#ZNCine – Crítica de La Llegada (Arrival), de Denis Villeneuve

Amy Adams contacta con los extraterrestres en la gran apuesta de la ciencia ficción del año de la mano del director de Prisioneros y Sicario

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Dirección: Denis Villeneuve
Guión: Eric Heisserer, basado en el relato de Ted Chiang
Música: Jóhann Jóhannsson
Fotografía: Bradford Young
Reparto: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg, Mark O’Brien, Tzi Ma, Nathaly Thibault, Pat Kiely, Joe Cobden, Julian Casey, Larry Day, Russell Yuen, Abigail Pniowsky, Philippe Hartmann, Andrew Shaver
Duración: 116 minutos
Productora: Paramount Pictures, FilmNation, Lava Bear Films, 21 Laps Entertainment
Nacionalidad: Estados Unidos

 
Aviso de Spoilers: Si tuvierais que explicarle a un alienígena recién llegado a la Tierra el significado de la palabra «spoilers» no podríais ponerles como ejemplo la siguiente crítica de La Llegada. Creo que con eso está todo dicho.

Ayer llegaba a la cartelera La Llegada (Arrival), la última cinta del director Denis Villeneuve que ha causado sensación allí donde se ha proyectado, confirmándose como uno de las cintas de ciencia ficción más interesantes de los últimos años, un género a menudo enterrado entre acción y explosiones pero que aquí nos pone frente a un acercamiento más intimista ante la llegada de unas naves extraterrestres a la Tierra y la reacción de la población y las autoridades mundiales ante el primer contacto con una raza alienígena. Basada en Story of Your Life, un delicioso relato corto -quizás demasiado corto para un largometraje- del escritor Ted Chiang, La Llegada nos presenta como personaje principal a una Amy Adams (que este año también presenta la también muy bien recibida Animales Nocturnos de Tom Ford) en la piel de una lingüista que deberá averiguar la mejor forma de comunicarse con los extraterrestres y dilucidar sus intenciones para con la Humanidad. Un proyecto novedoso también para un Villeneuve que se ha confirmado en los últimos tiempos como una de las figuras más importantes del panorama cinematográfico contemporáneo pero más acostumbrado en su filmografía a lidiar con thrillers intensos como Enemy, Sicario o Prisioneros; fue precisamente en el rodaje de ésta última durante el cual Villeneuve se interesó por adaptar el relato de Chiang, un interés que le ha llevado a rodar, según gran parte de la crítica y el público, la cinta de ciencia ficción más relevante de los últimos tiempos. Un Villeneuve que, por cierto, no abandona el género y dobla la apuesta al encontrarse inmerso en el rodaje ni más ni menos que de la secuela de Blade Runner, que estrenará el próximo año y que obviamente es el proyecto más ambicioso de su carrera. De momento, pasemos a intentar averiguar si las altas expectativas estaban justificadas con Arrival.

Lo primero que llama la atención de La Llegada (y no debería de hacerlo, maldita sea) es encontrarnos con una película de ciencia ficción con alienígenas llegando a la Tierra y que en lugar de explosiones, destrucción de edificios emblemáticos y montajes frenéticos, nos pongan ante nuestros ojos una historia pausada, intimista y reflexiva. El asunto ya roza lo inaudito cuando, además, la película no deja de lanzar propuestas e ideas al espectador sobre el lenguaje y el modo en que nos define como sociedad y como individuos, un curioso juego de acercamiento y alejamiento en el que baila continuamente Arrival, mezclando el impacto de la llegada de los alienígenas sobre nosotros como civilización y a la vez sobre las personas encargadas de comunicarse con los extraterrestres, especialmente sobre el personaje de una maravillosa Amy Adams que acepta el regalo de Villeneuve para ser protagonista total de la película y despliega ante nuestros ojos todo un festival de vulnerabilidad y fascinación, cargando la cinta sobre sus hombros y eclipsando al resto del reparto, tanto que hace parecer meros figurantes a los siempre competentes Jeremy Renner o Forest Whitaker. A la manera de abordar la historia y sus personajes se suma al desconcierto de ese supuesto incauto espectador una puesta en escena sobria aunque potentísima como suele ser habitual en el cine de Villeneuve, con una fotografía apagada y claustrofóbica en ocasiones, mucho más interesada en mirar desde los primeros planos del personaje de Adams hacia su interior que en deslumbrarnos con el espectacular diseño de producción que nos llevará a través de la nave alienígena, fría y espartana al estilo Villeneuve, y sobre todo del diseño del lenguaje visual mediante logogramas de los extraterrestres, todo un logro conceptual que seguramente pasará a formar parte del imaginario colectivo a la hora de hablar de la ciencia ficción cinematográfica del presente siglo.

