#ZNCine – Crítica de La gran enfermedad del amor de Michael Showalter

 

Dirección: Michael Showalter.
Guión: Emily V. Gordon, Kumail Nanjiani.
Música: Michael Andrews.
Fotografía: Brian Burgoyne.
Reparto: Kumail Nanjiani, Zoe Kazan, Holly Hunter, Ray Romano, Linda Emond, Vella Lovell, Bo Burnham, Aidy Bryant, Matty Cardarople, Adeel Akhtar, Anupam Kher, Shenaz Treasury, Kurt Braunohler, Rebecca Naomi Jones, Celeste Arias, Myra Turley.
Duración: 119 minutos.
Productora: Filmnation Entertainment / Story Ink.
Nacionalidad: Estados Unidos.

 

«No soy de esa clase de chica, sólo tengo sexo una vez en la primera cita.» Emily

Una de las mejores comedias de la temporada se encuentra en nuestras carteleras de la mano de Amazon Studios. A pesar de una traducción que no invita a su visionado, La gran enfermedad del amor ha sido para este humilde redactor un soplo de aire fresco en un género en exceso trillado: la comedia romántica. Basada en hechos reales, la cinta ha conseguido una posición de prestigio dentro de la «factoría Judd Apatow«, quien en esta ocasión ejerce de productor. Apatow se dio a conocer con la obra de culto Freaks and Geeks (que desde Zona Negativa queremos recomendar encarecidamente) a finales del siglo pasado. Con buena fama ganada, el cineasta neoyorkino ha ido generando una más que notable filmografía ya sea dirigiendo (Virgen a los 40, Lío embarazoso, Hazme reir) o produciendo (Supersalidos, Girls, Love). Títulos muchos de ellos que pueden parecer de consumo rápido para adolescentes pero que, sin embargo, muestra en clave de comedia una radiografía de una generación a la que le cuesta madurar y enfrentarse a sus propios problemas.

La gran enfermedad del amor tiene un poco de lo anteriormente comentado con el añadido de que la historia que nos cuentan ocurrió realmente. Sus protagonistas, Kumail y Emily, se conocen tras un espectáculo de comedia en vivo realizado por el primero. Tras unos primeros encuentros sexuales, la relación irá a más. Sin embargo, al enterarse Emily de que su pareja no ha revelado su noviazgo a sus padres, decidirá cortar por lo sano. Poco tiempo después acaba en coma debido a una rara enfermedad y Kumail junto a los padres de ella cuidarán de la paciente día tras día.

Kumail Nanjiani, en un curioso caso de metacine, se interpreta así mismo. Nacido en Pakistan, Nanjiani emigró a Estados Unidos junto a su familia a los 18 años y se ha convertido en un rostro conocido gracias a su papel de Dinesh en la maravillosa serie de HBO, Silicon Valley. Antes de que se convirtiera en actor, Nanjiani dio sus primeros pasos en la stand-up comedy. La cinta plasma a la perfección su aspiración por ser humorista (comparte escenas con monologuistas reales como son Kurt Braunohler o Aidy Bryant) en contraste con su trabajo en Uber. Por otra parte, los férreos valores que marcan sus padres hacen que Kumail oculte la conexión que tiene con Emily. Pese a estar en el siglo XXI y vivir en una sociedad avanzada (discutible para algunos) como la americana, los matrimonios concertados siguen estando a la orden del día y, por supuesto, la candidata a ocupar un lugar como futura esposa de nuestro protagonista tiene que ser musulmana con orígen pakistaní. La madre de Kumail se encarga de realizarle “encuentros casuales” con posibles pretendientas pero el joven no quiere saber nada de ninguna guardando los curriculum vitae que le llevan en una pequeña caja. En las antípodas se encuentra Emily, blanca y ajena al Corán. Es este pues un punto crucial en la cinta y, a pesar de que puede parecer muy excéntrico el problema, el peso que tienen nuestros padres en la vida y el miedo a ser rechazados es algo que trasciende a culturas y etnias.

Para el papel de Emily se encarga la musa del cine indie Zoe Kazan. La actriz que destacó en su interpretación de Ruby Sparks, se encuentra en el mejor momento de su carrera. Junto a La gran enfermedad del amor ha estrenado recientemente en la pequeña pantalla The Deuce, una de las series estrella de HBO en la actualidad y para el año que viene ya prepara en Netflix, The Ballad of Buster Scruggs, con los Hermanos Coen como directores del proyecto. Kazan consigue con su Emily transmitir ternura, fragilidad, carácter y un gran sentido del humor. Además de la pareja protagonista, cabe destacar a los veteranos robaescenas Holly Hunter (Batman vs Superman: El amanecer de la justicia) y Ray Romano (Todo el mundo quiere a Raymond), como padres de Emily, quienes saben dotar a sus personajes de la pertinente carga dramática con pinceladas divertidas. No sería de extrañar que viésemos a Hunter nominada a mejor actriz secundaria en los grandes premios. La química entre todo el elenco es fantástica y sólo podemos aplaudir al resto del reparto más desconocido para los espectadores(Anupam Kher, Zenobia Shroff, Adeel Akhtar).

De la dirección de La gran enfermedad del amor se hace cargo Michael Showalter quien, tras haberse forjado una carrera semidesconocida en la pequeña pantalla para el gran público con productos como Search Party, recibe su gran oportunidad de aspirar a proyectos más ambiciosos. Lo cierto es que tanto la dirección como el reparto están al servicio del fantástico guion escrito, mano a mano, por Emily V. Gordon (la Emily de la vida real) y su marido, nuevamente, Kumail Nanjiani. Gracias a sus diálogos chispeantes y un equilibrio perfecto entre comedia y drama, la cinta dirigida por Showalter nos gana desde el primer momento y consigue que empaticemos con cada uno de los personajes.

Desde que fuera estrenada en el Festival de Sundance, The Big Sick (título original del filme, mucho más acertado que su homónimo castellano) se ha ido haciendo más y más grande. Probablemente, desde 500 días juntos no habíamos visto una comedia romántica tan inteligente y cautivadora. La historia de Kumail y Emily emociona, haciéndonos sonreir y reir a partes iguales. No me queda más que recomendar esta deliciosa película para ver solo o en pareja porque además nos demuestra, lejos de frivolizar, que el amor es el elemento clave para tender puentes entre culturas o razas diferentes derribando los absurdos muros del odio que en estos tiempos estúpidos nos ha tocado vivir.