Dirección: Zhang Yimou
Guión: Tony Gilroy, Carlo Bernard, Doug Miro (Historia: Max Brooks, Edward Zwick, Marshall Herskovitz)
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Stuart Dryburgh, Zhao Xiaoding
Reparto: Matt Damon, Pedro Pascal, Willem Dafoe, Andy Lau, Jing Tian, Zhang Hanyu, Eddie Peng, Lu Han, Kenny Lin, Ryan Zheng, Cheney Chen, Huang Xuan, Karry Wang, Vicky Yu, Liu Qiong
Duración: 104 minutos
Productora: China Film Group / LeVision Pictures / Legendary East / Kava Productions / Legendary Pictures / Atlas Entertainment
País: China / Estados Unidos
En nuestro programa de crítica cinematográfica de hoy, vamos a ver cómo se hace una receta fílmica a partir de los ingredientes de otras producciones: tómese un poco de Alien; aderécese con una pizca de Murieron con las botas puestas. A continuación, añádase un poco de La rosa negra y hornéese a la temperatura adecuada hasta que tome el colorido de La maldición de la flor dorada; sazónese al gusto de la parroquia con las especias que componen la trilogía de El Señor de los Anillos. El resultado es la última película del cineasta chino
Lo primero que hay que advertir respecto de la película es que no debe tomarse en modo alguno como otra cosa que una cinta de entretenimiento. Si partimos de la premisa de que los villanos de la historia son monstruos imaginarios –dato este que se deja caer en los avances de la cinta- hay que seguir avanzando y destacar que, desde el punto de vista de la ambientación, estamos ante un colorido potaje que mezcla de aquella manera siglos, dinastías, descubrimientos y cronologías. Para empezar, el motivo del viaje de la expedición mercenaria llega un tanto tarde. Si, presuntamente, estamos en el S. XV de la era cristiana, hay documentos que resaltan la presencia de la pólvora negra un par de siglos antes, primero en Oriente Medio y luego en Europa. Si, teóricamente, seguimos en ese movidito siglo, la dinastía reinante en China era otra pero, en honor a la verdad, nada de eso importa demasiado. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque en el apartado de cine histórico son más las barbaridades y las herejías que la fidelidad académica y, hay que decirlo nuevamente, esto va de tiros y explosiones.
Lo segundo que hay que indicar, aparte de la profusión de espectaculares combates, es que no se debe esperar nada mínimamente original. Esto va de un encuentro entre culturas en el que los barbudos, malolientes e individualistas europeos descubren la marcial camaradería de los guerreros y guerreras de la Orden sin Nombre: soldadesca que desde su más tierna infancia ha sido entrenada para defender China de un mal que, cíclicamente, retorna para ponerla a prueba. William (Matt Damon) desarrolla un profundo sentimiento de respeto hacia sus anfitriones-carceleros, concretado en sus conversaciones con la comandante
Una vez queda fijado el hecho de que esta película no pasará a la historia ni por su originalidad ni por su profundidad, hay que centrarse en los detalles positivos: la espectacularidad de sus escenas, el brillante colorido, la ejecución de las escenas de masas y una banda sonora con profusión de percusión son los platos fuertes de este menú que, sin ser original, resulta comestible. La imagen es el protagonista principal de esta película donde el reparto cumple sin excesivas florituras; ni matan de la emoción y ni espantan del susto. Por encima de Damon y Jing destacaría los trabajos de Pedro Pascal (que vuelca aquí el mismo talento que le ha hecho célebre en Juego de Tronos o Parcos) y
Para finiquitar la receta, solamente queda añadir que esta entretenida película pasará a la historia por la polémica presencia de intérpretes occidentales (sí, todavía estamos con estos rollos a estas alturas) y por ser una película particularmente cara en la historia del cine chino. Zhang Yimou ha dirigido en esta ocasión la que probablemente sea su cinta menos oriental.
¿7,6? Lo veo bastante benévolo y me quedo corto. La peli es una castaña bastante absurda. Tiene algún momento de acción chulo y es cierto que no es aburrida, pero todo lo demás no hay por donde cogerlo.