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Es a esa ciencia ficción más clásica a la que La Llegada rinde pleitesía, a la que está más interesada en dejar en el aire más cuestiones de las que plantea, y podemos ponerle más de un punto en común con la fantástica Contact que aunó los talentos de Carl Sagan y Robert Zemeckis (por más burlas que recibiera incluso de South Park), o incluso a la no menos noqueada por ciertos sectores como es la Interstellar de Christopher Nolan: el motivo principal que llevará a muchos a sentir cierto rechazo por propuestas como las mencionadas o la presente Arrival es que, por su propia naturaleza, hay propuestas que se introducen voluntariamente en arenas movedizas mediante la conexión de la ciencia ficción no sólo con componentes sociológicos sino también emocionales: el amor de la doctora Eleanor Arroway hacia su padre y las cuestiones sobre la fe y la ciencia en Contact o el más sencillo (y, reconozcámoslo, sonrojante de labios de Anne Hathaway) planteamiento del amor a través del espacio y el tiempo de Interstellar son, mejor o peor llevados, el Caballo de Troya de ambas películas para dejar entrar a hordas de haters en la honestidad de sus propuestas. La Llegada juega con unas cartas muy parecidas y el giro del tercer acto es posible que provoque más de una pataleta, aunque hay que reconocer que el pulso de Denis Villeneuve a la hora de llevar a buen puerto el jardín en el que termina metiéndose la historia es mucho más firme que el de Zemeckis o Nolan, y está más cercano en estilo a una mezcla entre Terrence Malick, Los Amantes del Círculo Polar de Julio Medem o, en el campo que nos ocupa, al estilo deprimido y deprimente de las introspecciones de Andréi Tarkovski en Stalker o, sobre todo, en la trascendental tristeza del destino de Solaris heredada directamente de la prosa de Stanislaw Lem, cuya sombra se intuye en los paralelismos en la relación del personaje de Amy Adams con el lenguaje alienígena (más optimista en el fondo, eso sí) y la de Kris Kelvin y el océano que conformaba el planeta Solaris; de todos modos, la trama de La Llegada está tan bien cimentada y trabajada que esquiva con facilidad incluso los momentos más cuestionables en el tramo final de la película. De hecho, Arrival se trabaja tanto la credibilidad con el espectador (y más aún con el fan hardcore y puntilloso de la ciencia fición) que tiene ya mucho ganado cuando llegan las curvas, las caídas en el ritmo o los cambios de tono que pueden sacar a más de uno de la cinta.

Tengo que reconocer que me estoy sintiendo pelín culpable a la hora de enumerar los puntos débiles de La Llegada, como si estuviese disculpando el hecho de que no sea la obra maestra prometida por tanta crítica desmesurada porque sinceramente creo que se merece mucho más que alabe sus virtudes que no que airee sus defectos. Arrival es una pieza extraña y a la vez convencional, pero brilla mucho más por ser una gema en el árido desierto de una ciencia ficción casi olvidada, de esa que mientras leíamos nos hacía dejar el libro a un lado por un momento para regocijarnos de las ideas que estaba despertando en nuestra mente por medio de la imaginación plausible a la que le gustaba liarse a guantazos con la facilona fantasía en una divertida rivalidad histórica. Una ciencia ficción que sigue vigente por muchos años que pasen por ella, porque la auténtica ciencia ficción es tan atemporal y a la vez tan rabiosamente actual como la historia que nos plantea La Llegada en cuanto a los problemas de comunicación (o más bien incomunicación) personales, sociales o políticos.

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Por eso, dos horas después de su comienzo que se lanza de cabeza al centro de la historia en una concisión que se agradece, con la mente exhausta tras navegar por conceptos lingüísticos y vaivenes emocionales adornados por la extraordinaria banda sonora del gran Jóhann Jóhannsson (cuya magistral composición podéis disfrutar ya a través de Spotify), uno no puede más que hundirse en la butaca y dar las gracias por encontrarnos en 2016 con una película como Arrival y un director como Denis Villeneuve, cuyas acciones de cara a Blade Runner 2049 acaban de subir como la espuma tras el visionado de La Llegada. Y esperar con ganas un 2017 que parece venir cargado de una nueva ración de buena ciencia ficción, con propuestas tan diversas (sin contar las sorpresas independientes) como Ghost in the Shell, Life, Alien Covenant o la citada Blade Runner que, esperemos, sigan poniendo en mayor o menor medida un espejo deformante frente a nuestra ansiedad ante el futuro, nuestras obsesiones, distopías y traumas varios que arrastramos como especie, para los cuales la ciencia ficción sigue siendo una de las mejores terapias que hayamos podido inventar. Larga vida a la ciencia ficción. Y prosperidad.

A decir verdad, yo no estaba absolutamente seguro; pero irse era renunciar a una posibilidad, acaso ínfima, tal vez sólo imaginaria… ¿Entonces tenía que seguir viviendo aquí, entre los muebles, las cosas que los dos habíamos tocado, en el aire que ella había respirado una vez? ¿En nombre de qué? ¿Esperando que ella volviera? Yo no tenía ninguna esperanza, y sin embargo vivía de esperanzas; desde que ella había desaparecido, no me quedaba otra cosa. No sabía qué descubrimientos, qué burlas, qué torturas me aguardaban aún. No sabía nada, y me empecinaba en creer que el tiempo de los milagros crueles aún no había terminado.

