen King no escatima en ningún momento cuando debe ser cruenta. Es polémica, por momentos su lectura resulta demasiado explícita y descriptiva en los momentos de mayor violencia tanto física como emocional. No es plato de buen gusto para todos los lectores, pero aún así contiene un ritmo muy propio de King que hace que la lectura sea infinitamente más ágil de lo que pueden resultar otros libros de menor extensión.

El escritor, probablemente inconscientemente, si atendemos a la época lisérgica en la que concibió este libro, escribió una de las obras literarias que más impactaron en los años ochenta. Probablemente se fijase en casos como el de John Wayne Gacy, en el que un elemento infantil, diseñado para entretenerlos, algo puro, resulta ser precisamente todo lo contrario: un monstruo. Uno real, de carne y hueso, que come y que respira como todos los demás, que puede ser tu vecino, tu amigo, y que atenta contra las personas en su momento de mayor vulnerabilidad.

Es curioso como nuestra percepción de los payasos han cambiado con el paso del tiempo, y es más que probable que parte de la culpa sea de esta obra, ¿Por qué algo inerte, a priori, lo vemos como una señal de peligro? ¿Representa el payaso algún elemento de nuestra infancia, y es eso lo que realmente nos da miedo? ¿Tal vez sea ese aspecto irreal que tiene, como seres provenientes de otro lugar lo que nos produce congoja?

Sea como sea, el maquillaje colorido, la sonrisa perpetua, la actitud eternamente jubilosa y excesiva… Todo ello trae consigo un miedo que tiene que ver más con el inconsciente a algo racional, con lo que lo hace más primario. Al igual que cualquier miedo, tiene que ver con nuestra supervivencia. Pero, sin decir que los payasos supongan per se una amenaza, se trata de unos personajes que nos aterran por sus contradicciones. Ese aspecto tan ridículo, nos hace pensar que quien lo viste es capaz de las peores cosas. Son tétricos, pero probablemente sea una construcción del individuo, más de la cosa en sí.

Andrés (o Andy) Muschietti, director argentino apadrinado por otro maestro del género: Guillermo De Toro, ha sido el encargado de llevar a cabo la empresa de envergadura que es adaptar It. Previo a su llegada, se produjo un rifirrafe con Cary Fukunaga (él tenía un enfoque todavía más macabro, en el que (al igual que sucedía en True Detective, ahondaría el origen del mal, y le añadiría esos aspectos de metalenguaje que, en parte, son inexistentes en la versión que nos ha llegado. Pero la principal causa de la disputa entre estudio y autor es la inclusión de cierto contenido sexual, presente en la novela, que incomodó a los padres de los actores protagonistas, menores de edad todos ellos. Eso provocó que el estudio instase a eliminar dicho contenido a Fukunaga, que se negó y finalmente hizo que abandonase el proyecto a escasas semanas de comenzar a rodar). También tuvo que hacer frente, por otro lado, a la mítica adaptación a TV Movie con Tim Curry que aterrorizó a toda la generación de niños que la vio en su día, aunque haya envejecido francamente mal. Con sus aciertos y sus errores, probablemente el Pennywise de dicho actor sea una de las imágenes más icónicas del cine de género. Muchos espectadores guardan mejor recuerdo de lo que realmente es el telefilme, visto con los ojos actuales, pero todo ello influye en el imaginario colectivo a la hora de afrontar el visionado de esta nueva adaptación.

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Con el aprendizaje de Mamá, película fallida que demostró porque a veces una gran idea para un «>corto, no tiene porque resistir al proceso de conversión a largometraje, el director encara su película más grande. Ha debido hacer frente a todo ello, además de tratar de hacer una película que funcione tanto como obra en sí misma, como con las inevitables comparaciones tanto con las adaptaciones puras de It, como con las obras a las que la novela de Stephen King inspiró directa o indirectamente. No es fácil alcanzar este equilibrio que satisfaga a todas las partes en estos casos de adaptación de una obra de gran aceptación popular, pero la labor de Muschietti ha sido notable.

El director nos trae una pieza con sabor clasicista en algunos aspectos y posmoderno en otros. Nos da una de cal y otra de arena de forma constante. Se ambienta en los ochenta, pero no apela la nostalgia. Es una narración lineal (que se aleja de la estructura del libro), pero toma recursos formales de un cine posterior. Es muy fiel en algunos aspectos, pero en otros se toma libertades. Es atrevido a la hora de plasmar algunos aspectos, pero en otros resulta un tanto conservador. Con todo ello, no me cuesta imaginar al director enfrentándose al estudio para que le conceda determinadas libertades. Que más o menos erradas, por momentos esta película se nota una personalidad detrás de ella, en lugar de un frío producto hecho por un autómata sin alma ni nada que contar.