Solaris – Stanislaw Lem

  Dirección: Denis Villeneuve Guión: Eric Heisserer, basado en el relato de Ted Chiang Música: Jóhann Jóhannsson Fotografía: Bradford Young Reparto: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg, Mark O'Brien, Tzi Ma, Nathaly Thibault, Pat Kiely, Joe Cobden, Julian Casey, Larry Day, Russell Yuen, Abigail Pniowsky, Philippe Hartmann, Andrew…
Dirección - 9
Guion - 8.5
Reparto - 8
Aspecto Visual - 9.5
Banda Sonora - 9

8.8

La Llegada es un fantástico ejemplo de que aún hay esperanza para la ciencia ficción y una buena muestra más del descomunal talento de Denis Villeneuve. Espectacular y a la vez intimista, Arrival es una joya que sabe sobreponerse a sus defectos. No os la perdáis.

Vosotros puntuáis: 6.96 ( 17 votos)
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Lector
19 noviembre, 2016 12:09

juega de manera curiosa con la linealidad del espacio tiempo,en una trama que,prácticamente,gira en torno al personaje de amy adams.
punto para el bloque argumental.
y hasta aquí, lo bueno.
pero el problema es que -como le pasaba a INTELLESTELLAR- busca tan desesperadamente elevarse como producto a través de una cierta lírica visual (esto lo firma villeneuve,como lo podia haber firmado terrence «¿a que huelen las flores?» mallick. coñazo de autor donde los haya) ,que se olvida que las mejores obras del genero nacen de conjugar forma y fondo,de que los personajes te interesen (vamos,lo que si lograba Spielberg en ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE,con apenas dos pinceladas)
y lo cierto es que,ni me interesa el personaje de la doctora banks ,a la que ya algunos sitúan en la quiniela de los oscars (debe ser que abrir los ojos como platos todo el tiempo y suspirar muy fuerte es un prodigio de actuación) ni mucho menos el accesorio papel de ojo de halcón.
mención importante para el epilogo,con esa creciente sección de violines (en un ritmo sostenido, machacon y persistente) que pocas veces han llegado a irritarme como en esta secuencia concreta,y que te llevan a querer ahogar al «figura» que ha compuesto la «brillante» y ,eso sí,soberanamente pedante banda sonora de la película .
banda sonora por supuesto unanimente alabada.
por lo que a un servidor respecta se puede agarrar de la manita el Michael nyman de la banda sonora de EL PIANO de jane champion y el pavo este (paso hasta de buscar en google su nombre.me la suda) y tirarse ambos alegremente por un precipicio.

p.d: y ya lo último es tomar a CONTACT como una película de referencia en el genero de la ciencia ficción.
«pa» flipar.

billyboy
billyboy
Lector
19 noviembre, 2016 12:34

Yo mientras que al final no resulte que los Aliens son humanos venidos del futuro que evolucionaron la forma de hablar y que olvidaron como se habla de forma antigua estaré contento,quiero Aliens de verdad, no estar esperando una hora de peli para que al final al ver un Alien este resulte el padre de la protagonista XD, y ya de paso que los Aliens no sean genéricos.

pelayo
pelayo
Lector
19 noviembre, 2016 23:21

He salido del cine hace pocas horas, y aún después de un largo paseo cavilando sobre la película creo que todavía me quedan más horas para extraer ideas de ella; pero coincido con Samuel en que es de ese tipo de ci-fi «que está más interesada en dejar en el aire más cuestiones de las que plantea». Gustarme me ha gustado, y mucho, por lo que he disfrutado viéndola (y oyéndola) y por las ideas, conceptos que me ha sugerido y que me ha hecho cuestionarme sobre el lenguaje en general y el lenguaje cinematográfico -y sus trucos y costumbres más básicas, como el efecto Kuleshov- en particular. En ciertos aspectos incluso estoy en desacuerdo con algunos planteamientos científicos de la película: por ejemplo creo que, de cara a no confundir-aburrir al público ofreciéndole un documental, se ha rebajado un poco el tono de dificultad comunicativa entre dos especies de ecosistemas aparentemente tan distintos como el terrícola y «el otro» (imagínate que los aliens se comunican mediante olores como las hormigas, o mediante giros corporales como las abejas, o mediante signos en una zona del espectro luminoso que los humanos no ven… Y supuestamente es la civilización más atrasada la que hace el mayor esfuerzo por establecer una traducción…) pero esos mismos puntos de desacuerdo con el guionista me hacen pensar en cosas que hasta ahora no me había planteado. Durante el desarrollo del argumento me iban revoloteando por la cabeza ideas de Sagan sobre la morfología de los aliens y su ecosistema de origen -yo crecí viendo y leyendo Cosmos- y me acordé de las precauciones de Stephen Hawking sobre por qué querrían venir hasta aquí, me acordé de Soule y su Carta 44, y del Dr. Manhattan y su forma de percibir el tiempo… que a su vez me llevaba a Planilandia (https://es.wikipedia.org/wiki/Flatland,_romance_of_many_dimensions) y la percepción de diferentes dimensiones… e incluso me dio tiempo para acordarme de Exploradores y fabricarme un chiste sobre un posible «giro argumental descacharrante»: en realidad los aliens se estaban comunicando ¡con el canario!.
Frank ha mencionado los toques de estilo Malick, Nyman y Contact; para él son puntos negativos; para mí, en cambio son muy positivos esos referentes y le vienen bien en la «forma», porque «fondo» creo que tiene y bastante. Y por cierto, eso que suena «estilo Nyman» es en realidad «On the Nature of Daylight» de Max Richter (https://www.youtube.com/watch?v=rVN1B-tUpgs), lo conocía desde hace unos años y en cuanto empezó la peli comenzó y empezó a a sonar, blurr, piel de gallina.

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Lector
En respuesta a  pelayo
20 noviembre, 2016 0:48

los likes/dislikes parece que han pasado a la historia en zn, asi que te lo remito «en diferido»,xdd.
un comentario muy,muy interesante.

pelayo
pelayo
Lector
En respuesta a  frankbanner49
20 noviembre, 2016 13:38

¿Siguen funcionando los botones de spoiler tras la reforma de la página? Mejor pruebo antes

Aviso de Spoiler

Bruce Willis también era un fantasma

Igor Álvarez Muñiz
En respuesta a  frankbanner49
20 noviembre, 2016 15:06

Parece que los botones se han ido con una actualización.
Con respecto a la película a mi no me gustó, la parte del lenguaje está muy bien y tiene ideas muy interesantes pero el desarrollo se pierde otras cosas que se alejan del género (o subgénero), fue una gran decepción.
Además seria interesante plantearse si realmente es una película de ciencia ficción, la resolución está basada en una idea cuestionable que tiene más que ver con la metafísica que con la física, entiendo que el lenguaje es muy importante a la hora de determinar puntos de nuestras relaciones (Frege, Russell…) la influencia del lenguaje a nivel social es cuestionable hasta que punto puede llegar /tema muy interesante el de la filosofía del lenguaje), pero aprender un idioma que hace «eso» está más cerca del Doctor Extraño que de Reed Richards, no se si me explico.
Saludos (y genial crítica Samuel, como siempre)

pelayo
pelayo
Lector
20 noviembre, 2016 14:55

Gracias, frank, pero sólo eran unas ideas a vuelapluma. Aunque soy bastante fan de Malick en lo visual y de Nyman en lo sonoro, comprendo perfectamente a la gente que dice que «les carga», porque ambos autores tienen estilos tan personales, tan definidos y tan impactantes que a poco que vengan otros a hacer algo parecido enseguida parece que se ha creado una «moda» o, como tú dices, una «estética Terrence-a-qué-huelen-las-flores-Malick» o «Michael-tensión-mucha-tensión-Nyman» que acaba por convertirse en un cliché estético/lirico-pedante, como llegaron a a ser clichés la estética de la Amelié de J.P. Jeunet, la de Michael Bay (https://www.youtube.com/watch?v=2THVvshvq0Q) o la ciencia ficción oxidada de Alien o la antigüedad embarrada de Gladiator. Vamos, es como la moda que inició Alan Moore con aquello de poner citas cultas al comienzo o final de sus tebeos.
Hablando de Moore y de La llegada: anoche estuve por Las Horas Perdidas, y había personas hablando acerca de si de la película se podría extrapolar la idea de