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Muschietti logra ganar el pulso al estudio a la hora de plasmar de forma muy sutil algunos de los elementos más intransigentes de la novela. Es aplaudible la forma en que es tratados esos adolescentes, que lejos de resultan de ser cargantes o estúpidos, como lo son en muchas películas. Otro de los grandes méritos del director es el equilibrio tonal, que hace que la película juegue a varios niveles: como drama sobre el paso a la madurez, sobre metáfora de matar a la infancia, como historia de amistad, con uno sorprendentes toques cómicos que funcionan a la perfección… Aunque esté completamente convencido de que es una decisión consciente, lo cierto es que si se analiza desde el prisma de película de terror pura, no funcione tal y como debiera.

A su vez, como espectador, echaba de menos ver a un personaje fumando, y que además esté del bando de los buenos. Es un detalle, pero creo que trae más de sí de lo que pueda llegar a parecer. Este es un pequeño acto de rebeldía hacia la visión pulcra que se nos pretende implantar desde determinado tipo de cine y que supone un atentado contra la realidad que, supuestamente, debe reflejar. El hecho de que no haya llamado la atención ni levantado una polémica absurda, es un sano síntoma que puede llevar que me hace plantearme que, como espectador, no me estarán sobreprotegiendo excesivamente.

El club de los perdedores está plasmado a las mil maravillas. La química entre todos los personajes es más que patente en todos y cada uno de los fotogramas que nutren el filme. Todos partes de topicazos al principio de la película, y más para el espectador habituado a las películas de aventurillas infantiles. Pero al final del filme, estos personajes se convierten en amigos, el espectador es el miembro restante de la pandilla. Al igual que sucede con Cuenta Conmigo esta película es un ensalzamiento de la amistad, además de un paso a la madurez. Al asesinato de todo lo que nos impide el paso a la adultez, en ese periodo traumático llamado adolescencia. Los miedos de la infancia probablemente sea los más intensos que lleguemos a vivir, y solo con sus ojos se pueden percibir. Cuando avanzamos, pasamos a tener otros miedos más realistas, más patentes en nuestro día a día. A nivel metafórico, la película logra transmitir todo ello, sin que se eche de menos una escena de orgía para lograrlo.

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El cast es carismático y logra, con pocos detalles hacer que el espectador sienta empatía hacia sus personajes. Con poco hacen mucho, y hacen que nos creamos a toda la pandilla. Pero, entre todos y aún estando todos defendiendo de forma excelente sus personajes, destaca por encima del resto una inmejorable y magnética Sophia Lillis que logra ser esa luz cegadora que ciega a todos los miembros del club. Aunque también resultan impresionantes sus escenas con su padre ficticio. Probablemente sea el personaje que más se ha cuidado, y la actriz demuestra ser una promesa muy a tener en cuenta.

A ello contribuye un guion, que sorprendentemente, viendo el proceso que ha llevado, no parece un monstruo de Frankenstein, si no que, por el contrario, parece es una pieza que logra funcionar en todo lo que se propone. El climax, sacrifica algunos de los aspectos más divisorios de la novela, haciéndola más accesible y mundana, pero con ello es un final más coherente con todo lo que se nos ha estado desarrollando. El ritmo, es bastante ágil, a pesar de la extensa duración del filme, y logra establecer un punto en el que no es necesaria mucha pirueta argumental. Es cierto que edulcora algunos aspectos de la novela, pero también es justo reconocer que es mucho más audaz que muchas de las propuestas de género que nos llegan desde el mainstream.

Pero no es así con la Derry de Muschietti, que se me antoja algo pobre. No se percibe en ningún momento el hecho de que sea un pueblo sumido completamente en la influencia del mal, salvo por algunas pinceladas que captará el lector del libro. Todos los personajes se comportan de forma inhumana, pero no se entiende la razón de ello. Y, sin haber dejado clara esa cuestión de base, la película se resiente puesto que tenemos personajes aislados llevando a cabo comportamientos más o menos piscopáticos. Pero como espectador, no se logra extrapolar en ningún momento a todo lo que trae detrás de esas idiosincrasias. Esa crítica a la América profunda, a los aspectos más opresivos de la vida rural de ese país también es algo fallida (cosa que sí que estaba presente en el guion anterior). Habría ganado en relevancia este filme de haberse atrevido a apretar algo más las tuercas.