Aviso de Spoiler

si el hecho de que la protagonista acceda a una percepción del tiempo en la que pasado-presente-futuro son uno solo sería una negación del libre albedrío, pues ella ve y experimenta hechos de un futuro que irremisiblemente van a suceder y que ella acepta «no cambiar». Sin embargo creo que la discusión sobre ese tema es fútil por lo mismo de lo que trata la película: el lenguaje y sus limitaciones. Ludwig Wittgenstein venía a decir que en realidad mucho problemas filosóficos en realidad son sólo problemas lingüísticos derivados de las limitaciones de nuestro lenguaje y a la vez de nuestra percepción. Los humanos somos seres que sólo podemos percibir 3 dimensiones espaciales y una 4ª dimensión temporal que tiene una «apariencia» lineal (del pasado al futuro y sin volver atrás), y nuestro lenguaje (el hablado y el escrito) se adaptan a ello; sin embargo, tengo entendido que la física teórica nos dice que puede haber más dimensiones que sólo pueden ser expresadas a través de las matemáticas «sobre el papel» pero no percibidas por los sentidos y sólo entendidas por la mente a través de metáforas o de símiles reduccionistas. Era el mismo problema que Alan Moore tenía a la hora de describir la forma de percibir el tiempo del Dr Manhattan, o lo que Abbott intentaba expresar en su sátira Planilandia, e incluso la forma en que Dr Extraño vence a Dormammu en la peli: ¿cómo le describes a alguien que sólo puede percibir y concebir x dimensiones que en realidad hay más dimensiones? Pues, hasta que se invente un lenguaje como el de esos círculos que pueden expresar conceptos de pasado-presente-futuro, tendrá que ser mediante símiles o metáforas literarias, cinematográficas, comiqueras, etc, pero sabiendo que estas metáforas siempre se quedarán cortas y provocaran confusiones y dudas. Por ejemplo, una vez leí que los humanos percibimos el tiempo como si fueran las habitaciones de una casa, y sólo podemos percibirlas pasando de una habitación a otra, pero no 2 ó más a la vez; sin embargo, el Dr Manhattan, además de estar también en una de esas habitaciones podía ver la casa desde arriba como si tuviera un techo de cristal, viendo todas las habitaciones simultáneamente pero sin poder atravesar el cristal para modificar sus propios movimientos. ¿Veis? Sólo podemos acercarnos de lejos a la expresión de lo imperceptible.
Y aquí es donde entra el factor de subvertir lo que conocemos como lenguaje cinematográfico y lo que ha hecho Villeneuve: a algunos les parecerá que tiene un montaje muy tramposo al colocar la secuencia montaje del nacimiento-infancia-adolescencia y muerte de la Hannah, la hija de Louise, al comienzo de la película. En un principio me pareció que era igual a la escena inicial de Up, la de Pixar, para situarnos en cuál es el nivel anímico y emocional de la protagonista, es decir hundida y aferrándose sólo a su trabajo para sobrevivir, y así es como interpreté su lenguaje corporal, su contenida reacción ante los informativos, la iluminación y el sonido de las tomas, es decir, «los aliens le importaban poco tras perder a su hija». ¿Me sentí engañado cuando comprendí que aquello no había sucedido todavía? No, me sentí divertido porque vi que el efecto Kuleshov aún funciona (https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Kuleshov). El lenguaje cinematográfico, como cualquier otro, parte de un pacto tácito entre el creador y el espectador a menudo fundamentado en la costumbre, y el espectador asume que si la «secuencia azul» se proyecta antes que la «secuencia roja» es porque sucede cronológicamente antes, a menos que aparezca el cartelito de «5 años antes…», y si un personaje se para y tiene una visión mental de algo, el espectador asume que es un flashback, a menos que desde el principio nos hayan dicho que es una película de precognoscitivos o de viajes en el tiempo. Pero ahí entra esa oportunísima línea de diálogo de La llegada en la que se menciona la hipótesis de Sapir-Worf (https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_de_Sapir-Whorf) que nos pone sobre la pista de lo que está sucediendo. Y finalmente comprendo que Villeneuve está haciendo lo posible para crear con su lenguaje cinematográfico una de esas metáforas que de por sí se quedan cortas para expresar otras dimensiones de realidad. Todo parece hecho para mostrar una naturaleza que nos es ajena, en lo sensitivo y en lo conceptual. El montaje, la música es extraña y hasta chirriante por momentos, la textura de las paredes de la nave es rugosa y fea, la gravedad cambia de orientación, la anatomía de los aliens de 7 brazos (no hay en la Tierra animales con número impar de extremidades), sus ideogramas, todo es tan alien e incómodo de percibir como su percepción del tiempo y de la realidad. Diferentes seres, diferentes percepciones, diferentes lenguajes. Colaborando en mutuo benficio.
El palíndromo «Hannah» es el homenaje humano de Louise a ese lenguaje alienígena orbicular.

Krokop
Krokop
Lector
20 noviembre, 2016 16:41

¡Por una vez, puedo usar el cuñadismo de ‘el libro está mejor’! Además, en este caso no es un libro, sino un relato ‘La historia de tu vida’ de Ted Chian. Yo lo leí cuando se anunció la película y creo que la historia funciona mucho mejor escrita, porque puede jugar con los tiempos verbales, el narrador, el narratario, y explicar de un modo más comprensible las peculiaridades del lenguaje alienígena y las consecuencias de su aprendizaje. La esencia del relato era difícil de traducir en imágenes y, sin haberlo leído, yo creo que de la peli no me habría pispado de nada; las diferentes interpretaciones que he oído, me parece que se deben más que a algo buscado, a que no está del todo lograda la narración cinematográfica que, en el relato, aunque críptico, quedaba perfectamente cerrada.

batlander
batlander
Lector
20 noviembre, 2016 23:11

A mi no me ha gustado nada. Es un sin sentido y el final es astonomicamente malo. Y lo del telefono me parece una morrisonada, que si las hace el calvo las perdono porque suelen ir acompañadas de cosas muy buenas. Ademas, los marcianos de las otras naves no se, pero los que salen deben de ser los Espinete y Don Pimpon de su especie, porque parecen retrasados.

En terminos relativos me ha gustado mas ID 2. Y me parecio muy mala.

Igverni
Lector
22 noviembre, 2016 0:55

Buenas a todos.
Vengo de verla en V.O. Me ha gustado bastante, pero no me ha flipado. Buena sci-fi tecnicamente perfecta, pero con un demasiado peso del continente sobre el contenido. Para mi ese es su unico fallo, que parece prometer una profundidad que se queda en muy poco al final. Y unos actores bastante desaprovechados que simplemente están ahí.

Aprovecho para felicitar a Tierra616 por su enoooooorme comentario.

Por otro lado, para mi no hay giro sorprendente en el 3er acto, desde la 1a escena dejan muy claro de que va todo, y en ese aspecto la pelicula es coherente y funciona sin problemas, al igual que Contact, que a mi me funcionó.

Por cierto, hago un inciso porque me ha sorprendido muy negativamente Samuel que pasado este tiempo te animes a calificar de hater a la gente a los que no nos gustó la pelicula de Nolan, que en mi opinion fracasó en aspectos en los que al menos La Llegada es mucho mas honesta con lo que propone. Sobre tu comentario, no es Hathaway la que realiza una escena de verguenza ajena, verguenza es la de Nolan que la hace recitar unas supuestas palabras de amor hacia alguien que nunca vimos y con el que su personaje no tiene ninguna conexion emocional, y que al final son una excusa para presentar su deus-ex-machina que justifique todo lo demás, aunque para ello deje atrás el supuesto realismo cientifico que prometía. Claro que la escena sonroja, pero es que Hathaway no tenia ninguna oportunidad de sacarla adelante con lo que Nolan la dio.

Volviendo al tema central de La Llegada

Aviso de Spoiler

Entenderse con seres con diferentes procesos cognitivos que los nuestros para mi está muy bien llevado, aunque al final el descubrimiento de que el tiempo no es linear, aunque interesante, es una forma de vendernos humo, dado que una vez el personaje de Amy Adams entiende como leer el tiempo, descubre que no existe el libre albedrio y todo está marcado. La pregunta de Jeremy Renner de si ahora que sabe lo que sabe cambiaría algo es totalmente retorica y psudo culturilla para generar el debate posterior en el espectador, porque la propia Adams dice que NO se puede cambiar, porque lo estas viviendo simultáneamente, y de hecho, ya ha pasado.

Con todo, una pelicula interesante, pero no tan interesante. Y desde luego, no es la salvadora de la sci-fi ni nada por el estilo, empezando porque el genero no necesita ser salvado y todos los años nos ofrece obras interesantes que lo actualizan y amplian .

Saludos!!

Igverni
Lector
En respuesta a  Samuel Secades
23 noviembre, 2016 15:54

Entendido.
Saludos, Samuel!!!

frankbanner49
frankbanner49
Lector
22 noviembre, 2016 9:57

desde luego,el comentario de tierra 616 es brutal, igverni. 🙂

Igverni
Lector
En respuesta a  frankbanner49
22 noviembre, 2016 10:45

Sip!!! Muy, muy interesante todo lo que compartió con nosotros Tierra616, Frank !! Aportaciones como esa son las que hacen que mole entrar a leer los comentarios, además de la propia crítica de los redactores…

Lo cierto es que La Llegada me ha gustado y me ha dejado un buen sabor de boca al terminar de verla (nada que ver con Interestellar, p.ej. o a otro nivel, castañazos como SS). Pero sus puntos débiles son igual de evidentes que sus muchas virtudes. Aunque globalmente, estas virtudes que hacen que la experiencia cinematográfica funcione, y creo que merece la pena ver la peli en pantalla grande.

Entiendo por tu comentario que a ti te gustó mucho menos que a mi, leyéndote creo que en general compartimos que las pelis de ciencia-ficción «científica» no encajan en nuestras preferencias. Puse científica, aunque pensaba en «sci-fi SERIA», pero me niego a decir que esto por ser «serio» es mejor que otro tipo de peli de sci-fi de temática más sencilla (que no simple), o que simplemente busquen ofrecer un buen entretenimiento. O que una peli de sci-fi ligera no sea SERIA en su planteamiento…

frankbanner49
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Lector
En respuesta a  Igverni
22 noviembre, 2016 12:40

no tengo problemas con una película de ciencia ficción en clave metafísica, igverni, pero la película, en la forma, incumple con lo que busco siempre cada vez que pierdo hora y media larga viendo una película: que me entretenga.
veo ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE y me interesa tanto lo que cuenta,como me lo cuenta.
esta, me interesa LO QUE CUENTA, pero EL COMO ME LO CUENTA,hace que me aburra por momentos .

Igverni
Lector
En respuesta a  frankbanner49
22 noviembre, 2016 14:52

Evidentemente, Encuentros en la 3ª Fase es una de sus más claras inspiraciones. Y aunque yo también diría que es mucho mejor película, también pienso que no deberían compararse, o que al menos la comparación no es muy justa para LA LLEGADA…

Igverni
Lector
En respuesta a  Igverni
22 noviembre, 2016 15:26

AMPLIANDO: Que lata no poder editar los comentarios… pero en fin…

Con lo que estoy completamente de acuerdo contigo es que todo producto de ocio tiene que pasar el filtro de «¿Va a merecer la pena perder 2 horas de mi tiempo en verlo / leerlo / etc?» Y si no entretiene, el producto suspende…

pelayo
pelayo
Lector
22 noviembre, 2016 13:29

Frankbanner, Igverni, tomaos lo que queráis, yo invito. No en serio, me salen tochos así porque me lío y me lío…
A ver, yo también le encontré fallos a La llegada, por ejemplo

Aviso de Spoiler

es torpe de narices el flashforward en el que Louise averigua el número de teléfono del general Shang y lo que le dijo su esposa al morir, le podrían haber dado un par de pensadas antes de rodarlo de esa manera, como por ejemplo»¿Cómo sabía Ud. que mi esposa me dijo xxxx antes de morir?», y bam!, esa información es compartida por la Louise del pasado-presente. Pero eso de susurrar al oído, enseñar el teléfono, buf, una de dos: o es un fallo muy burdo o hay que suponer que el yo de Shang también está conectado intertemporalmente y sabe que tiene que darle esa información a Louise para que Louise le convenza a él en el pasado. A fin de cuentas, se ve que Louise publicará un libro sobre el lenguaje alien y es de suponer que quien lo aprenda también será capaz de «expandir su mente»… pero eso es enrevesado y me gustan las soluciones más sencillas pero ingeniosas, como la de Doc Brown enviándole una carta a Marty desde 1885 a 1955.