Mención y análisis aparte merece el Pennywise que se nos presenta. Es en esta versión de It, interpretada por un espeluznante Bill Skarsgård, se opta por potenciar la posmodernidad. Es un It diseñado de base para que conscientemente tenga que dar miedo. Se le ha dado un aspecto puramente creepy, en lugar de optar por lo que parecería un payaso real. Es un personaje de una película de terror que sabe que es un personaje y que se comporta de acuerdo a ello. ¿Traiciona ello a esa encarnación pura contra el mal que se alimenta del miedo cada veintisiete años? No, no lo creo. Pero esto al ser un texto fílmico, el hecho que se haya optado por esta posición de representación, tiene un significado distinto.

Resulta curioso que se haya optado por ello de una forma tan evidente, en una película que sacrifica el posmoderno modo de narrar que emplea King en su novela (enfocándose exclusivamente al enfrentamiento infantil, y dejando el resto para una hipotética segunda parte, o segundo capítulo). El otro gran aspecto posmoderno ha sido en el momento en que parece que el director haga constantes referencias a la hora de plantear las escenas de terror puras. O bien, no le interesaban, o bien estaba falto de inspiración, pero resulta curioso como todo lo que tiene que ver con los aspectos de terror sepan a una digestión de cosas ya vistas.

La fotografía corre a cargo de Ghung-hoon Chung, habitual de Park Chan Wok, y se puede decir en todas las escenas. Hay un cuidado único que da una textura a las imágenes de esta película. Los colores resultan muy vívidos y logran definir a los personajes, con un gran contraste entre luces y sombras que lograr que la estética de esta película resulte pretendida icónica, pero que funciona en todo momento. Se nota el nombre del director de fotografía en ese minucioso cuidado en todos y cada uno de los planos, y hace que su presencia en esta película sea igual o más fundamental que la de su director.

It es una película que sabe lo que hace. Que apela constantemente tanto al espectador, con el que logra que sienta la empatía necesaria para que los personajes le importen, como con el lector, que verá, con sus peros, una adaptación satisfactoria de una de las grandes piezas de Stephen King. Una pieza accesible tanto para el gran espectador medio, como para aquellos más exigentes. Una película en la que todos los que se decidan por entrar en su mundo, no se arrepentirán. Unos ven meritos en unos aspectos, y otros en otros. Pero lograr satisfacer a la gran mayoría no es tarea sencilla.

  Dirección:Andrés Muschietti. Guión: Cary Fukunaga, Chase Palmer, Gary Dauberman (basados en una novela de Stephen King). Música: Benjamin Wallfisch. Fotografía: Chung-hoon Chung. Reparto: Jaeden Lieberher, Jeremy Ray Taylor, Sophia Lillis, Finn Wolfhard, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer, Wyatt Oleff, Bill Skarsgård, Nicholas Hamilton, Jake Sim, Logan Thompson, Owen Teague,…
Dirección - 8
Guión - 7
Reparto - 8.5
Apartado visual - 8
Banda sonora - 6.5

7.6

It es una película que funciona en todo lo que se propone. Salvo cuando quiere ser una pieza de género.

Vosotros puntuáis: 8.86 ( 37 votos)
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Florthep
Florthep
Lector
17 septiembre, 2017 13:11

Ayer vi It, animado por fans del libro que la ponían bien, y me llevé una decepción, una película visual y narrativamente incoherente, con dos historias que no saben como confluir, la nostálgica de las peliculas de grupos de amigos de los 80 y la de terror mainstream actual, incluso con algunos filtros visuales en ciertas escenas que te sacaban de la película, no he leído el libro, pero si otros de King, y lo que me gusta, aparte de su retrato de la sociedad, es cómo consigue hacer de lo sobrenatural, del terror, algo cotidiano, que te sorprende, no por que choque con la realidad que está contando sino porque forma una amalgama con esa realidad, y en la nueva, cada momento de terror ni daba miedo ni daba la sensación de fundirse con el conjunto.
Y la estética del payaso, pues para una ópera macabra genial, pero para terror que homenajea a los 80, no me cuadra. O quizás es que estoy desfasado en esto del terror moderno, no lo sé y quizás querían hacer ver que es más antiguo de lo que parece, aún así, hay algo que no terminó de convencerme.
No todo es malo, tiene muy buenos momentos y escenas, pero son fogonazos que no logran armar un conjunto satisfactorio, al menos para mí.

Miki
Miki
Lector
19 septiembre, 2017 9:20

Vista la película, a mí me ha gustado. Cierto es que pasado el primer tramo las visiones no son tan terribles ni el payaso da inquietud al haberlo visto ya bastante, pero tengo que reconocer que me gustó por lo que suele ser accesorio en este tipo de cine: los personajes. Me gustó cómo los perfilan y cómo se va desarrollando su historia de amistad; los sustos y tal ni son para tanto ni son tan macabros, cualquier capítulo de bones parece tener más casquería, cosa que también agradezco.
Aquí más que en asustar se han centrado en contar una historia en la que hay sustos.