Pero en definitiva, los aciertos compensan por los fallos.
Lo que Igverni señala sobre el fallo de Interstellar y sobre el amor incondicional de Hathaway hacia un personaje que no aparece en pantalla… creo es un fallo en las mañas de narrador del guionista. En vez de contar lo mucho que A ama a B, muestra a B y haz que el público se enamore de B para saber lo que siente A. Es lo que hace, por ejemplo, Mark Millar en Starlight: Duke McQueen sigue enamoradísimo de su esposa fallecida, y lo sabemos no sólo porque él personaje-guionista lo dice, sino porque tenemos varios flashbacks en los que los propios lectores nos encariñamos con una mujer que es generosa, amable y que confía en su esposo aunque otros piensen que está loco. Don’t tell it, ¡show it! La otra teoría es que puede haber un amor incondicional hacia alguien-algo que no está presente, inalcanzable, etc… ya sabéis por sonde voy.
Igor Álvarez ha dicho una cosa interesante, acerca de que la resolución de la película es más metafísica que física, incluso mágica. Bueno, aquí vendría Thor Odinson (el de la peli) y diría «lo que para vosotros es magia para nosotros es ciencia». Yo entiendo que esa «metafísisca» es la parte de ficción en la «ciencia-ficción». Existe la energía atómica, y existieron los DeLorean (ciencia) pero juntos no producen viajes en el tiempo (ficción). ¿Son entonces los viajes en el tiempo parte de la metafísica? De momento sí, son metafísica y son ficción, igual que la comprensión de una 5ª dimensión. Sin embargo, no deberíamos quedarnos mirando el dedo sino la Luna hacia la que apunta, y esa es una de las proposiciones de la ciencia-ficción prospectiva (http://www.alt64.org/wiki/index.php/Ciencia_ficci%C3%B3n_prospectiva). Se dice que una buena relación de pareja no es la que te hace sentir bien, sino la que te hace querer ser mejor persona. Con esta ciencia-dicción es algo parecido: hay pelis (novelas, tebeos, etc) que las ves, las disfrutas mientras duran y luego guardas un buen recuerdo; luego están aquellas que anidan en el cerebro y empiezan a establecer conexiones con otras ideas y a formular preguntas y teorías nuevas. Y en cuanto a si hay una ci-fi SERIA y otra NO-SERIA, bueno, es también cuestión de envoltorios y de si el espectador sabe desenvolverlo adecuadamente: he mencionado Regreso al Futuro, y no creo que nadie la considere ci-fi seria, pero el germen de la historia de Bob Gale viene de cuando encontró el album de fotos del instituto de sus padres y se preguntó «¿cómo era mi padre a esa edad?, ¿me habría hecho amigo de suyo?» deviene en la comprensión de unas personas (los padres) que pueden ser muy cercanas pero a la vez muy desconocidas.

Igverni
Lector
En respuesta a  pelayo
22 noviembre, 2016 15:10

No suelo jugar a adelantarme cuando veo una peli, pero en esta caso no se porqué entendí desde muy pronto que la película realmente iba de

Aviso de Spoiler

el descubrimiento de Louise de que el tiempo no es lineal, y que todos esos flashbacks no eran tales sino su cerebro aprendiendo a procesar todos sus recuerdos pasados, presentes y sobre todo futuros a la vez. Lo que sí fue sorpresa total es el detalle de la hija, que es algo fundamental…

Por lo cual, una vez se confirmó que los tiros iban por ahí, el COMO resuelven la llamada para mi no es demasiado importante y le perdono la evidente trampa narrativa.

Igor Álvarez Muñiz
En respuesta a  Igverni
22 noviembre, 2016 22:02

Buenas, perdonad que no tenga mucho tiempo para contestar, me encantaría meterme en el debate de ciencia/magia voy a ser breve hasta el punto irrisorio en comparación con vosotros.

Aviso de Spoiler

«Ludwig Wittgenstein venía a decir que en realidad mucho problemas filosóficos en realidad son sólo problemas lingüísticos derivados de las limitaciones de nuestro lenguaje y a la vez de nuestra percepción.» eso es cierto Tierra616, que lo ha dicho porque en realidad no es más que una especulación filosófica, para probarlo deberíamos ser telépatas, pero vamos a suponer que es verdad (cosa curiosa unir verdad y Wittgenstein xD) ¿podría modificar nuestra percepción del tiempo el aprendizaje de un nuevo lenguaje? no. Soy breve: ciencia: tengo una pistola que dispara fuego, Magia: invoco el fuego de jariguay, ciencia: tengo una máquina del tiempo, magia: me aprendo unas palabras y viajo en el tiempo.
A ver, es una discusión muy agradable y que ahí está, la película no me gustó por otras cosas, no me influye ni el género ni la sencillez, simplemente no me gusta ni lo que cuenta ni como lo hace. Yo de compararla lo haría con Ágora, me mola la parte en que descubre la ciencia pero no el resto.
Por cierto me parece que no lo comentasteis pero la concepción del tiempo como un todo, lo de estar a la vez en todos los momentos es la concepción del tiempo de Dios en el cristianismo, el alfa y el omega, el vivir todo a la vez por eso se supone que lo del libre albedrío es una característica humana… y si no que se lo digan al Doctro Extraño 😛

PD: que comentarios más guapos os están quedando 🙂

pelayo
pelayo
Lector
En respuesta a  Igor Álvarez Muñiz
23 noviembre, 2016 0:56

Hola, Igor : yo tampoco creo que aprender un nuevo lenguaje pueda modificar nuestra percepción del tiempo, esa es una de las partes de «ficción» dentro de la «ciencia-ficción» de la peli. Pero es una metáfora acerca de que conocer las formas de expresión de otros individuos/pueblos/ etc… puede conllevar importantes avances mentales y culturales y resolver malentendidos. Un ejemplo de lo primero, la popularización en la Edad Media de la numeración indio-arábiga en sustitución de la numeración romana -por Fibonacci con su Liber Abaci- fue crucial para que el desarrollo de la ciencia (empezando por la contabilidad mercantil) y posteriormente de la revolución industrial. Un ejemplo de lo de los segundo lo recogía García de Cortázar en su manual de Historia Medieval, cuando comentaba que bastantes de las herejías cristianas que llegaron a la Europa Occidental durante la Edad Media procedentes del Imperio Bizantino eran más bien producto de una mala traducción al latín de los textos griegos -y sus delicados términos teológicos-, al quedar pocos y malos traductores de esa lengua tras la caída de Roma.

Krokop
Krokop
Lector
23 noviembre, 2016 13:45

Pu s como todo el mundo se ha lucido con sus comentarios, ahí voy yo con el mío para rebajar el listón. No tiene ningún contenido histórico ni filosófico, sino de aficionadillo a la Cf.
Para empezar, el tema de un nuevo lenguaje que abra las puertas de una percepción diferente, es más que habitual, dado que la escitura nos enseñó el pensamiento abstracto y se ha avanzado con ello en pocos miles de años más que en los millones anteriores. Desde clásicos como ‘El fín de la infancia’ o, de modo más evidente, ‘Empotrados’ hasta vanguardias como ‘Snow Crash’, donde los símbolos de los sumerios representaban el sistema binario y los malos pretenden crear software malo cerebral.

En este caso, la concepción del tiempo como un todo es la consecuencia de este lenguaje, pero en el cuento, prácticamente daría igual sustituir a los extraterrestres por un viejo pergamino a descifrar, la programación de un ordenador o la lengua de los delfines como catalizador.

La concepción del tiempo, así, es, precisamente como la construcción literaria de un relato, donde todo se tiene en la cabeza a partir del borrador y se avanza o retrocede indistintamente hasta darle la forma final que otros leen de primera a última línea.

Ted Chiang, como Moore en Watchmen con los cómics, intentaba mezclar la forma literaria cone l fondo de la historia. La esencia y resumen de su cuento es: ‘Soy tu madre, me desgarra por dentro el hecho de que vas a morir, te escribo desde tu pasado para explicarte por qué, cómo lo sé y que, pese al dolor que me genera, quiero pasar cada momento posible a tu lado, porque eres lo que más quiero en este mundo, hija mía, aunque duela y angustie.’
Nada de esto puede explicarlo el lenguaje cinematográfico; así de importantes son las formas de narrar.
La cámara no puede argumentar, ni desgarrarse, ni dirigirse a uno u otro personaje, ni conjugar de modo que no esté siempre en el presente de la acción, ni desear un futuro u otro, ni mostrar una realidad mientras insinúa otra, como una voz literaria.

Así, el director de la peli, se centra en lo menos importante; el mcguffin de los extraterrestres.

Creo que la subjetividad es imprescindible para dar esa concepción del tiempo. Porque se trata de recuerdos personales e inmutables.
Bruce Willis está en un presente apocalíptico, con recuerdos de crío sobre un hombre muriendo, precisamente porque viaja al pasado para cambiarlo. Si no lo hiciese, no tendría esos recuerdos ni quizá ese presente. Consigue exactamente lo contrario de lo que pretende; liberar a los 12 monos.

Con el ‘futuro Manhatan’ ocurre igual; puede decidir ir o no ir a Nueva York o a Marte, pero no cabe la menor posibilidad de que tenga ningún recuerdo ajeno a la línea temporal que él escoja, puesto que la memoria, del futuro o del pasado, es subjetiva y no se recuerda aquello que no se ha vivido o, en este caso, se vaya a vivir.

Lo contrario daría lugar a una situación como la de ‘Cuarentena’, de Greg Egan con todas las posibilidades cuánticas mezcladas.

AlbierZot
AlbierZot
Lector
6 diciembre, 2016 11:54

Encuentros en la primerísima fase.
Interesante asunto este del lenguaje conformador de la realidad que, aunque no sea algo muy novedoso, es un concepto que remite, en su positivismo aleccionador, al monolítico Clarke. Y eso me encanta.
Lo que lo hace insoportable es la sobre-dramatización que lo envuelve. Ese ¿a qué huelen las nubes? BOOM-Nolanizado constante que ya se intuía en Sicario y que termina restando interés y vaciando de contenido hasta ese giro final para el olvido. La Lle-Nada (esperé leer al final). Not for me.